Confesiones en la almohada | Changmin/Junsu

Jul 26, 2010 21:35

Titulo: Confesiones en la almohada
Fandom: DBSK
Pairing: Changmin/Junsu
Rated: K
Notas: My first DBSK fic ever. Fluff a más no poder.


La cuchara rozando sus labios, introduciéndose en el interior de su boca abierta y el yogurt deslizándose a través de su estómago. Yoochun cuenta anécdotas mientras Jaejoong aporta su granito de arena a la conversación en un blablablá incesante que se escapa por sus labios. Yunho parlotea sin cesar también mientras Junsu observa fijamente a Changmin, deseando ser yogurt para deslizarse por sus labios.

Alguna que otra vez le ha preguntado a Changmin qué significa para él, recibiendo cómo única respuesta una radiante sonrisa que produce que sus ya de por sí rasgados ojos se cierren aún más, mostrándolo más adorable de lo que ya es, y diga esa palabra que Junsu tanto odia:

-Hyung.

Hermano mayor. Junsu suspira en la mesa mientras recoge su plato, a su lado Jaejoong no deja de balbucear palabras que no le interesan, unas que sólo Yunho y Yoochun parecen estar atendiendo, pues Changmin se encuentra demasiado concentrado en su yogurt como para hacer caso a nada más. Su mente en blanco, sus ansias de soledad, el más joven de DBSK comportándose como el más maduro, a veces.

Junsu odia tanto la palabra hyung de sus labios como el propio Changmin odia que le recuerden que es el menor del grupo. Junsu quiere ser algo más, algo más que un simple hermano para Changmin, quiere ser aquel que le alegre los días y bañe sus noches de deseo y amor. Odia escuchar cómo el benjamín del grupo cuenta sus experiencias con mujeres y todos ríen mientras él tiene que simular una estúpida sonrisa en lugar de llorar. Su hermano mellizo debe de estar harto de él y de las conversaciones kilométricas que mantienen por ordenador en las que Junsu se queja de Changmin y se lamenta porque siente que él no le quiere tanto como le gustaría.

Y ahí está otra vez, con el rostro elevado ahora que ha terminado el postre y tratando de prestar atención a las palabras del resto de miembros para poder aportar algún dato ingenioso o anécdota graciosa. Junsu aprovecha para acercarse más a Jaejoong en un intento desesperado por mostrar celoso a Changmin, casi olvidando que pese a su mala leche y sus enfados temerosos, el benjamín siempre se muestra liberal con todos, respetando el espacio de los demás como le gusta que respeten el suyo.

Su mano sobre la rodilla de Jaejoong mientras sus ojos se mantienen fijos en los que Changmin, que parece no haber visto su táctica seductora. Quiero algo, quiere que se cabree y rompa los armarios y derrame el contenido de la mesa, quiere ver esa reacción envidiosa que alguna que otra vez ha mostrado pero que al parecer Yunho es el único que deja salir a coacción. Quiere que sufra, que se le revuelva el estómago al verle con otro y le confiese su secreto amor como en una de esas románticas anécdotas que siempre cuenta.

Pero Changmin parece no estar mirándole y Junsu pierde los nervios. Sus vanos intentos por acercarse a Jaejoong parecen haber sido sólo vistos por Yoochun, que lo contempla con el ceño fruncido. La conversación continúa y Junsu siente que la respiración se le hace pesada, como una amarga carga que soportar en sus hombros. Pronto Jaejoong lo observa con los ojos como platos.

-¿Qué estás haciendo, Su? -pregunta y todos voltean.

Su mano en su rodilla, mucho más cerca de su intimidad de lo que él pretendía, su cuerpo sutilmente pegado al de Jaejoong y cuatro pares de ojos observándolo, incluidos los de Changmin, que por fin parece haberse dado cuenta de los ridículos intentos de Junsu por llamar su atención. Entonces Yunho suelta uno de esos comentarios despectivos hacia Changmin, sin intención de ofender, pero esos que duelen y se clavan en el pecho.

-Voy al baño -dice en ese murmuro incomprensible que sale a flor cuando algo lo atormenta o lo enfada.

Se levanta del asiento arrastrando la silla y con los puños cerrados, clavando la vista en ninguna parte, visiblemente enfadado.

Junsu suspira y se aparta de Jaejoong en cuanto ve a Changmin abandonar la cocina. Su expresión bañada en profundo dolor que trata de ocultar, su mano de vuelta a su propia rodilla en lugar de en ajena.

-No ha sido para tanto -murmura Yunho encogiéndose de hombros, sabiendo, como todos, que cuando Changmin abandona el lugar para marcharse con esa pose de no quiero mostrar mi enfado ante mis hyungs, está realmente cabreado.

-Tal vez se haya marchado por otra cosa -aventura Yoochun, mirando con esa mirada imposible de comprender a Junsu.

