¿Sexo, mentiras y películas?
¿Qué me decís del momento "los chicos del maíz"?, ¿o del momento Moisés separando las aguas del Mar En Llamas? ¿eh, qué me decís? ¿O del momento Candle in the wind? Pero volvamos al principio.
Me costó un momento reaccionar hasta que caí en la cuenta de que la peli empieza exactamente donde se quedó la anterior. Flashes, periodistas, Dumbledore manosea a Harry... y, de repente, ¡turbo dementores! Pero no lo son, vaya, es la nueva forma de viajar de los malos malosos, así con estela negra y todo. Así que mientras los turbo malos destrozan el Callejón Diagón secuestran a Ollivander y se cargan un puente (al estilo Magneto, la verdad), mientras tanto, ¿dónde está Harry? Pues, mira tú, Harry está de paseo por las estaciones de metro ligando con muggles guapas y leyendo El Profeta. Hasta que aparece Dumbledore y uno piensa “Harry, la colleja que te va a caer.” Pero no. Resulta que Dumbledore ha venido para ¿echarle la bronca?, ¿confesarle “hablo sissy porque soy gay”? ¡NO! Dumbledore ha venido para utilizarlo de cebo con el futuro profesor Slughorn. Harry pone su carita de “I love magic!” y Slughorn cae rendido.
Llegamos entonces a La Madriguera, con una de las mejores escenas de la película: los tres, en el ático, sentados en el suelo riéndose. ¡Pottericidad de la buena por todas partes!
Pero La Madriguera después... WTF!? ¿Dónde coñ0 se van a casar ahora Fleur y Bill? O, mejor todavía, ¿¿dónde vamos a conocer a la tía Muriel rajando de todos los invitados si no es en la boda??
La escena de la calle de las Hilanderas me decepcionó un poco, hubiera preferido que fuera Narcissa la que estableciera los votos, no la loca de Bellatrix (a la que Draco se la trae al fresco). Porque, vamos a ver, ¿qué lógica tiene que la tía loca y sin hijos -pero que los daría todos alegremente para que murieran por el malo maloso- vaya y exija un juramento por la seguridad de su sobrino? No sé, quizá es mi lógica cinematográfica la que está un poco oxidada. Siguiendo con la familia de rubios estupendos, mi pregunta no es por qué Draco parece un mini tiburón ejecutivo con maletín incluido, sino por qué nadie NADIE en toda la escuela lleva uniforme. Mi experiencia personal en colegios con uniforme es que no es algo discutible. Tienes dos opciones: a) llevas uniforme; b) llevas uniforme más un castigo por no haberlo llevado. No sé, será que mi cole no era Hogwarts.
La verdad es que quería hacer una crítica divertida, porque me reí un montón (de lo mala que me pareció) pero en el recuerdo se me ha agriado y salvo pocas cosas. Ron, Malfoy, el quidditch. Pero si de verdad queréis que me de el síncope otra vez, sólo tenéis que recordarme el momento balada de concierto con los mecheros varitas en alto. Pobre Dumbledore.
Me costó un momento reaccionar hasta que caí en la cuenta de que la peli empieza exactamente donde se quedó la anterior. Flashes, periodistas, Dumbledore manosea a Harry... y, de repente, ¡turbo dementores! Pero no lo son, vaya, es la nueva forma de viajar de los malos malosos, así con estela negra y todo. Así que mientras los turbo malos destrozan el Callejón Diagón secuestran a Ollivander y se cargan un puente (al estilo Magneto, la verdad), mientras tanto, ¿dónde está Harry? Pues, mira tú, Harry está de paseo por las estaciones de metro ligando con muggles guapas y leyendo El Profeta. Hasta que aparece Dumbledore y uno piensa “Harry, la colleja que te va a caer.” Pero no. Resulta que Dumbledore ha venido para ¿echarle la bronca?, ¿confesarle “hablo sissy porque soy gay”? ¡NO! Dumbledore ha venido para utilizarlo de cebo con el futuro profesor Slughorn. Harry pone su carita de “I love magic!” y Slughorn cae rendido.
Llegamos entonces a La Madriguera, con una de las mejores escenas de la película: los tres, en el ático, sentados en el suelo riéndose. ¡Pottericidad de la buena por todas partes!
Pero La Madriguera después... WTF!? ¿Dónde coñ0 se van a casar ahora Fleur y Bill? O, mejor todavía, ¿¿dónde vamos a conocer a la tía Muriel rajando de todos los invitados si no es en la boda??
La escena de la calle de las Hilanderas me decepcionó un poco, hubiera preferido que fuera Narcissa la que estableciera los votos, no la loca de Bellatrix (a la que Draco se la trae al fresco). Porque, vamos a ver, ¿qué lógica tiene que la tía loca y sin hijos -pero que los daría todos alegremente para que murieran por el malo maloso- vaya y exija un juramento por la seguridad de su sobrino? No sé, quizá es mi lógica cinematográfica la que está un poco oxidada. Siguiendo con la familia de rubios estupendos, mi pregunta no es por qué Draco parece un mini tiburón ejecutivo con maletín incluido, sino por qué nadie NADIE en toda la escuela lleva uniforme. Mi experiencia personal en colegios con uniforme es que no es algo discutible. Tienes dos opciones: a) llevas uniforme; b) llevas uniforme más un castigo por no haberlo llevado. No sé, será que mi cole no era Hogwarts.
La verdad es que quería hacer una crítica divertida, porque me reí un montón (de lo mala que me pareció) pero en el recuerdo se me ha agriado y salvo pocas cosas. Ron, Malfoy, el quidditch. Pero si de verdad queréis que me de el síncope otra vez, sólo tenéis que recordarme el momento balada de concierto con los mecheros varitas en alto. Pobre Dumbledore.