Fanfic - Traducción - But Then My Homework Was Never Quite Like This (Cap.2/6+Epílogo-continuación)

[oonagareboshioo]

Mierda, mierda, mierda, ¿dónde coño estaba?

Era temprano, el sol apenas había comenzado a colarse por entre las persianas de su cuarto y Jared tenía solamente dos minutos antes de tener que salir corriendo de allí si quería llegar a tiempo. Revolvió en un montón de ropa sucia que había en un rincón, lanzando las prendas de una en una a través de la habitación. Abrió de un golpe la puerta del armario y movió cada pieza de ropa que había en él a pesar de que sabía de sobra que no había manera alguna en la que pudiera encontrarse allí.

Maldita corbata de mierda.

Recorrió la habitación por quinta vez mirando en cada esquina y luego hacia el reloj con irritación. Llegar tarde no era tan grave. En realidad tampoco lo era el no llevar corbata; no era como si los demás profesores fueran a hacer algo al respecto, pero Jensen...

Jared agarró su mochila, cogió una rosquilla de una bolsa que había sobre la encimera de la cocina y tres minutos más tarde se encontró con Chad en la acera.

º~º~º~º~º

Cuando finalmente llegó a la séptima clase, había un nuevo bote con los bolígrafos sobre el escritorio de Jensen y ni un solo vestigio de cerámica en el suelo. Había estado lo suficientemente distraído para olvidarse por completo de ello antes de marcharse el día anterior; normalmente abandonaba el aula abstraído por completo y no le prestaba atención a nada. Jensen se encontraba sentado tras su mesa en su traje gris, sus dedos jugando con la patilla de sus gafas mientras hojeaba una libreta y Jared se dio prisa por entrar, no queriendo arriesgarse a recibir algo más que un simple vistazo.

Al final había tenido problemas en todas sus anteriores clases a pesar de que en realidad nadie se había atrevido a ponerle un parte, y Sandy y Chad le habían estado tomando el pelo durante la hora de la comida sobre comenzar una rebelión contra las corbatas. Les siguió el rollo, revelándoles su maravilloso plan "anti-corbata" y aludiendo al poder y al simbolismo que la prenda había tenido a través del tiempo como un indicador de la clase social y cómo todos los hombres deberían vivir en igualdad de condiciones. Chad se había quitado la suya siguiéndole la corriente hasta que había golpeado a Sandy con ella. Para cuando la chica se la devolvió, la corbata estaba empapada en zumo de manzana y Chad aún seguía protestando por lo bajo por el olor.

Había sido divertido y casi se había olvidado del asunto hasta que habían entrado en la séptima clase y Jensen le había mirado; mordisqueó nerviosamente la tapa de su bolígrafo y se olvidó de tomar notas sobre lo que fuera que el profesor estuviera diciendo. Diez minutos después, Jensen dividió la clase en pequeños grupos para que trabajaran en conjunto en un proyecto, así que en verdad había mucho jaleo cuando el profesor le llamó a su mesa, todo el mundo demasiado ocupado hablando como para echarle a Jared apenas un vistazo mientras se levantaba de su asiento sintiendo su estómago lleno de terror, un pequeño y nervioso escalofrío atravesándole.

- Sr. Padalecki - Jensen se inclinó ligeramente hacia delante en su silla-. Sabe que el protocolo sobre la vestimenta es estrictamente tenido en cuenta en esta clase.

Jared miró hacia la mesa, asintiendo.- Lo sé, señor - ni siquiera trató de dar alguna excusa sabiendo que Jensen tampoco le iba a escuchar de todos modos.

- Sr. Padalecki... - Jared levantó la vista, perdido en el tono dominante-. Su comportamiento es inaceptable - Jensen hizo una pequeña nota en su libreta encuadernada de cuero y se inclinó aún más sobre la mesa echando su cabeza hacia atrás para poder seguir mirando a Jared, su expresión severa. Se llevó una mano hacia el bolsillo delantero de su chaqueta y los ojos de Jared siguieron el movimiento... y joder.

Ahí estaba la punta granate de su corbata, asomando ligeramente por el bolsillo del profesor.

- Quiero verle después de clase - Jensen fue directo, despidiendo de ese modo a Jared. Éste le siguió mirando durante unos instantes, jurando que había algo chispeando en sus ojos antes de que volviera a dirigirlos hacia su libreta.

