Fanfic - Traducción - But Then My Homework Was Never Quite Like This (Epílogo), Jensen/Jared

May 23, 2011 00:09




Cabecera por inanna_maat

Título: But Then My Homework Was Never Quite Like This
Autora: thenyxie 
Traductora: Nagareboshi
Pareja: Jensen/Jared
Rating: R (NC-17)
Extensión: 85,984 palabras
Estado: Completo (6 chaps + Epílogo)
Notas de la autora: Definitivamente D/s pero nada demasiado fuerte. Jared tiene 18 años, Jensen tiene 26 y la gente puede fumar en público en MI San Francisco.
Notas de la traductora: Creo que sólo puedo deciros: ¡a disfrutar!

Resumen: Jared tiene dieciocho años y está cursando su último año en una escuela privada de San Francisco. Siempre se ha apoyado en las generosas donaciones que sus padres realizan a la escuela, pero eso es hasta que su profesor de física es repentinamente reemplazado por el exasperante, irritante e increíblemente guapo Sr. Ackles. A pesar de que Jared se las ha arreglado toda su vida gracias a su dinero y su encanto, el Sr. Ackles parece creer que necesita ciertas... lecciones de autocontrol. Sin embargo, el rumbo que va tomando su relación les llevará eventualmente mucho más allá de lo que ninguno de los dos hubiera previsto.


Epílogo

Jared llamó a Chad en cuanto Jensen salió por la puerta.

Cinco minutos más tarde, antes de que a Jared le hubiera dado tiempo a poder terminar de contar toda la historia, Chad ya se encontraba llamando a la puerta de su casa; Jared colgó el aparato mientras hacía sitio para dejarle pasar.

- Y entonces me preguntó si aún tenía el esmoquin que llevé al baile.

- ¿Para qué coño quería saberlo?

- No lo sé. Pero después de eso me preguntó si podía llevarme a un sitio esta noche - Jared sonrió de oreja a oreja, y fue ligeramente consciente de que debía de parecer idiota, pero no podía importarle menos en ese momento.

- ¿Como una cita? ¿En esmoquin?

- Sí.

Chad sonrió y golpeó el hombro de su amigo. - Te dije que volvería arrastrándose a ti.

Jared parpadeó. - No, no lo hiciste. De hecho, tus palabras exactas fueron: "es un maldito gilipollas que se dedica a jugar con la gente sin tener una mierda de remordimientos y que morirá viejo y solo... y saldremos ganando."

- Sí, bueno. Pero eso era antes - dijo Chad sacudiendo una mano hacia Jared.

- ¿Antes de qué?

- Antes de que se presentara en tu porche con un jodido ensayo sobre cómo cambiaste su vida, se disculpara, te pidiera una segunda oportunidad y luego te pidiera una cita. ¿Lo ves? Toda esa mierda del principio ha acabado convirtiéndose en material para una película de chicas. Quiero decir... yo estoy saliendo con Sandy, el Sr. Ackles ha regresado arrastrándose a tus pies... - miró a Jared como si quisiera decirle algo con aquella mirada-. ¿No lo pillas, Jay? Estamos en un maldito y bizarro mundo de cuento de hadas - Chad levantó las manos como si todo aquello demostrara su punto-. Así que después de todo tal vez deberíamos interpretar nuestro papel, ¿no? Tu maldita hada madrina está aquí, Cenicienta, así que vamos a ponerte guapo.

Y Jared se tuvo que reír. - Chad, eres oficialmente el mejor amigo más raro que ha existido jamás.

- Tú me haces bastante la competencia, Jay. Pero la gran diferencia que hay entre tú y yo, es que yo hago que parezca algo bueno - antes incluso de terminar de hablar ya había puesto rumbo hacia las escaleras que conducían al segundo piso como si se estuviera pavoneando.

Jared le siguió. Jensen había estado allí durante un par de horas y habían estado hablando todo el tiempo, pero aún no podía creerse que aquello estuviera ocurriendo de verdad. ¿Una cita?

Cogió el esmoquin de la percha que había al fondo del armario; aún estaba envuelto en el plástico que le habían puesto los de la tintorería, y pasó los dedos sobre la suave superficie. Después de todo lo que había pasado no había podido evitar quedárselo: noche mala o no, había sido la última que pensó que tendría jamás con el profesor.

- Bien, suficiente Fantasma de las Navidades Pasadas - dijo Chad, arrancando la prenda de las manos de Jared-. Tenemos que vestirte.

El timbre sonó exactamente a las 7 de la tarde. Jared aún estaba peleándose con el nudo de su corbata en el espejo del baño y Chad gritó "abro yo" antes de ponerse a correr escaleras abajo sin que Jared pudiera evitarlo. Se asustó durante unos segundos antes de recordar que quien estaba en la puerta era Jensen: si alguien podía manejar a Chad, sin duda era él.

Cuando finalmente bajó también varios minutos después, Jensen estaba sentado en el sofá y sólo ese hecho ya era lo suficientemente extraño. Pero es que además Chad estaba sentado a su lado, con una mano apoyada sobre el hombro del profesor y la otra moviendo un cigarrillo enérgicamente mientras hablaba sin parar. Jensen parecía realmente atento a lo que fuera que le estuviera contando su amigo y le miraba fijamente con una mano apoyada bajo la barbilla.

- Puedes hacerlo, tío. Lo único que tienes que hacer es encontrar el punto medio entre ella y el Príncipe de los Gatos y ahí estará el equilibrio perfecto - Chad se calló durante un momento, y entonces añadió-. Y añade alguna mierda de esas sobre las alas de ángel.

- ¿Podrías decirme una vez más por qué ella tiene alas? - preguntó Jensen.

- Hey - dijo Jared, entrando en el sala.

Chad le dio un golpecito a Jensen el hombro, se inclinó hacia él y le dijo bajito. - Confía en mí, tío. Haz lo que te digo y todo irá bien.

Los ojos de Jensen se abrieron ligeramente mientras se ponía de pie-. Estás...

- Sí, es una de las razones por las que existo - dijo Chad, y golpeó a Jared cuando pasó a su lado de camino a la puerta-. Pásatelo bien, Jay. Nos vemos, Sr. Ackles - Chad agitó su mano y cerró la puerta tras él.

- Sí - dijo Jared, absorbiendo cada pequeño detalle de lo absolutamente fantástico que Jensen se veía una vez más en esmoquin-. Tú también - sentía mariposas en el estómago y le parecía extraño que aún se sintiera igual de nervioso y excitado a pesar de que todo era distinto ahora.

Se quedaron de pie uno frente a otro simplemente mirándose durante unos segundos, y entonces Jensen preguntó. - ¿Estás listo? - Jared asintió y el hombre caminó hacia la puerta y dejó su mano en el pomo-. Tiene cierto encanto - hizo un ligero movimiento de cabeza en dirección a la entrada, y Jared supuso que estaría hablando de Chad.

