Fanfic - Traducción - But Then My Homework Was Never Quite Like This (Cap.5/6+Epílogo-continuación)

Apr 28, 2011 16:10



Tan pronto como se separaron, Jensen deslizó un dedo entre ambas bocas y trazó la línea exterior de los labios de Jared recogiendo con la punta la viscosidad que se había quedado ahí. Jared le sintió recorrer la línea hacia arriba para hacerse con la pequeña cantidad que goteaba por su barbilla y abrió sus ojos justo a tiempo para verle poner su dedo entre sus propios labios y chuparlo hasta dejarlo limpio. La visión le golpeó como un mazazo y su flácida polla pulsó vagamente en un vano intento por levantarse una vez más porque Dios... aquello era caliente hasta la locura.

Jensen volvió a acariciar la boca de Jared y no pudo evitar chupar el mismo dedo que el profesor acababa de limpiar haciendo círculos con su lengua a su alrededor; ya no quedaba ni un solo resto pero eso sólo lo hizo aún mejor.

- ¿Ningún daño permanente, entonces? - preguntó con el indicio de una sonrisa mientras sacaba finalmente su dedo de la boca de Jared y regresaba a acariciar con él su labio inferior de una lado para otro.

- No - respondió Jared-. Pero eso fue...

- ¿El mejor orgasmo de tu vida? - volvió a preguntar el profesor arqueando una ceja.

- Iba a intentarlo con "formidable" - dijo Jared, y Jensen sólo le siguió mirando expectante con una sonrisa bailando alrededor de su boca; Jared suspiró-. Sí.

El profesor sonrió un poco demasiado satisfecho para su gusto.

- Espera - dijo Jared cayendo en la cuenta de pronto-. ¿Y después de esto aún tengo que hacer lo que tú quieras?

- ¿Crees que es un trato injusto? - la ceja de Jensen se elevó.

Después de un momento, Jared sacudió la cabeza. - No. Pero tengo... tengo una condición.

- ¿Qué? No - la mano de Jensen aún seguía sobre su boca y Jared la sintió ligeramente húmeda contra él-. Nada de condiciones.

- De acuerdo. Llámalo sugerencia, entonces - suspiró.

El otro le miró de soslayo y asintió. - Te escucho.

Jared trató con esfuerzo de sostener la mirada entre ellos; se aclaró la garganta y reunió todo el valor que pudo. - Sea lo que sea, asegúrate de que no sea ni una lección ni un castigo.

- ¿Entonces el qué? - preguntó Jensen sin dejarse derrotar.

- Asegúrate de que sea... algo que quieras de verdad. Algo sólo para ti.

Los ojos de Jensen se cerraron y sacudió la cabeza lentamente, exhalando. - Jared... - entonces sus ojos se abrieron y se fijaron en el joven rostro, y Jared no estuvo seguro de qué vio en él cuando lo hizo, pero era algo que no había visto antes-. ¿Siempre eres así? - el profesor paseó un dedo por su mandíbula-. ¿Siempre le ofreces cosas a la gente de esta manera?

- No, normalmente soy un cabrón - respondió encogiéndose de hombros.

- Eso es lo que pensaba - Jensen asintió como si estuviera meditando sobre ello y las puntas de sus dedos se detuvieron bajo la oreja de Jared-. ¿Entonces por qué te comportas diferente conmigo?

- Porque tú eres diferente.

Jensen bufó al escucharle. - Estoy bastante seguro de que ya recibiste el informe de que normalmente también soy un cabrón.

- Sí, es parte de tu encanto - dijo Jared.

- Ya veremos cuán encantador te parece cuando lo pague con tu culo - respondió sonriendo.

- ¿Y eso va a ser pronto? - preguntó Jared tratando de tomarle el pelo-. Porque ahora mismo estoy muy cómodo justo aquí.

- Oh, ya veo, te crees que eres adorable- Jensen paseó el pulgar sobre el labio inferior de Jared y pareció pensárselo durante un momento antes de terminar encogiéndose de hombros-. Puedes quedarte un rato, pero vas a tener que ayudarme a quitarme trabajo de encima.

