Days -Capítulo 6

Jul 27, 2020 12:59

D A Y S

Título: Days
Emparejamiento: Tegoshi Yuya/Masuda Takahisa, Yamashita Tomohisa/Masuda Takahisa, Tegoshi/OC
Resumen: Tegoshi y Masuda siempre han sido los mejores amigos, o eso parecía...

Capítulo 6

Masuda miró preocupado a Yamashita este se tocaba el costado adolorido.
-¿Qué demonios? -dijo molesto. Masuda miró en todas direcciones, no se veía a nadie alrededor- ¿Quién había sido? ¿Y por qué?
-Vámonos -repuso Masuda asustado-, es mejor volver a casa.
-Bien -aceptó este. También se sentía asustado, no esperaba que algo así les pasara.

Tegoshi sintió a su corazón saltar cuando Masuda entró en el salón al día siguiente. No podía creer lo diferente que se sentía ahora que tenía todo más claro, por lo menos sus sentimientos, porque el resto era un total desastre. No sabía cómo actuar, qué decirle para poder volver a acercarse y, principalmente, cómo recuperar su cariño. Masuda chocó con su pupitre, Tegoshi alzó la vista.
-¿Estás bien? -preguntó sin pensar. Masuda lo vio extrañado.
-Sí… -asintió, sentándose en su lugar.
Tegoshi comenzó a mirarlo de reojo, su mirada se fue directo a sus labios. Se preguntaba cuántas veces Yamashita lo había besado como la noche anterior, si a Masuda le agradaban sus besos, si ya definitivamente se había olvidado de él.
Masuda se inclinó sobre su mesa, lo ocurrido la noche anterior seguía dando vueltas en su cabeza. Estaba preocupado, no entendía quién podía haber hecho aquello, era consciente de que había personas a las que no les agradaban los chicos como ellos, pero arrojar piedras tampoco era necesario. Además, quien lo hizo era un cobarde, pues se había aprovechado de que estaba oscuro para ello.
-Massu, ¿te pasa algo? Te ves preocupado -preguntó Koyama sentándose en el pupitre frente a Masuda.
-Ayer pasó algo extraño -contestó Masuda desanimado.
-¿Eh?
-Yo estaba con tú sabes en el parque de noche y nosotros… -Masuda se sonrojó-. Estábamos… bueno, eso, y de pronto alguien nos arrojó una piedra -Koyama lo vio preocupado.
-Pues quien lo haya hecho es un imbécil -repuso Koyama molesto. Tegoshi desvió la mirada, incómodo, pues él era el imbécil, su estupidez había logrado deprimir a Masuda-. Massu, no te sientas mal, ustedes no estaban haciendo nada malo, quien hizo algo malo fue el idiota que arrojó la piedra, no te deprimas. Pero por seguridad deberían tener más cuidado, desde ahora quizá no deberían verse en sitios tan públicos.
-Bueno, está su departamento -comentó Masuda distraído.
-¿Ves? Problema solucionado, pueden ir ahí o a un hotel -sugirió Koyama risueño, Masuda se sonrojó, Tegoshi quería saltar sobre Koyama y golpearlo para hacerlo cerrar esa boca. ¿Cómo podía sugerir algo así? Ya era bastante malo que se vieran en el departamento de Yamashita porque ahí o en un hotel ellos podían… Tegoshi sacudió su cabeza tratando de alejar ese pensamiento.
-No digas idioteces -lo regañó Masuda incómodo por el comentario de Koyama, sabía exactamente lo que esta estaba pensando-. Yo no voy a ir a un hotel… -susurró.
-¿Por qué? ¿Qué tiene de malo? ¿O es que…? Massu, ¿ustedes aún no…?
-¡Eso no te interesa! -lo regañó Masuda totalmente rojo.
-Entonces todavía no. Vaya, yo creí que como es mayor ya había pasado, eso quiere decir que te respeta mucho o tiene mucha paciencia. Aunque no te confíes, porque la paciencia no dura para siempre, cualquiera de estos días acabarás desnudo en su cama -repuso Koyama con total naturalidad. Tegoshi miró molesto a Koyama por su comentario, luego a Masuda, este se cubría el rostro avergonzado, estaba totalmente rojo. ¿Eso quería decir que de verdad todavía no lo habían hecho? O sea que Yamashita aún no lo arrancaba del corazón de Masuda. ¡Aún tenía oportunidad!
-Tegoshi, ¿en qué estás pensando? Tienes una cara de idiota -escuchó que decía alguien junto a él, era Kato que acababa de llegar.
-Nada -contestó avergonzado, mientras sentía cómo las miradas de Masuda y Koyama se clavaban en él.