Entonces se da cuenta y maldice en silencio a Yunho por hacer el comentario hiriente justo en el momento en el que Changmin se ha dado cuenta de su acercamiento a Jaejoong. ¿Y si en realidad Changmin está molesto no por el comentario del líder sino por su cercanía con Jaejoong? ¿Y si ha apretado los puños en un síntoma desesperado de celos y envidia?

Intenta relajar sus músculos porque sabe que no conseguirá nada persiguiendo a Changmin por la casa, porque en esos momentos en los que se escaquea hacia el baño es mejor dejarlo solo hasta que se calme y pueda volver a dirigirse a los demás sin soltar ni una sola palabrota. Probablemente, encerrado en el baño, Changmin esté ahora mismo rompiendo todo el papel higiénico que encuentre y recordándose a sí mismo que no debe romper el espejo porque podría hacerse daño… Aunque no sería la primera vez.

La charla sigue como si nada hubiera ocurrido y Yunho, Jaejoong y Yoochun vuelven a parlotear sin cesar. Junsu trata de permanecer atento a la conversación para distraerse de esos pensamientos que le nublan la mente y le hacen arder en deseos de levantarse y propinar él mismo un buen puñetazo al espejo sólo por todo el caos que siente sobre él. Sin embargo, sin Changmin frente a él ya no es lo mismo, su presencia lo embriaga y al mismo tiempo lo vulnera y doblega.

De todas formas, así es el amor, ¿no? Ese contraste de sentimientos que te hacen amar y odiar al mismo tiempo, que te mantiene las noches en vela con el constante hormigueo de las mariposas revoloteando en el estómago…
Una hora es todo lo que Junsu puede soportar en la cocina sin Changmin.

-Voy a dormir, hasta mañana.

Se despiden de él casi sin levantar la mirada unos de otros, demasiado distraídos en su propia conversación. Junsu avanza por los corredores y observa la puerta del baño abierta, sin nadie al otro lado. La curiosidad puede con él y se pregunta dónde estará Changmin en ese momento. Lo mismo ha salido a tomar unas copas él sólo o se encuentra jugando a algún juego en el ordenador… Tan impredecible, tan solitario…

Entonces escucha el suave murmullo proveniente de su dormitorio, ése que Junsu conoce tan bien, y sabe que está dormido. La extraña habilidad que tiene el pequeño Max para hablar en sueños lo embauca y no puede contenerse a la hora de abrir la puerta de su dormitorio a contemplarlo durante unos minutos que tal vez se conviertan en horas.

Lo ve allí, tendido sobre el colchón, con la ropa aún puesta y su camiseta en algún rincón recóndito de su habitación, durmiendo boca abajo murmurando palabras sin sentido. Ése es el lado infantil de Changmin, el que cuando se enfada y llora de rabia e impotencia no tarda tiempo en acurrucarse en su dormitorio y dormir. Sus ojos, pese a estar cerrados, demuestran que Junsu está en lo cierto, que el pequeño Changmin ha estado llorando como cada vez que se enfada, su puño cerrado aún en sueños demuestra, además, que ha estado golpeando algo y Junsu se pregunta si el espejo habrá salido vivo después de encontrarse con la impasible tormenta que es Max a veces.

Se sienta en el borde tras cerrar la puerta y aparta cariñosamente un mechón de pelo que se cuela rebelde en su frente, molestándolo en sus ojos cerrados. Se siente embriagado por la paz y serenidad que Changmin le transmite en ese tipo de situaciones y los minutos, efectivamente, se convierten en horas observándolo mientras continúa hablando en sueños, murmurando incomprensibles palabras que nadie, salvo él, entendería.

Sus labios se posan tiernamente en su frente como signo de despedida y se pone en pie, provocando que el colchón se eleve al perder su peso. Entonces le escucha.

-Junsu…

Se da la vuelta, creyéndolo despierto como cada vez que susurra algo que pueda entender en sueños. Recuerda que Jaejoong ha contado más de una vez haber entablado conversaciones con Changmin cuando éste estaba dormido, y aunque Junsu trata de respetar la privacidad del benjamín en la medida de lo posible, la posibilidad de sonsacarle algunas palabras amables en ese estado de somnolencia puede con él, de modo que retrocede un par de pasos y vuelve a sentarse en el borde de la cama, a su lado.

-¿Sí? -pregunta, temeroso por obtener la repuesta.

-¿Te gusta Jaejoong, hyung?

Junsu aprieta los puños, otra vez esa maldita palabra de hermano mayor, otra vez el sentimiento casi fraternal que comparten los miembros de DBSK saliendo a flote. Suspira, no debe enfadarse con Changmin, no cuando él al día siguiente no recordará nada de lo sucedido.

-No, dongsaeng.

Aprovecha para llamarlo hermano menor ahora que está dormido, sabiendo que probablemente, si lo hubiera hecho cuando Changmin está despierto hubiera recibido un buen mamporro. Lo llama así para fastidiarlo, para que se dé cuenta de que a él también le molesta que le llame hyung, como una pequeña venganza íntima en la que se insultan cariñosamente.

