Brokeback Zombi. Parte 1.

Oct 30, 2011 16:04


Masterpost

-¡Mueve tu puto culo! ¡MUEVE TU PUTO CULO! -ruge sobre su hombro mientras corre tanto como sus piernas le dejan y en ese momento es más de lo que ha corrido nunca en su puñetera vida-. ¡CORRE!

Lanza otra mirada sobre su hombro, se para en seco, se gira y levanta el arma para apuntar. La cara de Glenn se desencaja pero no deja de correr mientras los jodidos muertos casi lo alcanzan. Hay algunos rápidos, sólo algunos y esos son los más jodidamente peligrosos.

Daryl se reafirma sobre el suelo, respira hondo y dispara.

*

La puerta se abre con violencia y ambos trastabillan dentro. Huele a muerte. El olor está en todos lados. Es dulzón y penetrante. Nauseabundo. Uno piensa que se podría acostumbrar pero nunca pasa.

Daryl asegura la puerta y recorre el lugar con rapidez. Ventanas, puertas y armarios. Esos putos seres están en cualquier parte. Se gira hacia Glenn que está doblado en dos con la respiración agitada. Tiene sangre por todos lados, mala señal.

-Desnudo -le ordena dejando caer la recortada sobre la mesa y el macuto sobre la silla más cercana. El coreano lo mira con terror.

-¿Qué?

-Que te desnudes, joder. ¿Estás sordo, chino?

Glenn aprieta los labios mientras se incorpora y limpia la sangre fresca que le desliza por su frente con la manga de su sudadera.

-No es mi sangre -casi le escupe-. Le reventaste la cabeza a ese zombi a dos centímetros de mí. A DOS CENTIMETROS. ¡Y soy coreano! ¡Coreano!

-Me importa una mierda, princesa Mononoke. Desnudo. Ya.

Tienen una guerra de miradas durante dos segundos antes de que el coreano aparte la cara y tire su mochila al suelo. Se gira la gorra y lo mira desafiante mientras retira cada prenda de ropa. Daryl hace una mueca de desprecio. Glenn consigue quitarse la camiseta sin tirar su gorra de los Atlanta Braves y permanece allí en mitad de la oficina en la que se han colado con los brazos estirados.

-Precioso -masculla Daryl sin evitar darle un repaso al cuerpo pequeño y compacto del coreano. Está ridículo en calcetines, ropa interior y la gorra de béisbol pero su porte es orgulloso. Fascinante. Se acerca hasta el chico y le levanta el mentón con un par de dedos-. La próxima vez cuando diga corre, corres ¿entendido?

-Qué te follen -le escupe apartando la cara de forma brusca y dándole la espalda para comenzar a vestirse de nuevo.

Daryl no se digna a responder está demasiado ocupado fijándose en el trasero del chico.

Puto japonés.

*

-¿Alguna idea de cómo salir de aquí?

Glenn permanece en silencio, los ojos entrecerrados mientras intenta recordar algún recorrido que los haga evitar la manada de muertos que braman bajo la ventana. Tienen que salir de aquella habitación, subir al tejado y saltar al edificio de al lado pero es imposible mientras algunos de esos bichos se muevan por todo el puto edificio.

-No van a tardar en entrar -masculla Daryl acercándose a la ventana con el arma en alto pero sin llegar a disparar. No tienen muchas balas y un par de tiros al azar no los ayudará en nada-. ¿Me escuchas, joder?

-¡Estoy pensando! -brama medio histérico porque no aguanta, no lo aguanta. El ruido de esos seres bajo la ventana es como un recordatorio de que va a morir tarde o temprano. Es como tener a la parca susurrándote al oído que cuando menos te los esperes serás uno de los que están ahí abajo bramando por carne fresca-. Déjame pensar.

Por suerte Daryl permanece en silencio. No es que normalmente sea muy hablador pero nunca evita un enfrentamiento directo; normalmente los busca con ganas.

Se echa hacia atrás en el asiento y mira al techo durante un rato en silencio antes de fruncir el ceño ligeramente. Están en un edificio de cinco pisos, anteriormente un piso de oficinas y ahora una carcasa vacía más. Un edificio de oficinas con un excelente sistema de ventilación.

