Madre mía, llevo unas semanas raras no, rarísimas. Parece quee ste frío siberiano se ha apoderado de mí y me ha sumido en un estado que mezcla la hibernación con la ansiedad. Como os podreis imaginar, este estado me tiene dando tumbos por mi casa en plan zombie de día y búho de noche.
No es que esté faltando la música, pero es cierto que la manera
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