[Fanfic] Si no hubiera... (Mir - MBLAQ)

Jan 28, 2013 00:26

Título: Si no hubiera... (Parte A)
Pairing: Mir / MBLAQ

~ It´s war - MBLAQ
Tipo: One-shot
Género: Shoujo (hetero)
To: Sofi (q amenazaba con picarme todos los días las costillas hasta q no le hiciera pornosidades Miru-chan… Por desgracia acabo de descubrir que no puedo escribir pornosidades si no son yaoi XD gomen na XD)

Todos los días me pregunto qué sería diferente en mi vida si no hubiera conocido el amor. Sí, sé que conociéndome, todos pensarán que me he golpeado la cabeza o que me han drogado con alguna cosa rara de esas que preparan luego las fans esperando que se cumplan sus más locos deseos pero... lo cierto es que ninguna de las dos cosas es cierta, no en mi caso. Porque lo que ahora siento no fue algo que apareciera de la noche a la mañana, no fue una de esas situaciones de película romántica donde el chico conoce a la chica y terminan enamorándose de un modo que raya en lo absurdo. No. Esta historia de amor comenzó con un típico "había una vez un chico de campo que se fue a probar suerte a la gran ciudad..." y sí, ese chico soy yo.

Cuando llegué a Seoul, lo único que tenía claro era mi sueño. Sólo pensaba en ser idol y cantar y bailar sobre el escenario y hacer que todas las fans me amaran. Pero luego los conocí... y, aunque suene trillado, mi vida cambió.

Joon era el popular, el carismático, el del cuerpo perfecto... y yo... Yo sólo era el menor del grupo, el niño bonito que rapeaba y nada más y ella… ella era su mejor amiga.

Nuestra amistad pasó de ser una relación de integrantes del mismo grupo a buenos amigos y antes de que ninguno de los dos se diera cuenta, ya éramos más que mejores amigos, casi como hermanos. Como era de esperarse, pronto comenzaron a nacer los rumores y las novelas acerca de nosotros... y aunque confieso que muchos estaban basados en cosas ciertas, nunca terminaron por ser cien por ciento reales... no como yo hubiera querido. Porque en ninguna de las historias que escribían nuestras fans estaba ella

Y es que a pesar de que nadie más lo sabía... Joon tenía en su vida a alguien especial. Lee Joon estaba enamorado de su mejor amiga. Esa chica alegre y risueña que había compartido tantas cosas a su lado desde que eran niños. La misma a la que llamaba siempre que se escondía en algún lado para desestresarse de nuestras múltiples actividades. Esa que siempre lo hacía reír cuando estaba de malas, que lo escuchaba y lo consolaba cuando estaba triste, quien siempre se llevaba sus palabras más dulces, esas que todas las fans deseaban escuchar y que a pesar de todo lo que imaginaran entre nosotros, jamás serían mías, porque le pertenecían a ella y a nadie más. Esa a la que simplemente jamás había visto, porque él se aseguraba de mantenerla totalmente lejos del caos que era nuestra vida como artistas y de quien sólo sabía de su existencia por todo lo que Joon hablaba siempre de ella cuando estábamos solos en casa.

No la odiaba por tener todo el cariño de mi mejor amigo. Después de todo, ella era la única que lo hacía estar siempre tan feliz y yo era feliz por ello. Además... ella terminó por volverse también mi amiga.

El tiempo y las circunstancias hicieron que termináramos conociéndonos durante la primer fiesta sorpresa de cumpleaños que le hicimos a Joon durante nuestras vacaciones de principios de año.

Confieso que me sorprendí mucho cuando escuché una voz de chica al responder una llamada de mi hyung. Pero bastó con escuchar su nombre para saber que era ella. Después de todo, no era común tener una amiga no coreana en Corea. Todo había sido su idea, claro, yo no lo conocía tan bien como para saber a quiénes invitar, qué comprar, qué preparar... darme cuenta de aquello, dolió. Dolió mucho saber que no conoces todo de la persona con la que más convives todos los días. Dolió descubrir que existía alguien que sí lo sabía. Y dolió más el hecho de que esa persona no fuera yo siendo que se suponía que yo era su mejor amigo.