-¿Crees que entrarás? -pregunta mirando fijamente a la rejilla de ventilación que hay justo sobre su cabeza. Daryl no contesta durante unos segundos pero está claro que su tren de pensamientos a sido más o menos el mismo que Glenn porque no le pregunta que cojones está diciéndole.

Hay un movimiento y cuando gira la cabeza Daryl está allí, su expresión parece casi aburrida.

-Tendré que caber, ¿no crees?

*

-¡Puedes hacerlo! ¡Salta!

Glenn parece a punto de salir corriendo mientras le grita desde la cornisa de enfrente. Para el chico no ha sido difícil saltar de un tejado a otro pero Daryl no puede. Le duele cada parte del cuerpo. Llevan horas corriendo, huyendo de los caminantes y la pierna derecha le comienza a palpitar como un recuerdo doloroso de la caída que tuvo un par de semanas antes.

-¡Cállate la puta boca y vete! -le grita porque no necesita la compasión de ningún chino de mierda.

-¡No! ¡No voy a irme sin ti! ¡Sólo tienes que coger carrerilla y saltar! ¡Puedes hacerlo!

No, no. No, joder. El pánico le agarrota las piernas. Son casi tres metros. No puede.

Un ruido en la puerta de la azotea lo hace volverse bruscamente. Están ahí. Están ahí, joder. Tiene que saltar tiene que... Se gira hacia Glenn que se ha alejado de la cornisa corriendo. Se va, bien. Joder. Que al menos uno de los dos vuelva. Entonces el chico comienza a correr de vuelta de nuevo y Daryl sabe lo que va a hacer.

-¡No lo hagas!

Pero es demasiado tarde. Glenn está saltando de nuevo hacia él, el muy hijo de su jodida madre. Los golpes en la puerta de la azotea se vuelven más violentos como si los seres de fuera supieran que ahora hay más comida disponible.

Joder.

-¿Por qué has vuelto? -le grita mientras el chico se incorpora con la respiración agitada y camina hacia él.

-¡No te voy a dejar sólo con esos seres! No voy a dejar que te sirvas a ti mismo como plato fuerte del día.

-Yo no... -le falta el aire, el chico está muy cerca y el olor a muerte es insoportable-. No puedo saltar -casi escupe como si fuera su más inconfesable secreto.

-¡Te he visto matar a uno de esos seres con una palanca! ¡Puedes saltar dos metros!

Glenn le empuja por el hombre. Daryl aprieta los labios.

-No.

-Sí, ¡hazlo!

Los golpes en la puerta siguen, fuertes, brutales y continuos. Esos seres nunca se cansan y entraran tarde o temprano porque lo único que los motiva es la comida y lo único que los separa de ella es una mierda de puerta de metal demasiado antigua y débil.

-Vete -le grita agarrándolo por el hombre y empujándolo hacia el borde del tejado.

-Sólo si vienes conmigo.

Obstinado hijo de puta.

-¡VETE!

Se deja los pulmones en un grito que solamente pone a los seres de fuera más histéricos haciendo que sus golpes contra la puerta se vuelvan más violentos.

-¡NO, JODIDO CABRÓN! ¡No te voy a dejar atrás cómo tú nunca lo harías!

-¿¡Quién dice que no lo haría!? -le grita, sus narices casi tocándose y sus respiraciones mezcladas-. Esto no es una puta película de tías.

Glenn gruñe y se abalanza hacia delante. Antes de que Daryl se de cuenta se están besando como dos animales desesperados. Ni siquiera sabe si eso puede llamarse beso, solamente son dos lenguas buscándose furiosas mientras se muerden y se arañan toda la piel que pueden encontrar a su alcance.

-¡Salta! -le gruñe Glenn contra los labios, sin aliento-. Salta y volvamos al puto campamento para que me puedas follar hasta que no pueda mantenerme de pie, hijo de puta.

Se vuelven a besar mientras el sonido de los golpes de los no-muertos se comienzan a confundir con los de la madera y el metal quebrándose.

-Tú vas primero.

Sin saber cómo se ve siguiendo las ordenes del maldito niñato. Coge carrerilla y se precipita hacia el edificio de enfrente mientras piensa en la ironía de morir cayéndose de un puto tejado en pleno Apocalipsis zombi.