- Sí - no pudo evitar mover los pies con nerviosismo y llevar las manos a sus bolsillos-. ¿De qué estuvisteis hablando, por cierto?

Jensen abrió finalmente la puerta y dejó que Jared pasara antes que él-. ¿Quieres decir además de amenazar mi vida si vuelvo a hacerte daño? - preguntó tan suavemente que Jared no estuvo seguro de si se lo había imaginado.

Se detuvo y le miró por encima del hombro. - ¿Que él, qué?

- Fue admirablemente directo en ese aspecto antes de ponerse a parafrasear Romeo y Julieta interpretando a un muy convincente Mercucio - dijo Jensen sonriendo mientras cerraba la puerta y caminaba tras él.

Jared parpadeó cuando por fin comenzaron a andar juntos. - Él... - tartamudeó un poco en busca de las palabras adecuadas.

- Se preocupa por ti - se adelantó Jensen.

- Sí - murmuró Jared mirándole a través de su flequillo. No parecía enfadado, lo cual era una buena señal-. Así que, ¿quién eras tú?

Jensen apretó sus labios como si pareciera un poco confuso. - Una asombrosa y muy oportuna mezcla entre Julieta y Tybalt - miró a Jared de reojo-. Sabe cómo termina la historia, ¿verdad?

- ¿Chad? Quién sabe - rió -. Es incapaz de explicarte cómo cruzar la calle sin sacar a colación el universo por lo menos un par de veces durante la conversación, y deberías escuchar su teoría sobre cómo decidiste enseñar termodinámica sólo como una simple metáfora sobre nuestra relación.

Jensen trastabilló ligeramente al escucharle y Jared le miró. El profesor parecía un poco sorprendido y... ¿ligeramente culpable?

No pudo evitar detenerse cuando se dio cuenta. - ¿Lo hiciste?

- Puede que subconscientemente - dijo Jensen lentamente y vacilando un poco mientras se giraba para mirarle-. Porque si alguien me hubiera dado una moneda cada vez que podíamos aplicarla ahí... - estaba más guapo que nunca bajo la suave luz anaranjada del atardecer; sus irises estaban prendidos de una manera que iluminaba aún más el color verde, y Jared no pudo evitar acercarse un poco más a él-. Así que eso nos deja solamente una pregunta por contestar- dijo mirando fijamente hacia él.

- ¿Cuál? - preguntó Jared casi sin aliento.

Los ojos de Jensen se movieron de uno a otro de los suyos con el ceño ligeramente fruncido. - ¿Por qué en la historia de Chad, Julieta tiene alas?

Jared no pudo evitar echarse a reír con ganas y cuando finalmente pudo detenerse, tuvo que hablarle a Jensen sobre la versión cinematográfica en la que aparecía Claire Danes mientras recorrían el corto trayecto que les separaba del coche. Cuando llegaron hasta él, el profesor abrió la puerta del copiloto y a Jared le tomó un par de segundos asimilar que era él quien se suponía que debía ir allí. Se movió hasta donde estaba Jensen y se sentó en el suave y esponjoso cuero.

- ¿Sabes? Los BMW's son geniales, en serio - dijo mirando hacia el hombre-, pero no te había imaginado del tipo de los que eligen su coche sólo por su estatus.

- No lo elegí por mi estatus - dijo Jensen mientras cerraba la puerta de Jared-. Lo hice por su eficiencia y su rendimiento - siguió mientras rodeaba el coche, se sentaba tras el volante y cerraba su propia puerta-. Los han estado perfeccionando desde hace un siglo y la manufacturación alemana es de lo mejor que puedes encontrar; incluso fabricaron los mejores aviones y los motores a reacción que más se utilizaron durante la Segunda Guerra Mundial. Ahora están básicamente centrados en la conducción y la construcción de vehículos, y piden constantemente la opinión de sus clientes para tenerla en cuenta en la planificación de los nuevos modelos, rediseñando y actualizando sus bases de datos con todas esas opiniones.

Cada palabra que dijo sonó con un poco de fiereza, y también como si no fuera la primera vez que daba ese pequeño discurso. - ¿Toqué alguna fibra sensible? - preguntó Jared sonriendo.

Jensen continuó como si Jared no hubiese dicho nada. - Ganaron un premio EPA* y han seguido trabajando en ese línea durante los últimos años: están constantemente tomando medidas para reducir el impacto de la compañía sobre el medio ambiente y tratando de diseñar coches que produzcan mucha menos polución trabajando en sus modelos ya existentes para hacerlos mucho más eficientes.

- Sólo escríbeme el informe y lo leeré más tarde, ¿vale?

El hombre siguió. - Son cuidadosamente fabricados, y Alemania tiene grandes leyes sobre los derechos de la mano de otra, y...

- Oh Dios... - rió Jared levantando las manos-. Me has convencido, ¿DE ACUERDO?

La boca de Jensen se cerró de golpe y pareció ligeramente avergonzado y un poco incómodo.

- Sólo estaba bromeando - dijo Jared suavemente-. Captado: no es por tu estatus. Es un gran coche y te prometo que luego me leeré tu informe - añadió sonriendo.

La sonrisa que el profesor le devolvió fue casi a regañadientes. - ¿Qué te hace pensar que tengo uno?

Jared sólo se giró hacia él con una mirada que decía claramente "es obvio, por supuesto que lo tienes" y la sonrisa de Jensen se tornó un poco más natural.

- Si te aburres lo tienes en la guantera.

- Eres increíble... - Jared se rió y sacudió su cabeza mientras se sentaba correctamente en su sitio-. ¿Entonces a dónde vamos?

- Es una sorpresa.

Una vez que estuvieron fuera de la ciudad sólo tuvieron que seguir una silenciosa y sinuosa carretera que seguía la línea de la costa y no tardaron demasiado en llegar a su destino; Jared vio ya desde la distancia el brillo amarillo de las luces. Se trataba de un edificio que estaba diseñado como si fuera una mansión sólo que mucho más pequeño. Era blanco y tenía grandes pilares, y el conjunto lo finalizaban las lámparas de araña que se encontraban en la entrada. El aparcacoches se llevó el BMW una vez que se bajaron, y Jensen cerró una mano en el codo de Jared mientras caminaban hacia el edificio. Eso hizo que el joven fuera repentinamente demasiado consciente de la presencia del profesor a su espalda y del calor de los dedos que le conducían a través de las puertas dobles... hasta que se encontraron dentro. Allí, sencillamente se olvidó de todo por unos segundos.