Jared se alejó ligeramente aturdido. Todas aquellas horas, todo el día preocupado... y él la había tenido todo el maldito tiempo. Se cabreó durante un par de segundos hasta que cayó en la cuenta de que Jensen estaba jugando con él; y ciertamente no iba a castigarle por no haber llevado su corbata porque estaba claro que la había cogido el día anterior antes de marcharse, ¿no?

"O igual" pensó, exprimiendo su cerebro, ¿igual la lección que estaba implícita ahí era que debía ser más cuidadoso y asegurarse de tener todas sus cosas? ¿Prestar más atención? Alejó esos pensamientos y trató de concentrarse en el proyecto, dispuesto a hacer algunas aportaciones en él.

Cuando todo el mundo se hubo marchado Jared se sentó en su mesa, mirando cómo Jensen se acercaba a la puerta para cerrarla; pero éste no hizo ningún tipo de movimiento hacia Jared, ni siquiera mirarle, y regresó una vez más a su escritorio. Tomó unas cuantas notas sobre algo y puso el bolígrafo en su nuevo bote. Se reclinó en la silla, separándose ligeramente de la mesa. Miró hacia Jared y cruzó sus dedos.

Jared caminó hacia la mesa incómodo y excitado, su polla ya medio dura presionando contra sus bóxers.

- Desvístete -ordenó Jensen cruzando los brazos y esperando expectante.

Jared desabrochó su camisa obedientemente y sus mejillas se sintieron calientes de pronto, la piel hormigueándole, Jensen observándole con aquellos ojos y escrutándole como si le estuviera inspeccionando mientras sus prendas iban cayendo. Cuando se deshizo de la chaqueta y la dobló cuidadosamente sobre la mesa del estudiante que tenía más cercana a su espalda, vio cómo Jensen levantaba una de sus cejas durante un instante y sintió una oleada de orgullo cuando el profesor asintió con aprobación. Dobló cada prenda dejándolas todas perfectamente ordenadas y entonces se irguió, su miembro elevándose desde su cuerpo y él royendo el interior de su labio inferior. Se preguntó si podría llegar a acostumbrarse alguna vez a estar tan expuesto y por qué le importaba tanto cuando normalmente era él mismo quien trataba de lucirse.

- Despeja mi mesa - dijo Jensen.

Jared tragó duro dándose cuenta de que iba a pasarse nuevamente la tarde desnudo y espatarrado sobre ella, sintiendo cómo su polla se sacudía. Lo movió todo cuidadosamente, poniéndolo sobre las mesas de otros estudiantes y colocándolas de forma que pudieran volver a ponerse fácilmente en su sitio después, y era increíble la manera en la que podía sentir los ojos de Jensen fijos en él, casi sofocantes, su estómago pegando botes. Desnudo, expuesto, haciendo una tarea cotidiana... y eso tenía que estar excitando al profesor.

Cuando quitó la última pila de papeles de la mesa, sus dedos estaban temblando; tomó aire de manera vacilante y se dio la vuelta. La mesa estaba vacía salvo por un pequeño bote de lubricante que estaba posado cerca del borde y Jared sintió cómo su estómago se salía de su sitio y su mente se convertía en un remolino de pensamientos. ¿Eso significaba... iba Jensen a...? Oh, Dios.

Jensen se levantó, desabrochó su chaqueta, salió de detrás del escritorio y caminó unos pasos hasta situarse tras él. Durante un momento no ocurrió nada, y entonces Jared sintió algo suave recorriendo su columna, el extremo haciéndole cosquillas. Jensen dibujó un camino hacia arriba hasta llegar a su hombro y siguió moviéndose hasta deslizarse sobre su pecho. La mano de Jensen le acarició con un poco más de presión mientras continuaba su camino y Jared se estremeció al sentir el calor que ésta desprendía. Y entonces ambas manos aparecieron en su campo de visión, su corbata estirada entre ellas y fue cuando el profesor la situó sobre su nariz; el mundo se volvió negro mientras Jensen hacía un nudo en la parte posterior de su cabeza, los extremos de la prenda rozando su espalda desnuda. No era como si hubiera podido ver todo lo que Jensen había estado haciendo hasta ese momento pero ahora era diferente; aquello le había dejado completamente ciego. Se le ocurrió, de forma ausente, que él le había hecho eso mismo a Terry una vez vendándole con uno de los pañuelos de su madre, pero el pensamiento se dispersó cuando Jensen puso una de sus manos sobre el hombro de Jared, empujándole con suavidad hasta que sus piernas chocaron contra el duro borde de la mesa.