Sabe que no va a conseguirlo antes de alcanzar la mitad del salto pero de alguna manera milagrosa lo hace. Casi. Su pecho golpea la cornisa y consigue agarrarse con los brazos mientras la mitad de su cuerpo cuelga hacia el vacío. Gruñe mientras intenta levantar las piernas que parecen pesar una tonelada.

-¡Ya estoy! -la voz de Glenn suena en algún punto sobre su cabeza mientras se inclina hacia delante y lo agarra de un brazo. El chico ha tenido que saltar justo después de él-. Te tengo, te tengo.

Cinco segundos después está tumbado sobre el tejado, respirando aceleradamente y con el corazón intentando salirse por su boca.

Lo ha hecho, joder. Lo ha conseguido.

Se gira para mirar al otro chico que sigue con la mirada fija en la azotea de la que acaban de saltar. No necesita levantarse y mirar para saber que el tejado debe estar plagado de esos seres putrefactos arañando el aire con sus manos en un vano intento de alcanzarlos.

Joder.

*

No sabe como lo hacen, como consiguen salir de la ciudad sin encontrarse con ninguno de los muertos vivientes. Vuelven hacia la cantera en silencio, la noche sobre sus cabezas como un pesado manto y sus respiraciones agitadas como única señal de que siguen allí junto al otro. Glenn conoce mejor el camino pero aun así Daryl va en cabeza con la ballesta preparada. Han ido perdiendo todas y cada una de sus pertenencias. Las mochilas, los pocos víveres que consiguieron encontrar y las armas.

Se deslizan entre los árboles y están casi alcanzando el campamento cuando un tiro a sólo unos pocos centímetros sobre sus cabezas los para en seco.

-¿Quién anda ahí? ¡He fallado a propósito! Os escucho respirar así que sé que estáis vivos.

Sé que estáis vivos. ¿En qué tipo de mundo eso es una frase normal? La idea lo hace tener ganas de vomitar.

-¡Somos nosotros, Dale! -grita Glenn, adelantándose.

-¿Glenn? ¡Por el amor de Dios, hijo! ¡Qué alegría!

El viejo aparece entre los árboles y se acerca a ellos corriendo con la escopeta en una mano, sin duda el hombre debía estar haciendo la última ronda antes de volver al campamento para dormir. Dale abraza al chico como si le fuera la vida en ello y le dedica una sonrisa incómoda a Daryl.

-¿Qué ha pasado?

-Le pregunta sería qué cojones no ha pasado -masculla Daryl pasando de largo y dirigiéndose hacia el campamento.

-Nos metimos en aquella zona que nunca habíamos explorado, pensando que quizás la cosa estaría calmada pero no fue así. Había cientos de caminantes. Escapamos por los pelos.

Glenn sigue hablando con el viejo de camino al campamento, charlando sin parar y poniéndolo de los nervios. No quiere recordar la escena del tejado. La sola idea le hace tener ganas de salir corriendo o de matar a puñetazos al primer imbécil que le dirija la palabra.

Respira hondo un par de veces intentando controlarse.

-¿Dale? -pregunta una voz sobre su cabeza, a unos tres metros está la caravana que parece ser el epicentro del campamento.

-Soy Daryl -grita.

-¿Estás sólo? -pregunta Jim desde su puesto de vigilancia sobre la caravana-. ¿Y Glenn?

-¡Estoy aquí! -grita el chico un par de metros atrás.

Los ignora siguiendo su camino hacia su tienda. Sólo quiere tirarse a dormir y desaparecer a la mañana siguiente. Se ira de caza, ira a donde sea pero no se quedará en el campamento. No después de lo que pasó en el tejado. Necesita analizarlo o, mejor, olvidar todo.

-¡Daryl! -grita la voz de su hermano Merle apareciendo casi de la nada y posando una mano en el hombro con más fuerza de la necesaria-. ¿Dónde coño estabas?

-De fiesta -masculla.

Merle gruñe y aprieta más sobre su hombro haciendo que sus nudillos crujan.

-¿Por qué cojones tienes que ir siempre con el jodido chino a la ciudad? Te dije que te quedaras.

Mira a su hermano fijamente, tiene ganas de cogerlo por el cuello y apretar hasta dejarlo sin aliento pero se limita apartarle la mano del hombro con un gesto brusco.