Las curvas del techo se encontraban muy por encima de sus cabezas, y los intrincados arcos -salidos como de una catedral- se elevaban entre gárgolas que gruñían y hacían muecas desde sus posiciones privilegiadas en lo alto de impresionantes pilares. Les miraban desde arriba por los espacios que quedaban libres entre las magníficas vidrieras que se encontraban repartidas en las pequeñas bóvedas de lo alto, y pudo imaginarse lo impresionante que debería verse el salón cuando la luz del sol las atravesara y lo pintara por entero dispersando prismas multicolor a lo largo de todo el lugar. La habitación era circular; los pilares y las gárgolas rodeaban una extensión de mesas vestidas de blanco y que formaban un nuevo círculo alrededor de una pista de baile. En ella, un espléndido piano situado sobre un pequeño saliente justo en el centro. El techo que se encontraba sobre el espacio que ocupaban las mesas seguía siendo imposiblemente alto y estaba dividido por lámparas de araña de grandes cristales que en conjunto parecían pétalos de flores invertidos; las luces titilaban sobre ellos en un cálido tono amarillo.

- Wow - logró decir. Y no es que Jared no hubiera sido criado como alguien privilegiado: había sido rico toda su vida y había estado en decenas de lugares extravagantes, pero eso no significaba que no siguiera apreciándolos-. Este sitio es impresionante.

- Buenas tardes, Sr. Ackles - el maître, vestido en un impecable esmoquin de cola, se acercó a ellos con una sonrisa-. ¿Cómo se encuentra esta noche?

- Perfectamente, Claude. ¿Y tú?

- Muy bien, señor, gracias. Vuestra mesa está por aquí - añadió, guiándoles.

Jensen separó la silla de Jared y éste dudó un segundo antes de finalmente tomar sitio. Era... extraño que el hombre fuera tan caballeroso. Por un lado era bastante agradable que le prestara tanta atención y fuera tan considerado; por otro, Jared no era ninguna chica.

Tras ello, Jensen se sentó frente a él y abrió la cubierta de cuero rojo del menú.

- ¿Cómo conseguiste una reserva en un sitio así con tan poca antelación? - preguntó Jared mientras abría también su menú.

- Es un club privado - respondió, mirándole-. El dueño es amigo mío.

- ¿Así que le llamaste esta tarde y le dijiste que necesitabas una reserva y él sencillamente respondió "muy bien"?

- La verdad es que no hice tal cosa - dijo una profunda voz masculina tras ellos, y Jared se giró hacia ella mientras el hombre se acercaba a la mesa hasta situarse entre ambos. Era guapo en el sentido rudo de la palabra: fuertes ángulos en su rostro cuadrado, poderosa mandíbula y ojos azules que brillaban profundos y pícaros. Su pelo era castaño claro, largo y algo ondulado, y hacía un extraño contraste con el caro traje llevaba; aún así, era como si encajara en cierta manera: lucía perfectamente natural en él. Parecía el tipo de hombre que podía estar cómodo en cualquier lugar y llevando la ropa que fuera.

El recién llegado echó una mirada hacia Jensen y sonrió. - Le dije que de ningún modo sería capaz de preparar una nueva mesa en tan poco tiempo. ¿Sabes lo que me dijo él entonces? - preguntó, dirigiéndose esta vez hacia Jared-. Me dijo: "Por favor, Chris, es realmente importante." Por favor. ¿Te lo puedes creer? De Jensen prefiero-morir-que-pedirle-un-favor-a-nadie Ackles. Y entonces añadió que era para alguien especial - el hombre (cuyo nombre Jared estaba suponiendo que era Chris) sonrió-. Conozco a Jensen desde el instituto y nunca, jamás, le escuché referirse a ninguna persona como "especial." Así que - finalizó Chris encogiéndose de hombros-. Hice la maldita reserva y pensé que tenía que conocer a esa persona especial por mí mismo.

La cara de Jensen se torció formando una sonrisa algo reticente-. Jared, te presento a Chris Kane, el amigo del que te hablaba. Chris; Jared.

- Un placer - dijo Chris extendiendo su mano. Jared se la estrechó y notó el firme y fuerte apretón que le dieron los suaves dedos-. Te diría que tuvieras cuidado con él - agregó señalando a Jensen con la cabeza mientras dejaba ir su mano-, pero supongo que si a estas alturas eres considerado alguien "especial", seguramente ya sepas lo bastardo que es - guiñó un ojo aligerando de esa manera y por completo el tono de sus palabras, y Jensen suspiró en el otro lado de la mesa-. No dejes que te espante.

- Chris... - advirtió el profesor.

- Ya sabes que eso no es sano para tu tensión, Jen - se inclinó hacia Jared como si fuera a contarle un secreto-. Sólo mírale ahí, todo convencional. Jamás imaginarías que en el instituto fue un completo demonio, ¿verdad?

Jared entornó los ojos y le miró sospechosamente. No, verdaderamente no podía imaginárselo.

El hombre se rió-. Ya te lo contaré todo algún día.

- ¿Has terminado? - interrumpió Jensen entonces con un peligroso matiz en su voz.

- Casi. Esto se merece algo tan especial como la propia situación - Chris elevó una de sus manos, hizo sonar sus dedos y un camarero apareció como si hubiera surgido del mismo aire-. Gabe - le dijo-. Una botella de Château Mouton Rothschild del 44 para estos dos por parte de la casa. Y cuida bien de ellos esta noche.

- Sí, señor - Gabe asintió y se marchó casi tan rápido como había aparecido.

- Ahí lo tienes - Chris sonrió, satisfecho-. Ahora sí he terminado. Pasároslo bien.

- Gracias - sonrió Jared.

- Te vemos, Jared - dijo dirigiéndole una mirada mordaz a Jensen-. ¿Verdad? Oh, y... - añadió posando su mano en el hombro del profesor-. Cuando digo "vemos" me refiero a que Steve y Tim están deseando conocer pronto a Jared, a tener en cuenta que os he dado la mesa que habían reservado para hoy.

- Gracias - Jensen sonrió muy ligeramente y miró a su amigo de forma asesina.

- No hay por qué - Chris sólo sonrió de vuelta, le dio unas palmadas en el hombro y desapareció entre el resto de las mesas.

- Tienes que perdonarle - dijo el profesor-. No ha tenido la oportunidad de tomarme el pelo en mucho tiempo y lo está disfrutando demasiado.

- Está bien - sonrió Jared-. Es agradable saber que estás haciendo algo que normalmente no harías, sobre todo sabiendo que odias tener citas.

- Y odio tenerlas - se encogió de hombros-. Pero esto es diferente.

Jared elevó su cabeza y observó cómo Jensen estudiaba el menú sin levantar los ojos de las hojas. - Ahora viene la parte en la que se supone que me dices por qué es diferente - pinchó.

Entonces, el profesor puso una mano bajo su barbilla y le devolvió la mirada deliberadamente. - ¿Esto es una de esas cosas que hacen las personas que tienen una relación? - preguntó, sonriendo provocador.

