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Cabecera por
inanna_maat Título: But Then My Homework Was Never Quite Like This
Autora:
thenyxie Traductora: Nagareboshi
Pareja: Jensen/Jared
Rating: R (NC-17)
Extensión: 85,984 palabras
Estado: Completo (6 chaps + Epílogo)
Notas de la autora: Definitivamente D/s pero nada demasiado fuerte. Jared tiene 18 años, Jensen tiene 26 y la gente puede fumar en público en MI San Francisco.
Notas de la traductora: Creo que sólo puedo deciros: ¡a disfrutar!
Resumen: Jared tiene dieciocho años y está cursando su último año en una escuela privada de San Francisco. Siempre se ha apoyado en las generosas donaciones que sus padres realizan a la escuela, pero eso es hasta que su profesor de física es repentinamente reemplazado por el exasperante, irritante e increíblemente guapo Sr. Ackles. A pesar de que Jared se las ha arreglado toda su vida gracias a su dinero y su encanto, el Sr. Ackles parece creer que necesita ciertas... lecciones de autocontrol. Sin embargo, el rumbo que va tomando su relación les llevará eventualmente mucho más allá de lo que ninguno de los dos hubiera previsto.
VI
Jared se pasó el resto de la tarde absolutamente acojonado.
Chad, por supuesto, pensó que todo aquello era la mejor situación del mundo. - Así que, ¿básicamente tú dijiste "dame lo que sea, hijo de puta", y él sólo dijo... - Chad hizo una mueca y puso un tono de voz completamente chirriante y bastante aproximado al de una chica- "está bien, Jared?" - Chad movió la mano por el aire y se rió-. Es una jodida chica. Sabes, podría decirte que alguien que actúa de manera tan dominante tiene serios problemas en lo que respecta al concepto que tiene sobre sí mismo. Eso, o una polla pequeña. Trata de COMPENSAR de alguna manera, ¿sabes a lo que me refiero?
- Sí - dijo Jared peleándose con los botones de su camisa-. Bueno, tú no conoces a Jensen.
- Le conozco lo suficiente. A menos que haya algún tipo de basura que no me estás contando, claro - añadió mirando a su amigo con curiosidad.
- Tal vez un par de cosas - murmuró Jared-. Pero sabes todo lo importante sobre como es... - se detuvo y suspiró-. Sobre cómo era conmigo cuando estaba en su casa.
- Así que... bien - Jared pudo ver cómo los engranajes giraban dentro de la cabeza de Chad mientras caminaba hacia la ventana; elevó una mano e hizo un movimiento con los dedos como si estuviera agarrando algo-. Tal vez tú eres como su Kryptonita - se giró hacia él-. ¿Entiendes lo que digo?
Jared le miró desde debajo de su flequillo mientras arrastraba sus dedos sobre el cobertor de su cama. - No, no lo soy. Jensen ni siquiera tiene una Kryptonita, tío. Es como... sobrehumano.
- Ja - Chad descartó la idea al momento-. Incluso los superhéroes y los súpervillanos tienen debilidades. Todo el mundo tiene una, Jay, y por lo que me has contado... lo diferente que es cuando estáis a solas... yo diría que la suya eres tú - Chad se encogió de hombros y elevó las manos, como si eso cerrara la discusión. Sacó un cigarrillo del paquete que reposaba en la mesa de Jared y comenzó a encenderlo.
- Tío, sabes que a mi madre le dará un ataque y lo último que necesito en estos momentos es aguantar sus mierdas.
- Me quedaré junto a la ventana. Además, siempre puedes llamar a Superman para que me salve el culo, ¿no? - Chad sonrió y cerró el mechero.
- No- dijo Jared con seguridad-. Porque él no es Superman.
- ¿Bizarro? - preguntó Chad esperanzado.
Jared negó con la cabeza. - Él es como... una especie de dios, o algo así.
- ¿Ves? Ahí es donde te equivocas por completo, Jay - dijo Chad fingiendo sabiduría absoluta mientras expulsaba el humo a través de la cortina y hacía movimientos hacia Jared consiguiendo que su cigarrillo formara espirales grises y azuladas-. Ésa es la razón por la que terminaste tan jodido. Él es humano. Quiero decir que sí, de acuerdo, todo el asunto de la Princesa de Hielo sigue estando ahí, pero aún así es humano. Todos lo somos... a menos que sean robots - Chad se calló y movió su cabeza de un lado a otro mientras daba una nueva calada a su cigarro-. Y sí - concedió mientras exhalaba- si alguna vez hubiera un candidato para ser un robot sería sin lugar a dudas el Sr. Ackles, pero aún así. Los más extravagantes están en contra de ello, así que salvo que haya estado quedando con Spielberg... porque ya sabes... - añadió dándose la vuelta para señalar a Jared y haciendo un anillo perfecto con el humo-. Spielberg reemplazó a Tom Cruise por una réplica animatrónica hace años, ésa es la razón por la que "Cruise" - Chad hizo unas comillas en el aire mientras pronunciaba el nombre - hace todas esas películas a día de hoy. Quiero decir, en serio, ¿crees que alguien real podría sonreír así? Es como Tiburón y todas esas mierdas: creo que Spielberg utilizó piezas de repuesto del robot del tiburón en él, es jodidamente aterrador.
- Chad - dijo Jared sin rodeos-. No tienes ni idea de lo afortunado que eres en este momento de que te quiera.
- Por supuesto que lo haces - respondió girándose y expulsando el humo por la ventana-. ¿Quién coño no lo haría? - se encogió de hombros.
Jared decidió no ponerse a hacer la lista y tuvo que contar dos veces hasta diez hasta que consiguió ignorarlo. Tenía los nervios completamente al límite y llevaba toda la tarde sintiéndose enfermo así que no debía importarle lo que dijera Chad. Aunque Jensen le hubiera invitado eso no significaba que él estuviera dispuesto a nada. Para él, era tan verosímil que su culo fuera apaleado como que fuera follado, y lo de "apaleado" no iba en ningún posible buen sentido que la palabra pudiera tener. No tenía ni idea de por qué Jensen le había citado o qué demonios tenía planeado - a pesar de que estaba seguro de que el profesor había preparado algo, sin duda; sólo estaba seguro de que sería algo que jamás se hubiera esperado.
Jared se movió por la cama y se situó al lado de Chad, hasta que sus hombros se estuvieron tocando. - Hey, dame una calada - dijo señalando el cigarrillo. Chad arqueó las cejas, inclinó la cabeza y se lo ofreció como si hubieran estado en el funeral del chico. Jared puso los labios en él y dio una lenta calada... y comenzó a toser al instante; se sostuvo del alféizar de la ventana y escupió pequeñas nubes de humo mientras su lengua se retorcía y la garganta le ardía.