Sin embargo, antes de ponerse a trabajar se vistieron y Jensen le introdujo en el serio mundo de cómo preparar bien un buen bistec, porque nunca, JAMÁS, había que pincharlo con un tenedor o todo su jugo se iría mientras lo cocinabas. También le enseñó un truco sobre cómo guiarse por la piel del pulgar para comprobar el punto de cocción de la carne sin tener siquiera que cortarla para poder verlo. Y mientras los filetes se preparaban, Jensen le puso a saltear cebollas y champiñones en vino blanco, algo que Jared tuvo que hacer con el profesor vigilándole por encima de su hombro, guiándole durante todo el proceso. Para cuando hubieron terminado la cocina olía espectacularmente bien, y cuando se sentaron a comer sus filetes tras extender sobre ellos las hortalizas salteadas, Jared se lanzó sobre el suyo con la boca hecha agua; estaba cocinado en el punto exacto y sabía como si no pudiera ser real.

Cuando terminaron de comer, el profesor le hizo cargar con una pila de libros hasta el patio trasero. Estaba aislado de una manera preciosa por arbustos y cipreses, y dos perfectas hileras de flores custodiaban el camino que llevaba hasta un gran área de descanso, donde ambos se sentaron uno frente al otro en una mesa de hierro coronada por un cristal. Jared leyó en alto las notas que había al final de cada capítulo de su libro de clase para Jensen, y éste comenzó a hacer una lista mientras ocasionalmente le pedía que se detuviera, tomando notas aquí y allá. El sol había comenzado a ponerse y el cielo se estaba tornando naranja y rosa, pintando al profesor con matices pastel y cubriéndole de profundas sombras; Jared apenas podía contener sus ojos para que dejaran de elevarse hacia él una y otra vez. Cuando hubo terminado por fin de leer todas las notas, el cielo estaba ya azul oscuro -sólo una fina línea morada persistía en el horizonte- y pudo ver luciérnagas parpadeando en el jardín.

Jensen aún se tomó su tiempo para terminar, comprobando algunos libros y tomando más notas hasta que finalmente asintió satisfecho. No fue hasta que estuvieron recogiendo todo cuando el hombre le mencionó los exámenes finales y Jared se detuvo, dándose cuenta de que inadvertidamente acababa de estudiar para ellos. No pudo evitar hacer un comentario sobre la astucia de Jensen, y aunque éste no dijo ni una palabra, le guiñó un ojo en respuesta. Jensen realmente le guiñó el jodido ojo, y Jared casi deja caer todos los libros que estaba sujetando porque había sido como la cosa más sexy que el profesor había hecho jamás.

Jared fregó los platos de la cena mientras Jensen preparaba té, y hablaron sobre agujeros negros y cuásares, música y libros, películas y actores. Jensen le confesó que no soportaba las películas sobre gays porque eran almibaradamente empalagosas y evidentemente ridículas, pero resultó que ambos tenían cierta debilidad por las películas de terror de serie B de la peor calidad. Cuando hubieron terminado en la cocina se trasladaron a la sala y Jensen le amenazó con asesinarle si alguna vez se le ocurría decirle a alguien que tenía una copia de "Plan 9 del espacio exterior", lo que les condujo a una discusión sobre clásicos y películas de culto hasta que terminaron viendo películas mientras las diseccionaban. Cuando Jared le preguntó al profesor qué tipo de física se usaba en la película, Jensen comenzó a reírse más fuerte de lo que le había visto hacerlo jamás. Y la noche siguió adelante y fue... cálida. Confortable aún cuando Jared estuvo todo el tiempo sentado en el suelo con las piernas cruzadas cerca del sillón del otro; sus papeles no habían cambiado pero había algo diferente. Aún así Jared no se preocupó en descifrarlo en aquel momento porque hasta donde a él le concernía aquella estaba siendo una tarde absolutamente perfecta, así que no pensaba darle más vueltas de las necesarias.

Cuando la película se terminó Jared supo de alguna manera que había llegado la hora de marcharse y se puso de pie mientras los créditos seguían pasando. Despedirse fue solamente un poco incómodo, pero tampoco era como si realmente hubiera esperado un beso de buenas noches; fuera lo que fuera eso no era aquello, y estaba condenadamente feliz por ello.

