[Tabla Alfabética] #23 - Ver
Fandom: Axis Powers - Hetalia
Título: Promesa
Claim: Estados Unidos/Reino Unido
Tabla: Alfabética
Prompt: #23 - Ver
Género: Ehrr… ¿general?
Advertencias: Aparición de chibi!Alfred y los hermanos Wright *-*
Resumen: De pequeño adoraba la sensación de que Arthur lo cargara, y desde ahí poder sentir el viento en su cara y aumentar sus sueños.
Notas: ¡FELIZ NAVIDAD! A decir verdad esto no tiene nada que ver con la fecha, pero bueno, espero que les guste. *se va a seguir traumándose con la canción* I believe I can fly~~ *salta de un precipicio*
− ¡Arthur, Arthur!− El pequeño Estados Unidos llegó corriendo por el muelle hacia su hermano y lo abrazó, recibiéndolo con emoción.− ¡Te extrañé mucho! No vuelvas a dejarme así, el bosque es muy oscuro y tenebroso…
− Oh, lo lamento, Alfred.- El inglés sonrió con alegría al sentir el abrazo de su pequeña colonia, para después separarse de él, acuclillarse y alborotarle el pelo con cariño.- Prometo que intentaré visitarte más seguido, pero a veces tengo problemas con los demás europeos y no puedo, aunque lo deseé.
− Lo sé, lo sé, siempre me lo dices, pero…- Alfred hizo un puchero infantil, acentuado por sus pequeños y redondeados rasgos.
Arthur rió por lo bajo y después le cargó en brazos, para alegría del niño.
− Ne, Arthur… ¡has eso!− Le instó el americano con una sonrisa. Arthur rodó los ojos, pero lo levantó lo más que sus brazos daban y comenzó a dar vueltas; mientras, el pequeño Alfred imaginaba que volaba por encima de todos y de todo, con el viento azotando su cara.
− Ya es bastante por hoy, ¿no lo crees?- Preguntó el inglés cuando sus brazos empezaron a sentirse cansados, despertando a la pequeña colonia de su fantasía.
− ¿Eh? Está bien…- Murmuró el niño. Bajó al suelo con un pequeño traspié, pero logró equilibrarse y volteó con una mueca seria.- ¡Inglaterra!
− ¿Qué pasa?- Preguntó Arthur, acuclillándose junto a él para quedar a su altura.
− ¡Algún día voy a volar, lo prometo!− Aseguró, poniendo sus manitas en sus caderas, desafiante. El inglés parpadeó, sorprendido, y después de un momento comenzó a reír.− ¿Eeeh? No te rías, Inglaterra, ¡lo conseguiré!
Arthur lo miró entre risas. ¡Volar! Qué cosa tan inverosímil. Muchos lo habían intentado antes que Alfred, no era muy novedoso. Bueno, era una de esas ideas que de vez en cuando tenía su pequeña colonia. Siguió riendo unos momentos, pero se detuvo al ver la determinación en los ojos del pequeño, que lo miraba haciendo un mohín.
Se levantó después de unos segundos, en los que Alfred lo observaba expectante, y sonrió con complicidad.
− Entonces, esperaré el día en que me mires desde las alturas.− Le dijo, cargándolo de nuevo y acomodándolo en sus hombros, desde donde el pequeño comenzó a formar sus grandes sueños e ilusiones de viajar por los aires.
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− Vamos, Iggi~.− Alfred le pasó un brazo por encima de los hombros, causando un bufido enojado del aludido.
− He dicho que no, Estados Unidos.- Contestó él, quitándoselo de encima y lanzándole una mirada fulminante.− No tengo tiempo para tus tonterías.
La sonrisa de Alfred flaqueó un segundo, pero después puso una mano en la cadera y lo señaló con un dedo.
− ¡No son tonterías! ¡Esto revolucionará la vida como la conocemos!− Le dijo, causando que el inglés rodara los ojos con fastidio.
− Eso mismo dijiste de muchas cosas, Jones.− Replicó, frunciendo el ceño.− Ya me he decepcionado demasiado de tus inventos, ¿por qué no buscas a alguien más para hacerle perder el tiempo?
Alfred sólo observó cómo el inglés salía de la sala de reuniones azotando la puerta, sin siquiera despedirse. Soltó un suspiro resignado. Bueno, cuando todo el mundo respetara su creación, incluso Inglaterra tendría que aceptar sus brillantes ideas, era seguro.
− Yo sólo quería que me vieras cumplir mi promesa, Iggy…- Murmuró, internamente abatido por el rechazo del mayor. Claro, fue sólo un segundo, porque después una sonrisa aún mayor se pintó en su faz, y soltó una risita.- Bueno, ¡seguro cuando me vea no dirá lo mismo!
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Un par de horas después, el joven americano caminaba por un amplio prado, observando la enorme máquina que estaba frente a él.