Pero siempre he sido un poco idiota en ese aspecto y me cuesta mucho trabajo decir que no...  después de todo, no dejo de ser un chico de campo que siempre ha velado por sus seres queridos.

Fue así como terminé junto a Sofía durante una semana completa, planeando y organizando la fiesta de Joon. Fue así como terminé tomándole cariño. Y... aunque era mi primera intención cuando acepté ayudarla, no pude ni hacerle la vida de cuadritos ni boicotearle la fiesta para hacerla quedar mal frente a Joon.

Al final... la fiesta fue genial. Incluso le robó algunas lágrimas de felicidad a Joon, quien había sido engañado completamente haciéndole creer que todos habíamos olvidado su cumpleaños. Y yo no había dejado de sonreír como tonto porque estaba demasiado conmovido por su alegría desbordada.

Supongo que fue en ese entonces cuando CheonDung y yo nos volvimos más cercanos, después de todo, él había sido el único que notara que algo me pasaba con respecto a mi nueva amiga y lo que le pasaba a nuestro hyung con su mejor amiga. Y aunque siempre afirmaba que lo nuestro era un extraño triángulo amoroso de dorama porque era demasiado clichetero que a los dos nos hubiera terminado gustando la misma chica, lo cierto es que le preocupaba la manera en que eso pudiera terminar afectándonos como amigos y como grupo. Para mi suerte, Joon era mucho más lento que yo para esas cosas y parecía no haberse dado cuenta de nada.

Pero siendo mi vida como era, siempre llena de casualidades desfavorables, las cosas poco a poco se fueron poniendo peores.

Y no... no era que ellos hubieran empezado a salir o algo.

La cosa era que cada vez me volvía más cercano a mi rival de amores y, sobre todo, a nuestra “manzana de la discordia” (que era como la llamaba CheonDung para que nadie más se enterara) y cuando menos pensé, mi amigo ya estaba celoso porque cada vez pasaba más tiempo con Thunder y menos tiempo con él y no dejaba de fastidiarme las veinticuatro horas del día por estarlo cambiando por otro.

Joon idiota.

Sí supiera la verdad, ni siquiera se le pasarían esas cosas por la cabeza... pero... sí supiera la verdad, probablemente me odiaría y perderíamos nuestra amistad por completo.

Y como era de esperarse, aquello se había vuelto el tema candente de los fanfics de las fans: un triángulo amoroso donde ambos peleaban por mí… Menuda idiotez.

Sí, una cosa era el fanservice y otra muy diferente que fuera cierto detrás de cámaras. Joon podía estar bien con lo primero, pero lo segundo... era algo que ciertamente incomodaba en el departamento aunque ninguno dijera nada.

Y es que si de algo estaba ciento por ciento seguro, era de que ninguno de los tres éramos gay. Sí, mis hyung me gustaban, pero era un gustar que en mucho distaba de ese sentimiento cursi del amor de pareja.

Los días de convivencia hostil continuaron. E incluso aumentaron de intensidad. Ahora no sólo estaba celoso por mi “excesiva” convivencia con CheonDung, sino que había descubierto que a menudo conversaba y salía con su mejor amiga sin que él estuviera siquiera enterado. Y lo aguanté hasta dónde pude. Sus palabras frías y su trato agresivo terminaron por sobrepasarme. Cuando menos pensé, ya  había perdido el apetito, no dormía bien, no tenía ganas de salir, no reía a carcajadas, me daban asco los dulces y ni siquiera compraba mangas... estaba deprimido.

Como era de esperarse, los demás pensaron al principio que habíamos tenido algún malentendido y como veían que no le dábamos realmente mucha importancia, lo dejaban pasar después de que ambos nos largáramos tras una serie de insultos y reclamos por partida doble. Pero llegados a este punto, no podían hacer de cuenta que nada pasaba, pero tampoco era como que pudiera simplemente contarles TODO lo que pasaba. Era frustrante. Y cada vez me sentía más mal. Incluso estaba empezando a considerar el dejar el grupo.