-¿Entonces por qué lo abrazabas antes, en la cocina?

El corazón de Junsu tiembla hasta alcanzar límites insospechados. El pequeño Max se ha dado cuenta, ha advertido que Junsu trataba de flirtear con Jaejoong, y una sonrisa pícara y divertida aparece en su rostro.

-Para darte celos -responde sincero, sabiendo que Changmin no recordará nada al día siguiente.

Entonces el benjamín del grupo abre los ojos, sorprendiendo a Junsu, que lo creía dormido. Changmin sonríe, con esa sonrisa imposible que sólo puede aparecer en sus labios, se incorpora y se sienta contra el cabezal de la cama, mirándolo con intensidad, esa intensidad que Junsu ha soñado tantas veces.

-Te pillé -murmura juguetonamente pero, lejos de estar burlándose de él, lo que hace no es más que sonreír amablemente.

-Eres un pequeño pervertido, dongsaeng -dice Junsu, tratando de mostrarse calmado al ser descubierto en su propia confesión cuando en realidad su cuerpo entero tiembla ante la posibilidad de que Changmin se aleje de él al haber descubierto sus sentimientos.

-No me llames así -rezonga él, poniendo esa cara de cachorrito degollado y enfadado que tantos suspiros arranca entre las fans y el propio Junsu.

-Entonces deja de llamarme hyung.

Se miran, y el tiempo parece detenerse a su alrededor en un instante. De pronto, Changmin pega un par de palmaditas a un lado del colchón, invitándole a Junsu a tumbarse junto a él. No sabe qué le deparará la noche, no sabe qué pretende Changmin al invitarlo a su cama, pero no tarda en asentir y abrir el edredón para tumbarse junto a él, tratando de dirigir su mirada a otro punto que no sea el pecho descubierto del más pequeño del grupo.

Se tumban uno junto a otro y las mantas los cubren hasta el cuello, dando pie a la imaginación bajo ellas, en donde la mano de Changmin rodea cariñosamente el costado de Junsu, que está de espaldas a él. Suspira, porque rodeado entre sus morenos brazos el mundo se ve desde otra perspectiva, una mucho más aliviadora y hermosa.

-Para mí eres mucho más que un hyung, Junsu -murmura Changmin en su oído, haciéndole cosquillas-. Mucho, mucho más…

El aludido voltea para tenerlo de frente, con cuidado de no perder jamás el brazo del pequeño rodeándole el costado. Sus oscuros ojos se encuentran y la ternura que habita en los de Junsu parece transmitirse a los de Changmin con una intensidad alarmante.

Sus rostros a escasos centímetros, sus miradas derritiendo el hielo de sus corazones y sus cuerpos acompasando una respiración con otra… Un poderoso sentimiento haciendo hueco entre ellos, el diminuto hueco que separa un cuerpo de otro.

-¿Y qué soy para ti? -pregunta Junsu, tratando de que el corazón no se le salga del pecho por su cercanía.

Changmin no necesita más palabras que adornen los sentimientos, nunca ha sido demasiado bueno en expresar ese tipo de emociones, de modo que hace lo único que sabe que podrá contestar a la pregunta formulada por su compañero.

Rompe la distancia entre sus labios y lo besa, con toda la dulzura de la que es capaz, con todo el amor que es capaz de transmitir. Junsu lo recibe con la boca abierta, dejando que la lengua de Changmin se cuele tan profunda como él quiera introducirla, dejando que el pequeño Max lo llene de todos esos sentimientos que no han salido a flote hasta ahora, embriagándose por la forma suave y lenta que tiene de mover los labios y transmitir con un solo movimiento todo el caos que siente en su interior.

Se separa en el momento justo, con su pecho desnudo rozando la camiseta de Junsu y sus labios aún a escasos milímetros.

-Te quiero -sonríe tiernamente Junsu observándolo con intensidad mientras su mano acaricia la mejilla de Changmin.

-¿Tú te oyes? -inquiere el menor con una limpia carcajada burlona- Deja de decir gilipolleces…

-Te recuerdo que eres tú el que me has besado, dongsaeng.

Changmin lo observa con los ojos entrecerrados en señal de amenaza, sin embargo, sus ojos se muestran divertidos.

-Creí que teníamos un trato, hyung.

Junsu lo contempla con orgullo mal disimulado, revolviendo su pelo como si de un niño pequeño se tratase, enfureciendo a Changmin, que le pega un manotazo cariñoso mientras Junsu le hace cosquillas arrancándole carcajadas por doquier.

-Lo tenemos, Minnie, lo tenemos.

Y lo besa sobre él, mientras las risas llenan el espacio y los sentimientos cubren el corazón. Jaejoong esconde al otro lado de la puerta su teléfono móvil con cámara, dejándoles disfrutar de ese momento íntimo sin fotografías con las que chantajear más tarde.

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