- ¿Mejor? - preguntó Chad cogiendo el cigarrillo de forma experta de la mano de Jared y dándole palmadas en la espalda-. Ya está, deja que salga todo, hombre.
- Que te jodan... Chad - se las arregló para decir con voz entrecortada mientras seguía tosiendo ásperamente.
Chad se encogió de hombros. - No me odies por tener siempre razón.
- Sí - tosió una última vez antes de poder incorporarse al fin-. Porque Jensen es claramente un robot.
El otro sonrió y se giró, centrando el peso de sus brazos en los codos y poniendo rectas sus manos mientras comenzaba a mover sus extremidades con movimientos espasmódicos y desiguales a la vez que su cabeza oscilaba lentamente. Se parecía a un... maldito robot, y a Jared le cogió casi por sorpresa el cambio hasta que el chico dijo en un perfecto y maquinal tono completamente plano. - No puedo dejar... de por encima de ti estar.
Y entonces Jared se tiró sobre la cama y comenzó a toser entre sus carcajadas, porque Jesús.
- ¿Huh? - dijo Chad sonriendo mientras elevaba sus manos en el aire-. Sólo comento.
Jared se quedó en esa posición, dejando que la risa le inundara por completo durante unos instantes y joder, estaba casi sofocado por toda esa energía nerviosa que estaba saliendo a borbotones de su cuerpo; rodeó su estómago con sus brazos hasta que estuvo riéndose a carcajada limpia y las lágrimas estuvieron deslizándose por su rostro.
- Eres malditamente extraño, Jay - Chad sacudió la cabeza-. Tienes suerte de que te quiera, tío, te lo digo en serio.
Jared permaneció allí tumbado hasta que la risa se detuvo al fin por sí sola y solamente quedaron algunas lagrimillas en los extremos de sus ojos. Chad se quedó de pie, fumando hasta que terminó al fin el cigarrillo; levantó la cortina y lo lanzó hacia fuera. Cuando Jared pudo hablar de nuevo, lo hizo calladamente y salido de la nada. - Creo que estoy enamorado de él.
- Joder, tío, ¿y ahora te das cuenta? Deberías haberme preguntado, podría habértelo dicho hace meses. Incluso podría habértelo tallado en la frente - Chad se inclinó y le ofreció una mano ayudándole a levantarse. Cuando estuvo al fin de pie, su amigo apretó su mano y le dio unas palmaditas en el hombro.
- Vete a darle la del pulpo, Jay.
º~º~º~º~º
Se detuvo unos instantes en el porche pero no se sintió para nada como la primera vez que había ido allí. Ni siquiera se parecía a la última que había estado. Su estómago aún estaba encogido por culpa de los nervios y no tenía ni la más remota idea de lo que iba a ocurrir. Se sintió... extraño mientras llamaba al timbre. Nervioso, sí, pero también tenso y a punto de traspasar el límite de adrenalina saludable.
La puerta se abrió casi de inmediato.
- Pasa - dijo Jensen con la mano aún sobre la manilla mientras su cuerpo se inclinaba contra la madera de la que daba un paso hacia atrás. Llevaba puestos unos vaqueros y una camiseta sin mangas, nada más, y los pantalones caían sobre sus caderas dejando a la vista una fina línea de vientre liso y apenas la insinuación de la depresión que formaba su ombligo. Su pelo era un batiburrillo de ondas salvajes, suaves y tintadas de oro debido a la difuminada luz del porche y estaba tan guapo que la imagen golpeó a Jared del mismo modo que si le hubieran pegado una patada en la boca del estómago: dura y pesada. Tomó aire profundamente antes de decidirse finalmente a entrar, sintiéndose aún indeciso hasta que escuchó tras él el sonido de la puerta arrastrándose. Se sentía demasiado extraño estando en aquel lugar de esa manera, y no estaba seguro de a dónde debía ir o qué tenía que hacer. Estaba demasiado acostumbrado a ir directamente hacia la mesa del fondo.
Jensen cerró la puerta y rodeó a Jared, y éste le siguió hasta la sala de estar mientras sentía su corazón latiendo desbocado. Todo estaba ordenado, limpio y recogido; no había ni papeles ni tan sólo una miserable taza de té descansando junto al sillón del centro. Las luces eran bajas, más suaves de lo que las había visto nunca y un sentimiento de extrañeza golpeó a Jared; estaba demasiado acostumbrado a encontrarse a Jensen en aquella sala, ocupado haciendo cualquier cosa.
El profesor se detuvo a medio camino del sillón y se giró hacia él, encarándole. Jared no fue capaz de leer nada en su rostro. La tensión que había entre ellos se volvió incluso más tirante mientras se miraban y no tuvo nada que ver con la distancia que se había abierto entre ellos durante las últimas semanas; Jared sintió cómo su estómago se retorcía de deseo del mismo modo en que lo estaba haciendo por culpa de los nervios.
- ¿Te gustaría...? - Jensen comenzó a preguntar y su mano se movió casi como si estuviera pensando en tocar a Jared, pero antes de alcanzar su objetivo la detuvo en el aire-. ¿Te parece bien si vamos al dormitorio?
Al cerebro de Jared le llevó alrededor de veinte segundos procesar que Jensen le había realmente preguntado. Sus pensamientos giraron con rapidez y trató de averiguar qué estaba ocurriendo, porque él había pensado que hablarían antes de hacer cualquier otra cosa. Pero tal vez Jensen tuviera algo planeado y esa manera en la que se estaba comportando... parecía casi tan tenso como él. Tragó a través del nudo que se había instalado en su garganta y asintió.
El otro se giró entonces y Jared le siguió por el pasillo. La iluminación era tan magnífica como siempre. Perfectos cortes de sombras y luces lo acentuaban todo y cuando llegaron a la habitación Jared pudo ver sin dificultad la botella de vino tinto sobre la mesilla de noche, ya descorchada y llena sólo hasta las tres cuartas partes. Dos grandes copas estaban situadas justo a su lado y una fina capa borgoña cubría el fondo de una de ellas.
Jensen caminó hasta la botella y llenó ambas copas, y Jared pudo observar cómo las burbujas se elevaban mientras el líquido se arremolinaba. Jensen cogió entonces una con cada mano, sus dedos descansando bajo la parte más ancha del cristal y se giró, ofreciéndole una a Jared.
Éste sólo la miró durante unos segundos antes de elevar sus ojos hasta posarlos sobre los otros. - ¿Necesitamos estar borrachos para esto?
Jensen inclinó la cabeza de la que encogía un hombro. - Pensé que tal vez podía ayudar a que nos relajáramos.
¿Nos? La verdad es que en cierta forma era dulce ver a Jensen siendo tan consciente de la tensión que existía entre ambos, pero a la vez también hizo que el estómago de Jared se tambaleara. Si el otro estaba tan tenso como lo estaba él...
