Recuerdo una noche de hace algunos veranos: yo salía de mi casa medio adormilada aún para ir a trabajar de madrugada a una gran superficie comercial donde me ocupaba de reponer la mercancía mientras casi todos vosotros dormíais plácidamente; entonces me topé con la luna de frente y me paré en seco en la acera. Estaba tan gigantesca que parecía que
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Yo nunca he tenido visiones nocturnas poético-campestres, desventajas de vivir en una gran ciudad. Aunque lo de los caballos parecía al principio el preludio de una abducción, menos mal que al final fue sólo un susto y no acabó como noticia de Milenio 3.
Y anímate a escribir más a menudo (dice la perra que hace un par de entradas al año … :P)
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Yep. Imaginación no me falta, aunque tampoco es que suela tener visiones freudianas a menudo, quiero decir: sin haberme fumao un porro antes, claro. Pero sí, trabajar de noche te trastorna, cuánta razón tenía Dinio. Con un horario como el que yo tenía era imposible no quedarse medio traspuesta. Luego, te pasan cosas muy raras, y toparse con dos caballitos trotando por la carretera una madrugada solitaria se convierte en algo de lo más normal.
Yo también te animo a que escribas más a menudo, y ya de paso a que nos presionemos mutuamente para hacerlo. El mundo lo merece! ;)
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