Masuda se sentó en el piso helado de la azotea mirando el cielo nublado, nadie venía ya, hacía demasiado frío. Dio un suspiro, mientras escondía sus manos en sus bolsillos, las palabras de Koyama llegaron a su mente de golpe. La verdad era que aún no había tenido sexo con Yamashita, de hecho, aún no tenía sexo con nadie. Él lo había pensado, sabía que Yamashita no esperaría por siempre y en algún momento se lo pediría, al fin y al cabo, Koyama tenía razón, Yamashita ya era un adulto y seguramente sólo estaba siendo paciente para no lastimarlo. Pero la verdad era que incluso estando con él, que decía quererlo tanto, su deseo más íntimo era que su primera persona fuera Tegoshi. Desde que había crecido y comprendido que eso pasaba entre las parejas, siempre había sido Tegoshi quien había estado en sus pensamientos, nadie había ocupado su lugar, incluso ahora que ambos estaban tan lejos el uno del otro seguía ahí, como una espina clavada en sus pensamientos y deseos que no se harían realidad, aquellos que intentaba sepultar y sólo se hacían más fuertes en su memoria negándose a desaparecer.

Al salir de clases, Tegoshi vio un auto que ya era más que conocido para él, Yamashita estaba esperando a Masuda. Tegoshi miró a su alrededor, Masuda todavía no aparecía en la salida, seguramente había ido hasta allí para llevarlo a algún sitio. Comenzó a sentirse desesperado, ¿qué podía hacer para impedirlo? El solo pensar que Yamashita lo tocara como lo había visto la noche anterior lo hacía llenarse de rabia. Notó que Yamashita lo miraba molesto, se preguntaba qué tenía aquel imbécil contra él.
-Tegoshi, ¿qué te pasó? Pusiste una cara, pareces matón -comentó Koyama dándole un sorbo a su jugo.
-Pues si te soy sincero, en este momento tengo muchos deseos de matar a alguien -contestó Tegoshi sin desviar la mirada de Yamashita.
-¿A quién?
-Da igual.
De pronto Masuda pasó junto a ellos, Tegoshi lo vio deprimido, ¿qué podía hacer? Él no tenía auto, ni siquiera tenía licencia y su dinero tampoco le alcanzaba para pagar un taxi para poder seguirlos lejos. Comenzó a apretar los puños, quería ir tras Masuda y decir cualquier cosa que hiciera que se quedara allí. Los vio marcharse, Tegoshi quería gritar, comenzó a caminar molesto, Koyama se le quedó viendo mientras se alejaba.