- Sí - Jared le devolvió la sonrisa-. Se le llama comunicación.

- Hunh - dijo el hombre pensativamente-. No me explico por qué he estado evitando tener una... - sin embargo, la comisura de su boca se elevó un poco más, agrandando su sonrisa-. Es diferente porque no se trata de negociar algo. Se trata sencillamente de... hacer algo bueno por ti.

Jensen no dejaba de sorprenderle. - Aw, ¿sabes qué? Eso es bastante dulce - Jared no pudo evitar molestarle un poco.

- Sigue con eso y te llevaré a casa ahora mismo - sin embargo sonrió cuando lo dijo, y Jared rió al escucharle.

- Y estoy encantado de que me trajeras aquí, es realmente genial, pero... - Jared se puso mucho más serio al decirlo-. No tenías por qué.

El hombre asintió. - Lo sé - y esta vez fue una sonrisa completamente genuina la que envolvió sus facciones-. Ésa es la razón por la que quise hacerlo.

Y ahí estaba: la oportunidad perfecta para poder hablar de cualquier cosa. La boca de Jared se secó y se lamió inconscientemente los labios. - Así que - comenzó, dubitativo-, todo ese asunto sobre las "elecciones"...

Gabe eligió ese preciso momento para llegar con su vino y Jensen desechó todo el ritual de presentación del producto y le echó sin más dilación.

Jensen deslizó dos dedos alrededor del tallo de su copa y situó su pulgar bajo la base para levantarla y girar el líquido borgoña. - Jared - dijo calladamente, mirándole por encima de borde cristalino-. Dejaste que la elección recayera sobre mí y elegí no tenerte en mi vida. Viví así durante tres semanas y yo... - dudó durante unos segundos y miró hacia la bebida- no fui feliz. Pero entonces descubrí qué era lo que necesitaba - sus ojos regresaron una vez más a los suyos-. Como he dicho: estoy aquí porque quiero estarlo y no porque deba - el estómago de Jared hizo algo extraño que no fue exactamente pegar un bote o voltearse, y tragó duro. No podía creerse lo abierto que estaba siendo Jensen y le golpeó una vez más la comprensión de que el hombre no estaba acostumbrado a aquello. Que seguramente nunca se había abierto tanto con nadie. Jensen tomó un sorbo de su vino, lo saboreó durante varios segundos y posó la copa en la mesa, deslizando su dedo sobre el fino cristal. - Así que ambos estamos aquí por las razones adecuadas - terminó como si con eso quedara todo resuelto, aunque Jared pudo escuchar claramente la pregunta implícita en aquellas palabras.

- Yo sólo estoy aquí por la comida - dijo, guiñándole un ojo.

- Entonces será mejor que decidas qué vas a pedir, porque Gabe vendrá de un momento a otro.

Jared asintió pero siguió sin mirar hacia su menú, viendo en su lugar cómo el otro hacia lo propio.

- Jensen... - empezó, queriendo explicarse y asegurarse de que Jensen sabía que estaba bromeando.

Éste ni siquiera levantó la cabeza y sencillamente asintió una sola vez. - Lo sé.

Eso fue suficiente para que Jared sonriera a pesar de que no le estuviera mirando. Cuando finalmente pidieron, se decantó por una ensalada de hinojo que llegó coronada con gajos de naranja perfectamente limpios y granos de granada rojos como la sangre, todo ello cubierto con queso Pecorino. El vino era pesado, envejecido y aromático e hizo cosquillas en su lengua: jamás había probado nada parecido, lo que demostraba a su vez lo carísimo que debía ser. Chris debía estar realmente contento, y a esas alturas ya no importaba que seguramente supiera que Jared tenía menos de veintiún años.

¿Y qué había con lo dicho por Chris sobre que nunca había oído a Jensen pedir un favor y mucho menos llamar a alguien especial? Ni siquiera sabía qué pensar sobre eso. Sí, ni sobre Jensen apareciendo en su porche, confesándole todo y siendo tan... increíblemente honesto esa noche. Tan amable, atento, considerado y cuidadoso en todos los sentidos. No lo sabía, pero tampoco podía dejar que su mente se centrara sólo en eso.

El segundo plato llegó: filet mignon en salsa de vino y champiñones para él y cordero a las finas hierbas para Jensen. Ambos dejaron de hablar una vez más y de mirarse para sumergirse en un coro de "Oh, Dios" mientras comían y seguían degustando la magnífica bebida que tenían a disposición. Cuando sus platos estuvieron finalmente vacíos, Jared se reclinó sobre su asiento, aún dándole vueltas sin poder evitarlo a la conversación que habían mantenido con Chris.

- ¿Es...? - elevó su copa y dio un nuevo trago-. Quiero decir, Chris parecía realmente... sorprendido de que me trajeras aquí. ¿En verdad esto es tan... extraño viniendo de ti?

Jensen se inclinó ligeramente sobre la pequeña mesa y dejó que el primer nudillo de su dedo índice reposara bajo su nariz, cubriendo de esa manera su boca con su mano. - En caso de que mi ensayo no lo explicara bien... - dijo antes de aclararse concienzudamente la garganta-. Sí.

Jared rió dentro del nuevo sorbo que estaba dándole a su vino y tuvo que doblarse, toser y dejar que el líquido saliera dispersado hacia su mano libre. - Muy bien - dijo cuando pudo volver a hablar-. Es sólo... que para mí resulta un poco difícil comprenderlo todo.

- Huh - dijo Jensen asintiendo y reclinándose también en su asiento mientras su mano regresaba a su copa-. ¿Difícil para ti? - preguntó con los ojos más abiertos de lo normal y elevando sus cejas a la vez que daba cuenta de su bebida.

- Apuesto a que tu sutil sentido del humor no es muy apreciado por el resto del mundo - Jared le sonrió.

- Ciertamente no lo es - asintió Jensen haciendo una mueca que pretendía fingir tristeza.

- Espera - dijo Jared cuando el pensamiento le golpeó repentinamente-. Me has explicado cómo siempre mantenías separado lo que era salir con alguien de aquellos a quienes pretendías educar... y estamos en una cita... - frunció el ceño no muy seguro de cómo expresar lo que quería decir-. Eso significa... - finalmente terminó encogiéndose de hombros, dándose por vencido-. ¿Qué significa?

Jensen entrelazó sus manos y pareció... bueno, serio... pero también había algo más de trasfondo. Algo que Jared no pudo descifrar. ¿Preocupación?

- Depende de ti - dijo-. Pero... estaba esperando que tal vez pudiéramos intentar algo diferente. Algo entremedias. Quiero llevar esta relación como si fuéramos iguales, pero... - Jensen se reclinó ligeramente hacia atrás-. La verdad es que realmente disfruto de los aspectos de dominación y sumisión que hay entre nosotros, así que tenía la esperanza de que pudiéramos mantener eso al menos en el plano sexual. Aunque ahora en vez de lecciones lo hiciéramos sencillamente porque... lo disfrutamos, si es que tú lo haces - añadió.

