Days -Capítulo 5

Jul 15, 2020 22:02

D A Y S

Título: Days
Emparejamiento: Tegoshi Yuya/Masuda Takahisa, Yamashita Tomohisa/Masuda Takahisa, Tegoshi/OC
Resumen: Tegoshi y Masuda siempre han sido los mejores amigos, o eso parecía...

Capítulo 5

Tegoshi estaba sentado en su pupitre intentando arreglar su chaqueta, mientras bromeaba con sus compañeros uno le había dado un tirón a su ropa y accidentalmente la había descocido un poco. Masuda lo observó de reojo, no importaba cuánto lo quisiera había algo que debía admitir, Tegoshi era un asco en las labores domésticas, ya llevaba un buen rato intentando coser y lo único que había logrado era pincharse los dedos.
-Tegoshi -lo llamó de pronto. Este dio un respingo, aún no se acostumbraba a que Masuda lo llamara así.
-¿Qué?
-¿Por qué no le dices a una de las chicas del club de costura que te ayude con eso? Verte coser es… irritante -repuso Masuda.
-Perdóname por no ser como tú, se me olvidaba que eres el amo de la costura -contestó Tegoshi molesto-. Y si no te gusta mi forma de coser no mires, nadie te está pidiendo tu opinión.
-Es cierto, no me pediste mi opinión, sólo intentaba ahorrarle trabajo a tu madre. Lo siento, no me volveré a meter -dijo Masuda poniéndose de pie y saliendo del salón.
Tegoshi arrojó su chaqueta sobre la mesa y miró su costura, era un asco. Si Masuda lo hubiese hecho ya estaría lista hace mucho y definitivamente no se vería así. Había pasado tanto tiempo con Masuda cuidando de él que no se había dado cuenta de lo dependiente que se había vuelto. Se puso de pie y salió del salón en dirección al baño. De pronto sintió que alguien lo llamaba, al girarse encontró a una chica que tenía la impresión de haber visto antes, era bonita y de sonrisa amable.
-¿Sí? -preguntó Tegoshi.
-Tegoshi… -dijo nerviosa-. Yo… lo que pasa… -de pronto sacó un sobre, Tegoshi comprendió de inmediato de qué se trataba-. ¿Podrías darle esto a tu amigo Masuda por mí? Yo la verdad no soy capaz de dárselo personalmente -dijo ella totalmente enrojecida.
-¿A Taka? -repitió Tegoshi que sentía como una sensación incómoda subía por su estómago y se albergaba en su pecho.
-Sí, por favor. Él me agrada mucho, es tan lindo y bueno… Todos dicen que tú eres su amigo más cercano, por eso me atreví a pedirte este favor -dijo la chica avergonzada.
-Claro, yo se la daré -asintió Tegoshi tomándola en sus manos.
De pronto Masuda apareció en el pasillo y se quedó viendo la escena, Tegoshi lo miró incómodo, seguramente estaba pensando que era una carta para él. Masuda desvió la mirada y siguió su camino, Tegoshi guardó la carta y regresó al salón, Masuda ya estaba en su sitio mirando por la ventana, se acercó incómodo.
-Ta… Masuda -lo llamó, este continúo viendo por la ventana.
-¿Qué?
-La chica con la que estaba en el pasillo…
-No tienes que dar explicaciones, ese es tu asunto -Tegoshi se sintió extraño, Masuda sonaba celoso, era la primera vez que se daba cuenta de ello.
-La carta no es para mí -explicó Tegoshi. Masuda alzó la vista en dirección a Tegoshi, sus mejillas estaban levemente sonrojadas, se sentía un idiota-. Esa chica me pidió que te la entregara, es para ti -dijo dejándola sobre la mesa rápidamente y volviendo a su asiento. Masuda observó el pequeño sobre, no era la primera vez que recibía una carta, pero nunca se lo había contado a sus amigos. La verdad era que cuando había pasado, hablaba con la chica en cuestión rechazando sus sentimientos, explicando que él quería a otra persona. Abrió el sobre y comenzó a leer, se sentía incómodo, miró de reojo a Tegoshi que lo observaba con disimulo, al darse cuenta que lo habían notado observó hacia el frente, Masuda volvió a su lectura. Tegoshi volvió a mirarlo, tenía curiosidad de saber qué decía aquella carta, además, Masuda no daba señal alguna de que se sintiera alagado o algo, su rostro no hacía gesto alguno. Kato y Koyama se acercaron.
-Massu, ¿qué lees?
-Recibió una declaración -contestó Tegoshi por él inconscientemente, como si le estuvieran preguntando.
-¿De verdad? -preguntó Koyama entusiasmado, Masuda cerró el papel-. ¿Y qué harás? ¿Le darás una oportunidad?
Masuda trago saliva incómodo, aún no les contaba “eso” a sus amigos.
-No puedo… -contestó.
-Massu, ¿no crees que quizá sea bueno para ti? Porque…- Kato hizo un gesto con la mirada señalando a Tegoshi, Masuda dibujó una sonrisa leve en su rostro.
-No es por eso -confesó-. Yo… lo que pasa es que no puedo, porque… ya estoy saliendo con alguien.
-¡¿Eh?! -exclamaron Kato y Koyama al unísono.
-Eso -sonrió Masuda sonrojado. Tegoshi lo observó aturdido, ¿él hablaba en serio? ¿De verdad salía con alguien? ¿Desde cuándo? ¿Quién era esa persona? Una sensación de angustia comenzó a apoderase de su pecho, no lo podía explicar, de pronto había comenzado a sentirse desesperado.
-¿Pero con quién? -preguntó Koyama más emocionado que antes.
-Bueno… -Masuda comenzó a tocar su cuello, se estaba sintiendo algo incómodo.
Tegoshi no dejaba de mirarlo, ¿qué era esa expresión en el rostro de Masuda? ¿Tan rápido se había olvidado de él? El profesor entró en el salón, todos volvieron a sus lugares. Tegoshi estaba molesto, la clase había iniciado en el peor momento.
Koyama le pasó un papel a una de sus compañeras, esta se lo dio a Masuda. Al abrirlo sonrió y asintió mirando a Koyama, el cual lo observaba con disimulo. Al ver su gesto, Koyama se cubrió la boca impresionado, Masuda alzó su mano y puso su dedo sobre su boca pidiendo el silencio de su amigo que ahora le hacía un gesto a Kato, el cual giró su rostro con una expresión parecida a la de Koyama y movió su boca gesticulando un evidente “¿de verdad?”. Tegoshi vio que Masuda volvía a asentir y nuevamente pedía silencio a sus amigos. Era claro que les acababa de confirmar con quién salía y lo peor de todo, a él lo habían dejado fuera de esa conversación como si no le importara. Pero eso… ¿en realidad debía importarle?