- Recuéstate - dijo, una suave bocanada de aire caliente chocando contra la nuca de Jared y toda su piel poniéndose de gallina.

Ni siquiera pudo pensar en nada mientras se tumbaba en la mesa, bocabajo, las piernas separadas y el corazón martilleándole en el pecho, la sangre latiendo en el interior de sus venas como fogonazos. La mesa estaba fría y suave bajo él, su piel adhiriéndose a la superficie mientras se acomodaba y se ponía en posición, su polla atrapada entre su vientre y la dura madera. Aún estaba estremeciéndose, sintiendo que iba a volverse loco... y entonces Jensen le tocó. Una ligera caricia horizontal subiendo por entre sus muslos, paseándose alrededor de la raja de Jared, y él se centró en cada pequeño sonido, en cada sensación, tratando de averiguar lo que iba a suceder a continuación. Las manos de Jensen vagando en pequeños toques y entonces Jared escuchó la tapa de la botella abriéndose y se quedó completamente estático debido a la anticipación.

El líquido estaba frío cuando golpeó su piel y tembló, sintiendo cómo se formaba un pequeño charco en la base de su columna justo antes de que se deslizara lentamente hacia abajo por entre sus nalgas, dejando un denso rastro que llegaba hasta el inferior de sus pelotas, moviéndose lentamente y dibujando patrones en cada centímetro de su piel. Excitando cada nervio, el mundo reduciéndose a esos toques, a la manera en la que Jensen tocaba a Jared, moviendo lánguidamente su dedo hasta que estaba apenas introduciéndose en su agujero.

- Estás tan relajado - murmuró-. Te estás acostumbrando a esto, ¿verdad? Aceptándolo de esta manera...

Jared asintió, consiguiendo decir roncamente-. Lo quiero.

Jensen hizo un sonido que Jared pudo interpretar a duras penas, su dedo adentrándose otro milímetro en su interior... y entonces el profesor terminó de deslizarlo por completo hasta el fondo, haciendo que el cuerpo de Jared se abriera en dos, complaciente. Jadeó cuando Jensen no se detuvo y comenzó a presionar rápida y suavemente, su dedo llenándole del todo, y cuando su mano se posó sobre el cuerpo de Jared, éste se acordó de volver a respirar. Dios, aquello era tan bueno, ardiendo ligeramente y aún así transformándose en oleadas de placer cuando Jensen retorcía su dedo; era completamente diferente a su lengua, sólido y firmemente caliente.

Jared gimió contra la mesa haciendo un serio esfuerzo para mantener sus caderas quietas; Jensen dejó su dedo dentro de él, inmóvil, hasta que le tuvo prácticamente temblando de anhelo, y entonces ahí estaba el pulgar del profesor acariciando sus bolas. Joder, joder, joder... Jared siseó entre dientes sintiendo cómo iba acercándose cada vez más al final, su estómago tenso, su polla como una firme y necesitada presión contra su vientre.

- Un día... - la voz de Jensen sonó tan suave y meditativa como lo hubiera hecho si hubiera estado distraído- vamos a averiguar si soy capaz de hacer que te corras sin ni siquiera tener que tocar tu polla.

Los músculos del estómago de Jared se contrajeron y palpitaron enviando una ola de placer directamente hacia su entrepierna, sus pelotas agitándose. Jesús.

- Apuesto a que puedo conseguirlo, Jared - susurró, y su voz fue un escalofrío que chocó directamente contra la curva de su oreja, sus dientes mordisqueando el lóbulo y la lengua del profesor trazando su forma. Jensen mordió y lamió haciendo un camino hasta el cuello de Jared a través de su hombro, su dedo metido hasta el fondo en su interior y aún quieto, jugando perezosamente con la piel de sus testículos hasta que prácticamente le tuvo retorciéndose de placer, necesitado. Jared saltaba con cada toque de la boca de Jensen, cada uno de ellos provocándole una deliciosa sacudida; un giro de lengua, un roce de dientes, suave, labios húmedos y Dios... moviéndose a lo largo de la espalda del chico. Cuando se detuvo al final de su columna besó presionando el hueso que estaba más marcado ahí y Jared sintió cómo hiperventilaba, el sudor escurriéndose por todo su cuerpo. Un fuerte resoplido justo sobre la zona donde mantenía a Jared abierto y éste se sacudió, no estando preparado en absoluto para la manera en la que Jensen lamió el anillo de músculos, tirante alrededor de su dedo.

