Pereza dominical

Jul 19, 2009 20:08

Es curioso cuando revisas viejos escritos, generalmente no tardas en tirarte de los pelos (metafórica y literalmente) o en morirte de vergüenza o incluso irte a llorar a un rincón oscuro. Sin embargo, hay veces que no. No siempre por la calidad de lo escrito, como por las connotaciones que tiene. Es el poder de la memoria. Es lo que me pasa con este drabble sobre Sirius, que surgió como homenaje a Irati y su gran M!C. Tengo que confesar que nunca me acabó de convencer su apuesta sobre la familia Snape (ni siquiera entonces, mucho antes de que JK nos iluminara en HBP), pero todo lo demás siempre ha sido prácticamente canon en mi mente.
Así que, en honor a los viejos tiempos, ahí va:

Painting black

Muchas cosas han cambiado. Voldemort desapareció. James y Lily murieron. El está casi muerto desde entonces. Sin embargo, otras siguen igual. Como Hogwarts. Como Dumbledore. De nuevo, igual que entonces, ha sido Dumbledore quien le ha abierto las puertas del colegio, el lugar que más que ninguno ha sido su casa. También igual que entonces, Sirius se ha saltado las reglas, en este caso las de Azkaban, y ha hecho lo inimaginable: fugarse. No debería sorprenderle. Hacer realidad lo imposible siempre fue la especialidad de Sirius. Para bien y para mal. Está en su sangre, es un Black. Ya entonces Remus sabía que Sirius no entiende de límites. No los comprende. Él quiere. O no quiere. Y ya está. Es a ese espíritu suicida, indomable, al que Remus se rinde por fin después de meses. No es él, sino el merodeador en él, el que saca el vinilo de la funda y lo pone en su viejo gramófono encantado. Es el lobo el que aúlla con la ventisca en esa tarde de noviembre. I see a red door and I want it painted black. Es ahora, después de todo lo que ha pasado, cuando cree que esta canción es Sirius, más que ninguna otra. No colors anymore I want them to turn black. Lo que él quiere se hace. Porque para Remus todo se volvió negro aquella noche. Quizá antes. Fue antes. Seguro que sí. La desconfianza ya existía. Incluso en el colegio. Hay cosas imposibles de olvidar. Fue fácil entonces pensar lo peor de un Black. Quizá él con más motivos que nadie. (I look inside myself and see my heart is black, I see my red door and it has been painted black.) Los licántropos son bestias oscuras y los Black también. Eso creyó Remus. Volvió a creerlo años después. Sin embargo, mientras cae la tarde y una triste luna menguante aparece, Remus Lupin brinda al aire con su té. Escapar de Azkaban es una hazaña digna de un merodeador. Ha tardado meses, pero al fin se permite alegrarse. Algo que estuvo olvidado muchos años vuelve a él y al principio no sabe qué es, no lo reconoce, porque se siente cálido y bueno, algo caliente desenroscándose en su interior. Tardará unos meses más en descubrir que es esperanza. Maybe then I'll fade away and not have to face the facts le grita Mick Jagger, y no sabe si se lo dice a él o a Sirius It's not easy facin' up when your whole world is black. Aunque hay algo. Algo que no necesita descubrir porque lo ha sabido siempre, que está maldito. Doblemente maldito. Por la luna y por Sirius Black. Y no tiene ninguna duda de cuál duele más. I wanna see it painted, painted black. Black as night, black as coal.

potter, fic

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