-Conoce la ciudad y tú no eres mi puta niñera.

Comienza a alejarse de su hermano y éste lo sigue inmediatamente. Sabe que habrá bronca, Merle debe llevar un par de horas bebiendo una de esas botellas de whisky barato que encontraron hace un par de semanas.

-¿Qué? ¿Ahora el puto chino es una jodida guía turística? Venga, chaval. ¿Qué mierdas estás diciendo?

-Déjalo en paz.

Merle suelta una carcajada aguda y fría.

-Defendiéndolo, ¿eh? ¿Tan bien te come la polla?

Daryl se para en seco y se gira antes de agarrar a Merle por la camiseta. Tira con brusquedad y lo acerca hasta que están casi nariz con nariz.

-Vuelve a decir eso y te rompo todos los dientes.

Merle suelta una risita y se eleva un poco sobre la punta de los zapatos. Daryl es sólo un par de centímetros más alto pero Merle le supera en anchura.

Escucha pasos y desvía los ojos de su hermano para encontrarse con la mirada asustada de Glenn. También se han acercado alguno de los otros miembros del campamento pero Daryl solamente puede mirar al coreano. Su mente vaga inmediatamente hacia la azotea, un par de horas atrás y casi puede sentir las manos del chico enredadas en su cabello mientras se robaban el aíre a mordiscos.

Merle aprovecha su distracción para inclinarse hacia atrás y arrearle un cabezazo justo en la nariz. Suelta un gruñido de dolor mientras da un par de pasos hacia atrás y empieza a sangrar como una fuente. Su hermano suelta una risa oscura antes de agarrarlo por el brazo y arrearle un puñetazo en el estomago seguido de un codazo en la espalda derribándole contra el suelo.

Alguien grita mientras la bota de Merle impacta contra sus costillas una y otra vez. Incluso le da una patada en la cabeza dejándolo medio ido.

Cuando su hermano parece considerar que es suficiente, deja de darle patadas y Daryl solamente puede hacerse una bola sobre su costado. Los pulmones y el pecho le arden cómo si tuviera fuego dentro, cada respiración es una prueba de voluntad.

Merle se arrodilla a su lado y le agarra por el pelo con fuerza levantándolo un poco del suelo.

-La próxima vez que quieras comportarte como un hombre y defender tu honor deja de quedarte mirando a tu novia cómo un marica de mierda enamorado.

-No soy... -masculla sintiendo como la sangre se desliza por su garganta y una arcada lo hace casi ponerse a vomitar como una niña de cinco años.

Merle se limita a sonreír y lo deja caer bruscamente antes de alejarse. Hay un largo silencio en que nadie se mueve ni se acerca. No es de extrañar. Daryl y Merle no son precisamente las personas más apreciadas del grupo.

Se queda allí tumbado sobre sus espaldas durante unos minutos que parecen eternos antes de intentar incorporarse. Eso parece sacar a los demás del trance y dos o tres se acercan corriendo hacia él. Intenta apartar las manos que lo ayudan a levantarse pero son insistentes. Suelta un gruñido cuando hace contacto visual con Glenn y se gira casi cayendo contra el suelo.

-No me toques -escupe sangre mientras todo se vuelve borroso y alguien fuerte lo levanta casi del suelo-. Suéltame, hijo de puta.

Shane, debe ser él porque es el auto proclamado líder del campamento o alguna mierda así, lo agarra con firmeza y le masculla un firme no me jodas y cállate. Daryl intenta protestar pero lo único que consigue es desmayarse.

*

-No -escupe en cuanto Glenn aparece en la tienda con un plato y un vaso-. Vete.

El chico se queda arrodillado una pierna dentro y la otra a medio camino, lo mira confundido.

-Tienes que comer...

-No quiero tu mierda de comida.

La paliza de Merle aun le tiene postrado con no sabe cuantas costillas y la nariz rota. No tiene intención de estar mucho más en aquella tienda pero de momento es incapaz de dar dos pasos sin asfixiarse.

-Tienes que comer, Daryl. Recuperarás fuerzas.

Intenta respirar hondo pero el dolor en el pecho es brutal como una puñalada.

-Mierda -gime apretando los dientes.