Sus caderas brincaron sobre la mesa; era demasiado, jodidamente demasiado: todo piel y sensaciones y necesidad y Jensen. No pudo contener el roto "por favor" antes de que se le escapara.

Sintió la boca del profesor contra él, respirando, la sensación extendiéndose a lo largo de todo su cuerpo. - Hazlo - chasqueó, susurrando tan fuerte que Jared pudo hasta sentirlo-. Fóllate a ti mismo con mi mano.

Su dedo se deslizó fuera de Jared hasta dejar solamente la punta en su interior; los brazos de éste temblaron mientras se empujaba hacia atrás moviendo las caderas, lloriqueando contra la firme presión de Jensen llenándole de nuevo. La punta rasgándole, su polla deslizándose, resbalando gracias al sudor y al lubricante contra la madera. Se salió con suavidad, regresando una y otra vez, follando a Jensen y follándose la mesa, cada movimiento exquisito, arrancando el aire de sus pulmones. Jensen llenándole, saliendo de él, su polla presionándose contra el escritorio, empujando y moliendo y Dios, estaba tan cerca...

- No te atrevas a correrte hasta que yo lo diga - advirtió Jensen y Jared lo intentó, su cuerpo quedándose a medio camino de una nueva embestida, mordiéndose fuerte y lloriqueando y joder, no podía evitarlo, de verdad que no, aquello era demasiado bueno y con un poco más...

Sus caderas golpearon repentinamente la mesa y sintió el peso de la mano de Jensen sobre su espalda baja manteniéndolo inmóvil, la cercanía del orgasmo clavándose como un cuchillo en su estómago, su polla doliendo. Durante un momento se quedó completamente aturdido, sus bolas tensas como nunca y su polla agitándose; nunca había estado tan cerca del final y le habían detenido bruscamente antes de llegar, y su cuerpo estaba sufriendo tratando de alcanzar la ansiada liberación. Entonces, el dedo de Jensen se deslizó fuera de su interior y lo comprendió.

- Lo siento, perdón - boqueó, rápido, sincero-. Debí haberme detenido, Dios, por favor...

Jensen permaneció en silencio durante unos instantes como si lo estuviera considerando, jugando con la piel que rodeaba su entrada y entonces.... oh joder, estaba deslizando sus dedos, ahora dos, empujando dentro de él, abriéndole más de lo que lo estaba haciendo antes, provocando que escociera ligeramente y creando una enloquecedora fricción. Los dedos de Jensen se flexionaron rozando ese dulce punto de su interior y empujando de nuevo, ensanchándole más y oh Jesús, oh Dios... casi llegaba al extremo de doler pero se sentía tan bien que lloriqueó contra la mesa. Jared se mantuvo agachado, la palma presionando contra su piel y la otra mano follándoselo lento y duro, los dedos de Jensen presionando dentro de él una y otra vez, provocando pequeñas explosiones de placer brillante y demoledor una detrás de otra. Sintió un sollozo escapando directamente desde su pecho y cómo lágrimas comenzaban a formarse en sus ojos, y oh Dios, joder.

- Pídemelo - jadeó Jensen sonando casi sin aliento-. No eres capaz de seguir instrucciones así que ahora tendrás que pedir permiso, Jared.

Las palabras prácticamente saltaron de él.- Por favor, ¿puedo correrme, Jensen? Dios, por favor, lo siento de veras, no quise...

Sintió el peso de la mano de Jensen alejarse de él. Deslizó los dedos hacia dentro y hacia fuera haciendo un movimiento de tijera y rozando ese punto durante el recorrido. - Fóllate mis dedos, duro - Jared se estremeció y obedeció, elevando rápido sus caderas, subiendo y bajando, moviéndose de forma casi brutal y Dios, oh Dios.

La mano de Jensen se coló bajo él cerrándose alrededor de su polla, susurró "córrete" y Jared lo hizo al instante. Se corrió tan fuerte que el mundo desapareció a su alrededor, dejando nada más que convulsiones de placer violentas y brutales e interminables, su cuerpo hecho un desastre, drenado, vacío, temblando incontrolablemente, sus dedos crispándose contra la mesa.