Cuando salieron de clases miró a Masuda que respondía su celular. ¿De verdad estaría saliendo con alguien o sólo lo había dicho para que lo dejaran en paz? Aunque la cara de Kato y Koyama… esos dos sabían quién era. Kato pasó junto a Tegoshi apresurado
-Shige -lo llamó. Este se detuvo.
-¿Mh?
-Yo… ¿Podemos hablar?
-¿Qué pasó? -preguntó preocupado al ver el rostro de Tegoshi.
-Yo… Ta… digo Mas…
-¿Quieres saber con quién sale? -Tegoshi lo vio sonrojado, ¿cómo lo sabía?
-Sí, bueno…
-Lo mejor es que no preguntes -repuso Kato.
-¿Por qué?
-Porque eso es asunto de Massu. Supongo que lo está haciendo para olvidarse de ti y quizá sea mejor así, es bueno verlo sonreír de nuevo, echaba de menos al Masuda de antes, aunque no es igual, por lo menos se le parece un poco. No te metas en su vida, fuiste tú mismo quien quiso que se alejara. Bueno, nos vemos mañana.
Tegoshi lo vio alejarse. Se sentía molesto, ¿por qué no le había querido decir nada? ¿Qué había de malo con que él también lo supiera? A menos que de verdad sólo fuera una mentira de Masuda, seguro sólo estaba fingiendo para que no lo molestaran, ahora estaba seguro de eso.