Sí, de acuerdo. El vino sonaba como una gran idea.
Jared tomó la copa, la elevó al mismo tiempo que Jensen y tomó un largo trago. Maldición. No era como si no hubiera tomado vino nunca, pero ése estaba realmente rico, con un cuerpo pesado y frutal pero que no dejaba regusto y un toque de cedro y fresno. Era suave y perfecto, y apenas pudo percibir un débil rastro de canela; se lamió los labios y trató de capturar el sabor.
El profesor vació más de la mitad de su copa y se quedó estático durante otro largo momento antes de finalmente dirigirse hacia la cama. - ¿Quieres sentarte?
Jared dio otro sorbo rápido y tragó contra la tensión que se estaba elevando desde sus músculos; se sintió como si fuera a implosionar de un momento a otro mientras se sentaba en el borde de la cama cerca de Jensen. Estaba incómodo y todo era demasiado extraño, y aún así debajo de todo aquello notaba otro tipo de tensión que se elevaba más y que se volvía más ardiente cuanto más se acercaban el uno al otro.
Jensen terminó su copa y la posó sobre la mesilla. Aclaró su garganta y se colocó bien las gafas antes de girarse hacia Jared. Sus ojos se veían más intensos de lo que Jared los había visto jamás y entonces se lamió los labios y ese gesto completamente inconsciente hizo que el corazón de Jared acelerara su ritmo un poco más.
El profesor elevó su mano y las puntas de sus dedos se deslizaron apenas sobre la piel de su mejilla, y Jared juró que pudo sentirlos temblar sólo un poco. El hombre se inclinó hacia delante mientras sus labios se separaban ligeramente y de pronto se detuvo, sus ojos buscando en los de Jared como si estuviera pidiendo permiso.
Jesús. El corazón de Jared estaba en algún lugar cercano a su garganta para cuando se inclinó al fin y su cuerpo entero tembló cuando se encontró con la boca de Jensen.
Se fundieron el uno en el otro, aún pegajosos por el vino, dulce y lentamente. La lengua de Jensen se paseó por los labios de Jared antes de adentrarse entre ellos, y Jared los abrió complaciente, su boca invitadora y su lengua girando alrededor de la otra, chupando de ella los últimos resquicios de cedro y canela. El profesor apoyó su mano contra su rostro y trazó patrones sobre su mejilla mientras le besaba más profundamente y sus lenguas jugaban suaves y curiosas a buscarse una a otra, juntándose y probando. Jared sintió el fondo de su estómago dar un vuelco y su corazón hinchándose dentro de su pecho porque joder... aquel era Jensen besándole. La frialdad había desaparecido por completo y la distancia que se había ido formando entre ellos era devorada segundo tras segundo. Jared elevó la mano que no sostenía la copa y la llevó hasta la mandíbula del profesor, situándola allí y tirando de él. Barrió con su lengua el liso y pulcro interior de la suave mejilla y la movió hasta detrás de sus dientes, paseándola luego por encima de los afilados incisivos y sintiendo al otro hombro estremecerse cuando comenzó a acariciar su paladar. Estuvo disfrutando de las irregulares crestas y de la otra lengua hasta que se vio completamente perdido, atrapado en la sublime sensación de tener a Jensen devolviéndole una vez más sus besos. Eran gentiles mordiscos y suaves lamidas, lentas barridas y fuertes pellizcos sobre barbilla, labios y lengua.
Jensen llevó su otra mano al rostro de Jared y la deslizó a través de su pelo y nuevamente hacia abajo, jugando con los mechones en la base de su nuca y retorciendo los cabellos entre sus dedos. Entonces se alejó sólo un poco y Jared sintió sus labios húmedos y cálidos contra los suyos. - Tal vez deberías posar la copa - sugirió con voz gruesa y caliente.
Jared lo dudó solamente un segundo; se echó hacia atrás levantando la copa, la vació en varios y prolongados tragos y Jensen la tomó de su mano y la posó sobre la mesilla. Sus labios estaban manchados y oscuros por culpa del vino e hinchados y húmedos por los besos, y Jared se inclinó una vez más al encuentro de los otros, permitiendo que su lengua se deslizara sobre aquella carnosa tentación antes de volver a internarse en el húmedo calor. Las manos de Jensen se sentían calientes contra su piel mientras acunaban ambos lados de su rostro y el hombre abrió aún más la boca mientras Jared se deslizaba en su interior, gimiendo mientras el otro atrapaba su lengua entre sus dientes y la arañaba ligeramente antes de chuparla con rudeza. Sabía oscura y dulce, y Jared extrajo el sabor de él consiguiendo que Jensen gimiera hasta que le dejó ir finalmente y ambas lenguas estuvieron deslizándose juntas una vez más. Pudo sentir el calor del vino expandiéndose en su vientre, cálido y meloso, mientras se mezclaba con el fuego de sus venas.
Jensen se separó de él con un suave y último beso y ambos respiraron sin aliento mientras movía su mano hasta la frente de Jared y la llevaba hasta su pelo apartando con sus dedos el largo flequillo. - Quiero darte algo - dijo tan cerca que su boca se deslizó contra la otra cuando habló; su voz era baja y sonaba rota-. Pero primero necesito saber si confías en mí.
Las palabras golpearon a Jared como un rayo y sintió cómo la última puerta que aún permanecía cerrada en su interior se abría. - Sabes que lo hago - susurró de vuelta.
- En ese caso confía en mí - dijo Jensen, y su cálido aliento se deslizó dentro de su boca justo antes de que su lengua lo siguiera y lamiera lentamente su interior.
- Extrañé esto - susurró Jared, y sus palabras fueron tragadas por la boca de Jensen-. Te extrañé - añadió y se empujó más contra él, enredando su lengua con la otra. Era estúpido y ridículo porque habían estado follando toda la semana, pero no había sido así.
- Shhh - Jensen le devolvió el beso, lento y constante-. Lo sé - le mordió y le lamió, arrastrándose suavemente por su barbilla con sus labios y su lengua. Sus dedos siguieron deslizándose entre su pelo apartándolo de su rostro y Jared se abrió aún más a él, elevando sus brazos y enredándolos alrededor de los fuertes hombros, acercándole más a él.
Las manos de Jensen se deslizaron entonces también hacia los hombros de Jared y le empujaron sobre la cama; se permitió a sí mismo caer sin poder hacer nada más, y se estiró sobre ella completamente dispuesto y sólo necesitando y deseando. Los dedos del profesor trabajaron sobre los botones de su camisa mientras le daba prolongados besos hasta que consiguió tener la prenda completamente abierta sobre el pecho de Jared. Entonces pasó las manos sobre su piel, recorriéndola calientes y perfectas con total suavidad, bajando hasta su estómago justo antes de que Jared notara cómo el peso del otro se arqueaba contra él mientras sus lenguas seguían enredadas y unidas.
