Hace tiempo que produzco pocas lágrimas. Los ojos me escuecen y parpadeo incesantemente. A veces me gustaría cerrarlos durante meses.
Siempre me ha parecido maravilloso el acto de llorar. Concebir una lágrima cuando una emoción se desencadena en nuestro interior. El efecto perfecto para tantos sentimientos. Tristeza, melancolía, rabia, añoranza, amor, pasión, alegría, risa...
Entristecer, ser acogido en los brazos de la melancolía, enfadarme conmigo, echarte de menos, amarte de nuevo, apasionarme como nunca, alegrar mi día a día con tu belleza, reír como cuando era niño... llorar, como siempre.
Y me asusto, claro que me asusto, no me gustaría haberme acostumbrado tan rápido al olor de la mierda.
- ¿Por qué las estrellas se apagan al amanecer?
- ¡Maldito Sol!
- ¡Maldita estrella!