Recorrió todo el camino hasta su casa pensando en la mirada que había visto en los ojos de Jensen cuando se habían besado mucho antes.

º~º~º~º~º
También fue una buena semana. Jensen seguía siendo... bueno, Jensen, y las cosas seguían siendo sucias, calientes y soeces, pero se sentía cómodo... casi natural. Jared se quedó todos los días después de clase y una memorable hora de la comida que se pasó entera entre echado sobre la mesa de Jensen y apoyado contra ella. El viernes tenían el examen final y Jared estaba bastante convencido de que iba a conseguir sacar la máxima nota. Jensen se aseguró de no tocarle hasta haber corregido su examen y le hizo esperar de piel frente a su escritorio, desnudo y anhelante. El profesor le informó de que había sacado por poco una "A" y procedió a follárselo a lo bestia contra la pizarra.

El sábado por la mañana fue a tomarse las medidas para el esmoquin con Chad y Tom, así que cuando llegó a casa de Jensen ya era bien entrada la tarde. Esta vez no le hizo esperar demasiado tiempo en la mesa; tiró de él hacia la habitación y se pasaron el resto del día haciendo todas las cosas que faltaban para completar la lista. Jensen hizo que Jared se corriera tan fuerte y de tantas formas diferentes, que para cuando terminaron tenía los ojos en blanco y estaba completamente exprimido.

Más tarde, el profesor se lo folló lentamente con las manos presionadas por debajo de la piel del vientre de Jared, enmarcando su gastada polla. Su cuerpo estuvo completamente apoyado sobre su espalda y sólo se movieron sus caderas mientras su lengua vagaba perezosamente por el cuello de Jared. Le mordió, respirando temblorosamente en su oreja mientras le decía lo apretado que estaba, lo bueno que era y lo bien que había aguantado ese día, y Jared gimió arqueando su espalda consiguiendo que el profesor inhalara con fuerza ante el movimiento. Jensen movió sus manos sobre su cuerpo y tiró de su culo para elevarlo un poco más, y Jared pudo sentir aún mejor cada deslizamiento y cada arrastre, el otro cuerpo empujando y volviendo a salir mientras Jensen seguía montándole casi terriblemente lento, como si no tuviera ninguna prisa; como si sólo estuviera... disfrutando. Siguieron completamente juntos; sudor, piel y el calor de la boca de Jensen recorriendo sus hombros, y Jared deseó más que nunca poder ver el rostro del otro... ver cómo lo estaba disfrutando.

Jared deslizó sus manos por debajo de su cuerpo para posarlas sobre las del otro y entrelazó sus dedos con los suyos. Flexionó sus músculos internos sintiéndolos apretarse y relajarse sobre la polla de Jensen y escuchó cómo éste siseaba apretando sus dedos con fuerza, así que Jared lo hizo de nuevo. Cuando el profesor se corrió se deslizó hasta el fondo de Jared y se quedó allí, quieto, su cuerpo estremeciéndose, su polla sacudiéndose, sus dedos crispándose sobre los otros y sus dientes clavándose con fuerza en el músculo de la garganta de Jared.

Salió de él y se dejó caer completamente laxo sobre su cuerpo con sus dedos aún entrelazados y respirando pesadamente. Yacieron juntos de esa manera durante un buen rato, en silencio y respirando juntos mientras sus corazones se ralentizaban hasta latir casi al mismo tiempo a través de sus cajas torácicas; eso fue hasta que el sudor comenzó a secarse sobre sus pieles y Jared comenzó a sentir el peso de Jensen aplastarle. Cuando no pudo evitar tomar una fuerte bocanada de aire Jensen finalmente se movió, soltando por fin sus dedos e incorporándose.

Jared permaneció donde estaba mientras escuchaba cómo Jensen abría el grifo en el baño. Se giró en cuanto escuchó la puerta abrirse y vio cómo el otro salía del cuarto con solamente unos pantalones de pijama; entonces se acostó a un lado de Jared y apoyó la cabeza sobre una mano. Jared estaba cálido, sus músculos se sentían como si fueran de goma y su cuerpo estaba completamente satisfecho, y el profesor deslizó una mano sobre su mejilla, acariciándola; todo se sentía perfecto. Jared sabía que el año escolar estaba a punto de finalizar, pero al menos le quedaba la ilusión de pasar los fines de semana en casa de Jensen... y después de todo esos siempre eran los mejores días.