Y Jensen continuó besándole de aquella manera - largo, lento, húmedo, profundo- hasta que se sintió mareado; hasta que notó cómo se relajaba y se hundía en la cama como si fuera parte de ella. Su cuerpo estaba completamente suelto y lleno de deseo y su dura polla se empujaba contra la de Jensen, y aquello era todo. Se rindió dejándose llevar y sintió las otras manos deslizándose por su brazo hasta su muñeca, quitándole con suavidad la manga mientras el índice y el pulgar hacían círculos sobre ella y empujaban su brazo con un poco más de firmeza hacia atrás y entonces...
Frío metal cerrado en torno a su muñeca, delicado e igual de real que los besos que estaban compartiendo.
- Espera - susurró Jared-. ¿Qué...?
El cuerpo de Jensen se movió sobre el suyo en un movimiento fluído y una de sus manos recorrió hacia abajo el brazo de Jared, moviéndose hasta situarse sobre su pezón y comenzando a hacer círculos. - ¿Confías en mí? - preguntó una vez más casi sin aliento; sus ojos rezumaban calor y parecían arder mientras Jared los miraba fijamente.
- Sí - asintió. No entendía qué estaba sucediendo pero sabía que Jensen nunca le había hecho daño, ni una sola vez. Por lo menos no a su cuerpo, vamos, y en lo que respectaba a su corazón éste tenía su propia opinión en relación a todo lo que concernía a Jensen. Ni siquiera era una elección.
Jensen terminó de desvestirle mientras ataba su otra muñeca y ambos tobillos a las patas de la cama. Las esposas eran metálicas por la parte de fuera pero de suave seda en la interior, y le mantuvieron desnudo y estirado hacia las cuatro esquinas del mueble. Jensen se arrodilló entre las piernas de Jared y se tomó un largo momento solamente para mirar su cuerpo. Las puntas de sus dedos rozaron con suavidad el interior de sus muslos y enviaron escalofríos hacia sus rodillas y hasta su estómago. Estaba duro como nunca debido a la anticipación, y cuando el profesor se lamió uno de sus dedos sin dejar de observarle y lo llevó hacia su polla para recorrerla con él Jared brincó debido al inesperado movimiento, pero apenas pudo moverse y se quedó jadeante e insatisfecho cuando el otro alejó su mano.
Jensen se giró, bajándose de la cama y poniéndose de pie. Se mantuvo firme durante unos momentos sencillamente observando a Jared, y entonces se movió hasta sacarse su camiseta por la cabeza justo antes de dirigir sus dedos hacia abajo, deshaciendo el botón de sus vaqueros y quitándoselos.
Y aquello era algo que Jared sencillamente jamás se cansaría de ver. - Dios, eres jodidamente caliente.
Entonces el profesor se dio la vuelta y caminó hacia el aparador y joder... el corazón de Jared casi se detiene. La espalda del hombre era puro músculo y estaba tan increíblemente bien definida como el resto de su cuerpo. Sus hombros eran anchos y la curva de su columna que seguía hasta la pequeña elevación del final era como arte puro tallado en luces y sombras. Magnífico. Pero su culo - Dios bendito- era tan perfecto como Jared siempre se había imaginado: el musculoso arco elevado y firme. Era el culo más perfecto que jamás había visto, y posiblemente el culo más perfecto que hubiera conocido la humanidad.
- Tan sexy - susurró Jared mientras le observaba moverse. Estaba buscando algo en la cómoda y su corazón comenzó a latir desbocado cuando vio cómo el otro tomaba el bote de lubricante y lo destapaba. Jensen miró hacia él a través del espejo que había sobre el pequeño mueble, como si estuviera tomando algún tipo de decisión, y entonces volvió a desviar la mirada dirigiéndola hacia abajo y esparció el líquido sobre su mano. Jared aún seguía viéndole a través del espejo; su cuerpo, la profunda mirada en su rostro, el húmedo barniz cubriendo sus dedos y goteando entre ellos... y no pudo evitar tragar duro cuando sintió cómo su polla se sacudía.
Jensen desplazó sus pies ligeramente mientras seguía esparciendo el lubricante y separó sus piernas un poco más, y Jared pareció confuso durante unos segundos hasta que... "Oh Dios mío"
La forma en la que lo hizo fue completamente casual. Rodeó su cuerpo con uno de sus brazos y deslizó sin dudar su dedo índice entre los músculos de su culo hasta que la punta de uno de ellos estuvo jugando y tanteando tranquilamente, moviéndose en pequeños círculos sobre la zona.
Y Jared estaba demasiado aturdido incluso para respirar. Tenía los ojos completamente abiertos y notaba cada uno de sus nervios al límite mientras observaba la escena. Oh Dios. Gimió mientras el dedo del profesor presionaba finalmente con algo más de fuerza y se deslizaba dentro de su cuerpo, y vio cómo el pecho del hombre se elevaba con una repentina y fuerte respiración mientras su cuerpo se ponía algo tenso y temblaba. Entonces comenzó a deslizarse lentamente dentro y fuera, girando y ensanchándose con cada pequeña embestida, y Jared gimió nuevamente mordiéndose el labio inferior mientras su polla palpitaba con dureza contra su vientre.
- Joder- dijo con los ojos fijos en la mano que Jensen seguía moviendo en su interior-. ¿Tienes la más ligera idea de lo malditamente loco que me vuelves?
El hombre sacudió sus caderas un poco y dejo escapar un sonido bajo desde el fondo de su garganta. Ondeó su cuerpo con suavidad y entonces introdujo un segundo dedo, gimiendo y sacudiéndose, susurrando un "joder" que apenas sonó entre su agitada respiración.
- Mierda - gimió Jared-. Intentas matarme - aquello era simplemente la cosa más caliente que había visto jamás. Jensen seguía follándose sus propios dedos con lentas y rotatorias embestidas de sus caderas; los dedos brillaban húmedos y seguían deslizándose hacia dentro y hacia fuera y Jesús. Jared pudo sentir cómo el deseo arañaba sus entrañas y se agitaba violentamente en su interior. Su cuerpo entero ardía y se mantenía en completa tensión sobre la cama.
Cuando el otro se introdujo un tercer dedo y gimió, Jared casi se traga su propia lengua.