- Buen chico - susurró Jensen soltando su polla y llevando una mano hasta su pelo, sus dedos aún atormentándole, pequeños movimientos circulares dentro del cuerpo de Jared hasta que los sintió deslizarse hacia fuera con dulzura. La corbata se cayó, suelta, un poco después; Jensen tiró de ella y el mundo comenzó a regresar lentamente. Humedad en sus mejillas que no era solamente sudor, sus músculos contrayéndose de forma aleatoria.

Las manos del profesor se cerraron sobre sus hombros, gentiles y limpias, y tiraron de él ayudándole a incorporarse hasta que estuvo derecho. Pasó su pulgar por debajo de uno de los ojos de Jared, mirándole durante un largo instante.- ¿Estás bien?

Jared consiguió asentir a duras penas, su cuello moviéndose hacia arriba y hacia abajo más como si alguien le estuviera controlando como a una marioneta. -Sólo... nunca... así, Jesús.

Jensen sonrió un poco, apartando sus manos de él.- Bien, porque aún queda todo el asunto del desastre sobre mi mesa - se metió las manos en los bolsillos, rodeó el mueble y volvió a sentarse en su silla. Jared se giró nuevamente hacia el escritorio para seguirle, tratando de entender a lo que se refería el profesor. Sus brazos estaban cruzados expectantes una vez más sobre su pecho, su cabeza inclinada lo suficiente como para poder ver a Jared por encima del marco de sus gafas.

- ¿A qué esperas? - preguntó arqueando sus cejas.

Y Jared cayó en la cuenta: Jensen quería que limpiara su escritorio. Ya sabía dónde estaban los pañuelos, dónde estaba el limpiador... sabía que el profesor sabía que lo sabía y era por lo que Jensen estaba esperando.

Jared no supo qué le impulsó a hacerlo. Se deslizó hacia el suelo, acuclillándose, estirando su cuello, su mejilla moviéndose contra le mesa, y permitió que su lengua revoloteara sobre la madera, recogiendo con la punta la agria salinidad. No era como si nunca hubiera probado semen antes; incluso había probado el suyo propio una o dos veces, pero no había sido como aquello. Éste era puro y espeso, fuerte y pegajoso mientras lo iba recolectando, permitiéndose saborearlo por completo antes de tragarlo.

Se arriesgó a echar una mirada de reojo a través de su flequillo. Jensen estaba ahí sentado, observándole, y no se había movido ni un centímetro; si estaba sorprendido Jared no podía decirlo, así que cerró los ojos y se concentró en lamer cada resto. No fue fácil; su lengua era demasiado imprecisa como para que aquello fuera una limpieza real, él mismo encharcando la mesa mientras juntaba los restos antes de tragárselos hasta que finalmente incorporó su cabeza y lamió lenta y deliberadamente a lo largo de la superficie, recogiendo las últimas gotas que se mezclaron con el suave regusto del lubricante.

Y entonces le golpeó repentinamente el espectáculo que acababa de ofrecer y su estómago se llenó de una débil sensación de pánico. ¿Y si Jensen creía que había sido demasiado? ¿Y si pensaba que había sido demasiado rarito? ¿Y si estaba enfadado porque Jared había hecho algo mal?

Se incorporó por completo elevando su rostro, su lengua paseándose de manera inconsciente por sus labios mientras miraba a Jensen.

La cara del profesor era oscura y estaba sonrojada, la frente brillándole por culpa del sudor, brillos también en sus mejillas. Su voz fue ronca, tensa y clara cuando dijo "ven aquí".

Y giró su silla hacia Jared.- De rodillas.

Sintió las frías baldosas contra sus rodillas y su corazón no ralentizó su ritmo ni siquiera un poco. Jensen enredó una mano en el pelo de Jared y tiró de él hacia arriba hasta que sus bocas se encontraran en un lento, hambriento beso, lamiendo por completo sus labios y haciendo que Jared se preguntara si el profesor estaría saboreando los restos pegajosos de su boca; la abrió más, permitiendo que Jensen tuviera acceso completo a ella. Le sintió hacer un mapa de su interior, no dejándose ni un solo punto, y entonces tiró de la lengua de Jared hasta el interior de la suya, chupándola como si fuera un caramelo. El chico lo sintió hasta sus pies, repentino e intenso, sofocándole por completo.