Jared giró el rostro bajo el toque de Jensen, le miró y le sonrió con un poco de esfuerzo debido a la tensión. - Así que... ¿qué harás ahora que completamos la lista?

El otro se encogió de hombros. - Ya pensaré en algo - le devolvió al sonrisa durante un momento, pero entonces ésta desapareció y sus ojos se oscurecieron; dudó, y sus dedos ralentizaron su movimiento hasta casi detenerse, de repente mucho menos juguetones.

- ¿Qué? - preguntó frunciendo el ceño.

- Jared... - el tono de voz que utilizó hizo que Jared estuviera seguro al 100% de que no iba a gustarle lo que fuera a decirle a continuación-. Ya lo sabes, no podremos seguir haciendo esto durante mucho más tiempo.

El corazón de Jared dio un vuelco. - Lo... lo sé, he estado pensando sobre ello. Pero yo no voy a dejar el colegio hasta el final del verano y tú no vives lejos, puedo llegar caminando a tu casa... caminando mucho, pero aún así. Quiero decir, no sería todos los días, pero... - sus palabras se fueron desvaneciendo cuando repentinamente se sintió sin aire.

- Jared... - Jensen sacudió la cabeza-. No estaré aquí durante el verano, voy a regresar a la investigación cuando finalice el año escolar.

Sintió como si toda la sangre de sus venas se congelara repentinamente. - ¿Te... marchas? - y no, sencillamente no; debía haberle entendido mal.

- Sabías que este trabajo como profesor era solamente hasta que terminara el año - dijo mientras se echaba hacia atrás y alejaba sus dedos de Jared.

- Pero vives aquí - fue todo lo que se le pudo ocurrir pero maldición, era cierto.

- Ocasionalmente - Jensen inclinó su cabeza a modo de asentimiento. Dejó caer su brazo a su lado y la mano que le había estado acariciando hasta entonces descansó sobre su propio muslo; Jared sintió como un vacío la ausencia del toque-. Pero la mayoría del tiempo estoy en otros lugares. Viajo mucho, voy a donde me lleva el estudio - el profesor ya no le miraba y sus ojos estaban ahora fijos en algún punto a los pies de la cama.

Se había sentido realmente unido a él durante toda la semana, pero ahora Jared podía sentir la distancia abriéndose entre ellos en un sólo instante. No comprendía cómo había ocurrido ni lo rápido que lo había hecho... tan rápido que se sintió como si le hubieran azotado con un látigo. No podía hablar. Ni siquiera podía pensar.

Jensen elevó su mano extendiendo sus dedos en el aire. - Pensé que habrías caído en la cuenta.

- No- respondió Jared con la mirada ausente y la voz temblorosa-. Ciertamente no lo hice.

Jensen movió ligeramente la pierna y Jared pudo ver las sombras recorriendo y jugando sobre las sábanas. - Jared, te di a elegir - remarcó como si fuera algo importante-. Escogiste la opción de hacer esto, de estar aquí. Y si ahora eliges no estarlo o no hacer esto más, lo entenderé y no cambiará nada... siempre lo he dicho.

- No cambiará nada - repitió Jared con un marcado asentimiento de cabeza-. Claro. Entiendo - tomó aire profundamente no sabiendo cómo determinar la cantidad de cosas que estaba sintiendo en aquel momento. Quería hacerlo pero sencillamente no podía porque era demasiado y era abrumador. No cambiará nada. Sabía lo que significaba eso: era la forma que tenía Jensen de decirle que no le importaba lo más mínimo que estuviera allí o no. Que él sencillamente podía seguir adelante a la perfección. Y era absolutamente increíble que a Jared jamás se le hubiera ocurrido ese pensamiento con anterioridad.

- En realidad - dijo poniéndose rígido mientras se incorporaba, se acercaba hasta el borde de la cama y salía de ella-, creo que simplemente voy a irme.

Cogió su camisa al segundo de poner los pies en el suelo y arriesgó una mirada hacia Jensen por encima de su hombro.