− Es genial.− Dijo, con una amplia sonrisa. Volteó a ver a los dos chicos que lo miraban expectantes y dio una palmada aprobatoria.- Bien, ¿lo puedo probar ya?
− ¡Claro!− Contestó el mayor de los hermanos Wright, sonriendo complacido y entregándole unas gruesas gafas.
Y después de algunos minutos de preparaciones, pruebas y demás, por fin Alfred sintió el viento en su cara y volaba por encima del verde prado. El vuelo duró poco, pero la adrenalina en su sangre y la sensación que había creado no se desvanecieron durante un buen tiempo.
Además, había divisado desde arriba una cabeza rubia que lo observaba desde el límite de los árboles que rodeaban la campiña.
Dio un rodeo y llegó por detrás, sorprendiendo a un azorado Arthur, que enrojeció completamente al verse descubierto. Alfred le pasó un brazo por encima de los hombros y sonrió con suficiencia.
− Sabía que vendrías, Artie…− Dijo, con una pequeña risa. El inglés enrojeció todavía más y negó con la cabeza.
− No te confundas, mocoso.- Replicó, sin poder soltarse del agarre del americano, que soltó una risotada irónica.- Y-yo sólo pasaba por aquí y casualmente me encontré con esto.
− Sí, sí, lo que digas, old man…
Arthur se soltó por fin de Alfred y caminó hacia afuera de los árboles, mirando hacia el cielo con las manos detrás de la espalda. Estados Unidos lo observaba sin comentar nada, y de vez en cuando miraba también al cielo, tratando de ver lo que Iggy observaba con tanta ansiedad. ¡Él ya había bajado!
− Al final cumpliste lo que prometiste.
La voz de Arthur rompió el silencio después de unos minutos, y sus ojos verdes chocaron contra los azules de Alfred. Ambos se quedaron así, en silencio y sin desviar la mirada, hasta que Alfred cerró los ojos un momento y sonrió.
− ¡Claro! Es lo que hacen los héroes, ¿no?− Se acercó a Arthur y lo abrazó por detrás. Esta vez no se movió, ni por todos los forcejeos del inglés.− Pero… no sé… me gustaba más cuando me cargabas tú.− Comentó con una gran sonrisa.
Y Arthur sólo pudo enrojecer hasta las orejas y darle un golpazo en las costillas.
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Notas históricas:
Los hermanos estadounidenses Orville y Wilbur Wright llegaron a diseñar y fabricar el primer avión, y el 17 de Diciembre de 1903 efectuaron el primer vuelo autopropulsado de la historia.
Título: Promesa
Claim: Estados Unidos/Reino Unido
Tabla: Alfabética
Prompt: #23 - Ver
Género: Ehrr… ¿general?
Advertencias: Aparición de chibi!Alfred y los hermanos Wright *-*
Resumen: De pequeño adoraba la sensación de que Arthur lo cargara, y desde ahí poder sentir el viento en su cara y aumentar sus sueños.
Notas: ¡FELIZ NAVIDAD! A decir verdad esto no tiene nada que ver con la fecha, pero bueno, espero que les guste. *se va a seguir traumándose con la canción* I believe I can fly~~ *salta de un precipicio*
− ¡Arthur, Arthur!− El pequeño Estados Unidos llegó corriendo por el muelle hacia su hermano y lo abrazó, recibiéndolo con emoción.− ¡Te extrañé mucho! No vuelvas a dejarme así, el bosque es muy oscuro y tenebroso…
− Oh, lo lamento, Alfred.- El inglés sonrió con alegría al sentir el abrazo de su pequeña colonia, para después separarse de él, acuclillarse y alborotarle el pelo con cariño.- Prometo que intentaré visitarte más seguido, pero a veces tengo problemas con los demás europeos y no puedo, aunque lo deseé.
− Lo sé, lo sé, siempre me lo dices, pero…- Alfred hizo un puchero infantil, acentuado por sus pequeños y redondeados rasgos.
Arthur rió por lo bajo y después le cargó en brazos, para alegría del niño.
− Ne, Arthur… ¡has eso!− Le instó el americano con una sonrisa. Arthur rodó los ojos, pero lo levantó lo más que sus brazos daban y comenzó a dar vueltas; mientras, el pequeño Alfred imaginaba que volaba por encima de todos y de todo, con el viento azotando su cara.
− Ya es bastante por hoy, ¿no lo crees?- Preguntó el inglés cuando sus brazos empezaron a sentirse cansados, despertando a la pequeña colonia de su fantasía.
− ¿Eh? Está bien…- Murmuró el niño. Bajó al suelo con un pequeño traspié, pero logró equilibrarse y volteó con una mueca seria.- ¡Inglaterra!
− ¿Qué pasa?- Preguntó Arthur, acuclillándose junto a él para quedar a su altura.
− ¡Algún día voy a volar, lo prometo!− Aseguró, poniendo sus manitas en sus caderas, desafiante. El inglés parpadeó, sorprendido, y después de un momento comenzó a reír.− ¿Eeeh? No te rías, Inglaterra, ¡lo conseguiré!