Masuda estaba en el departamento de Yamashita sentado sobre su sofá, las palabras de Koyama lo tenían realmente incómodo, quería ponerse de pie e irse a su casa. Sabía que estaba actuando como niña, Yamashita no le había pedido nada, pero aun así se sentía lleno de miedo. Cuando este se sentó junto a él y pasó su mano por sus hombros Masuda dio un respingo.
-¿Pasa algo? -preguntó Yamashita preocupado, Masuda negó con la cabeza. Yamashita se acercó y comenzó a besarlo, Masuda se puso completamente tenso, no lo entendía, pero estaba muerto de miedo. Comenzó a apartarlo, este retrocedió y lo miró entretenido.
-No te asustes, ya te dije que iré con calma, aunque no niego que últimamente me está costando -Masuda lo miró sonrojado, Yamashita volvió a besarlo, mientras lo acariciaba. Al separarse se le quedó viendo-. Hoy estás muy nervioso, ¿qué pasa?
-Nada -mintió Masuda nuevamente.
Yamashita se recostó sobre el sofá poniendo su cabeza sobre las piernas de Masuda, mientras tomaba una de sus manos y la besaba.
-Takahisa, esta semana estaré un poco más ocupado de lo normal, tengo exámenes y algunos trabajos que presentar, así que nos veremos poco, pero prometo hacer todo lo posible para ir al festival escolar de tu instituto.
-Si no puedes, está bien, tampoco es de vida o muerte.
-Para mí sí, tú me invitaste, claro que es importante. Has trabajado mucho en eso, ¿no es así?
-Algo, sólo estaba en el grupo encargado de montar el café, el resto se lo dejaron a los demás, por suerte -sonrió Masuda tranquilo. Él solo debía encargarse de montar el café junto a algunos de sus compañeros, de atender a los clientes se encargarían otros, entre ellos Tegoshi.
-Aun así, intentaré ir, aunque sea un momento.
Estuvieron hablando un rato más del festival escolar y los eventos que se realizarían hasta que Masuda tuvo que ir al baño. Justo cuando estaba entrando escuchó sonar el timbre, por la voz que alcanzo a oír debía de tratarse de uno de los amigos de Yamashita. Al salir seguía hablando con el chico, Masuda se acercó en silencio sin que se dieran cuenta.
-¿Así que estás con el mocoso? -escucho decir al amigo de Yamashita.
-Se llama Takahisa, no mocoso -lo regañó-. Y ahora que me entregaste mis documentos, puedes irte, Ryo.
-Vaya, qué impaciente -se rio él otro-. No me digas estabas haciendo travesuras con él, nunca me imaginé que tuvieras esas costumbres, le estás enseñando tus gustos.
De pronto se oyó un golpe.
-Auuu, ¿por qué me pegas?
-Por idiota, lo que yo haga con él no es de tu incumbencia.
-Si te soy sincero, jamás entenderé qué le viste a ese mejillas regordetas. Es solo un niño, ¿cómo te puedes divertir con él?
-¿Acaso crees que soy tú? idiota caliente que solo piensa en sexo.
-Como si no quisieras tener sexo con él.
-Claro que quiero, pero ese no es tu asunto. Ahora lárgate -lo expulsó Yamashita.
-Bien, me voy. Solo recuerda ser delicado, seguramente serás su primera experiencia, no se lo hagas muy fuerte o quizá luego no se pueda ni levantar.
Masuda se sonrojó entero al oír eso último, ¿por qué ese tipo hablaba de él de esa manera? Yamashita cerró la puerta de golpe.
-Idiota, a la próxima lo mato -susurró molesto. Al girarse se encontró de frente con Masuda.
-¿Oíste eso? -Masuda asintió incómodo-. Taka, lo siento. Aunque no lo creas, aquel tarado es mi mejor amigo, te prometo hablar con él para que no diga más idioteces como esas.
-Yo creo que es mejor que me vaya a mi casa -repuso Masuda tratando de desviar la conversación. Otra vez había comenzado a sentirse nervioso, la ventaja de reunirse en el parque era justamente que se trataba de un lugar público, pero estar en su departamento era totalmente diferente y se estaba dando cuenta que lo ponía en una situación bastante complicada. Llegaría el momento en que de verdad no podría evitar aquel tema y tendría que dar ese paso, al fin y al cabo, él era su novio, se suponía que así debía ser, incluso si tenía miedo o sólo podía pensar en Tegoshi.

El festival escolar llegó más rápido de lo esperado. Masuda se vio libre luego de dar los últimos toques al café, se sentía contento de que ese hubiera sido su única responsabilidad, lo que le daba la oportunidad de divertirse y ver qué habían hecho los otros salones. Cuando iba a salir del lugar se encontró de frente con Tegoshi, este llevaba una peluca y un lindo vestido rosa con zapatos que hacían juego, su rostro estaba maquillado, de hecho, al principio había tenido dificultas para reconocerlo, pero al comprender que se trataba de él no pudo evitar esbozar una sonrisa. Tegoshi lo miró incómodo.
-No te burles -lo regañó.
-No me estoy burlando -repuso Masuda que no podía dejar de mirarlo-. Es solo que eso te queda muy bien- Tegoshi no lo resistió, el verlo sonreír y escuchar que le hablaba lo hacía sentir tan contento que no pudo evitar comenzar a reír. Masuda lo observó extrañado, era la primera vez en mucho tiempo que ambos sonreían juntos. Decidió seguir su camino, pero Tegoshi lo detuvo.
-¿Puedes quedarte un poco? Si estás aquí esos idiotas no se atreverán a nada -dijo mirando a un grupo de chicos que le lanzaban algunas miradas lascivas. Aunque ya casi no se hablaban, era sabido por todos que Masuda era el mejor amigo de Tegoshi y que, aunque tenía una apariencia pasiva, poseía una fuerza descomunal-. Sólo un momento hasta que se vayan. Te serviré té y dulces a cambio, todo por mi cuenta.
-¿Me estás sobornando para ser tu guardaespaldas?
-Algo así -sonrió Tegoshi.
Masuda sintió que había comenzado a ruborizarse, Kato y Koyama los observaron desde un rincón.
-E… está bien -aceptó nervioso, mientras Tegoshi lo cogía de la mano y lo llevaba hasta una mesa. Era curioso cómo aquel inocente gesto, que tantas veces había hecho antes, ahora cobraba otro significado al comprender que también lo quería.

