Dedicada a un mustelido sin corazón
Nombre: Eclipse lunar
Tipo: Historia original
Personajes: Alessia Bianco/Marie Cciatranne. Mención a Gonzalo Alma.
Advertencia: Shoujo ai.
Resumen: Marie se acaba de casar y eso no hace feliz a Alessia.
ECLIPSE LUNAR
- ¿En serio estás bien?, me preguntaste antes de salir. Seguramente me viste pálida, o taciturna; más de lo normal, claro está.
- Tan bien como siempre. Una respuesta que te dejaría tranquila, aunque no fuera verdad ni mentira.
Me fui. Ahora pongo esa canción. La que me recuerda a ti, bailando por la calle como una chiquilla alocada. Como lo que eres.
Miro por la ventana del apartamento. A seis pisos de mí, los autos doblan la esquina apresuradamente para ganarle al alto del semáforo.
Mi sol. Mi princesa. No te haré daño. Y no me haré daño estando aquí para mirarte. Necesito que seas feliz, y lo necesito tanto que me obligué a sonreír y a felicitarte cuando me dijiste lo que ya sabía que iba a pasar, que te casabas, con ese pequeño pedazo de tonto que tanto amas, el que yo misma te presenté. Un idiota sencillamente tan adorable que me es imposible odiar aunque me haya quitado mi dulce tesoro. No lo voy a odiar, y no podría odiarte a ti por preferirlo. No, yo necesito que ambos sean felices. No le haría daño jamás porque sé que sin él te marchitarías como una flor....¡Pero no puedo vivir mirándolos!... qué daño me hace.
No me vale irme de aquí, pues donde vaya sabré que estás con él y eres feliz, y no quiero que tu dicha me enferme. No quiero sentir envidia o rencor. No quiero seguir llorando por algo que jamás fue.
- Sé mi madrina!, Por favor, tienes que serlo!... Alessia...
- ¿Por qué yo?....
- Por que te amo, ¿quién mejor que tú?. Más que mi prima, eres como una hermana.
.... Y yo te amo a ti, mi princesita. Y soy tu prima, tu hermana, soy lo que tu quieras. Incluso tu madrina de matrimonio. Y soy la que llora en las noches desde el día que te casaste, recordando tu sonrisa y la luz en tus ojos cuando le decías, “Sí, acepto”.
Y yo acepto callar. Dejarte libre y dejarte amar. No tomaré nada para mí, ni siquiera tu lástima. Te quedarás pensando porqué fue, y no encontrarás razón. Lo que me duele es que llorarás por mí, y no podré evitar que lo hagas. Verte llorar es una idea que no soporto, perdóname, pero ahora lo tienes a él, y él te consolará y te cuidará mejor que yo.
Miro por la ventana otra vez, pero tengo miedo. He marcado sin querer tu número, pero cuelgo. Quería decirte que te amo, ¡qué estúpida!, casi lo arruino todo...
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- ¿En serio estás bien?. (No quería que te marcharas, es que te ves tan triste últimamente, más triste de lo que acostumbras)
- Tan bien como siempre.
¡¿Por qué me respondes así?!. Tus típicas respuestas que no dicen nada. Algo te hace daño, ¿pero qué?. Solo yo podría darme cuenta que algo te pasa, tu carácter es melancólico de por sí, pero te conozco, ¿qué estoy pasando por alto?, No lo sé, ¡no lo sé!...¿si no me lo dices como te puedo ayudar?.
Quisiera que fueras tan feliz como lo soy ahora. Quisiera que encontraras a alguien que te ame tanto como te mereces, y tú te lo mereces todo. Tal vez sea eso, que estás sola. ¿Que verme casada te entristece porque quisieras lo mismo para ti?, ¿Después de echar como a perros a cuantos te pretendían, con esa rara crueldad tan tuya, tan sutil y elegante?. Gonzalo llegó a mí así, llorando por tus desplantes, enamorado hasta los huesos de tu arrogante belleza y tu mirada glacial. ¿Te arrepientes ahora, Alessia?. Dios te hizo tan hermosa, pero te has quedado sola por jugar a la emperatriz tirana que hace añicos a quien pretenda amarla.
Pero nunca fuiste así conmigo. Siempre tuviste una sonrisa dulce y una mirada llena de comprensión para mí. “Mi dulce princesita”, vaya manera de llamarme, me engríes demasiado, y ya no soy una niña, nunca lo fui para ti, tenemos la misma edad. Pero yo me dejaba engreír ¿me puedes culpar?. La fría Alessia, que a todos rompe el corazón, hacía siempre cuanto yo le pidiera. Y lo disfrutaba; con el razonamiento más infantil del que era capaz, lo disfrutaba.