Jared pensó sobre ello durante unos momentos, dándole vueltas concienzudamente... y fue incapaz de que se le ocurriera algo más perfecto que una combinación de ambas cosas. - Lo disfruto. Siempre lo hice precisamente por eso y también porque tú lo hacías, así que no quiero que se termine porque... - inclinó su cabeza ligeramente hacia abajo y sus ojos siguieron el mismo camino-. Es jodidamente caliente.

- Oh, gracias a Dios - Jensen suspiró visiblemente relajado.

- Y ni siquiera me importa que me dirijas algunas veces y me enseñes otras cosas, pero tal vez... cuando no y también en esos casos podríamos sencillamente... ¿follar? - preguntó riéndose.

- Me parece perfecto - contestó el profesor.

Jared se mordió el labio y ya que estaban hablando de aquello quiso ser completamente sincero. - Quiero que sepas que una de las razones por las que lo disfruto... es porque hace que me sienta como si fuera tuyo - no estaba muy seguro de cómo se lo iba a tomar Jensen, pero necesitaba que lo supiera para que entendiera cómo se sentía en aquel momento respecto a ese tema.

De pronto, las luces bajaron de intensidad y Jared miró hacia arriba, comprobando que las lámparas se oscurecían considerablemente. Cuando dejó de mirar hacia el techo y regresó la vista, había un hombre sentado en el pequeño banco frente al piano, con las colas de su esmoquin colgando tras él. Estaba acompañado de una mujer morena que lucía un vestido blanco; éste se pegaba completamente a su cuerpo hasta las rodillas, y una vez ahí, ganaba volumen y caía sobre el suelo como si se tratara de una espumosa cascada. También había un pequeño grupo con instrumentos colocados tras el piano, y tras unos breves momentos el pianista colocó sus dedos sobre las teclas y comenzó a tocar. La mujer no tardó en llevarse un micrófono a su perfecta boca color burdeos, y se movió tranquilamente con la música hasta que finalmente comenzó a cantar con una profunda y poderosa voz, rasgando de manera sensual cada palabra.

La gente no tardó en dirigirse a la pista de baile, levantándose de sus mesas con las manos cogidas y enfilando hacia ella con tranquilidad. Entonces, Jensen se levantó también y extendió su mano hacia Jared.

Su corazón comenzó a latir con rapidez y Dios, aquello era ridículo: solamente era un baile. Se quitó la servilleta del regazo, la puso en la mesa y tomó la mano de Jensen. Éste le guió entonces hasta la pista y una vez allí se giró para encararle y se acercó a él.

- En el baile - comenzó el profesor mientras rodeaba la cintura de Jared con un brazo y les juntaba hasta que sus pechos estuvieron en contacto -, cuando tocaron aquella canción - levantó su otro brazo y juntó sus manos, dejándolas allí -, y yo estaba en la pista - entrelazó sus dedos -, todo en lo que podía pensar... - se acercó un poco más, hasta que sus cuerpos estuvieron completamente pegados - era en ti - dio un paso para meterse un poco más en la pista y arrastró a Jared consigo, sin separar nunca su mirada de la de él-. Todo en lo que podía pensar... - giró y dio una vuelta, y Jared le siguió en modo totalmente automático porque estaba hipnotizado por completo por los ojos y las palabras de Jensen- era en cuánto quería bailar contigo - los dedos sobre su cintura se apretaron un poco más, y pudo sentir mejor que nunca el calor y la solidez de aquel brazo rodeándole-. Y entonces, cuando te vi bailando con Steve... - la mano de Jensen le apretó con más fuerza- fue cuando no pude seguir negándolo- los ojos de Jensen vacilaron ligeramente y desvió su mirada hacia el suelo-. Te deseaba. Quería que fueras mío- Jared dejó de respirar, asombrado y aturdido a partes iguales-. Debería haberlo sabido antes de eso- sonrió amargamente y les hizo girar una vez más-. ¿Recuerdas... - continuó - cuando te dije "cuando aprendas eso, entonces te habré enseñado bien"? - el brazo del profesor se deslizó un poco más hacia abajo, hasta reposar en la parte más baja de su espalda y sus dedos se curvaron sobre los suyos-. La frase original es "cuando seas capaz de quitarme esta piedra de la mano, estarás listo para partir" - Jensen tomó aire-. Pero no fui capaz de decirte eso, ni siquiera entonces - sacudió su cabeza con lentitud, y la suave luz bailó sobre los ángulos de su mandíbula-. No estoy acostumbrado a desear, Jared - susurró casi seductivamente; lo dijo como si fuera una advertencia y una invitación, todo a la vez. Jared sintió entonces cómo el aliento del hombre chocaba contra sus labios, atrayéndole inevitablemente con la misma fuerza que la gravedad. La otra boca le resultó más suave que nunca mientras la lengua ajena acariciaba tentativamente sus labios; pero el gesto fue demasiado rápido y un simple reflejo de un verdadero beso-. Tú... - Jensen deslizó su mejilla contra la suya y movió su boca hasta que pudo susurrar en su oreja-. Fuiste jodidamente difícil de resistir.

- ¿Y ahora? - preguntó Jared con voz apenas audible.

- ¿Ves que me esté resistiendo? - la de Jensen, sin embargo, fue un profundo y gutural ronroneo.

Las palabras se deslizaron bajo la piel de Jared y enviaron escalofríos a lo largo de su cuerpo. Jensen le guió entonces en un complicado paso y él le siguió por instinto -completamente perdido en el momento- dejándose llevar por el ritmo del otro cuerpo. Pudo sentir la boca del hombre curvándose en una sonrisa y sus dedos apretando con firmeza los suyos, y trató de imaginarse cómo se verían.

Había algo de humo en el ambiente y el sonido del piano llenaba el lugar, acompañado por el bajo timbre de las voces que susurraban en la pista y la rasposa voz de la cantante en su ajustado vestido. El suave brillo del instrumento se dejaba ver tras ella y las sutiles luces del salón se reflejaban sobre su superficie, creando figuras sombreadas. A su alrededor, la gente estaba mucho más animada: hombres y mujeres hablando y riendo, vestidos con elegantes sedas y terciopelos y cubiertos de brillantes joyas. Jared estaba completamente pegado a Jensen, los latidos de sus corazones palpitando juntos, sus manos entrelazadas y la mejilla del profesor descansando en su mandíbula mientras se movían y giraban suavemente, moviéndose con gracia como si en realidad fueran un sólo cuerpo. Se desplazaron entre las otras parejas y lo hicieron apoyándose el uno en el otro sin timidez ni incomodidad, como si las últimas tres semanas jamás hubieran existido... como si todo hubiera sido siempre de aquella manera entre ellos.