Glenn deja el plato y el vaso en el suelo y se apresura a acercarse.

-¿Estás bien? ¿Pasa algo? ¿Puedes respirar? -el chico lleva una mano hasta su pecho, Daryl le agarra por la muñeca con brusquedad-. ¿Qué?

-No me toques.

El coreano parpadea un par de veces, confundido. Se queda allí mirándolo con incredulidad hasta que su cara se convierta en una máscara de entendimiento.

-¿Es por el beso?

-No… -masculla con los labios apretados-… hables de eso.

-¿Por? ¿Tienes miedo que alguien se enteré de que te gusta morrearte con tíos? Espera, no. Tienes miedo de tu hermano, ¿no? -Daryl aprieta la muñeca del chico con fuerza como si se tratara de una advertencia y éste hace una mueca apartándose ligeramente pero sin dejar de hablar-. Estás muerto de miedo porqué tu hermano se entere de que has besado a otro tío, a un chino.

-Cállate la puta boca -tira un poco de la muñeca del chico que no se amedrenta y sigue hablando.

-Pensaba que eras muchas cosas, Daryl, pero no un cobarde.

-¿Cobarde? -sisea-. ¿Estás de puta coña? ¿Cobarde?

Suelta una carcajada que le atraviesa el pecho. Aprieta con un poco más de fuerza la muñeca del chico y este suelta un quejido mientras da un tirón soltándose de su agarre.

-¿No lo eres? De todas maneras -masculla acariciándose la muñeca- solamente te he traído tu comida, no te he pedido que bailes en el desfile del orgullo gay.

Daryl aprieta los dientes con fuerza y aparta la mirada del chico. La lona de la tienda es mucho más interesante. La lona es más segura. No siente ganas de besarla o de follársela hasta que grite su nombre. Es una puta lona.

-Daryl, ¿no crees que tenemos suficientes problemas? El mundo se ha acabado, no queda nada ahí afuera a parte de muertos que reviven y tú tienes problemas con quien te vas a la cama... No es como si ha alguien le importara ahora mismo una mierda eso.

Se niega a mirarlo.

-El mundo no ha cambiado simplemente se acabó el puto sitio en el jodido infierno.

Escucha al chico murmurar algo pero es demasiado bajo para entenderlo. Quizás lo está insultando, quizás simplemente está riéndose. Le da igual.

-Sal de aquí.

El dolor de las costillas es insoportable. Necesita quedarse sólo en ese mismo momento. Quiere gritar.

Glenn no se despide, sale de la tienda sin decir nada. Es lo mejor. Ambos pueden fingir que el beso en la azotea nunca ocurrió. Porque Daryl Dixon es muchas cosas pero no un jodido marica.

*

Glenn escucha a Daryl gritar cuando está a menos de dos metros de la tienda. Se gira por inercia y sus pies buscan el camino de vuelta hacia el hombre, pero una mano en el hombro lo detiene. Levanta la mirada para encontrarse con Shane que niega ligeramente con la cabeza.

-Déjalo -parece una orden-. Tiene tres o más costillas rotas y sin ningún anestésico... debe doler como una puta. Merle lo dejó bien jodido.

-¿Y sí tiene algo interno? -pregunta sin poder evitarlo-. Algún órgano interno hecho mierda o yo que sé, esas cosas pasan todo el rato en las películas. Puede desangrarse por dentro.

-Entonces morirá. No hay nada que hacer.

Shane habla con tanta tranquilidad, como si Daryl no fuera más que un estorbo y no un ser humano.

-¿Cómo puedes decirlo tan tranquilamente?

-¿Has visto el mundo últimamente, Glenn? Estamos rodeados de muerte y te acostumbras o te echas a morir con los demás.

Tiene que apretar los dientes con fuerza y asentir. Todos van a morir tarde o temprano y... volver. La idea lo hace estremecerse.

*

Lo primero que hace Daryl cuando puede levantar los brazos lo suficiente, es pegarle un puñetazo a Merle y jurarle que lo matará mientras duerme. Su hermano se limita a reírse mientras le tiende la botella de whisky barato.