Jamás hubiera pensado que precisamente la raíz del problema fuera a ser la solución. Pero fue justo ella quien se dio cuenta de lo que estaba pasando en realidad, quien se convirtió en mi paño de lágrimas y mi mayor apoyo. Ella, quien se había dado cuenta de todo excepto de lo más importante: que ella era la causa de que mi mejor amigo me estuviera tratando como a su peor enemigo porque era la chica de la que estaba enamorado Joon y yo el villano que quería robarle su corazón.

Y si en algún momento pensé que ya nada podía ser peor... me di cuenta de que estaba equivocado.

Las cosas en el grupo se habían salido completamente de control. Ahora ya todos participaban de nuestros pleitos, aunque ninguno se ponía del lado de nadie, sólo trataban de entender y solucionar las cosas. Al final fue imposible y el Jefe decidió darnos a todos unos meses de vacaciones para que nos “desintoxicáramos” de estar todos los días juntos. Sinceramente agradecí su decisión. En serio necesitaba alejarme de los malos tratos de Joon, de la preocupación excesiva de CheonDung, de los sermones amorosos de G.O y las preguntas insistentes de SeungHo. Quería estar solo y pensar. Buscarle una solución a todo este problema.

Todos dieron por hecho que volvería a casa. Ellos aprovecharían para irse de vacaciones a algún lugar poco conocido y solitario. Joon estaría ocupado con el Jefe en el extranjero por lo de la grabación de su película y yo... contrario a lo que mis hyung creyeron, decidí quedarme solo en el departamento que compartíamos desde que debutamos.

Todo lo tenía planeado. Me quedaría ahí unas semanas en lo que me calmaba o de lo contrario mi madre y mi hermana terminarían sacándome la sopa de lo que me tenía como muerto en vida desde hacía unos meses y que incluso había hecho que bajara de peso y me salieran ojeras, ya después me iría a casa unas semanas antes de que tuviéramos que volver al trabajo para estar con mi familia y tratar de distraerme. Lo único que no tenía contemplado en mi fantástico plan, fue que ella se aparecería en nuestro departamento aquella noche dos semanas después de que todos se fueran, con las lágrimas a punto de desbordársele de los ojos.

-Sofía?...- Sí, pregunta estúpida porque obviamente era ella, la estaba viendo ahí parada frente a mí. Pero es que me sorprendió verla justó ahí siendo que no hacía ni tres horas que la había acompañado al metro para que se fuera a su casa después de haber salido a pasear juntos todo el día, justo como habíamos hecho toda la última semana desde que ella llegara a Seoul de vacaciones llevándose la sorpresa de que estábamos en nuestros días libres y no estaba Joon.
-Yo... lo siento... no sabía a dónde ir... y...- El nudo en la garganta le impedía seguir hablando, sus mejillas fueron humedeciéndose lentamente conforme sus lágrimas caían silenciosas.
-Sofía...- No supe qué hacer o qué decir. Mi única reacción fue abrazarla. Algo dentro de mi cabeza sabía a la perfección lo que aquella expresión en su rostro significaba y mi corazón reconocía esa necesidad reprimida de anhelar sentirse querido y protegido cuando te han herido profundamente el corazón. -Todo va a estar bien...- Ya no estaba muy seguro de sí se lo decía a ella o me lo decía a mí mismo, pero la estreché más fuerte entre mis brazos. Lloraba tan desconsoladamente, que fue inevitable que mi propio llanto terminara por mojar también su hombro. De algún modo, yo mismo había estado tan necesitado de ese abrazo que al sentir que se aferraba a mi pecho con desesperación, me quebré. Tenía que seguir adelante ahora que había decidido dejar en el olvido a mi primer amor. Después de todo, era lo más sano para todos, no?