- Joder, joder,por favor... por favor - suplicó Jared sacudiéndose contra sus ataduras. Las caderas de Jensen tomaron velocidad y comenzaron a golpear con más fuerza contra su propia mano mientras los dedos giraban sin tregua, y Jared iba sencillamente a explotar de un momento a otro, ahí tirado sobre la cama y con su polla dura como una roca y doliéndole de aquella manera. Jensen ya respiraba con dificultad y su cuerpo comenzó a ralentizar sus movimientos hasta que sus caderas estuvieron apenas moviéndose. Jared gimoteó cuando le observó separar sus dedos y girarlos dentro de su cuerpo, flexionándolos y curvándolos mientras con su otra mano seguía sujetándose al mueble para mantenerse firme. Jared le siguió observando provocar y jugar en esa zona, estremecerse, temblar y sisear, hasta que se estuvo preguntando si Jensen no le habría llevado allí solamente para torturarle porque joder.
Finalmente, Jensen tiró de sus dedos, jadeando, y su cuerpo entero comenzó a temblar mientras salían de su interior. Le llevó varios segundos y se quedó allí, solamente de pie, quieto y respirando con agitación mientras llevaba también su otra mano hacia la cómoda como si necesitara estabilizarse y reponerse a sí mismo. El estómago de Jared se contrajo cuando vio cómo el otro tomaba el bote de lubricante una vez más antes de girarse y dirigirse de nuevo hacia la cama. Se acomodó entre sus muslos, arrodillándose entre ellos, y dejó sobre el cobertor, a mano, el bote que había llevado con él. Entonces rompió el envoltorio de un condón y Jared gimió mientras sus caderas intentaban moverse todo lo posible debido a la anticipación. El maldito espectáculo que Jensen acababa de ofrecerle casi acababa con él y la verdad no tenía ni idea de en qué coño estaba pensando el profesor cuando se le había ocurrido torturarle de aquella manera, pero finalmente estaba a punto de ser follado y no podía esperar ni un segundo más.
- Date prisa, maldita sea... apúrate - gimió.
Las manos de Jensen tomaron su polla con suavidad y Jared se estremeció sintiendo cómo sus pelotas se apretaban aún más y todo él se agitaba y hervía. A su cerebro le estaba costando procesar las cosas y lo hacía con retraso. ¿Jensen le estaba poniendo el condón a él? ¿Por qué estaba...?
- Oh Dios mío - susurró.
El resbaladizo puño comenzó a darle largos y lentos tirones de arriba abajo, deteniéndose sólo de vez en cuando para apretarle justo bajo la cabeza. Jared estaba tan en shock que casi no fue consciente del momento en el que Jensen cesó los movimientos y cerrando la misma mano alrededor de la base de su polla comenzaba a elevarse sobre sus rodillas.
- Querías que te diera algo y te lo has ganado, Jared - susurró Jensen con su voz completamente entrecortada. El sudor se deslizaba por toda su suave piel y Dios, estaba colocando sus piernas alrededor de Jared hasta que éste pudo sentir el ansiado calor sobre la punta de su polla. Jensen hizo un ligero movimiento, un suave vaivén con sus caderas, y Jared pudo sentirle deslizándose sobre él, a su alrededor, arriba y abajo y hundiéndose un poco más profundamente en cada nueva embestida mientras el abrasador anillo de músculos le engullía por completo.
Oh Dios, Oh Dios, oh joderjoderjoder.
- ¿Quieres saber cuántas personas han tenido esto?... ¿Cuántas me han tenido así? - preguntó el profesor provocando a Jared con su cuerpo-. Exactamente ninguna... - continuó mientras retorcía sus caderas y mierda, joder... Jared estaba a punto de perder la cabeza porque mierda, mierda, mierda, mierda-. Exactamente tú - susurró, y entonces empujó.
- Jesús, joder - jadeó Jared tratando de arquearse contra la cama... pero no había sitio al que pudiera ir. Y maldita fuera, la manera en la que se sentía aquello... era jodidamente increíble. La lenta y dulce presión, el cuerpo de Jensen apretando firmemente la cabeza de su polla, tan caliente que casi ardía y joderjoderjoder, estaba dentro de Jensen. Jared vibró entero notando cómo su cuerpo se ponía aún más rígido mientras el hombre continuaba moviéndose sobre él. El pecho y el rostro de Jensen estaban sonrojados y una fina capa de sudor cubría la pecosa piel; su labio inferior estaba atrapado entre sus dientes y su maravilloso cuerpo seguía hundiéndose cada vez más, tragándose la polla de Jared centímetro a centímetro.
- Dios, eres tan jodidamente grande - gimió Jensen echando la cabeza hacia atrás y cerrando los ojos como si lo estuviera disfrutando. Sus manos estaban extendidas sobre el estómago de Jared y le sujetaban casi posesivamente mientras seguía descendiendo. Pudo sentirle ensanchándose, abriéndose para él, y pudo sentir su polla tan dura que dolía debido al esfuerzo y a la tensión, deseando mucho más y deseándolo más rápido. Jensen movió sus caderas haciendo un sorpresivo giro y Jared tuvo que morderse duramente el interior de su mejilla por culpa de los sonidos que escapaban de la otra boca y de cómo lucía el profesor. Tenía la boca hinchada y roja por culpa de sus besos, la polla dura, las piernas extendidas y la espalda arqueada. Era casi criminal, increíble, y Jared aún no podía creerse que todo aquello estuviera realmente ocurriendo.
Jensen siseó cuando terminó de deslizarse por completo y su cuerpo estuvo reposando contra el de Jared, y éste no pudo evitar temblar entero, lloriqueando y gimiendo agudamente. - Mierda, Jensen - jadeó, tratando de hacer un esfuerzo y arquear sus caderas-. Tan malditamente caliente... eres tan jodidamente perfecto.
Jensen seguía sentado completamente quieto, con la cabeza aún echada hacia atrás y gotas de sudor escurriéndose por su frente, respirando con dureza; Jared pudo sentirle tomar aire y pudo sentir también el temblor de su cuerpo justo antes de que los dedos de Jensen se crisparan de pronto sobre su vientre.
- ¿Todo... bien? - preguntó a duras penas esperando y rezando con todas sus fuerzas para que la respuesta fuera "sí", porque estaba bastante seguro de que si tenía que parar en esos momentos se moriría. Aunque para ser sinceros estaba bastante seguro de que iba a morirse de todas formas.
Los ojos del otro se abrieron, apenas dos rendijas bajo sus párpados medio cerrados y exudando calor por cada uno de ellos. - No tienes... - dijo apretando los músculos de su interior; esta vez fue Jared quien echó la cabeza hacia atrás hasta golpear contra la cama y Jensen jadeó-, ni idea... - susurro con la voz completamente deformada y temblorosa por el esfuerzo. Entonces se movió, elevando sus caderas tan lentamente como se había empalado en un principio. Era completamente enloquecedor lo bien que se sentía y Jared tiró de las ataduras gimiendo y lloriqueando contra la almohada. Jensen ondeó su cintura cuando estuvo a medio camino e hizo una vez más ese sonido que provocaba que Jared quisiera retenerle allí, así, casi en el límite y temblando debido a tanto placer. Las venas de los brazos del profesor destacaban más que nunca en su cuerpo y parecían tensos cables mientras sus dedos le mantenían agarrado con fuerza por el estómago al tiempo que rotaba sus caderas y las palabras escapaban de sus labios-. Dios, joder.