Tegoshi volvió a su casa y se arrojó sobre la cama, abrió su velador y sacó la carta de Masuda. Comenzó a leerla, era tan extraño, parecía una ilusión, tanto tiempo queriéndolo y ahora había alguien más… quizá ¿Por qué ese pensamiento lo hacía sentir tan molesto?
-Yuya, ¿puedo pasar? -escuchó decir a su abuela.
-Sí -contestó poniendo la carta rápidamente dentro de su velador y cerrando el cajón.
Su abuela asomó por la puerta con su clásica sonrisa amable y aquella mirada que le decía que había notado que algo estaba pasando con él. Cerró la puerta tras ella y caminó hasta la cama sentándose, Tegoshi se acomodó en el respaldo y la observó.
-Últimamente no has traído a Massu a la casa -le comentó de pronto, Tegoshi miró hacia la ventana-. ¿Están peleados?
-No -mintió-. Sólo que él ha estado ocupado, además, no es mi único amigo, siempre traigo a Kato y Koyama.
-Lo sé -dijo la mujer amable-, pero tu amistad con Massu es diferente.
-¿Diferente? -repitió Tegoshi.
-Pues sí, desde que lo consiste no se separaron más, recuerdo que incluso decías que cuando fueran mayores te casarías con él -al oír aquello Tegoshi se sonrojó profundamente, no recordaba haber dicho tal cosa-. Tu papá se carcajeaba cada vez que lo oía y tú llorabas repitiendo que lo harías, entonces Massu te acariciaba la cabeza, te tomaba de la mano y te decía que aceptaba casarse contigo, con lo que tus lágrimas se detenían instantáneamente. Era algo adorable de ver, pero entonces comenzaron a crecer y las promesas de matrimonio y amor fueron reemplazadas por frases como mejores amigos. Tú comenzaste a ir tras las chicas y Massu sólo se quedó junto a ti, cuidándote cuando te decepcionabas de ellas, pero últimamente esa amistada tan paciente parece haberse roto, ¿no es así?
-Ya te dije, no pasó nada, es sólo que ahora tiene nuevos amigos -repuso con malestar.
-¿Y eso no te gusta?
-Me da igual, Taka puede hacer lo que quiera con su vida, ese es su asunto.
-Pues no suenas muy convincente, más bien te oyes celoso -repuso su abuela risueña, Tegoshi se sonrojo más-. Supongo que es difícil acostumbrarse a ver a alguien querido alejarse de esa manera.
-Abuela…
-Tú siempre has querido a Massu y supongo que haberte cambiado por aquel joven es lo que no te tiene contento.
Tegoshi dio un respingo, ¿ella había dicho “aquel joven”?
-¿Qué joven? -preguntó. ¿Acaso sería la persona con la que estaba saliendo?
-Con el que lo vi hablando hace unos días en el parque cuando venía de vuelta de la tienda -dijo la mujer de forma despreocupada-. Ambos me parecieron bastante íntimos, además, Massu se puso bastante nervioso cuando me vio. ¿Es por ese chico que ya no se hablan?
-¿Cómo era él? -preguntó Tegoshi intentando disimular su desesperación.
-Era alto, de cabello claro, ojos oscuros, buena apariencia, ropa elegante…
-Debe haber sido Yamashita, su nuevo amigo -repuso incómodo-. Ahora pasa pegado a él.
-Ah, sí, recuerdo que algo así era el nombre que me dijo. Ambos me ayudaron a traer las bolsas hasta la casa, pero cuando les ofrecí entrar, Massu se negó. Me pareció extraño, a ustedes nunca les ha importado la hora del día para hablar.
-Taka y él son amigos, abuela, no malinterpretes -le aclaró Tegoshi.
-Bien, si tú lo dices. Pero si es así, no deberías estar tan preocupado, Massu y tú seguirán estando juntos.
-No es tan fácil como crees -pensó Tegoshi dando un suspiro.
-A menos que Massu se enamore de ese chico y acabe por sacarte de su corazón. Así que o te pones a trabajar o lo vas a perder para siempre.
-Abuela, deja de hablar como si estuviera enamorado de Taka.
-¿Y no lo has estado siempre? -preguntó la mujer, poniéndose de pie-. Vaya, mira la hora, le dije a tu madre que la ayudaría a preparar la cena, yo y esta cabeza loca -dijo saliendo de la habitación. Tegoshi la observó desaparecer tras la puerta.
¿Enamorado de Taka? repitió Tegoshi aturdido. ¿Eso era posible? ¿Por qué su abuela tenía una idea tan loca?