Masuda pasó buena parte de la mañana en el café, los chicos que llegaban atraídos por la linda chica desconocida eran desanimados por esta cuando les hablaba y, si eso no resultaba, bastaba una mirada de Masuda para acabar con ellos, lo que ponía a Tegoshi bastante feliz, ya que estaba seguro de que las miradas de Masuda eran sinceras o, más bien, de celos reales por alguien que quisiera tocarlo. Cuando por fin las cosas se calmaron, Masuda decidió salir del salón e ir a dar una vuelta por ahí, sentía que si seguía junto a Tegoshi acabaría asiendo alguna idiotez. Ese día él había estado especialmente amable y no quería acabar malinterpretando las cosas, lo que Tegoshi le había pedido no era más que un favor para espantar a los chicos que lo miraban porque creían que él era una chica, pero no pasaba de eso.
De pronto, escuchó gritos de desesperación, al alzar la vista se encontró con la casa del terror, uno de los salones había montado un sitio que ya desde fuera se veía espeluznante. Masuda decidió continuar su camino, definitivamente no entraría, menos solo. Sintió que alguien lo cogía de la ropa, al mirar de quién se trataba encontró a Kato, Koyama y Tegoshi aún disfrazado de chica observándolo.
-¿No vas a entrar? -preguntó señalando el lugar al que justamente no quería ir.
-Qué curioso, Tegoshi puso la misma cara cuando lo vio.
-Yo no me voy a meter ahí -reclamó Tegoshi.
-Vamos -dijeron Kato y Koyama tomándolo a cada uno de un brazo y llevándolos a la entrada.
-Cuatro pases, por favor -pidió Koyama.
-Bien, pero solo se puede entrar en parejas -repuso el chico que cuidaba la entrada.
-Está bien -aceptó Kato tomando a Masuda y Tegoshi y empujándolos dentro del lugar.
-¡Oigan! -exclamaron ambos, pero ya estaban atrapados dentro del lugar prácticamente a oscuras.
Masuda miró a Tegoshi, si a él no le gustaban los sitios así, Tegoshi simplemente los detestaba. Éste lo cogió del brazo, apretándolo fuertemente, Masuda sintió cómo su corazón comenzaba a latir, aún no dejaba de hacerlo, por más que lo intentaba él seguía queriéndolo. Tegoshi miró a Masuda de reojo, de lo poco que podía ver de su rostro notó que estaba triste, bajó la mirada deprimido, ¿qué podía hacer para cambiar esa situación? De pronto, sintieron un ruido, ambos dieron un respingo, algo tocó a Tegoshi en la oreja, quien no pudo evitar saltar, Masuda lo vio preocupado. Comenzaron a avanzar, oyeron arañar la pared junto a ellos y una cosa húmeda y pegajosa los tomó del cuello, ambos dieron un grito y apuraron el paso. De la nada, alguien completamente cubierto de sangre y con las vísceras saliendo de su cuerpo se atravesó en su camino y los empujó haciéndolos caer de espaldas, Tegoshi se enderezó molesto, eso era grosero y peligroso. De pronto, algo cogió su pierna, Tegoshi miró al suelo, una chica de cabello oscuro y piel extremadamente pálida lo tironeaba. Tegoshi se aferró a Masuda y comenzó a gritar, sabía que era un juego, pero iba más allá de su control. Masuda se puso de pie y antes de darse cuenta ya cargaba a Tegoshi en brazos, mientras huían del lugar, éste lo abrazaba fuertemente, sentía su corazón acelerado, pero no por el miedo, sino que por algo diferente, estaba tan feliz de estar así con él, incluso en esas circunstancias. Masuda se detuvo y bajó a Tegoshi incómodo, no sabía qué decir, otra vez había actuado bajo su deseo de cuidarlo, quería salir de ahí y alejarse de él lo antes posible, eso no lo estaba ayudando, sólo hacía salir los sentimientos que quería enterrar. Sintió las manos de Tegoshi tocar su rostro, Masuda lo observó aturdido, Tegoshi lo cogió con fuerza y lo tiró hacia él, mientras posaba dulcemente sus labios en los suyos y comenzaba a besarlo.

Capítulo 7

emparejamiento: yamapi/masuda, nishikido ryo, yamashita tomohisa, masuda takahisa, emparejamiento: tegoshi/masuda, fic: days, fanfic, kato shigeaki, tegoshi yuya, keiichiro koyama

Previous post Next post
Up