Jensen ya se encontraba completamente cubierto de sudor. Su musculoso cuerpo estaba completamente brillante y su piel se sentía deslizante y resbaladiza contra la de Jared. Éste apretó sus manos en puños y mordió con fuerza el interior de su mejilla tratando de contener los gimoteos mientras observaba a Jensen elevarse hasta casi hacerle salir de él. Rotó las caderas alrededor de su polla y dejó caer su cuerpo una vez más apoyándose en sus manos y haciendo fuerza hacia abajo, girando nuevamente su cuerpo al llegar a ese punto... y Jared estaba completamente ido porque santa mierda... su cuerpo entero estaba en llamas, sentía cada nervio más vivo que nunca y su polla estaba imposiblemente dura, pulsando y vibrando como si fuera a explotar en cualquier momento. Jensen se tomó su tiempo, haciendo provocativos giros y dando repentinas sacudidas cada cierto tiempo, y Jared sintió cómo el calor iba en aumento a medida que el ritmo subía un poco más con cada nueva envestida y maldición... definitivamente iba a morirse.
- Dios. Te sientes... tan jodidamente... bien - consiguió decir con voz entrecortada.
Jensen no sólo le estaba follando. Estaba deslizándose sobre él, oprimiéndole de manera absolutamente enloquecedora, exprimiéndole el cuerpo y tirando de su polla como si no quisiera dejar nada. Y todo era piel desnuda, y las caderas trabajando, y las manos recorriendo su estómago, subiendo hasta su pecho y las cortas uñas enterrándose en la piel con rudeza; la sensación era molesta, como si le estuvieran picando unas ortigas, y Jared se retorció ante el toque luchando contra la sensación de los chispazos dispersándose. Pero entonces Jensen rodó sus caderas una vez más, ésta haciendo una espectacular figura de "8" y le dejó gimiendo mientras aprovechaba para embestir hacia abajo con fuerza con una sonrisa perversa bailando en sus labios.
Jared deseaba más que ninguna otra cosa que hubiera querido jamás en toda su vida - más incluso que tocar a Jensen la última vez cuando habían estado negociando por "lo que fuera" - poner sus manos sobre aquel hombre en ese momento. Tocar esa piel, enterrar sus dedos en aquellas caderas sinuosas y sentir todos esos músculos moviéndose. Sentirle mecerse y girar, empujar y embestir y joder. - Mierda, déjame tocarte - suplicó-. Por favor, por favor, por favor - imploró jadeando cada ruego.
Jensen se mordió el labio mientras negaba con la cabeza. - No - dijo moviendo sus manos y recorriendo con ellas la curva del fuerte pecho de Jared desde la clavícula hasta su garganta, donde los dedos amasaron la fina piel.
- ¿Qué tengo que hacer?
- No hay nada que puedas hacer - dijo Jensen sin dejar de sonreír mientras llevaba su cuerpo una vez más hacia abajo y su lengua trazaba la carnosa curva de su labio inferior. Jared siseó ante la sensación y también ante la imagen, y justo entonces Jensen se inclinó hacia él para lamer también su boca-. Ya negociaste una vez ofreciendo "lo que fuera", así que... - susurró mordiendo la suave y tierna piel del labio superior de Jared-, sencillamente quédate ahí tumbado y... - las manos del profesor apretaron su garganta y le estrangularon lo suficientemente fuerte como para obligarle a jadear en busca de aire; Jared notó cómo su aliento le abandonaba con rapidez mientras Jensen volvía a empalarse fuerte y profundo- sopórtalo - justo en ese momento cerró duramente los dedos sobre su tráquea y le dejó en completo silencio, viendo cómo la boca del más joven trabajaba inútilmente tratando de tomar aire con desesperación.
Jared tenía los ojos completamente abiertos y suplicantes y su polla se sacudía sin control. Dios, no, no quería... aún no. Sus pulmones trataban de inhalar aire a trompicones y su estómago estaba convulsionándose sin remedio. No podía respirar, pero aún así todo aquello, esa sensación, iba directamente hasta su polla. Las contracciones, los músculos de su pecho, la tensión en su vientre... todo ello viajando hacia abajo y presionando sus pelotas mientras su polla seguía envuelta en aquel apretado calor, en ese cuerpo ardiente que seguía sobre él, cubriéndole por completo, follándole, poseyéndole y no, no, no quería. Todavía no, Dios, por favor.
Los dedos de Jensen aflojaron su agarre y dejaron de apretarle lo justo para permitirle volver a jadear y las puntas de sus pulgares se deslizaron resbaladizas a través del sudor de su garganta. Jared regresó del límite justo antes de traspasarlo, pero Jensen seguía sobre él, cubriéndole por completo mientras su lengua saqueaba su boca y su cuerpo continuaba follándoselo, girando, serpenteando y retorciéndose.
- Estás tan cerca... ¿no es cierto?- murmuró Jensen empujándose con fuerza hacia abajo y rotando sus caderas. Jared jadeó contra su boca y sintió al hombre lamer el punto bajo su labio inferior justo antes de que sus dedos volvieran a cerrarse una vez más apretando su garganta. Fue una muy dulce presión que agitó su estómago sin control. Notó su cuello completamente agarrotado dentro del firme apretón y joder, iba a tener marcas al día siguiente pero no podía importarle menos. Se tensó aún más y sus dedos se crisparon, sus pies se retorcieron y una onda le atravesó el cuerpo de arriba abajo dejándole temblando, estremeciéndose. Y Jensen... Jensen sólo le apretaba y lamía profundamente su boca, atrapando de vez en cuando su labio inferior entre sus dientes-. Sí - susurró jadeando la palabra sobre la muda boca de Jared-. Es jodidamente intenso, ¿verdad?
Jared trató de respirar, trato de respirar... pero el pecho le ardía y su cuerpo estaba en completa tensión, así que todo lo que pudo hacer fue sacudirse inútilmente, sin resultado, consiguiendo dar apenas ligeras embestidas con sus caderas. Jensen sonrió, bajo, sucio y justo sobre la boca de Jared, y empujó su cuerpo hacia abajo una vez más mientras apretaba sus pulgares con más fuerza. El cuerpo de Jared se contrajo por completo y Jensen se elevó y se dejó caer una vez más empujándose sobre su polla y chupando la lengua del otro en su boca. Aquello era tan bueno, tan bueno, Dios, y estaba tan jodidamente cerca... por favor, no.