-Lo siento...- Ni siquiera fuimos realmente conscientes de cuánto tiempo nos quedamos ahí abrazados a medio  pasillo llorando como niños.
-No pasa nada...- Quise apartarme pero no me lo permitió.
-No me mires... Debo verme horrible en estos momentos...- Se escondía contra mi pecho. Me pareció muy tierna en ese momento.
-No más que yo...- Reí. De cierto modo, aquel pensamiento sonaba mucho a algo que yo diría. -Cerraré lo ojos, puedes pasar al baño y lavarte la cara si quieres... Es la puerta al fondo del pasillo.- Asintió tímidamente.
-Gracias...- Y sin más, echó a correr hacia adentro del departamento.

Entré y cerré la puerta. Fui directo a la cocina a preparar un poco de té y a lavarme también la cara. Algo me decía que sería un noche incómoda para mí y dolorosa para ella. Ok, de inmediato deseché la idea del té y saqué de la nevera un par de cervezas. Escuché su celular sonar tres o cuatro veces... unos minutos después un "te odio" gritado con un enorme dolor... luego de nuevo el silencio. Esperaba que saliera en cualquier momento y me contara lo que había pasado pero, por más que pasaban  los minutos, la puerta no se abría y me preocupé.
-Sof...- Toque un par de veces sin obtener respuesta. Ni siquiera tenía puesto el pasador, así q abrí lentamente. Y ahí estaba ella, echa un ovillo en el suelo junto a la puerta llorando mares. Su celular había sido la víctima y yacía en el fondo del retrete. La levanté y la llevé hasta el sillón. No hacía ni decía nada, sólo lloraba. Y una sensación desagradable se instaló en la boca de mi estómago: estaba enojado. Enojado contra quien fuera el imbécil que la había lastimado al grado de ponerla en este estado. Enojado de no ser capaz de hacerla sentir mejor. Enojado de quererme engañar a mí mismo negándome el hecho de que sólo había alguien en su vida capaz de hacerla llorar de ese modo... la misma persona que me tenía a mí en ese estado de muerte en vida.

Lloró y lloró hasta que ya no pudo más y el cansancio la hizo quedarse dormida ahí donde había estado todo el rato: entre mis brazos. No podía dejar de contemplar su rostro mientras la acomodaba mejor contra mi cuerpo, lucía tan apacible ahora que me dolía el corazón de recordar cómo había estado hasta hace un rato. Ella no merecía llorar de ese modo por nadie.

Tampoco era parte del plan, pero cuando me desperté, me dí cuenta de que seguíamos en el sillón. Había empezado a hacer frío y no podía dejarla ahí. La tomé en brazos y la llevé hasta el cuarto que compartía hasta hace un tiempo con Joon. Me disponía a irme a dormir a mi cama (ahora me quedaba en el cuarto contiguo con CheonDung) pero no alcancé a llegar ni a la puerta.
-No te vayas...- No hizo por sujetarme, ni siquiera se movió de cómo yo la había acomodado. Tan sólo un hilillo de voz suplicante.
-Pero...- Iba a explicarle los contras de que un chico y una chica estuvieran en la misma cama por la noche, pero no pude decir nada más, me di cuenta de que había empezado a llorar otra vez. Y tampoco era como si yo fuera un canalla y pensara aprovecharme de una chica con el corazón roto.
-Mir... tengo miedo de no ser capaz de dejar de llorar nunca...- Me senté en la orilla de la cama y sujeté su mano. Estaba fría. Temblaba.
-Sofía... Qué fue lo que te dijo el tonto de Joon que estás así?...- Trazaba figuras sin sentido en el dorso de su mano con mi dedo pulgar. Estaba nervioso… no sabía si quería escuchar la respuesta. No quería oír que ella estuviera enamorada de Joon o algo así.
-Yo... no... no puedo decírtelo...- Me quedé sólo mirándola. Imaginando todos los posibles escenarios que pudieran haber ocurrido entre ellos para que hubiera terminado así,  pero por más que le daba vueltas, no entendía qué pudo haber orillado a Joon a herir de ese modo a la chica que amaba, a su mejor amiga...
-Tranquila... Aquí estoy, ok?... No iré a ningún lado...- Me recargué en la cabecera de la cama de Joon. No sabía qué más decir, así que simplemente guardé silencio y dejé que se abrazara a mí con fuerza y que siguiera llorando. Siempre había sido malo en este tipo de cosas, así que no podía sino esperar a que al menos después de que llorara hasta el cansancio pudiera quedarse profundamente dormida y que descansara lo suficiente para iniciar un nuevo día.