Se beben juntos sin dirigirse la palabra. Daryl no va a cumplir su palabra. Merle es su hermano mayor, es el cabrón que lo sacó adelante mientras su madre vendía su cuerpo para pagarse el alcohol y su padre se pudría en alguna cuneta. Puede que su hermano no sea una hermanita de la caridad pero haría cualquier cosa por él. No dudó en salvar su culo cuando era un crío y se metía en problemas y no dudó en hacerlo cuando el fin del mundo comenzó. Merle es todo lo que tiene.

-Eres un tío fuerte -gruñe su hermano entre el estupor del alcohol-. Te curarás pronto y saldremos a cazar un puto ciervo. Quiero comer carne de verdad. Estoy hasta los cojones de las ardillas y las ratas.

Daryl asiente sin decir nada, se sube el cuello de la chaqueta y dirige una mirada rápida al otro lado del campamento donde los demás están sentados frente a una fogata casi sin vida.

-Las hermanitas están buenas, ¿eh? Lo que daría por meterles un par de puñaladas de carne -Daryl aparta la mirada del fuego para mirar a su hermano que se toca descaradamente la entrepierna-. Aunque realmente me follaría hasta a la negra, joder. Estoy hasta los huevos de mi mano derecha.

-Haz lo que te salga de los cojones pero no nos metas en problemas -se frota la mejilla con el puño, molesto.

-Podría hasta follarme al chino. Seguro que tiene un culo pequeño y apretado -Daryl gira tan rápido la cabeza para mirar a su hermano que su cuello cruje con fuerza, Merle sonríe-. ¿O es propiedad privada?

Aprieta los puños con fuerza.

-Cómeme la polla.

-Oh, ¿no lo hace bien el chino?

Se pone en pie bruscamente y sus costillas se quejan pero ignora el dolor para abalanzarse sobre su hermano. Le apoya el cuchillo de caza contra el cuello y le enseña los dientes como un perro rabioso.

-Vuelve a llamarme marica y te corto el cuello -las palabras salen un poco brumosas a causa del alcohol pero le importa una mierda.

No tiene el cuchillo en el cuello de su hermano porque lo esté llamando marica. Está bastante acostumbrado a su sentido del humor amargado y retorcido. El cuchillo está en el cuello de Merle porque está amenazando con tocar a Glenn y la simple idea lo vuelve loco.

Merle suelta una carcajada llamando la atención del otro grupo y estos se levantan alertados.

-Vale, vale, chaval. Ya veo que tienes bien puestas tus pelotas. Ahora aparta el cuchillito antes de que hagas algo de lo que te arrepientas.

-Gilipollas -gruñe apartando ligeramente la afilada hoja de metal de la garganta de su hermano.

-Hey, Dixon -Shane se acerca hasta ellos- ¿por qué no bajas el cuchillo? Me importa una mierda si le cortas el cuello a tu hermano dentro de tres horas, pero ahora hay niños despiertos y no tienen que presenciar esto.

-Solamente estamos charlando, señor policía -masculla Merle entre carcajadas.

Daryl se aparta furioso y vuelve a guardar el cuchillo en la funda. Merle sigue riéndose entre dientes cuando él se dirige hacia la tienda que comparten y entra sin decir palabra. Se tumba sobre su saco de dormir con la respiración agitada y el cuerpo tenso. El alcohol recorriéndole las venas como veneno.

Tres horas después sigue despierto con los ronquidos de Merle como única compañía. No puede parar de pensar. Resulta que cuando te encuentras en mitad del maldito fin del mundo una de las pocas cosas que puedes hacer es pensar y darle vueltas a todo.

Se gira un par de veces pero sin llegar a sentirse cómodo. Las costillas le impiden dormir de otra manera que no sea boca arriba, el saco de dormir está deshilachado y tiene agujeros y el frío no ayuda nada a aliviar el dolor. Solamente hay una cosa que puede hacer. Permanece unos diez minutos mirando el techo, asegurándose de que Merle está completamente dormido antes de deslizar la mano por encima de su pecho y meterla en los calzoncillos. No es cómo si su hermano se fuera a escandalizar, están en el jodido fin del mundo y se han visto en situaciones más comprometidas pero aun así no quiere que Merle lo escuche, tiene miedo de lo que pueda salir de su boca.