Estaba acariciando su mandíbula con su pulgar y no le estaba mirando en absoluto. - Si eso es lo que quieres... - dijo. Su voz era baja y las palabras sonaron extrañas, como si quizá le hubiera resultado difícil decirlas. Pero no añadió nada más y su cuerpo permaneció completamente estático salvo por el dedo que seguía moviéndose de un lado a otro sobre su mentón.

Oh sí, debía resultarle realmente duro. Jared se mordió el labio inferior y se obligó a centrar su atención en los botones, que se difuminaron y escaparon borrosamente de su visión; los apretó más entre sus dedos y parpadeó con fuerza apretando los dientes. Al final los dejó sin abrochar y salió de la habitación; los zapatos, los calcetines y los pantalones estaban en el salón y cuanto más rápido se los pusiera, mejor. La voz de Jensen le detuvo cuando ya estaba a la altura de la puerta.

- Jared. Si aún deseas esto durante el tiempo que nos queda... aquí lo tienes - Jensen se calló y Jared esperó sintiendo cómo la tensión se apoderaba de sus hombros y sus músculos se ponían rígidos a lo largo de su columna-. No sé si esperabas más, pero... -hizo una pausa incluso más larga que la anterior y su voz se volvió mucho más baja mientras finalizaba, como si estuviera intentando ser amable o agradable por el bien de Jared-, así es como se suponía que tenía que ser - el profesor tembló ligeramente al decir la última palabra y Jared cerró los ojos apretándolos con fuerza; pensó que el detalle final, aquel cambio en la voz del hombre - como si pretendiera aparentar que realmente le importaba una mierda - había sido innecesario.

- Sí, entendido - respondió escupiendo las palabras. Las sintió pesadas y llenas de veneno mientras se deslizaban por su lengua, pero era como de verdad las sentía por muy rencorosas que le hubieran salido. Lo entendía. Realmente lo hacía.

Y por eso mismo se marchó sin decir ni una palabra más.

Se pasó la noche del sábado hecho un ovillo en su habitación, sintiéndose absolutamente miserable hasta que Chad fue hasta allí y le arrastró a cenar fuera. Aún así siguió estando callado y taciturno, y Chad se pasó todo el rato diciéndole que su compañía apestaba hasta que Jared le golpeó para que cerrara la boca. El domingo estaba tan cabreado que no dejó de quejarse a Chad durante el tiempo que duró la comida y cuando después de eso bajaron a dar una vuelta por la feria local, sencillamente se llenó la boca de algodón de azúcar y continuó.

- Jay, tío - Chad extendió los brazos en el aire mientras pasaban por el puesto de tartas y les llegaba con claridad el olor de masa recién hecha y algodón que flotaban en el ambiente-. Cuando estaba con Sofía me hizo leer ese puñetero libro...

- ¿Leíste un libro?- preguntó Jared asombrado.

Chad le golpeó en el brazo. - Las cosas que uno sería capaz de hacer para seguir follando, ¿verdad? - Chad movió sus manos-. Así que este libro se llamaba algo así como "El puente de Joan*" o alguna mierda parecida, y al personaje principal - una tía- la llamaban "la Princesa de hielo".

- Te estás yendo, era "la inasequible Reina de hielo" - corrigió Jared mientras nuevamente se llenaba la boca de azúcar rosa-. Y es Bridget Jones.

- Lo has leído - dijo Chad como si estuviera emocionado por no tener que darle más explicaciones.

- No, vi la película.

- Jodido y estúpido libro para tías... Pero bueno, te lo digo. ¿Esa tía? Me recordó al Señor Ackles desde el principio. La "Princesa de hielo", pretendiendo hacer como si no hubiera pasado nada y todo eso, ¿sabes? Ésa es su divisa. Aunque en realidad es más parecido a Daniel porque apesta. Quiero decir, venga ya... - Chad se detuvo un instante-. Excepto por todo ese asunto con la Princesa de hielo, claro.

- Bien, creo que has desviado la historia ligeramente - Jared se detuvo y tragó el demasiado dulce pedazo que tenía en su boca antes de volver a marcar el paso-. Además al final del libro y de la película...

