The lonely lonely paz de cuore

Nov 26, 2016 02:05

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El asterisco arriba es el charquito que forma un escupitajo en la calzada. Señala la vuelta al territorio de la sabana blanquecina del papel. Sábana sabática mía, nos seremos leales hasta el final de las parrafadas, tumbadas panzarriba sin hacer mucho. No hay esfuerzo que nos merezca. Yo imagino y tú te imprimes de dibujo. Yo deseo y tú me rebotas haciendo pingpong. En mi sien no hay palabra escrita, sólo rayajo y paraíso. Por mi sien y mi barbilla chorrean ríos densos, lava diluida y anhelante. Es cálido y frío lo que siento, un ramillete de petardos que explota como fuego mediterráneo en el cielo y en el plexo. Y luego aire de la madrugada.
Y sí, he venido con este equipaje a la nueva vida.
Y en la Nueva Vida me han dicho mis ídolos que me busque algo en lo que pensar y que deje de rezarles. Que me deje de letanías y quejas; que me deje de fijaciones y de morder el borde de las conclusiones, y me vaya a otra parte con estos sacos escamosos. Tortuga de mí, pobre de mi caparazón, he asomado la cabeza un instante, con miedo. He llorado dos lágrimas rojas; era toda la sangre que me quedaba en mi última arteria adolescente, y he dicho sí con gran docilidad. Me ha dolido tanto que no hay palabras en los idiomas conocidos para decirlo. Tal vez podría hallar la textura del sonido que lo expresara, pero es demasiado para mí. Por eso escribo, porque no sé cantar ni gritar. He dicho sí, sí, sí, no os preocupéis, os libraré de mí. Anotaré en mi libreta de estrellas vuestro consejo psicológico de gente formal. Aunque no crea en esta sensatez que se me cae encima y me aplasta, voy a obededer vuestra estúpida ley y haceros felices con mi ausencia.
De este modo, inhalando una profunda nube que pasaba y me hería al principio entre los pulmones, me he ido acostumbrando a mi nueva cueva. Ellos hacen su vida entretanto, creyendo que será posible pulsar la tecla de rebobinado cuando se haya cocido a fuego lento lo que llevo en las entrañas. Yo sé que no y eso me calma.
Así comienza la nueva era y así vuelvo a la escritura, gracias al abrazo de una inmensa soledad impuesta y aceptada. Tengo frío pero no me cubro. Sólo busco un lápiz. Vuelvo a pintarme en el espejo imaginado y con eso tengo suficiente. No me pidáis que vuelva. Gracias.
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