Abre un poco las piernas e intenta permanecer en silencio mientras desliza la mano arriba y abajo. Lo hace rápido, casi seco con los ojos clavados en el techo de la tienda y los labios firmemente cerrados. Intenta mantener la mente en blanco, solamente necesita un orgasmo y dormirse lo antes posible para poder dejar de pensar.

Se folla el puño con rapidez, levantando las caderas suavemente del suelo y embistiendo con ganas pero falta algo. Es demasiado seco y tiene que apretar la base suavemente antes de deslizar la mano por la punta de su polla y recoger las gotitas de humedad que se forman allí. Las fricción se vuelve húmeda y eso está mucho mejor. Su respiración se vuelve agitada a cada segundo, sus pulmones se esfuerzan por enviar el suficiente oxigeno mientras una mezcla de dolor y placer se apoderan de su cuerpo.

Cierra los ojos con fuerza mientras su mano acelera el ritmo. A su mente viene el recuerdo de la azotea, de Glenn. Recuerda la sensación de los labios del chico sobre los suyos, su cuerpo pequeño y compacto contra su pecho. Los latidos del corazón se le disparan violentamente y suelta un gruñido entrecortado. Casi puede oler al chico, casi puede verlo sonreír, reír... Gemir. Dios, casi lo escucha. Seguramente sería un gemido ligero, caliente. La idea solamente lo vuelve más desesperado, su polla palpita entre sus dedos y su cuerpo se arquea ligeramente.

Si Glenn estuviera allí, si entrara en ese momento, si lo escuchara gemir su nombre... ¿qué haría? ¿Unirse? ¿Apartaría la mano de Daryl para usar la suya? ¿O, quizás, usaría su boca? La simple idea le hace sentir fuego en las pelotas y el vientre se le convierte en gelatina. Comienza a visualizar a Glenn inclinado sobre él, sus labios estirados y húmedos alrededor de su polla, lamiendo, succionando, tragando hasta la última gota... La idea es demasiado tentadora y se corre contra su vientre imaginando que lo hace entre los labios de chico. Aprieta los dientes hasta lo imposible para evitar el gruñido de satisfacción que le escala por la garganta.

Permanece unos minutos relajado, recuperándose antes de darse cuenta de lo que acaba de hacer, de en lo que acaba de pensar. Gira la cabeza para comprobar que Merle sigue dormido y respira aliviado al comprobar que es así. Tose con fuerza un par de veces e inmediatamente se arrepiente. El dolor, que había dejado de lado para centrarse en otras sensaciones, vuelve con una patada en los huevos y lo hace maldecir entre dientes. Cuando el dolor remite ligeramente se gira para coger una camiseta del suelo, se limpia la mano y el pecho sin muchas ceremonias antes de volver a dejarse caer sobre el camastro.

Cierra los ojos con fuerza. La idea de haberse corrido pensando en Glenn lo horroriza por completo. ¿Qué coño le está pasando?

*

Glenn no es un mirón pervertido pero hay veces que se encuentra mirando fijamente a Daryl sin darse cuenta. La mayor parte del tiempo consigue ignorarlo, fingir que nunca a pasado nada entre ambos y que ni siquiera le cae bien. Otras veces es un poco más difícil. Esas veces suelen ir acompañadas de Daryl decidiendo que hace demasiado calor para llevar camiseta y se dedica a pasearse por el campamento sudado y medio desnudo. A nadie parece importarle pero Glenn tiene un serio problema para apartar los ojos del otro hombre en esos momentos. No es su culpa que la mayor parte del tiempo que Daryl pasa en el campamento lo dedique a hacer algo pesado y masculino que parece gritar soy extremadamente heterosexual, mira como corto estos troncos y sudo como un hombre. Nadie puede culpar a Glenn por mirarlo fijamente, al fin y al cabo sólo tiene 20 años y una vida sexual inexistente. Y no es que le preocupe demasiado, están en el fin del mundo y follar no es una de sus metas. Con sobrevivir otro día más se conforma pero hay que entender que sigue siendo un hombre y Daryl tiene unos brazos enormes que podrían levantarlo del suelo y...

Dios, tiene que evitar esos pensamientos para no tener una erección delante de todos.