El piano dejó de sonar y la música aceleró su ritmo, quedando solamente marcado por la percusión y la guitarra. Sonaba casi exótico: algo rápido y sexy, del estilo que destacaba en muchas islas. Jensen le giró entre sus brazos, le dio una vuelta completa y volvió a dejarle mirando hacia él; con una de sus manos sobre la base de su columna y la otra apretando la suya, les guió para que ambos hicieran un nuevo y fluído movimiento. Se separaron unos pasos, con las manos aún unidas y los pies deslizándose juntos durante unos instantes, y volvieron a pegarse como lo habían estado hasta entonces. Entonces, los dedos del profesor dejaron los suyos y se deslizaron hacia su cintura, obligando a Jared a mover sus caderas hacia delante y hacia atrás al ritmo que estaban siguiendo las suyas. Jared no se lo pensó: movió sus manos también hasta que descansaron sobre la otra cintura y dejó que Jensen les guiara. Sus cuerpos siguieron moviéndose juntos, haciendo figuras de ocho perfectas al ritmo de la guitarra y moviendo sus pies al compás de la batería.

Para cuando la música volvió a ralentizar su cadencia, ambos estaban sudando y sonriendo, y Jared había tenido que absorber tanta información esa noche que pensó que probablemente ya no podría seguir sorprendiéndose. Giraron suavemente, y Jensen volvió a rodear su cintura en un firme agarre.

El piano tocó una cálida y profunda melodía que resonó en todo el lugar, con notas mucho más altas que se intercalaban entre las suaves, y la voz de la cantante hizo nuevamente aparición con su tono rico y rasposo que sonó más que nunca a brandy y humo de cigarrillo. Era sensual y algo sofocante -como una tarde de verano-; envolvió el salón como si se tratara de un hechizo, y Jared se vio completamente perdido en el sonido, siguiendo el balanceo de Jensen hasta que éste soltó una vez más su mano y la llevó también hasta su cintura, rodeándole por completo. Jared apoyó sus manos en los fuertes hombros, y sus caderas se movieron lentamente, completamente pegadas mientras giraban por millonésima vez. Y bien podían estar bailando completamente solos, porque Jared era incapaz de fijarse en nada de lo que estaba a su alrededor: todo lo que podía ver y sentir era a Jensen.

- ¿Sabes? - murmuró, inclinándose ligeramente y paseando sus labios sobre la mejilla del profesor-. La cena y el baile han sido realmente geniales... - suspiró sobre el pelo rubio, justo detrás de su oreja- pero creo que ya va siendo hora de que nos vayamos.

Jensen se alejó lo suficiente para poder mirarle. - ¿A dónde quieres ir? - preguntó ligeramente sin aliento y con sus ojos desprendiendo calor.

Jared agachó su cabeza y posó su frente contra la otra, mirando hacia a los otros ojos mientras sus dedos se curvaban sobre las solapas de su chaqueta. - A tu casa - susurró con una sonrisa.

El profesor sacudió su cabeza luciendo compungido, y se mordió el labio inferior durante unos instantes antes de hablar. - Y yo aquí intentando comportarme como un caballero toda la noche.

- Y ha sido genial - sonrió Jared-. Pero creo que he tenido suficiente caballerosidad para un solo día - confesó aún balanceándose entre los fuertes brazos-. A menos que tú no quieras...

Jensen le miró con perplejidad, completamente incrédulo. - He dicho "intentando comportarme como un caballero", no que haya perdido la cabeza - se dio la vuelta, deslizó sus dedos sobre los de Jared y apartó su brazo de su cintura antes de dirigirles a ambos fuera de la pista.

El aparcacoches trajo su BMW, le tendió las llaves a Jensen, y éste se dirigió a abrirle la puerta a Jared. Desde dentro, Jared observó cómo el hombre seguía a Jensen con la mirada mientras se dirigía a su asiento, y se giró para disfrutar él mismo de la vista. Ya estaba duro y joder... lo suyo con ese hombre ya era algo casi pavloviano** a esas alturas. Jensen se metió en el coche, encendió el motor y llevó su mano hasta la palanca de cambios, acariciándola durante unos instantes antes de tirar de ella con fuerza. Jared vio cómo las puntas de sus dedos se cerraban en el envés de la zona superior, justo bajo la parte más ancha y Jesús... su polla comenzó a dolerle. Puso su mano sobre su entrepierna para aliviar la presión, y tomó aire con fuerza.

Jensen movió su propia mano para golpearle en la suya. - Ni se te ocurra - dijo antes de moverla nuevamente hasta la palanca.

- Es una lástima que tengas que estar pendiente de las marchas - provocó Jared.

El profesor apartó una vez más la mano de su sitio y se rascó un lado de la nariz con el dedo meñique en un movimiento delicado y preciso, como si estuviera tomando una decisión. Empujó sus gafas un poco hacia arriba para colocarlas en su sitio, y cuando volvió a bajar la mano rodeó con su pulgar y su índice la muñeca de Jared, colocando el resto de sus dedos sobre los suyos. Entonces, tiró de ambas manos para situarlas de nuevo sobre la palanca y movió y flexionó sus dedos hasta que ambos estuvieron agarrándola firmemente.

- ¿Alguna vez has conducido un coche automático? - preguntó mirándole por el rabillo del ojo, tan casual como si siguieran sentados hablando en la mesa del club.

- No - consiguió balbucear Jared.

El profesor volvió a mirar hacia la carretera, pisó el embrague, empujó la mano de Jared y subió la marcha, apretando sus dedos entre los suyos. - Es poder y control, justo ahí, en tu mano - dijo mientras deslizaba la otra mano por el mango hasta que pudieron notar el frío metal bajo su piel, y había algo de obsceno en todo aquello: en cómo se sentía con Jensen apretándole y guiándole de esa forma-. Tu agarre tiene que ser firme, seguro - su voz se volvió un poco más grave-. Tienes que prestar atención a cómo responde ante ti, a todas las señales. Saber exactamente cuándo puedes exigir un poco más - volvió a mover ambas manos hasta que regresaron nuevamente a la parte más alta de la palanca e hizo un giro con ellas, cambiando una vez más de marcha-. Conseguir el mejor rendimiento - se lamió el labio inferior sin apartar sus ojos de la carretera-. Quieres que dure, hacerlo delicadamente. Hacer que ronronee y murmulle, hasta que te suplique por el siguiente...- sus manos se deslizaron otra vez hacia el mango y deshicieron el camino de vuelta- empuje - Jensen convirtió sus palabras en movimiento y subió una nueva marcha, su pulgar moviéndose sobre la palanca hasta que ésta encajó perfectamente en su lugar. Entonces, dejó que su mano descansara, relajándose por fin sobre la de Jared, y su pulgar pasó a hacer círculos sobre el mango de metal; Jared fue incapaz de apartar su mirada de allí.