Desperté con un horrible dolor de espalda. No era para menos. Me desperecé y abrí por fin los ojos. Algo no estaba bien. Ella no estaba en la cama.
-Sofía?...- Salí y la llamé en voz alta.  Golpeé la puerta de enfrente, probablemente estaba en el baño.
-Por qué le estás hablando? Ella estuvo aquí?!- Joon iba entrando en ese momento. Tenía cara de pocos amigos y unas ojeras que denotaban que no había dormido por lo menos desde hacía dos o tres días. Sus maletas estaban en la entrada.
-Lo siento... No quise despert...- La puerta detrás de mí se abrió. Ella vestía el pijama que había dejado en el baño la noche anterior, el cual ya no me había puesto porque ella llegó justo cuando me iba a lavar los dientes para dormir, y su cabello aún goteaba sobre la toalla q llevaba en los hombros. Sí. La escena era poco favorable para ambos.
-De esto se trataba?!... Por eso anoche no quisiste decirme dónde estabas?! Por eso no respondías tu teléfono?!!!...- Nunca había visto a Joon tan molesto. -Soy un idiota! Crucé todo el maldito planeta para venir a buscarte y te encuentro precisamente en el último lugar donde pensé que estarías... con la única persona con la que no deseaba que estuvieras. Eres incluso peor de lo que pensé!-
-Joon! Basta! No es nada de lo que estás pensando... no podía dejarla sola... no después de que la viera llorando de esa forma cuando llegó...-
-Ósea que te acostaste con ella por lástima?!!!- De un empujón me estampó contra la pared. Estaba furioso.
-Qué?!... No, yo... Ella y yo no...- Realmente no tenía ni idea de lo que estaba pasando.
-Cállate! Después de todo, tú no tienes la culpa de ser tan ingenuo...- Me estampó de nuevo contra la pared y me soltó. Se volvió hacia ella.
-Ya estás feliz?! Ya tienes lo que en verdad querías, no es así?-
-ChangSun... No es lo que piensas...- Ella parecía tan confundida como yo.
-Qué no es lo que pienso?!... Por fin te acostaste con la persona que te gusta... debes estar feliz, no?!- Me quedé de piedra. Acaso mi cerebro me estaba jugando una mala broma? -Aquí el único idiota fui yo por no darme cuenta de que...- Una sonora bofetada lo hizo callar. Sus lágrimas surcaban sus mejillas, pero ya no había tristeza en sus ojos, era algo más mezclado con desilusión.
-No tenías ningún derecho a hablar sobre mis sentimientos! Fui sincera contigo porque eras la única persona a la que siempre había podido contarle mis cosas! No te dije lo que sentía por Mir para que te pusieras así! No soy de tu propiedad! Creí que eras mi mejor amigo... Estúpido ChangSun... Te odio!!!...- Salió corriendo. Ahora entendía todo.
-Nunca le dijiste lo que sentías por ella... Por eso nunca fueron algo más que amigos... Nunca le dijiste que estabas enamorado de ella? Ella te dijo que yo...? Por eso estabas siendo tan maldito conmigo?... Joon, por celos?- Algo dentro de mí se rompió en ese momento, el ideal que yo mismo me había construido de él como amigo, como hyung y como hombre, se rompió en mil pedazos mostrándome la cruel realidad: debajo de su careta de chico conquistador, con enorme carisma y mucha seguridad sobre el escenario, estaba tan sólo un chico con temor a ser rechazado por su primer y único amor y molesto con su mejor amigo por ser quien le “pedaleara la bicicleta”, un chico que no sabía ni lo que sentía realmente y terminaba haciendo y diciendo tonterías de las que tarde o temprano iba a terminar por arrepentirse cuando todo fuera demasiado... al menos para él.
-Eso a ti no te importa! No tienes por qué echarme en cara nada! Tú eras mi amigo! Tú sabías lo que sentía por ella! Y no te detuvo en lo más mínimo para hacer que se enamorara de ti! Eres aún peor que yo!- Esas palabras me hicieron enfurecer de un modo que nunca creí capaz.
-El único idiota siempre has sido tú! Tú y tu estúpido egoísmo que nunca ven más allá de tus narices! Si tan sólo te hubieras dado cuenta de cómo eran realmente las cosas entre nosotros, tal vez nada de esto hubiera pasado! Pero sólo te importas tú! Y gracias... porque hoy me has hecho ver cuán equivocado estuve todo este tiempo con respecto a ti y a nuestra amistad!- Nuestra discusión a gritos terminó con el portazo que di y el silencio que quedó en el departamento cuando yo salí corriendo para alcanzarla.