- Nah, nah, nah - Chad estaba azotando las manos en el aire y casi golpea a una chica que llevaba un brillante top verde y que tuvo la horrible idea de mirar mal al chico. Chad le devolvió la mirada con una provocadora y la chica rodó sus ojos mientras seguía caminando-. Como te iba diciendo... - dijo Chad mientras estiraba el cuello para verla alejarse-, el final no eran más que porquerías, esa mierda nunca sucede en la vida real, tío. El amor de Marcy nunca se presenta inesperadamente y el jodido Julio se queda sin ir a la cárcel, ¿sabes lo que quiero decir?

- Espera - dijo Jared deteniendo el algodón de azúcar a medio camino de su boca-. ¿Me repites quién soy yo?

- Tú eres la chica - respondió Chad como si fuera completamente obvio-. El Sr. Ackles es Daniel y Marcy no es nadie. Espera, parémonos aquí. Y en serio, ¿el final? Seguramente la tía se termine follando a Julio porque le parezca más interesante y terminará llorando en sus brazos, las chicas están así de locas.

- De acuerdo, creo que esa última parte eras tú liberándote de tu propia carga emocional.

- Puede ser - concedió Chad.

- Porque no creo que salir con un criminal esté en lo alto de mi lista de tareas pendientes.

- Era sólo una metáfora, Jay - Chad le dio una palmada en la espalda-. Anímate.

Cuando volvieron a ponerse en marcha siguieron recorriendo los puestos y Jared continuó abatido; Chad sin embargo flirteó y se comió tres bolsas de palomitas, dos tartas, dos algodones de azúcar y un perrito de chili. Para cuando el sol se estuvo poniendo se encontraban en el circuito de motocicletas y Jared sostenía un estúpido perro morado debajo del brazo; el maldito peluche le había estado incordiando todo el día a pesar de que él mismo lo había ganado justa y honradamente en el juego de las canastas. Al final se dio cuenta de que lo que realmente le molestaba de aquella estúpida cosa de ojos grandes era que no paraba de preguntarse si él habría mirado alguna vez a Jensen de aquella manera. Puso la mano sobre la cabeza morada y la aplastó hacia abajo.

- Ya está - decidió Jared en alto-. He terminado con Jensen.

Chad abrió la boca para replicar algo pero se puso repentinamente verde y las personas que pasaban en aquel momento frente a ellos subidos en los vehículos se llevaron una desagradable sorpresa.

º~º~º~º~º

El lunes todo se sintió diferente cuando entró en clase. No pudo decir cómo lo supo; Jensen estaba tan calmado y elegante como siempre lo había estado, pero había... algo diferente en el modo en el que se movía. Lo hacía de manera incluso más precisa, su cuerpo estaba ligeramente más rígido y si Jared no le conociera mejor, hasta habría pensado que el hombre se estaba esforzando por actuar como siempre. Pero en cuando fijó sus ojos sobre él toda su resolución se tambaleó, sus pensamientos se dispersaron y supo que simplemente no podía escapar de aquello; ni siquiera sabía cómo había podido pensar que podría hacerlo.

Cuando el timbre sonó, Chad se levantó de su sitio y esperó por él, pero Jared hizo una seña en su dirección. Chad rodó los ojos y murmuró algo que pareció sonar a "Julio" antes de negar con la cabeza y marcharse solo.

Jensen no le preguntó y Jared no dijo nada, pero eso no lo mejoró... sólo lo hizo aún peor. Aún seguía habiendo intimidad entre ellos pero era tentativa, tensa, y el espacio entre ambos no hacía más que crecer. El sexo seguía siendo alucinante pero era diferente; era controlado de un modo en el que no lo había sido desde la primera semana que habían estado juntos. Jared seguía sintiéndose ligeramente incómodo cuando estaba con el profesor porque no era capaz de olvidarse de la forma en la que a él le gustaría que fueran las cosas, y Jensen siguió alejándose, volviendo a ser un extraño y alguien completamente fuera de su alcance una vez más. Incluso en algunas cosas era más frío de lo que lo había sido jamás.

Para el viernes las cosas estaban completamente tensas y hubo un momento en el que lo único que quería Jared era ir al baño, pero cuando pidió permiso Jensen sencillamente le mandó de vuelta a su sitio sin ni siquiera levantar la mirada. Ni siquiera. Levantó. La mirada.