Ya estaba oscuro y hacía frío, Masuda se mecía en uno de los columpios del parque, Yamashita lo observaba mientras sostenía su mano.
-¿Me dirás algún día quién es? -preguntó de pronto. Masuda alzó la vista en su dirección.
-¿Quién es qué?
-La persona de la que estás enamorado -Masuda sintió que sus mejillas se sonrojaban, Yamashita no le quitaba los ojos de encima.
-¿Para qué quieres saber eso?
-Sólo quiero saber quién es la persona que no deja que me quieras un poquito.
-Tomohisa… -repuso Masuda incómodo.
Yamashita sabía que él aún no era capaz de quererlo como deseaba, a pesar de que estaba intentando con todas sus fuerzas sentir más que amistad.
-Por favor, sólo quiero saberlo.
Masuda miró en otra dirección incómodo, había intentado por todos los medios evitar esa conversación-. Yu… Yuya Tegoshi -dijo. Yamashita lo miró sorprendido.
-¿Tu amigo del instituto? -Masuda asintió.
-¿Él lo sabe?
-Sí, quizá nunca se hubiera enterado si no hubiese sido por mi estupidez -dijo Masuda con voz triste. Yamashita se acercó y lo abrazó.
-¿Por qué dices eso? -preguntó, mientras lo acariciaba en la cabeza.
Masuda le contó lo ocurrido con la carta y luego esa noche en casa de Tegoshi, Yamashita lo escuchó atentamente, cuando terminó, descubrió el rostro incómodo de su novio.
-Sé que él te importa, pero es un idiota, no tenía por qué tratarte de forma tan fría, no le hiciste nada malo, sólo le dijiste que lo querías -repuso en tono molesto-. Cómo me gustaría golpearlo.
-No -pidió Masuda tomándolo de las manos-, eso ya no importa déjalo así, ya pasó. Las cosas en el instituto ya son lo suficientemente incómodas, no quiero más problemas. Tegoshi puede pensar lo que quiera, si no le gusta tenerme cerca es su asunto, tendrá que aguantar hasta que nos graduemos y cada uno tome su camino.
Yamashita trató de sonreír, pero para Masuda era evidente que estaba molesto con Tegoshi.

-¡Yuya! -escuchó Tegoshi que gritaba su madre en tono molesto, dio un suspiro, se preguntaba qué rayos quería. Al llegar a la sala lo estaba esperando con un montón de cosas que reconoció como suyas-. ¿Hasta cuándo tengo que decirte que no dejes tus cosas desperdigadas por la casa? Ten -lo regañó prácticamente arrojándoselas encima.
-Esto no es mío -repuso Tegoshi mirando un manga sobre la pila de objetos.
-Debe ser de tu prima, ayer estuvo en casa, guárdalo hasta que venga -dijo la mujer volviendo a sus quehaceres.
Tegoshi tuvo ganas de reclamar, pero su madre lucía tan enojada que era mejor no arriesgarse. Subió a su habitación y arrojó todo sobre la cama, miró el manga, era un yaoi.
-No entiendo qué les ven a estas cosas -murmuro tomándolo para dejarlo en la repisa.
De pronto, algo vino a su mente, un yaoi básicamente era una historia de homosexuales, algo a lo que él no estaba tan alejado en ese momento, ya que gracias a su abuela se sentía totalmente confundido desde el día anterior. Miró el resumen en la contraportada, la historia era de dos chicos estudiantes, mejores amigos, cuya amistad se veía quebrantada cuando uno de ellos descubría que el otro siempre había estado enamorado de él. Tegoshi sintió que se sonrojaba hasta las orejas, parecía como si hubiese sido hecha sobre Masuda y él. Se sentó sobre la cama y comenzó a leer, era raro, nunca había leído uno. Las primeras páginas se rió bastante hasta que la historia fue tomando forma, entonces comenzó a sentirse mal. El chico enamorado siempre escondía sus lágrimas tras una sonrisa amable, de la misma forma en que Masuda lo hacía con él. Todo el tiempo apoyaba al otro, incluso si por dentro sentía que ya no podía más al oírlo hablar sobre chicas o verlo salir con estas. Tegoshi cerró el manga y miró por la ventana.
-Taka, ¿tú te sentías así? -preguntó en un susurro, mientras sentía cómo una sensación de pesar se apoderaba de él-. ¿Cuántas veces te habré lastimado? -volvió a abrir el manga y continuó leyendo.
Luego de avanzar algunas páginas donde el enamorado sufre el desprecio de su amigo y un tipo, en plan de príncipe salvador, aparece queriendo entablar una relación con el enamorado, el protagonista comienza a sentirse celoso y descubre sus sentimientos, por lo que acaba haciendo hasta lo imposible por recuperar el cariño de su amigo hasta que al final lo conseguía.
Tegoshi se sentía demasiado extraño, definitivamente esa historia se parecía a la de Masuda y él. Lo único raro de leerla había sido la escena del sexo, lo había hecho pensar en un montón de cosas que no se había planteado sobre hacerlo con un hombre. Además, una de las frases usada por uno de los personajes en ese momento no dejaba de molestar en su cerebro, pues lo había hecho recordar la conversación que había oído entre Masuda y Yamashita. ¿Acaso Masuda se refería a eso cuando había dicho que con el tiempo ya no dolería tanto? ¿Acaso de verdad era Yamashita la persona con la que estaba saliendo? ¿Masuda había sido capaz de llegar hasta ese punto con tal de olvidarse de él? Tegoshi cerró el manga y lo arrojó contra la pared, se sentía realmente molesto, no podía creer que Masuda hubiese hecho algo así. Se arrojó sobre la cama y comenzó a patalear como niño berrinchudo. ¿Qué diablos estaba pasando con él? ¿Por qué le importaba tanto lo que Masuda hiciera? Todo era culpa de su abuela por meter ideas en su cabeza.