Tampoco apartó su mano - ni siquiera cuando comenzó a sudar- y la dejó ahí mientras Jensen conducía. Los dedos del hombre estaban acariciando suavemente su piel, las uñas arañándole apenas, y Jared habría pensado que era un gesto completamente ausente si no fuera porque, bueno... Jensen no hacía nada ausentemente.

El otro le soltó finalmente cuando llegaron a su casa, abrió la puerta de Jared para que saliera del coche, y acto seguido puso su mano sobre su espalda mientras caminaban hacia el porche.

Jared fue el primero en entrar. La sala de estar estaba exactamente igual que la última vez que había estado allí: todo perfecto y ordenado. Tampoco echaba en falta nada.

- ¿Nunca te fuiste de la ciudad? - preguntó, girándose.

Vio cómo el otro dudaba unos segundos con los dedos aún sujetando el pomo de la puerta, antes de cerrarla finalmente tras él. - No.

- ¿Por qué no?

Jensen dejó las llaves sobre la mesita que había junto a la entrada y comenzó a aflojar el nudo de su corbata mientras caminaba hacia él. Cuando llegó a su altura, siguió con su dedo la línea de botones de la camisa de Jared. - ¿Tú qué crees? - preguntó, mirándole por encima del marco de sus gafas.

Creía que lo sabía, pero si estaba equivocado... no, de ninguna manera iba a aventurarse tanto. - Porque... ¿cambiaste de idea? - preguntó.

Jensen se acercó un poco más y movió sus manos hasta sus costados. Sus pechos entraron en contacto y el profesor se inclinó hacia arriba, suspirando cálidamente contra la boca de Jared mientras hablaba. - Por ti - Jared no pudo evitar que un escalofrío le recorriera y que las palabras provocaran que su mente comenzara a girar a toda velocidad, pero no tenía tiempo para pensar en ello; la boca de Jensen acababa de cerrarse sobre la suya: caliente, húmeda y exigente.

Las manos del hombre desabrocharon la chaqueta de Jared y se colaron en cuanto tuvieron espacio suficiente, desabrochando también la camisa y acariciando las clavículas recién descubiertas. Sus uñas se movieron dibujando sus siluetas, patinando sobre la piel y dejando caminos de color rojizo tras ellas.

- Te extrañé - las palabras fueron susurradas de manera sinuosa en la boca de Jared mientras las uñas se movían ahora sobre sus pezones y hacia abajo, rodeando sus costillas y siguiendo el camino hasta el borde de sus pantalones, donde se clavaron con un poco más de fuerza. Entonces, Jensen le empujó repentinamente contra la pared y la sacudida del impacto le hizo gemir dentro del beso, sintiendo cómo la cadera del hombre se empujaba contra la suya y sus pollas se deslizaban la una contra la otra a través de las telas de sus pantalones.

Jared mordió el labio inferior de Jensen y llevó sus manos hasta su cabeza para tirar de él y profundizar aún más el beso, introduciendo su lengua en la otra boca y buscando a su compañera; probó su textura y acarició cuanto encontró a su paso. Jensen sabía dulce y algo empalagoso - como vino, azúcar y caramelos - y Jared le saboreó, girando su lengua y chupando, sintiendo al profesor gemir en su boca.

- Dios, tan malditamente dulce - suspiró Jared lamiendo esta vez los carnosos labios-. Todo en lo que podía pensar... - las manos de Jensen se movieron y tiraron de él hasta que pudo deshacer el nudo de su corbata y quitarle la chaqueta y la camisa. Jared se separó de la pared sólo lo suficiente para que el otro pudiera desvestirle, y entonces las manos de ambos volvieron a estar sobre el cuerpo contrario, desesperadas, codiciosas y necesitadas.

- Mierda - Jensen consiguió hablar entre los duros besos que se estaban dando, arañando ligeramente el labio de Jared con sus labios-. Tu piel se siente tan jodidamente bien bajo mis manos... - sus dedos se deslizaron por el estómago de Jared hasta que sus manos se juntaron sobre su pecho, donde comenzaron a hacer pequeños círculos sobre sus pezones. Entonces los apretó entre sus dedos, y su boca volvió a chocar contra la de Jared salvajemente, sus caderas a restregarse contra las suyas y su cuerpo a sujetarle con firmeza.

El profesor estaba quitándose su propia ropa descuidadamente mientras su boca seguía comiéndose la de Jared, empujándole aún más contra la pared; cuando su chaqueta y su camisa cayeron finalmente al suelo, uniéndose a las que ya se encontraban allí, estaba chupando golosamente la otra lengua. No tardó en dirigir sus manos hacia el joven rostro, manteniéndole quieto contra la dura escayola mientras su boca y sus caderas seguían embistiendo. - Todo en lo que podías pensar - susurró Jensen con voz gutural, gruñendo y machacándose contra Jared, sintiendo cómo su cuerpo ardía como si estuviera en llamas-. ¿Quieres saber en qué pensé yo?

- Dímelo - Jared apenas respiraba mientras sus caderas empujaban de vuelta.

- Pensé en la última vez que estuviste aquí - confesó besándole más profundamente-. En cómo te había follado... - mordió con suavidad su labio y deslizó su lengua sobre la carne a la vez que rotaba sus caderas y sus manos tiraban de los otros pantalones-. En cómo te habías sentido... en mi interior.

- Joder - Jared mordió con fuerza el labio del hombre, y los dedos de éste se dirigieron rápidamente hacia sus botones, tirando de ellos hasta abrirlos. Jared escuchó el sonido de la tela cediendo y de la cremallera siseando y tomó aire con fuerza. Pero el profesor se lo robó en seguida, haciéndose con él mientras mordía su lengua y chupaba la punta. Sus dedos se cerraron con posesión en el espacio de piel que había quedado descubierta al abrir los pantalones y empujó a Jared a lo largo del pasillo, hasta que de pronto el mundo dio vueltas y Jared se encontró aterrizando en la cama de espaldas, con el otro trepando sobre él a cuatro patas como si se tratara de una pantera: pecho descubierto y ojos hambrientos.

No tardó en agacharse y besarle húmedo y profundo, haciendo increíbles giros y torsiones con su lengua a la vez que su suave pecho se deslizaba contra el de Jared. Se quitó las gafas, las posó sobre la mesilla de noche y cuando regresó una vez más, una de sus manos se dirigió hacia la de Jared; le tomó de la muñeca, encerrándola con sus dedos, y su pulgar comenzó a frotar amablemente el punto más sensible. - ¿Aún confías en mí, Jared?