Jared retrocedió enfadado y se pasó el resto de la clase terminando las tereas con una furia que dejó su hoja de papel marcada duramente con la tinta y con finas rasgaduras alrededor de algunas de las letras. Y sí, tareas. Después de los exámenes finales. Porque según Jensen "nunca había motivo para dejar de aprender".

Estuvo tentado a simplemente marcharse cuando el timbre sonó, pero dudó y le costó hacerlo. Todo el mundo había salido ya y se había quedado completamente solo antes incluso de que se hubiera puesto la mochila sobre la espalda.

- ¿Va a alguna parte, Sr. Padalecki? - Jensen siguió mirando hacia donde estaba escribiendo.

Podría hacerlo. Sabía que Jensen no le detendría... y tal vez eso fuera lo peor de todo. Dejó caer la mochila en el suelo exhalando un fuerte suspiro y regresando a su asiento. - No, señor.

El hombre asintió sin decir nada más mientras el bolígrafo seguía moviéndose sobre la hoja que había en su mesa. Y sí, aquello podía tratarse de aprender algo sobre el control, lo pillaba. Pero había... había límites. Había autorrespeto.

- No es como si pudiera aunque quisiera hacerlo - añadió, y las palabras sonaron amargas.

El bolígrafo de Jensen golpeó entonces la mesa con un sonoro "click" que rompió el silencio. La boca de Jared se secó repentinamente y vio cómo el profesor elevaba sus cejas antes de mirarle directamente.

- ¿No tiene control sobre sus propias acciones, Padalecki?

- No - contestó furioso y se sintió arder de ira al escuchar a Jensen llamándole tan formalmente; le molestó demasiado-. Lo tienes tú.

- ¿Lo tengo? - la pregunta fue hecha como si realmente fuera desconocedor de tal hecho y lo catalogara para dar vueltas sobre ello. Se inclinó hacia atrás en su silla y se cruzó de brazos ya absolutamente centrado en Jared-. Nadie te obliga a estar aquí. Si ya no quieres esto por propia voluntad eres libre de irte.

- Lo sé - escupió Jared volviendo a odiar el veneno que iba impreso en su voz-. ¿Crees que no lo sé? Ésa es la peor parte de todas.

El profesor asintió, se inclinó sobre la mesa y permitió que sus dedos cayeran sobre ella entrelazados. - Así que si eso es verdad... si eres consciente de que tienes la opción de marcharte en cualquier momento... entonces ¿quién tiene el control aquí?

Jared se mordió el interior de la mejilla y apartó la mirada mientras su mandíbula se apretaba con firmeza. No quería escucharlo. No quería saberlo.

Pero sabía que era verdad.

Maldición.

Forcejeó con fuerza tratando de hacer acopio de todo el fiero orgullo que poseía y que sentía como si fuera un dragón rugiendo en su interior, pero su mente parecía completamente endeble ante su poder.

"Tú tienes el control, vamos. Tienes la opción de salir de aquí, así que levántate y camina. Tienes el poder; demuéstraselo."

Podía... era capaz de verlo, de verse a sí mismo levantándose y despidiéndose. Durante un breve momento le pareció posible, algo que incluso quizá necesitaba hacer; su vida siguiendo su curso sin Jensen... y él... y él... ¿qué? ¿Su vida terminaría? ¿Se moriría? No. Estaría bien. Viviría. Tal vez no muy felizmente durante bastante tiempo... tal vez nunca. Pero su vida seguiría.

La comprensión de ese hecho le golpeó como una explosión repentina y perfecta. Podía. Realmente podía. Esa elección existía. Y tal vez debiera escogerla, pero también tenía la opción de quedarse si quería. Tenía una opción. Aquello era... era algo enorme; algo que iba mucho más allá del orgullo y de la mezquina necesidad que sentía de imponerse y hacerse valer.

Pero también tienes la capacidad de decidir, en tus propios términos y con tus propias condiciones, el poder satisfacer ese deseo. La diferencia está en comprender que tienes una elección, siendo consciente de lo que estás haciendo en vez de simplemente dejarte arrastrar por una necesidad ciega.