Masuda estaba en su pupitre hablando con Kato cuando Tegoshi llegó junto a ellos, traía una cara horrible y parecía querer matarlo con la mirada. Masuda miró a Kato preocupado, este también parecía haberse dado cuenta, pues miraba a Tegoshi con preocupación. Tegoshi se sentó y clavó su mirada al frente, la idea de que Masuda hubiese tenido sexo con Yamashita, si es que él era su novio, había rondado su mente toda la noche y no lo había dejado dormir. Se sentía un idiota preocupado por aquellas cosas, lo que Masuda hiciera no tenía que importarle, pero, aun así, ahí estaba, completamente perseguido por esa idea.
-Por la cara que tenías esta mañana parecía que querías matar a Massu, ¿qué te pasó?
-Nada, sólo dormí mal.
-¿Por qué?
-Estupideces -contestó Tegoshi recordando la cantidad de veces que había despertado por la noche, luego de soñar a Masuda en situaciones un tanto íntimas con Yamashita que lo único que habían logrado era perturbarlo.
-Si tú lo dices…

Tegoshi escondía la nariz bajo su bufanda, ya era de noche cuando a su abuela se le había ocurrido enviarlo a la tienda por leche. Tegoshi caminaba de mala gana con la bolsa en sus manos, su abuela bebía un vaso con leche todos los días antes de acostarse, para ella era parte de su rutina. De pronto escuchó el sonido de un columpio en el parque, era extraño que hubiera niños jugando a esa hora, sobre todo en esa época del año. Entonces la escuchó, aquella risa que era tan conocida para él, ¿Masuda estaba en el parque a esa hora? Se acercó a mirar, quizá estaba confundido, pero no, Masuda estaba sentado en uno de los columpios balanceándose, Yamashita estaba frente a él observándolo, mientras Masuda le hacía una mueca y ambos comenzaban a reír.
-Idiotas -pensó Tegoshi, pero entonces comenzó a sentirse triste. Esos eran los gestos que Masuda siempre hacía para él y con los que siempre lograba arrancarle una sonrisa.
De pronto, Yamashita se acercó a Masuda y le susurró algo al oído. Masuda lo miró incómodo, mientras Yamashita lo tomaba de las manos. Masuda se puso de pie y caminó algo torpe hacia él, Tegoshi no podía apartar su vista de ellos, Yamashita puso su mano sobre el rostro de Masuda y comenzó a acariciarlo, este seguía mirándolo algo incómodo. Lentamente Yamashita se acercó a él y comenzó a besarlo en los labios, Tegoshi observó el rostro de Masuda que poco a poco se fue dejando llevar, Yamashita lo atrajo más hacia él y lo abrazó, mientras continuaba besándolo. Tegoshi sentía el pecho oprimido, quería que pararan en ese momento, no quería que él lo besara, quería ver a Yamashita lo más lejos posible de Masuda. Sin pensarlo, tomó una piedra del suelo y la arrojó con todas sus fuerzas dando justo en el costado del torso de Yamashita. Salió huyendo de inmediato tratando de alejarse lo más rápido de ahí, sentía el rostro húmedo, pasó la mano por su cara, no podía dejar de llorar. Por su estupidez había perdido a Masuda, ahora era claro, tenía que verlo con alguien más para entender que él también estaba enamorado de este.

Capítulo 6

****Publicar fics es más complicado de lo que pensaba, pero es divertido compartir estas historias.

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