De repente todo cuadró: las palabras de Jensen, lo que estaba ocurriendo...- No - contestó sin pensarlo, y el dolor en el rostro del hombre se hizo visible al instante; su mueca hizo que el propio corazón de Jared se apretara. - Quiero decir que sí, confío en ti - añadió rápidamente deslizando su mano y entrelazando sus dedos con los del profesor como si pidiera perdón-. Pero quería decir que no... no quiero esto. No de esta forma.

Jensen parpadeó, frunciendo el ceño ligeramente. - Pensé que querías...

Oh, y Jared quería, por supuesto que sí. Pero había tenido tiempo suficiente para pensar en lo que había ocurrido la última vez sin la ceguera que le había provocado el sexo de por medio... y estaba bastante seguro de saber qué era aquello.- La última vez que hicimos esto lo llamaste un regalo. ¿Se trata de eso? ¿De otro regalo? ¿Piensas que me lo merezco por darte otra oportunidad? ¿Que me lo he ganado como si se tratara de algún tipo de premio? No me debes nada, Jensen, y no tienes que hacer nada para conseguir que quiera estar aquí. Si hacemos esto, hazlo porque quieres... que le jodan a las razones y a la lógica. Si quieres esto, hagámoslo. Pero si tienes que atarme... entonces es que no lo quieres de verdad.

La mirada de confusión en el rostro de Jensen hizo que el corazón de Jared diera un vuelco en su interior. - No importa lo que yo quiera - el profesor negó con la cabeza-. Tengo que darte esto.

Lógica. Reglas. Control. Amaba todas esas cosas en Jensen, pero... - Cuando viniste a mi casa me dijiste que querías que te enseñara - dijo, y el otro asintió. Entonces, tomó aire y le miró directamente a los ojos-. Entonces olvídate de todos los "tengo", olvídate de la lógica y de las normas, de todos tus ensayos. Sólo por un tiempo. Déjame mostrarte cómo puede sentirse esto, déjame que te lo dé a probar... y entonces dime si lo quieres.

La mandíbula del hombre se tensó al instante, y Jared pudo adivinar por su mirada que estaba a la defensiva, inseguro. ¿Y por qué demonios no iba a estarlo?-. Lo sé, parece que te estoy pidiendo mucho, ¿verdad? - dijo. Y Dios, Jared se estaba arriesgando mucho más de lo que se sentía preparado a hacer en realidad, porque no estaba al cien por cien seguro de cuál sería la respuesta de Jensen a su siguiente pregunta-. Pero la verdad es que todo se reduce a una sola cosa... - apretó la mano de Jensen-. ¿Tú confías en mí?

Jensen dudó durante mucho tiempo - demasiado - y finalmente asintió una sola vez, con más solemnidad de la que Jared le había visto jamás. - Lo hago.

Su corazón comenzó a latir al instante a mayor velocidad ante la admisión del otro y lo mucho que significaba. Elevó su otra mano y las puntas de sus dedos acariciaron la mejilla de Jensen, trazando la línea del marcado hueso y la suave piel hasta que finalmente se movieron hacia la curva de su oreja. - ¿Alguna vez... - preguntó casi sin aliento y más triste de lo que le hubiera gustado- has confiado en alguien más?

Los ojos de Jensen vacilaron mientras negaba apenas con la cabeza. - No en mucho tiempo.

Jared no podría explicar cómo se sintió entonces... era demasiado. - Nunca voy a hacerte daño -prometió con un repentino sentimiento de protección creciendo en su pecho. Jensen estaba completamente quieto; sencillamente mordía su labio inferior con fuerza y miraba a Jared fijamente como si estuviera hipnotizado-. Lo prometo- susurró, y deslizó sus manos hasta el pelo del profesor, acariciándole y tirando de él hacia abajo. Presionó suavemente sus labios con los suyos y sintió calidez y seguridad. Las manos del hombre se movieron entonces hasta sus clavículas y después hasta sus caderas mientras su lengua se movía suave y dubitativamente, hurgando en la boca de Jared como si le estuviera probando por primera vez.

- Te quiero - susurró Jared lamiendo suavemente la boca de Jensen, hundiéndose en ella y dejándola una vez más mientras sus lenguas se acariciaban. Un nuevo deslizamiento, una nueva fricción, y Jared pensó que podría hacer aquello para siempre: tener las manos de Jensen deslizándose con delicadeza hasta sostener su rostro, besándole como si fuera a romperse en cualquier momento si Jensen no tenía el cuidado suficiente. Movió sus manos entre los puntiagudos mechones del profesor y las llevó hasta sus hombros, ayudándose de ellos para elevarse un poco y profundizar el beso, obligando a que Jensen se moviera con él. Empujó el fuerte cuerpo con su hombro y su cadera, hasta que profesor rodó finalmente sobre su espalda y Jared estuvo sobre él, con las manos del otro apretando firmemente su piel.

Jared se lanzó en picado. Chupó la lengua de Jensen hasta que estuvo en su boca, movió sus caderas hasta que éstas rotaron con firmeza sobre las otras, haciendo que sus pollas se presionaran a través del suave algodón, y sintió el calor y la dureza dentro del movimiento. El creciente placer les dejó a ambos respirando pesadamente, y atrapó el labio de Jensen entre sus dientes mientras un gemido escapaba de su boca. Se besaron con fiereza, con embestidas y empujones de sus lenguas y con sus barbillas girando, buscando el ángulo adecuado para besarse con mayor profundidad. Las manos del profesor se movieron por la espalda desnuda de Jared y las puntas de sus dedos se detuvieron, tentadoras, en el borde sus pantalones, moviéndolas entonces hasta situarlas sobre los huesos de sus caderas.

- Voy a hacer que te sientas tan bien... - susurró lamiendo la silueta de los dientes de Jensen y el resbaladizo interior de su labio superior. Todas las rectas y las curvas de sus cuerpos se amoldaron y pudo sentir el firme pecho del otro contra el suyo, su corazón latiendo con rapidez bajo el propio, y el movimiento de los músculos de sus estómagos mientras se restregaban el uno contra el otro. Chupó y lamió la fuerte mandíbula, moviéndose hacia abajo y notando cómo jadeaba cuando atrapó el punto donde su pulso latía con fuerza, probando el gusto a sal y almizcle de su sudor. Su lengua se movió sobre la gruesa vena, deslizándose entre sus clavículas y recorriendo su contorno antes de seguir hacia abajo, bebiéndose todo lo que encontró en su camino hacia el centro del fuerte pecho. No pudo evitar abrir los ojos mientras seguía lamiendo un recorrido invisible hacia el ombligo y deslizaba las puntas de sus dedos sobre los erectos pezones; Jensen tenía sus dedos cerrados con fuerza sobre las sábanas, la cabeza inclina hacia atrás y sus ojos clavados en él, dejando solamente a la vista un ligero resquicio verde entre sus párpados semicerrados.

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traducción, jensen/jared, rps fic, fic

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