Jensen le apartó dándole un último y fuerte mordisco y entonces sus dedos se apretaron aún más entre el cabello de Jared y le empujaron hasta que su rostro estuvo a la altura de la entrepierna de Jensen. Jared la acarició con la mejilla, hociqueándola, sintiendo a Jensen a través de la ropa y frotando su cara contra la cálida dureza; su boca contra el suave tejido, soplando aire caliente sobre el material y escuchando cómo al profesor se le escapaba un suspiro.

Sus manos le abandonaron durante unos segundos y Jensen alcanzó el botón de su pantalón, un destello de metal plateado mientras lo desabrochaba; se bajó la cremallera y tanteó en su interior, y el corazón de Jared se detuvo cuando comprendió lo que estaba a punto de ocurrir. Jensen liberó su polla dura y sonrojada, brillante por culpa del líquido preseminal, pequeñas gotas atrapadas en la punta. La boca de Jared se hizo agua y dejó escapar un bajo gemido desde el fondo de su garganta, su estómago comenzando a dar volteretas en su interior y Dios, iba a hacer aquello, tocarle, chuparle.

Jensen volvió a llevar sus manos a la cabeza de Jared, empujándole ligeramente con las puntas de sus dedos y éste miró hacia arriba; el profesor le estaba observando fijamente, sus ojos ardiendo tras el brillo de sus gafas.

- Tu boca es tan caliente, Jared. Tan caliente que es jodidamente obscena - su voz era ruda, fuerte. Tiró del pelo de Jared, la cabeza de su polla humedeciendo sus labios, deslizando hábilmente la piel satinada a lo largo de ellos. Jared abrió la boca y Jensen se echó hacia atrás ligeramente, empujando apenas contra ella. Golpeó la cara de Jared, chocando con su mejilla, y éste siguió el movimiento girando la cabeza y abriendo sus labios alrededor de la punta; el cuerpo entero de Jensen se estremeció-. Sí, joder. Justo así - se deslizó un poco, caliente y sedosa carne ardiendo contra su lengua, y entonces Jensen empujó, introduciéndose con profundidad.

Jared gimió y abrió aún más la boca, sintiendo cómo Jensen golpeaba el fondo de su garganta; las manos enredadas en su pelo, sujetándole, y Jensen retrocedió y volvió a empujar. Sabía bien, un poco almizcleño y un poco salado, apenas un vago rastro de jabón en su piel. Jared amoldó su lengua a la parte inferior, haciendo círculos sobre la cabeza y sintiendo el centro de la polla de Jensen deslizándose sobre ella, trazando un surco en la carne. Sintió cómo el profesor temblaba ante la sensación y empujaba con más rudeza y Cristo; los dedos empujándole hacia abajo, manteniéndole en el sitio, Jensen follándole la boca con total abandono, fricción y calor a través de sus labios.

- Bien. Dios, tan bueno... Buen chico, tomándome de esta manera - Jared se inclinó más, chupando más duro. Era confuso, caliente y difícil, ángulos imposibles y el envite de las caderas de Jensen, pero estaba mereciendo la pena cada segundo: los sonidos que Jensen estaba haciendo, la manera en la que estaba montando a Jared, dominándole. Subió las manos llevándolas al frente de los pantalones del profesor, gimiendo, sus dedos posándose y apretando los firmes muslos y siguió trabajando con su boca y con su lengua, deslizándola por toda la polla de Jensen, el calor aumentando y las embestidas volviéndose frenéticas. Sintió la polla del profesor agitándose, volviéndose incluso más dura; chupó con sus labios y revoloteó la lengua...

Jensen le empujó repentina e inesperadamente, el movimiento dejando a Jared boqueando, y entonces vio cómo Jensen envolvía su polla con una mano y comenzaba a dar rápidos y temblorosos tirones... y comprendió.

Cerró los ojos y sintió el primer chorro de líquido cayendo sobre él, lo suficientemente caliente como para quemarle... su mejilla, su barbilla. La siguiente explosión fue igual de cálida, y otra y otra vez, y Dios, aquello era más caliente de lo que debería estar permitido que pudiera ser algo, Jensen corriéndose sobre toda su cara. Llevó la punta de su lengua hasta su labio inferior sintiendo el regusto agrio y salado y capturó una gota caliente y pegajosa que pudo llegar a alcanzar.