Arthur lo miró entre risas. ¡Volar! Qué cosa tan inverosímil. Muchos lo habían intentado antes que Alfred, no era muy novedoso. Bueno, era una de esas ideas que de vez en cuando tenía su pequeña colonia. Siguió riendo unos momentos, pero se detuvo al ver la determinación en los ojos del pequeño, que lo miraba haciendo un mohín.
Se levantó después de unos segundos, en los que Alfred lo observaba expectante, y sonrió con complicidad.
− Entonces, esperaré el día en que me mires desde las alturas.− Le dijo, cargándolo de nuevo y acomodándolo en sus hombros, desde donde el pequeño comenzó a formar sus grandes sueños e ilusiones de viajar por los aires.
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− Vamos, Iggi~.− Alfred le pasó un brazo por encima de los hombros, causando un bufido enojado del aludido.
− He dicho que no, Estados Unidos.- Contestó él, quitándoselo de encima y lanzándole una mirada fulminante.− No tengo tiempo para tus tonterías.
La sonrisa de Alfred flaqueó un segundo, pero después puso una mano en la cadera y lo señaló con un dedo.
− ¡No son tonterías! ¡Esto revolucionará la vida como la conocemos!− Le dijo, causando que el inglés rodara los ojos con fastidio.
− Eso mismo dijiste de muchas cosas, Jones.− Replicó, frunciendo el ceño.− Ya me he decepcionado demasiado de tus inventos, ¿por qué no buscas a alguien más para hacerle perder el tiempo?
Alfred sólo observó cómo el inglés salía de la sala de reuniones azotando la puerta, sin siquiera despedirse. Soltó un suspiro resignado. Bueno, cuando todo el mundo respetara su creación, incluso Inglaterra tendría que aceptar sus brillantes ideas, era seguro.
− Yo sólo quería que me vieras cumplir mi promesa, Iggy…- Murmuró, internamente abatido por el rechazo del mayor. Claro, fue sólo un segundo, porque después una sonrisa aún mayor se pintó en su faz, y soltó una risita.- Bueno, ¡seguro cuando me vea no dirá lo mismo!
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Un par de horas después, el joven americano caminaba por un amplio prado, observando la enorme máquina que estaba frente a él.
− Es genial.− Dijo, con una amplia sonrisa. Volteó a ver a los dos chicos que lo miraban expectantes y dio una palmada aprobatoria.- Bien, ¿lo puedo probar ya?
− ¡Claro!− Contestó el mayor de los hermanos Wright, sonriendo complacido y entregándole unas gruesas gafas.
Y después de algunos minutos de preparaciones, pruebas y demás, por fin Alfred sintió el viento en su cara y volaba por encima del verde prado. El vuelo duró poco, pero la adrenalina en su sangre y la sensación que había creado no se desvanecieron durante un buen tiempo.
Además, había divisado desde arriba una cabeza rubia que lo observaba desde el límite de los árboles que rodeaban la campiña.
Dio un rodeo y llegó por detrás, sorprendiendo a un azorado Arthur, que enrojeció completamente al verse descubierto. Alfred le pasó un brazo por encima de los hombros y sonrió con suficiencia.
− Sabía que vendrías, Artie…− Dijo, con una pequeña risa. El inglés enrojeció todavía más y negó con la cabeza.
− No te confundas, mocoso.- Replicó, sin poder soltarse del agarre del americano, que soltó una risotada irónica.- Y-yo sólo pasaba por aquí y casualmente me encontré con esto.
− Sí, sí, lo que digas, old man…
Arthur se soltó por fin de Alfred y caminó hacia afuera de los árboles, mirando hacia el cielo con las manos detrás de la espalda. Estados Unidos lo observaba sin comentar nada, y de vez en cuando miraba también al cielo, tratando de ver lo que Iggy observaba con tanta ansiedad. ¡Él ya había bajado!
− Al final cumpliste lo que prometiste.
La voz de Arthur rompió el silencio después de unos minutos, y sus ojos verdes chocaron contra los azules de Alfred. Ambos se quedaron así, en silencio y sin desviar la mirada, hasta que Alfred cerró los ojos un momento y sonrió.
− ¡Claro! Es lo que hacen los héroes, ¿no?− Se acercó a Arthur y lo abrazó por detrás. Esta vez no se movió, ni por todos los forcejeos del inglés.− Pero… no sé… me gustaba más cuando me cargabas tú.− Comentó con una gran sonrisa.
Y Arthur sólo pudo enrojecer hasta las orejas y darle un golpazo en las costillas.
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Notas históricas:
Los hermanos estadounidenses Orville y Wilbur Wright llegaron a diseñar y fabricar el primer avión, y el 17 de Diciembre de 1903 efectuaron el primer vuelo autopropulsado de la historia.