Sí. Pero, ¿cómo puedes saberlo? Porque... algunas veces comienza como una necesidad ciega o como una urgencia, pero entonces piensas sobre ello y decides hacerlo de todos modos. ¿Cómo sabes en esos casos que no estás sencillamente engañándote a ti mismo?

La respuesta le llegó de repente y la sintió como un mazazo directo a su cabeza, como si su cerebro hubiera hecho conexión dentro de su cráneo.

Porque sabes que no tienes por qué. Porque también tienes la opción de no hacerlo.

Miró hacia el profesor con los ojos completamente abiertos.

Entonces, ¿quién tiene el control aquí?

- Yo lo tengo - dijo -. Tengo el control. Pero estoy... - buscó las palabras apropiadas siendo plenamente consciente de los ojos de Jensen sobre él-. Estoy dejando que lo tengas tú.

Las cejas del hombre se arquearon por encima del marco de sus gafas. - ¿Pero cómo sabes que eso es verdad? ¿Que no estás engañándote a ti mismo para pensar de esa manera porque es lo quieres? - Jensen le lanzó su propia pregunta.

- Porque también tengo la opción de no hacerlo - contestó Jared enfrentándose a aquella mirada-. Cuando fui a tu casa ni siquiera me paré a pensar que tenía la opción de no ir. Pero la tuve y la tengo - era tanta la comprensión que se sentía mareado por la información-. Es de lo más extraño - dijo sintiendo unas repentinas ganas de reír y dejándose llevar-. Es como... es como ser libre.

Jensen le miró fijamente durante un largo instante con algo reflejado en su rostro que Jared no alcanzó a descifrar; había demasiadas emociones en ellos y aún así no había lo suficiente de ninguna. - Tienes razón - dijo-. Ésa es la lección final - se puso de pie, cogiendo su cartera de debajo de su mesa y colocándola sobre el mueble; metió un puñado de folios en ella y la cerró haciendo que el sonido metálico resonara en todo el lugar. Entonces puso sus manos sobre el suave cuero y le miró.

- Es una diferencia sutil, ¿verdad? - preguntó como si lo estuviera haciendo a la habitación vacía en vez de a Jared-. Pero una muy importante - tras un momento tomó aliento y continuó-. Ya no necesitas nada más de mí, Jared.

Y no. No aquello. No ahora. No cuando Jared tal vez pudiera encontrar una forma de que regresaran a lo que habían tenido, aunque fuera durante el pequeño espacio de tiempo que aún les quedaba. - Aún sigo eligiendo esto aún sabiendo que no tengo por qué hacerlo; es una lección real y la estoy haciendo ahora - dijo, pero el profesor no se detuvo-. ¿No me has oído? - preguntó poniéndose rápidamente de pie antes de saber incluso que lo estaba haciendo-. Dije que aún quiero esto.

Entonces, Jensen le miró. - ¿Por qué? - preguntó como si no pudiera siquiera imaginarse la respuesta.

"Porque te deseo, estúpido hijo de puta", pensó. ¿Había alguna posibilidad de que Jensen aún pudiera no saber aquello?

- Porque te deseo.

El hombre se quedó completamente rígido durante unos segundos. - No tengo nada más que enseñarte, Jared.

- Bien, tal vez - respondió caminando hacia delante mientras su tono de voz se elevaba-, por una vez de verdad podrías intentar entregar algo, para variar. ¿Sabes siquiera hacer eso? ¿Contigo todo tiene que tratar siempre sobre enseñar o intercambiar o negociar? Porque creo que me merezco algo más que eso.

Jensen apartó la mirada y sus dedos acariciaron el cuero de su maletín. Finalmente, asintió. - Bien - y hubo algo incorrecto en la forma en la que lo dijo: brusco, demasiado duro. Pero Jared se olvidó absoluta y completamente de aquello cuando el hombre volvió a hablar-. Ven a mi casa esta noche - concluyó.

Antes incluso de que Jared hubiera podido siquiera procesar las palabras, Jensen se había marchado.

Continuará...

*Lo de "El puente de Joan" es un juego de palabras que en inglés tiene sentido porque comprende el parecido entre el sonido de la palabra "puente" (bridge) y el nombre de la protagonista (Bridget), pero que en castellano me fue imposible reproducir de ningún modo.

traducción, jensen/jared, rps fic, fic

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