Finalmente escuchó cómo Jensen jadeaba, abrió los ojos y miró hacia arriba a través de las hebras de su flequillo. El profesor le estaba mirando con su mano aún rodeando su polla y había gotitas de semen sobre su pelo, y de alguna manera eso sólo lo hizo endemoniadamente más caliente; aunque hubiera agradecido una mejor vista de la satisfecha expresión del rostro de Jensen, no se movió... Jensen no le había dicho que pudiera hacerlo.

Sus manos descendieron, sus dedos acunando las mejillas de Jared, acariciando la piel por debajo de sus ojos y permitiendo que las caricias viajaran un poco más; las manos de Jensen, el calor sobre él, las manchas sobre su rostro que Jensen estaba extendiendo por sus rasgos, sobre su cabello; siguió frotando suavemente ese desastre, sus pulgares trabajando sobre su piel, sobre sus párpados.

- Tan hermoso - gruñó Jensen, sus dedos dibujando pegajosos caminos sobre sus pestañas-. Tan jodidamente hermoso, con toda mi corrida sobre ti.

Le pintó con dedos resbaladizos cubriendo su rostro por completo, moviendo sus dedos a lo largo de la superficie, haciendo giros y espirales sobre su piel y a través de sus labios, adelante y atrás y de un lado a otro, provocándolos suavemente con el pulgar, humedeciéndolos. Y entonces deslizó el dedo dentro de la boca de Jared, acariciando su lengua y dándole una nueva probada, Jared chupando y tomando cada resquicio.

- Te encanta, ¿no es cierto?

Jared asintió, su lengua haciendo círculos sobre el dedo de Jensen. Se sentía ligeramente orgulloso por haber conseguido aquello... por hacer que Jensen se sintiera así.

- Tan caliente, la forma en la que tomaste mi polla. Como si lo desearas - susurró, sus dedos tomándole por debajo de su barbilla y tirando de su cabeza hacia arriba.

Jared se tomó aquello como un permiso para abrir los ojos, y no estaba preparado para lo que vio: el completo ardor y satisfacción, el abandono. Ni siquiera lo pensó porque lo único que sabía era que lo que quería decir no podría transmitirse mediante palabras; se elevó sobre sus rodillas y besó a Jensen, rápido y duro, deslizando desesperadamente su lengua y elevando sus manos hacia las mejillas del profesor...

Y entonces éste le apartó, lamiendo y mordiendo delicadamente su boca, nada de la urgencia que Jared sentía ni de la necesidad de mostrarle a Jensen lo que le provocaba. Le empujó un poco más hasta que Jared estuvo nuevamente sobre sus pantorrillas, sus labios aún vibrando deseosos. Jensen llevó una mano hasta su boca, su índice recorriendo el labio inferior, y entonces se apartó del todo, se levantó y volvió a guardarse el miembro dentro de los pantalones; estaba demasiado lejos como para que Jared pudiera tocarle, así que se levantó también, dando un paso hacia él.

- Es viernes - dijo Jensen mientras se subía la cremallera-. Vete a casa y disfruta del fin de semana.

Jared sintió cómo las palabras pugnaban por salir de él pero el profesor ni siquiera estaba mirándole, todo profesionalidad mientras se agachaba y recogía su maletín de debajo de su mesa.- Pero antes...- dijo, y en ese momento sus ojos se encontraron con los de Jared por un breve instante - vuelve a dejar mi mesa como estaba.

Las uñas de Jared se clavaron en sus palmas mientras veía a Jensen abandonar el aula. No lo entendía. Había conseguido atravesar un poco su coraza durante un momento... ¿no? Dejando a Jensen sin respiración, jadeante... ¿deseándole?

Permaneció de pie mirando fijamente hacia la puerta cerrada, sintiendo cómo la ira iba apoderándose de él. Finalmente se giró y tomó su corbata de encima del escritorio; cogió el resto de sus cosas de la mesa de su compañero y se las puso. No se sentía como debería haberse sentido mientras se vestía; como si todo fuera normal y estuviera bien. Se sentía como si le hubieran roto y vuelto a pegar de nuevo, sus huesos chirriando y moliendo en su interior, la ropa asfixiante, la piel demasiado tensa.

