Bailamos bachata y luego you and I, me and you
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La ciudad te tira del cabello y te lo alborota. Mar y brisa son los brazos. El corazón golpea a ritmo de bachata. Vienen de fuera hordas de rostros pálidos, cuerpos de nata desesperados todo el invierno junto a la calefacción. Vienen a arder fugazmente en esta alegría. Venía yo con otras intenciones y he terminado ardiendo también. El caos urbano, las calles maltrechas llenas de bares y gaviotas, llaman a la sangre. Me deslizo suavecito por los antros, termino las mañanas en la playa. Nos amanece medio vestidos, corridos los colores de la cara. Le lamo el antebrazo y es sal. Me aparta arena del flequillo con un soplido y soy aire. Corren los venenos por el sistema circulatorio. Soy un motor armónico atravesando risa y cansancio. Patino en mitad del desarraigo y giro hacia el sol para sudar el sueño. Ponerse seria, incrustarse en el trabajo, implica una ventolera oscura en el plexo solar. Hay anhelos imposibles, cosas rotas. Por eso me entrego a la fluctuación infinita de la ciudad y sus luces. Raros olores se enganchan a la ropa al pasear por la pólvora festiva. Bailo y paseo. Con el cuello húmedo, dispuesta al fuego.
La ciudad te tira del cabello y te lo alborota. Mar y brisa son los brazos. El corazón golpea a ritmo de bachata. Vienen de fuera hordas de rostros pálidos, cuerpos de nata desesperados todo el invierno junto a la calefacción. Vienen a arder fugazmente en esta alegría. Venía yo con otras intenciones y he terminado ardiendo también. El caos urbano, las calles maltrechas llenas de bares y gaviotas, llaman a la sangre. Me deslizo suavecito por los antros, termino las mañanas en la playa. Nos amanece medio vestidos, corridos los colores de la cara. Le lamo el antebrazo y es sal. Me aparta arena del flequillo con un soplido y soy aire. Corren los venenos por el sistema circulatorio. Soy un motor armónico atravesando risa y cansancio. Patino en mitad del desarraigo y giro hacia el sol para sudar el sueño. Ponerse seria, incrustarse en el trabajo, implica una ventolera oscura en el plexo solar. Hay anhelos imposibles, cosas rotas. Por eso me entrego a la fluctuación infinita de la ciudad y sus luces. Raros olores se enganchan a la ropa al pasear por la pólvora festiva. Bailo y paseo. Con el cuello húmedo, dispuesta al fuego.