Cuando Jensen le soltó esa vez Jared ni siquiera podía recordar su idioma y mucho menos cómo se hablaba. Todo lo que pudo hacer fue respirar, apretar sus dedos en puños y mirar hacia arriba -hacia aquellos ojos ardientes- rezando por que Jensen le comprendiera sin palabras.
Notó el firme apretón, la fuerte embestida y el deslizamiento que le siguió mientras los dedos se hundían con más profundidad. Sintió las pulsaciones, las sacudidas, las caricias y las convulsiones. El mundo iba oscureciéndose por momentos y Dios, Jensen seguía follándole con un rápido y estable ritmo, montándole con su cuerpo y hundiéndose en él una y otra vez. Sus labios le besaron con lentitud, sus dedos se elevaron hasta su pelo para tirar de él y tras darle un mordisco en la suave carne, Jared volvió a notar el dulce aire llenar sus pulmones.
- Dios, tan bueno - susurró Jensen-. Tan bueno, permitiéndome que te folle de esta manera. Que te tome de este modo...
Los labios del hombre estaban abiertos en una perezosa y perversa sonrisa y sus ojos estaban oscuros y vidriosos. Entonces, onduló las caderas una vez más y Jared pudo sentir los músculos del estómago del profesor contrayéndose, ya cerca del final, y el mundo explotó detrás de sus ojos. Sintió el apretado calor de Jensen ejerciendo mucha más presión, como si se tratara de un tornillo, y era demasiado. El otro lamió los sonidos que salían inútilmente de su boca, murmurando contra él y devorando con aquellos increíbles ojos verdes su rostro.
- Vamos, hazlo - gruñó como si estuviera hambriento por ello-. Quiero ver cómo te corres con tu polla enterrada en mi interior - giró su lengua atravesando la boca de Jared y dibujó un brillante recorrido por encima de su mandíbula-. Quiero sentirlo - susurró atrapando con los dientes la oreja de Jared, y éste no pudo evitar estremecerse y temblar sintiendo al profesor tensarse, apretar y ejercer aún más presión.
- Joder, joder, joder - siseó Jared con el cuerpo completamente agarrotado-. Dios, joder.
- Sí, eso es - respiró Jensen caliente y apremiante contra su oreja antes de bajar dibujando espirales a través de su garganta con su lengua, pellizcando y mordiendo con los dientes.
- No - jadeó Jared. Y Dios, era realmente difícil respirar, pensar o hacer algo que no fuera sentir a Jensen sobre él, cubriéndole-. Quiero ver cómo me follas. Quiero ver cómo lo disfrutas.
Se mordió el labio con fuerza, gimiendo ante la sensación de Jensen machacándose contra él y de esas caderas moviéndose en lentos círculos en cada nueva embestida, como si el otro estuviera haciendo un maldito baile. Dios... era increíblemente caliente. Jensen estaba sobre él, mordiéndose el labio inferior, rotando sus caderas sobre su cuerpo una y otra vez, moviéndose con suavidad de un lado a otro con todos los músculos de su estómago ondulando y cubiertos por una fina capa de sudor y joder, Jared iba a morirse de un momento a otro si seguía ardiendo de aquella manera. Jensen, haciendo aquello, ofreciéndoselo... disfrutándolo.
- Tan jodidamente caliente. Tan hermoso - jadeó Jared-. No puedo creer... que me des esto.
Jensen dejó de moverse y Jared gimió tratando de empujar con su cuerpo a pesar de que ya sabía que no podía hacer nada. Las otras manos recorrieron su pecho y se movieron ligeras hasta llegar a sus hombros. Los ojos - brutos, abiertos, deseosos- le observaron mientras el profesor se inclinaba una vez más y le besaba con suavidad. Los dedos presionaron su clavícula y Jensen se alejó solamente lo suficiente para que Jared pudiera ver su rostro. Y efectivamente, Jared pudo verlo... todo. La expresión de esfuerzo del hombre cada vez que se dejaba caer hacia abajo y lo bien que se sentía, cómo las caderas se mantenían alineadas en cierto ángulo haciendo que Jared sintiera perfectamente cómo su carne se deslizaba una y otra vez sobre aquel dulce punto en su interior y cómo los otros ojos se cerraban todas las veces que eso sucedía. Pudo ver cómo la oscura y ardiente mirada verde le devoraba como siempre había querido que lo hiciera, y no pudo apartar los ojos de él.
- Tú nunca - jadeó Jensen empujándose sobre su cuerpo-, nunca... dejas de sorprenderme.
- Nunca quiero dejar de hacerlo - respondió antes de besarle lenta y profundamente.
Pudo sentir el momento en el que Jensen agarró su propia polla y se estremeció contra su cuerpo comenzando a acariciarse. Fue justo antes de que se lanzara sobre él con inesperada fuerza en un encuentro de dientes y lengua, esforzándose y en completa tensión mientras susurraba. - Una sola persona. Sólo ha habido una persona a la que alguna vez...
Y Jared realmente quería escucharle terminar aquella frase pero joder. El profesor seguía boqueando pesadamente y su cuerpo seguía contrayéndose sobre el suyo y mierda... Jensen estaba corriéndose. Su puño seguía tirando de su polla y Jared pudo sentir la caliente corrida derramándose sobre su estómago y el otro cuerpo estrangulándole con fuerza mientras Jensen jadeaba palabras sin sentido sobre su boca. Jared le besó mordiendo con dureza su lengua antes de dejarle ir para intentar llenar sus pulmones de aire. No pudo. Sus cuerpos estaban completamente pegados, vibrando y temblando y sí, joder, justo así. "Así es como debería ser siempre", pensó juntando su frente con la de Jensen y respirando con fuerza mientras los espasmos se adueñaban de su cuerpo.
Se corrió en el acogedor y tembloroso cuerpo de Jensen sintiendo su polla apretada como si le estuvieran aplicando un torniquete. Subió su boca hasta la otra y silenció las palabras que continuaban saliendo de ella. Chupó a Jensen con fuerza y giró su lengua acariciándole por completo y aprovechándose de la situación mientras el otro continuaba pulsando, corriéndose a lo largo de su estómago.
- Sí - jadeó Jared-. Justo... así, joder.
- Dios... Jared - las manos del profesor tiraron con fuerza de su pelo y volvió a atraerle una vez más hacia su boca. Jared la abrió todo lo que pudo, bebiéndose todo lo que lograba alcanzar y permitiendo que Jensen le chupara y jugara con su lengua. Ambos mordieron y atacaron sin piedad, temblorosos y necesitados. Los besos fueron salvajes y embistieron sus bocas mutuamente hasta que ambos estuvieron débiles, agotados y completamente flácidos, dejando atrás solamente sudor y piel, bocas y manos completamente enredados.