Así que no, no está allí sentado mirando a Daryl despellejar una ardilla ni tampoco está allí para mirar cómo el sudor le recorre la nuca y se desliza por su amplia espalda. No, él está leyendo. Que lleve media hora sin pasar página es simplemente porque hace mucho calor y no se centra en lo que hace. No es porque Daryl esté sudando y riéndose con su hermano mientras preparan los animales que van a asar.

Suspira y se acomoda contra el árbol. Todo es culpa de Daryl.

-Hey -levanta la mirada sobresaltado. Amy se sienta a su lado bajo la sombra del árbol y le dedica una sonrisa amigable.-. Perdona, no pretendía asustarte.

-No, no lo has hecho. Estaba... despistado.

-Leyendo, ¿eh? -ella sonríe.

-Sí, leyendo -murmura sintiendo que las mejillas comienzan a arderle.

-No tienes que fingir conmigo, ¿sabes?

-¿Fingir? No estoy fingiendo nada. Estoy aquí sentado leyendo este libro por décima vez -las palabras le salen atropelladas-. En serio, sólo eso. No hago nada más.

No miro la espalda de Daryl ni me preocupo porque se pueda quemar y que le salgan más pecas. Ni tampoco por los moratones que aun tiene en los costados, ni me preocupo por cómo puede ser capaz de seguir mirando a la cara al bastardo de su hermano después de la paliza que le dio.

-De acuerdo, pensé que podríamos charlar sobre los increíbles brazos de Daryl Dixon pero si solamente lees...

Las palabras de la chica le causan una puñalada de celos y durante unos instantes se queda desorientado sin saber exactamente de donde viene ese sentimiento. Amy ladea ligeramente la cabeza y alza una ceja.

-Vaya, que cara. No pensé que te molestara... Lo siento, no pretendía que te sintieras mal.

-No, -masculla- no me molesta en absoluto.

Mira al frente para comprobar que Daryl y su hermano siguen a lo suyo antes de volverse de nuevo hacia ella. Decide no negar lo evidente, no ganaría nada con ello.

-No creo que le guste saber que estaba mirando.

Amy sonríe un poco y niega con la cabeza.

-Él te mira, ¿sabes? Probablemente piensa que nadie lo ve pero yo tengo buen ojo para esto. Cada vez que vuelve al campamento mira alrededor como buscando algo y hasta que no te ve no se relaja -la chica levanta las piernas y pasa los brazos alrededor-. Es bastante evidente.

-¿Qué? -parpadea como un estúpido y ella suelta una risita.

-Te lo juro, no tengo que mentirte.

-Seguramente sólo sea su manera de asegurarse de que la manada está unida o alguna mierda de esas de macho de las cavernas.

-¿Estás de broma? -suelta una carcajada-. Daryl Dixon mearía sobre la tumba de cualquiera de nosotros. Le importamos menos que cualquiera de esos... seres que nos quieren comer pero contigo es diferente, lo sé.

Glenn niega con la cabeza.

-No sabes lo que dices.

-De acuerdo, no me creas pero te digo una cosa y es que ese tío está deseando acercarse a ti.

Pone los ojos en blanco.

-Realmente ves muchas telenovelas -se para un segundo pensando en lo que ha dicho-. Bueno, veíais.

Ambos se quedan en silencio mirándose. Siempre pasa eso y les pasa a todos. A veces alguien habla como si el mundo siguiera igual, cómo si nada hubiera cambiado y cuando se da cuenta de su error e intenta cambiarlo se crea un momento tenso en el que todos recuerdan que ya nunca nada será igual.

-¿Para que necesito un culebrón si puedo mirarte languidecer como una dama en apuros por los fuertes brazos de Dixon? -Amy rompe el incómodo silencio con una sonrisa.

-Serás...

Le da un golpe con el libro mientras comienza a reírse sin poder evitarlo. Ella estira el brazo y le quita la gorra mientras se pone en pie y sale corriendo.

Durante un rato se olvidan de todo y solamente ríen como niños mientras los demás adultos del campamento los miran entre divertidos y censuradores.

*

Daryl por su parte solamente tiene ganas de apuñalar a la rubia de los cojones.

*

Parte 2 | Masterpost


fic: brokeback zombi, personaje: daryl, fandom: twd, !porno gay, personaje: glenn, pairing: daryl/glenn, fic

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