My heart is reeling

Dec 30, 2012 18:39



Título: Fotografías
Fandom: Mansión RPG
Pareja: Genesis + Zack + Xion
Summary: Lo primero que Genesis nota es la ausencia de uno de sus pocos bienes preciados.
Notas: Fic navideño para la BFF
Lo primero que Genesis nota es la ausencia de la foto dentro del cajón de su mesa de noche. No tiene necesidad de abrirlo para notarlo, la ausencia se siente en la habitación. Así de fuerte es la presencia de los tres, incluso en una vieja fotografía carcomida por el tiempo -que ha sido tanto- y los hechos -que han sido muchos-

Lo primero que Genesis hace es fingir que no le importa. Debe ser una metáfora, una cruel analogía acerca de los amigos, y como algunas cosas simplemente se desvanecen, sólo que el acto de desvanecerse no tiene explicación y no deja rastro. Romper, destruir, deja los rastrojos como cadáveres esparcidos por toda la escena del crimen, él recuerda fuego, plumas, cosas que arden. Genesis siempre fue un alma en llamas, choque, violencia y caos. Por eso nada se desvanece en su vida, las cosas explotan, se hacen trizas, mueren, pero no desaparecen, porque eso involucraría paz y silencio.

Así que busca la fotografía, aún sabiendo que el lugar podría habérsela arrebatado sin razón de por medio, o quizá como castigo por romper, asesinar, inmolar y huir. Volar. Esa tarde Genesis vuela por primera vez en mucho tiempo, sobrevuela Nadalandia y nota algo en el aire perturbadoramente parecido a la paz, le arden las manos y tiene que reprimir las ganas de prenderle fuego a los árboles, de volar al sol.

"Todos olvidan que Icaro también voló" Recita, porque Icaro era él, o quizá lo era Sephiroth o los tres y cayeron fuerte, con ruido, con drama como era obvio que pasaría, pero también volaron y ese fue solo el fin de su triunfo. Aún le sorprende que la nieve no se derrita con su tacto. La observa cubrirlo todo y la imagina igual de asesina que el fuego. Si él era fuego, Sephiroth debió de ser nieve, hielo, lo suficientemente pétreo para no inmutarse con su presencia. Angeal era tierra, se extendía rígido por sobre todo lo habitable. Genesis Rhapsodos se sorprende pensándolos en pretérito y entiende que no va a volver a encontrar la vieja fotografía.

Camina entre la nieve, su única ala extendida, las plumas negras azabache mezclándose con un blanco enfermizamente claro. Envidia a Sephiroth de una forma distinta esta vez, porque desearía prenderle fuego a todo y deshacerse de aquello que le impide avanzar, desligarse de significados y significantes, de amigos y fotografías que llegan como por arte de magia y se van igual. Nunca hablará de ello, se recuerda, se repite, porque ya no debería importarle y lo sabe. Es su castigo, lo tiene claro. Lo merece, más que obvio. Los extraña, la verdad implícita. Fue su culpa, calla.

Es de noche cuando se encierra en su habitación, las cortinas oscuras de terciopelo cubriendo las ventanas, aislándolo de cualquier haz de luz que pudiese perturbar su sueño, solo que no duerme, prefiere servirse Whisky y abrir un libro -Loveless, la situación lo amerita-. No le sorprende la interrupción -unos minutos solo eso pedía- de la voz estridente de Zack que parece hacer temblar el lugar, echarlo abajo. Baraja las posibilidades, dejarle afuera no es una de ellas conociendo la insistencia del cachorro. Es perfectamente capaz de volar la puerta y Genesis aprecia tener privacidad y un trozo de madera que lo separe del mundano ruido. Suspira resignado, en algún momento de su estadía en Nadalandia comenzó a acostumbrarse a la presencia del SOLDADO ¿O ex-SOLDADO? Lo cual no hace si no causarle molestia.

"¿Que sucede Zack Fair?"  Lo mira con hastío nada más abrir la puerta. Sin embargo Zack usa como escudo a una niña de pelo tan negro como el suyo. Xion.

"¡Feliz Navidad!" Exclaman a coro, sonriendo con sus gorritos rojos -de pésimo gusto- y sosteniendo un paquete con un gran lazo. Otra festividad ajena de la cual había leído algo sin prestarle mucho interés. Genesis se limita a alzar una ceja como esperando el por qué de tamaña interrupción, "Navidad" no es suficiente excusa.

"Le trajimos un obsequio" Añade Xion con una sonrisa tímida y Genesis se pregunta en qué momento dejó de ser apático con las niñas pequeñas, termina por dedicarle una mirada mucho menos dura de las que le dirige a Zack. La pequeña se adelanta tendiéndole el paquete, una coreografía casi enseñada quizá sabiendo que el pelirrojo no habría tenido mayor problema en cerrarle la puerta en la cara a Zack y no recibir su regalo.

". . .No era necesario" Murmura al tomar el paquete, sus dedos enguatados en cuero abriéndolo con rapidez.

"Heh me costó trabajo. Tuve que esperar a que salieras de acá y nunca sales men. Deberías ver más la luz del sol. Espero que te guste…fue idea de Xion, no se como no se me ocurrió antes."  Zack parece casi avergonzado, revolviendo su pelo oscuro mientras mira a otro lado.

Entonces sucede. Pocas veces ha ocurrido este acontecimiento, el momento preciso, presenciado por pocos, en que Genesis Rhapsodos se queda sin palabras. En sus manos sostiene un cuadro -con un enmarque de buen gusto, una buena madera barnizada de un color burdeo- con la fotografía que creía perdida. Se ve más viva, los colores nuevos como recién revelada de la maquina -la maquina de Angeal, regalo de su madre-. Le gustaría echarse a reír, todo es demasiado irónico, demasiado fácil, todo está demasiado bien. Le parece que no sería la reacción más adecuada y prefiere no asustar a Xion, así que sonríe, sin burla ni amargura. Una sonrisa que le hace ver más joven, menos amargo, como si no hubiera pasado el tiempo, como si no existiera y en cualquier momento Angeal y Sephiroth fueran a pasar por la puerta, el primero con un pai de babazona -echo por su madre- y el segundo con una botella de champaña.

Sonríe porque sí, está agradecido y no va a decirlo.

En vez de eso, abre la puerta hasta atrás invitándoles a pasar, coloca la fotografía donde pertenece, en la mesa de noche y la sonrisa de los dos pelinegros lo ilumina todo.

Mansión, fanfiction

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