Y hubiera sido lindo decir que la alcancé en la tercera esquina cuando se disponía a subir a un taxi en la avenida y que para impedírselo la abracé y la consolé hasta que se calmó lo suficiente como para que pudiera decirme ella misma su confesión de amor y decirle mientras la miraba directo a los ojos, que yo también la quería y sellar aquello con un dulce beso...

Pero esas cosas sólo suceden en los doramas de las 9:15pm. No pasan en la vida real.

La realidad es que corrí por todos lados hasta que empecé a ahogarme con mi propia respiración sofocada y tuve que tirarme a descansar en una banqueta porque me iba a dar algo si seguía corriendo de ese modo sin un rumbo fijo y con el tremendo frío que hacía... y aún a pesar de que seguí buscándola por varias horas en todos los lugares donde alguna vez habíamos estado, no la encontré. Volví a casa. Donde Joon ya no estaba. Busqué desesperado mi celular y marqué su número como mil veces... hasta que entré al baño y lo vi todavía ahí sumergido. Maldije en voz alta más de lo que había hecho en toda mi vida. Me preocupada tremendamente. Y no porque hubiera descubierto que ella era en definitiva el amor de mi vida, sino porque era mi amiga y sabía perfectamente cómo debía estarse sintiendo en ese momento y los peores escenarios cruzaron mi mente a cada segundo que no daba con ella. Llamé al estúpido de Joon para pedirle su dirección, pero como era de esperarse, había apagado su móvil. Estaba a nada de morir de la desesperación cuando mi celular comenzó a sonar. Era un número desconocido, así que me pensé mucho el atender la llamada. Uno nunca sabe de lo que son capaces las fans, no por nada teníamos que estar cambiando tan seguido de número. A final de cuentas no respondí.

Un error del que me culpé durante todos esos largos y dolorosos meses en los que no supe absolutamente nada de ella, mismos en los que me torturaba una y otra escuchando ese mensaje de voz que me dejara esa noche diciendo que se iría de Corea y que volvería con su familia a su país natal. Ese "gracias" que dijera seguramente con una sonrisa en sus labios. El "lo siento" que apenas murmuró debido al nudo que tenía en la garganta. Y por último su tímido y sincero "te amo" que me arrancaba amargas lágrimas cada noche.

Porque cada noche antes de dormir me preguntaba qué sería de mi presente si no hubiera dejado que el amor llegara a mí por vez primera con la mejor amiga de mi mejor amigo. Qué sería hoy de ellos si yo no la hubiera conocido. Qué sería de Joon y de mí si no hubiera terminado haciéndome amigo de Sofía. Qué sería de los tres si no hubiera terminado enamorándose de mí... Qué sería de nosotros dos si no hubiera sido tan lento para darme cuenta de que sí tenía oportunidad de estar con ella... De que ella había hecho que en pocos días, sin darme cuenta siquiera, me hubiera olvidado de Joon y de todo lo malo que había pasado recientemente entre nosotros; que gracias a ella, sus risas, sus sonrisas, sus palabras, sus ocurrencias... yo había vuelto a sonreír y a ser el mismo de siempre. