"Los jóvenes salieron a las calles, y súbitamente todos los partidos envejecieron"

May 21, 2011 17:37

Tengo 21 años, vivo en el centro de Madrid y hasta esta semana no conocía el significado de la palabra democracia. Desde que tengo uso de razón me han hecho creer que democracia era poder elegir entre el color rojo o el color azul. Me han hecho creer que cada color representaba algo diferente, y que mi libertad como persona radicaba en poder escoger entre negro o negro oscuro.  Me han hecho creer que existen dos Españas irreconciliables por una guerra que acabó el año en que nació mi abuela. Y que debía elegir, o bien ir contra el vecino del quinto, o ir contra el del tercero.
A los políticos, a los sindicatos, a la tele, los periodistas, los tertulianos, los jueces, a todos los que seguís con vuestras palabras vacías y vuestros miedos caducos, se acabó. Mentirosos todos, no hay lugar para vosotros en lo que queremos construir.
Por intentar hacernos creer que todo lo que nos podía ofrecer España era el autocomplejo, las deudas económicas y el trabajo precario, las noches de Sálvame y una democracia de transición, envejecida y atrofiada de tantos años sin moverse.

Ayer 20 de mayo, a las 00.00, más de 25.000 personas reunidas en la Puerta del Sol guardamos silencio, sólo unos segundos de silencio por una era que ya ha muerto. Oye, los pelos como escarpias.

Algo empieza y algo acaba... Hablando de la manifestación del 15M, antes y después, he cruzado opiniones con mucha gente. Normalmente todo acababa  con un ya gastado "lo que tú quieras, pero no vais a cambiar el mundo", y a mí sólo se me ocurría contestar que eso sólo lo dicen los que no lo intentan. La gente se encogía de hombros, me miraba y se iba, y yo no podía hacer otra cosa.

Ayer, ayer... Ayer no había nadie que pudiera decirme eso. Ayer, escuché a las campanas del reloj de la Puerta del Sol darnos la bienvenida al mundo que vamos a construir. Ayer dejé de hablar en futuros condicionales, ayer dejé la palabra utopía en casa, ayer me convencí verdaderamente de que desde las calles podemos cambiarlo todo.

¡Toma la plaza! ¡Vota con convicción y no con costumbre! ¡Grita que no lo entiendes, que nunca lo has entendido, que no piensas intentar entender ni  un día más una supuesta democracia que agoniza y que se muere por regenerarse!! ¡Despiértate con la sensación de no haberlo hecho, porque sigues soñando con nosotros! ¡Enseña tus manos, vacías, porque esas son tus armas!

Y por hoy, sólo reflexionaremos. Pero lo haremos juntos.

tomalaplaza, yo me quedo en sol

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