LA LÓGICA HIPER-PRODUCTIVA
Creo que olvidé cómo se escribía.
En una especie de ciclo hiper-productivo que tenía el objetivo de dejar de pensar. Y así es como olvidé muchas cosas. Incluso de cómo se escribía. Primero el 1, luego el 2... ¿te acuerdas?
Pero cuando escribía me sentía bien, me ensanchaba el ego, me aliviaba las penas.
Todo eso pasó a un segundo plano con la hiper-producción, a lo camina o revienta.
Y ahora no dejo de caminar. Me siento un poco adicta porque es un comportamiento compulsivo-destructivo.
Pero parece tener su lógica. Quizá me acerque al sentido de la vida.
O quizá me encierren, no lo sé. La verdad que ya estoy mayor para estas cosas, pero hay algo por aquí dentro que se resiste. Se atrinchera y chilla. Y amenaza con tirar un coctel molotov contra algún muro. Una inutilidad porque el cemento no prende. Son tantas cosas a lo largo del día...tantos momentos... por eso me lanzo sin red, me tiro en plancha, me abandono a los brazos de la hiper-producción. Camina, camina, camina... no dejes de caminar. Eres una pieza del engranaje de un perfecto reloj suizo. Una taza bien cargada de buena mañana. Una pildorita después de las comidas. La lista meticulosamente preparada antes de irse a dormir.
Lástima que aún tenga este poso, que me trae el recuerdo de lo bien que me sentía cuando empezaba a escribir...
Pero ha sido un espejismo, sólo. Un alto en el camino. Las piernas se me han dormido y yo he bajado la guardia. Pero enseguida reanudo. Pulso el reset. Sí, me pongo en movimiento. Perdonen, no tengo tiempo, no puedo parar-
En una especie de ciclo hiper-productivo que tenía el objetivo de dejar de pensar. Y así es como olvidé muchas cosas. Incluso de cómo se escribía. Primero el 1, luego el 2... ¿te acuerdas?
Pero cuando escribía me sentía bien, me ensanchaba el ego, me aliviaba las penas.
Todo eso pasó a un segundo plano con la hiper-producción, a lo camina o revienta.
Y ahora no dejo de caminar. Me siento un poco adicta porque es un comportamiento compulsivo-destructivo.
Pero parece tener su lógica. Quizá me acerque al sentido de la vida.
O quizá me encierren, no lo sé. La verdad que ya estoy mayor para estas cosas, pero hay algo por aquí dentro que se resiste. Se atrinchera y chilla. Y amenaza con tirar un coctel molotov contra algún muro. Una inutilidad porque el cemento no prende. Son tantas cosas a lo largo del día...tantos momentos... por eso me lanzo sin red, me tiro en plancha, me abandono a los brazos de la hiper-producción. Camina, camina, camina... no dejes de caminar. Eres una pieza del engranaje de un perfecto reloj suizo. Una taza bien cargada de buena mañana. Una pildorita después de las comidas. La lista meticulosamente preparada antes de irse a dormir.
Lástima que aún tenga este poso, que me trae el recuerdo de lo bien que me sentía cuando empezaba a escribir...
Pero ha sido un espejismo, sólo. Un alto en el camino. Las piernas se me han dormido y yo he bajado la guardia. Pero enseguida reanudo. Pulso el reset. Sí, me pongo en movimiento. Perdonen, no tengo tiempo, no puedo parar-