Entonces, Jared se separó del dulce calor de la otra boca y tomó una larga y suave respiración.
- Jensen... te quiero.
Jensen dejó de moverse al instante. Dejó de respirar. Se echó hacia atrás y observó a Jared con los ojos completamente abiertos, dejando más a la vista que nunca aquel claro y profundo verde. Parecía casi frágil y permaneció mortalmente quieto con la cara mudada por completo debido a la sorpresa. Pero Jared no sentía haberlo dicho... no lo hacía. Algo cálido e intenso continuaba recorriéndole y lo dijo una vez más, lento y sin titubear, absolutamente seguro.
- Jared... - la palabra salió junto a su respiración, expulsada toscamente y de manera imperfecta. Los dedos de Jensen acunaron su rostro, y Jared pudo sentir los ligeros temblores sobre la piel de sus mejillas. Entonces el otro sacudió su cabeza lentamente y pudo ver claramente cómo algo se desmoronaba en su mirada, completamente roto. Jensen tomó aliento con fuerza y pareció que le costaba un mundo hacerlo. También pareció completamente inocente de pronto, tan puro que a Jared casi le hirió verle de aquella manera, con el dolor grabado en cada uno de los rasgos de su hermoso rostro.
Recorrió con un dedo tembloroso la boca de Jared, trazando el espacio entre ambos labios. - Dios. Pensaba... - susurró con los ojos aún completamente abiertos e impotentes-. Pensé que podría hacer esto y no... - cerró la boca con fuerza y Jared pudo ver cómo las palabras morían atrapadas mientras la garganta de Jensen se flexionaba; el sudor recorría su frente y sus labios se movieron, trabajando, aunque ningún sonido salía de ellos. Entonces sus ojos se cerraron con firmeza, y sólo en ese momento acortó la distancia entre ellos y le besó.
Fue tierno, dulce y completamente distinto a cualquier beso que hubieran compartido hasta ese momento. Fue cálido. Jensen atrapó su labio inferior entre los suyos y lo mantuvo ahí mientras las puntas de sus dedos recorrían su mejilla provocando suaves estremecimientos en Jared. El peso del profesor estaba completamente apoyado sobre él, su cuerpo aún manteniéndole en su interior, y Jared nunca le había sentido temblar de esa manera, con el corazón martilleándole locamente en su pecho tan fuera de control como el suyo propio. Entonces Jared apretó sus labios y le devolvió el beso con los ojos fuertemente cerrados, tratando con firmeza de contener el nudo que se había formado en su garganta en ese lugar y evitar que se deslizara hacia arriba empujando las lágrimas que comenzaban a formarse tras sus ojos.
Entonces el hombre se separó de él y se incorporó repentinamente, llevando una de sus temblorosas manos hacia su propio rostro y cubriendo sus ojos con ella.
- No necesito que me lo digas de vuelta - susurró Jared-. Sólo quería que lo supieras - pudo ver las cejas de Jensen juntándose mientras le escuchaba y sintió cómo comenzaba a respirar con algo más de fuerza. Entonces puso las manos sobre su estómago y se empujó hacia arriba, haciendo que saliera finalmente de su interior. Jared jadeó ante la momentánea presión que sintió a su alrededor mientras Jensen tiraba hasta que por fin le dejó libre, y escuchó al hombre sisear debido al movimiento; la polla de Jared cayó contra su vientre con un sonido húmedo-. No - jadeó, pero Jensen ya había salido de la cama y se había puesto de pie. El corazón de Jared estaba latiendo frenéticamente y podía notar sus ojos y su rostro arder. Jensen, sin embargo, sólo permaneció allí, dándole la espalda, completamente desnudo y tan hermoso que dolía. Vio cómo se llevaba ambas manos a la cara, quieto como una estatua salvo por su agitada respiración, y Jared estiró su cuello tratando de ver y de captar algo más de él. Quería que le quitara de una vez las ataduras, caminar hasta allí y rodearle con sus brazos.
- Libérame - suplicó. La espalda de Jensen se movió exageradamente cuando tomó aire con profundidad y finalmente apartó las manos de su rostro dejándolas caer a sus costados. Se puso los pantalones del pijama en un rápido y tenso movimiento, y caminó hacia la mesilla de noche para tomar la pequeña llave entre sus dedos y proceder a soltar la muñeca izquierda de Jared. En el momento en el que se vio libre, Jared la movió para alcanzarle, pero Jensen se había dirigido ya hacia los pies de la cama y estaba desatando uno de sus tobillos; aún no podía ver su rostro porque permanecía con la cabeza agachada mientras le desataba también el otro tobillo y la mantenía demasiado inclinada como para que Jared pudiera verle los ojos. No fue hasta que el hombre desató su otra muñeca cuando finalmente levantó el rostro.
Sus labios estaban firmemente apretados formando una fina línea y sus cejas estaban arrugadas como estuviera profundamente inmerso en sus pensamientos o como si estuviera... ¿triste?, y sus ojos estaban cerrados una vez más de manera deliberada mientras la pequeña llave giraba. Cuando Jared quedó libre al fin se incorporó al instante e intentó alcanzarle, pero en cuanto le tocó las manos de Jensen deshicieron el agarre justo antes de lanzar la llave hacia la otra mesilla y dar un paso hacia atrás.
Jared se movió sin pensar hacia el extremo de la cama intentando seguirle y sintió cómo la habitación comenzaba a desdibujarse a su alrededor. Pestañeó con fuerza, clavando sus dientes en su labio inferior y obligándose a sí mismo a no echarse a llorar. No sabía qué demonios estaba ocurriendo, pero aquello no significaba...
- Lo siento - dijo Jensen. Su voz estaba mucho más nivelada ahora, casi uniforme, y cuando Jared levantó la mirada para centrarla en sus ojos no había rastro alguno de lo que había visto en ellos hacía unos minutos. El rostro del profesor estaba completamente tenso y parecía demacrado-. No debí haber hecho esto, ha sido un error.
- ¿Qué? - Jared apenas sintió la palabra escapando de sus entumecidos labios.
- Si hubiera sabido que tú... - una de las manos del profesor hizo un ligero movimiento- te sentías de esa manera, definitivamente no habría hecho esto.
Jared no podía respirar... no podía sentir nada. La conmoción se estaba expandiendo desde su corazón hacia el resto de su cuerpo y estaba devorando todo lo demás. Porque no, la forma en la que Jensen le había tocado... la manera en la que le había mirado...
- Quería darte algo - continuó elevando su mano y llevándola hasta su pelo recorriendo las puntas aún húmedas por culpa del sudor y que no tardaron en adherirse a sus dedos mientras suspiraba-. Tener una última vez juntos.
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