Recuerdo ese día que me compraste este dije de oro. El sol. Dijiste que lo use siempre, que el sol era como yo. ¿ porque soy rubia?. No entendí bien eso. Me lo pusiste al cuello apenas lo viste en esa feria, sin siquiera preguntar cuánto costaba. Y yo no quise quedarme atrás y busqué algo para ti: La luna; pálida y melancólica como tú.
- Sólo muerta me lo quitaré. Y solo si muero te lo quitarás.
- No seas tan exagerada, das miedo.
Pero a ti te encanta dar miedo, y nos reímos. Luna de plata, Silvermoon, te gustó el nombrecito, y luego escuché que algunos de tus raros amigos te llamaban así.
Pero acaba de sonar el teléfono y corro a contestar pero cuelgan. Me he demorado en llegar, todavía no me acostumbro a la casa nueva. Me quedo esperando que suene de nuevo, pero nada, sin embargo no me muevo, de pronto me he quedado aquí como clavada.
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- ¡Adiós, Marie!.
No puedo evitar las lágrimas al recordarte, mi menuda muñequita rubia, tan llena de luz, de alegría. La chispa de calor que ponía en marcha mi vida.
Para todos siempre fui la seria Alessia, misteriosa, impenetrable. Sólo tú me conocías, sólo tú, mi Marie, porque así lo quise yo. Porque mi amor por ti derrumbó todos mis secretos, excepto uno:Que te amo. Un secreto que me llevaré conmigo porque no tengo derecho a decirlo. ¡Te amo, te amo!. Un secreto que me quema y me hace daño, y morirá conmigo el día de hoy... porque me amas como a una hermana, y eso es incluso peor que si no me amaras.
Porque tengo que seguir a tu lado para que no extrañes mi ausencia, con esta pantomima de felicidad por tu nueva dicha; porque debo fingirme calmada, para que no te preocupe mi tristeza, para que no quieras averiguar si algo me pasa. Porque tengo y tendré que representar el papel de la prima buena, y seguirte visitando, viendo lo mucho que se quieren, ¡Y ser la madrina de tus hijos!... No, eso no puedo soportarlo.
Me llevo mis recuerdos. Nuestros recuerdos. Nuestros veranos de vacaciones cuando éramos niñas. La Navidad, calentándonos acurrucadas junto a la chimenea. El día que un estúpido, por demás ciego, te rompió el corazón, y yo llamé a mis amigos para que lo golpearan por hacerte llorar. Cuando me quedaba despierta mirándote dormir y se me caían las lágrimas de emoción, porque eras demasiado bella...
¡Adiós, Marie!, el semáforo está en rojo y mi descanso me espera seis pisos más abajo.
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El sol se me cayó del pecho. Se aflojó el broche y se cayó. Me duelen los ojos, estoy viendo manchas rojas. Y de pronto se me ocurre una tontería. Alessia. Mi Alessia está... ¡Tonterías!. Gonzalo ya me lo había dicho, “No te cansas de usar esa cosa todos los días? Ni que la vida de Alessia dependiera de eso”. Pero... ¡No me lo he quitado!¡Se cayó!... Sé que no tiene lógica pero, es un presentimiento tan fuerte que tomo el teléfono y llamo...
- Alessia?, tu Marie. ¿Estás bien?
Me responde la contestadora. “ Disculpa, pero no puedo contestarte ahora. Estaré fuera de la ciudad un par de semanas. Te devolveré la llamada a mi regreso. Hasta pronto.”
Me quedo tranquila, ¡Qué tonta!, Me había preocupado por nada. Como si no supiera que Alessia es fuerte, y lo que sea que le pase, ella estará bien.
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Pero Alessia estaba contra el pavimento, entre autos chocados y las sirenas de la policía que empezaban a acercarse. Incluso en el último instante se había acordado de poner un mensaje en la contestadora, por si se le ocurría llamarle, para mantenerla tranquila, para ahorrarle unas cuantas lágrimas, al menos por unos días. Cualquier cosa por ella, porque la amaba.
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NOTA DE AUTOR: Las chicas son Alessia Bianco Biaggio y Marie Cciatranne Bianco, primas hermanas. Gonzalo Alma Mc’Dowell es el esposo de Marie. Todos son personajes de una historia titulada P&P (Pleasure and Pain).
¿Qué pasó después?, Bueno, Elekis, un chico dark que andaba muy enamorado de Alessia es el que rescata el cadáver de ésta de la morgue ya que justo iba a visitarla cuando se ganó con el espectáculo gore. Luego el se hizo cargo del velatorio, del entierro y luego le metió el cuento a Marie, llamándola desde otra ciudad, de que estaba allí con Alessia y que no iban a regresar. Solo después de mucho tiempo, cuando ya no se pudo esconder más, le dijo que su prima estaba muerta, pero le dijo que había sido en un accidente de tránsito. Elekis sabía cómo quería Alessia a su prima.