Tabla Ventura: 13, 14
Bueeeno. Es que se me han ocurrido más ideas.... ^^ viva Misa
13. Sacrificio
Puede que Light hubiese decidido encerrarse para sacrificarse por la causa de Kira. Encerrarse para que nada ni nadie descubriese que él era Kira. Pero a Misa la habían encerrado sin preguntar. Ella no había dado la idea. Otros habían decidido encerrarla. Ella sólo había podido decir "si". Por Light.
Encerrada entre cuatro paredes, sentada, atada a una silla, más bien. Sin poder moverse, sin poder ver. Era lógico que L la hubiese encerrado de tal forma. Era una buena precaución contra los desconocidos poderes de Kira.
Aguantaría. De eso estaba segura. Aguantaría y atesoraría el nombre de L en su mente. No se lo repetía demasiado: su experiencia era que de tanto intentar acordarse, uno se podía olvidar del asunto importante. Sólo tenía que recordar la ocasión en la que L y Light la rodeaban en la Universidad. Cuando habían estado a punto de pillar a Light.
Kira. Qué gran poder. Qué maravilla. Sólo había que escribir un nombre. ¡El mundo entero estaba a sus pies! ¡Y ella sentada a su derecha!
En las sombras, Misa tenía sueños de grandeza. Sólo podía pensar y oir las voces cuando hablaban con ella. Era normal que se le fuese la cabeza...
14. Sabiduría
Un extraño conocimiento se apoderó de su ser. De repente, sabía exactamente qué hacer. Y todo gracias a Misa. Sin Misa no habría tenido la carga pesante de una chica pesada y estúpida. No habría tenido que fingir ser su novio, se habría ahorrado tiempo y paciencia, sí...
Pero ella tenía el ojo, y mientras lo conservó era su mejor arma. Con el ojo, podía exterminar más criminales de los que nadie había oído hablar. Simplemente con verles la cara. Una cara, una mala acción y una muerte. Y Misa trabajando.
Y ahora, se había dado cuenta. Rem le tenía demasiado afecto a Misa. Y Misa era la que le había dado la clave para conseguirlo todo.
«¿Sabes como se mata a un shinigami?»
La vida de Misa corría peligro por la mera existencia de L. Light había ganado. Rem estaba arriconada entre la espada y la pared. Light y Misa. Misa. Y seguramente, mientras lo pensaba, veía el nombre de L sobre su cara. Lo veía y podía escriburlo en su cuaderno. Podía salvar a Misade L. Y hacer ganar a Light. Y todo sin que Light moviese un músculo... Todo gracias a Misa.