Le llevó media hora volver a ponerlo todo en su sitio de la forma en la que estaba antes, de la manera en la que él quería. Recordó el orden preciso en el que la había desmantelado, más seguro de eso que de cualquier otra cosa que hubiera sucedido allí ese día.

Se irguió y observó a través de la ventana el lento descenso del sol durante unos instantes, hasta que finalmente tomó su mochila y salió del lugar.

º~º~º~º~º

Fue todo en lo que pudo pensar de regreso a casa, repasando cada detalle en su cabeza como si se tratara de un disco roto. Lo diferentes que habían sido las cosas ese mismo día cuando habían comenzado, Jensen tocándole solamente como había querido tocarle, mucho más controlado que el día anterior, hasta que Jared había limpiado su mesa. Y entonces todo había cambiado: la expresión del profesor, la forma en la que le había acariciado, permitiendo que Jared le tocara y le probara, sus ojos cálidos y satisfechos cuando Jared le había mirado. Y entonces... entonces...

Había tenido que ir y arruinarlo todo tratando de besarle e intentando que Jensen comprendiera cómo se había sentido. Lo único que debería haber hecho era haberse detenido, haber esperado; la culpa llenándole el pecho, demasiado arrepentido como para estar enfadado. Trató de imaginarse qué hubiera ocurrido si no hubiera hecho nada pero no pudo y cuando le estaba dando vueltas por tercera vez al asunto se encontró atravesando la puerta de su casa. Lanzó su mochila en el sofá y se dirigió directamente hacia la despensa para coger un paquete de Oreos, fue a la nevera a servirse un vaso de leche y finalmente se sentó en la mesa del comedor mirando hacia el patio trasero. Las manos de Jensen. La expresión de su rostro.

Para cuando Jared estaba repasando por sexta vez lo sucedido ya estaba sacando su teléfono del bolsillo y dándole al botón de marcación rápida destinado a Chad. Se lo contó todo de carrerilla casi sin respirar - Chad ni siquiera tuvo tiempo de decir ni una sola palabra durante todo el tiempo, lo cual era prácticamente un récord - y entonces comenzó a darle todos los detalles uno por uno hasta que finalmente Chad comenzó a gritarle desde el otro lado del auricular.

- Jesús, Jay, es como si me estuvieran golpeando la cabeza con una roca, sólo cálmate.

Se dio cuenta de que estaba sin aliento, tomó una larga bocanada de aire y Chad tuvo finalmente oportunidad para decir algo.- Le estás dando demasiadas vueltas, tío. No es tan grave. El tipo se volvió... ¿cómo lo llamas? ¿DCC?

Jared se llevó el teléfono a su otra oreja apoyando su cabeza contra él.- ¿DOC?

- ¿Eso es la cosa que te hace cortar el césped con tijeras y todas esas mierdas?

Jared se pausó.- Um, sí. Supongo que puede ser eso. Lo llaman "Desorden Obsesivo Compulsivo" - concluyó, como si eso respondiera por sí sola la pregunta de Chad.

- ¡Eso es! -exclamó Chad triunfante. Jared pudo escucharle tamborilear con los dedos sobre el teléfono-. Así que él tiene ese DOC y está un poco tocado, tío; como una pastilla de metanfetamina pero sin la droga. Joder, recuerdas a Karen, ¿verdad? La chica solía hacer listas para cada jodida cosa. Solía comprarse los huevos de uno en uno para tener siempre seis en la nevera, uno más y se volvía loca. Una friki del control, ¿entiendes? El Sr. Ackles es como ella.

- Huhn - Jared lo pensó-. No creo que se trate exactamente de eso - pero se sintió un poco mejor. Sólo un poco.

- Como sea, hombre - casi pudo escuchar cómo Chad se encogía de hombros-. De todas formas no lo pongas difícil, él seguramente iba a irse de todas formas. Quiero decir, ¿qué iba a hacer? ¿Pasar la noche contigo en la escuela?

La idea le atravesó como un rayo y ya no le abandonó.- Chad... algunas veces eres jodidamente brillante.

- Siempre soy brillante, tío, eres tú el que no está atento.

- Soy un amigo terrible - Jared fingió tristeza.

- Exacto, apestas - le respondió Chad-, no sé cómo puedo aguantar a un tonto del culo como tú. Pero bueno, ¿entonces qué vas a hacer?

- Voy a ir a su casa.

Capítulo 3>>