Dec 28, 2017 18:26
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Abrí mucho los OjOs cuando la Terapeuta me diagnosticó Lucidez. Entendí que no podía hacer nada por mí. Ya me gustaría que las palabras significaran menos en contacto con mi cuerpo. En las maneras de hablar -es decir: en los bailes del léxico, los tonos y las expresiones que se ausentan o esconden- se encuentra la verdad ajena. Siempre hay que ayudar al mentiroso a que te engañe cuando habla su mentira: o no prestando la debida atención o aceptando su versión favorecedora de los hechos. No hay fórmula aplicable, buscarla nos volvería neuróticos. Basta con conectar el oído al corazón.
De modo que llevo el oído conectado al corazón y no siempre me gusta lo que descubro. Me pongo tapones, me atravieso los tímpanos con ruido, porque no he aprendido a hacer gran cosa con la información que manejo. Es como quedarse en mitad de la calzada cuando un coche te amenaza a bocinazos. Alguien más listo que yo me ha dado un sabio consejo: "hay que huir". Pero yo no sé huir. Sólo sé sentarme a ver qué pasa.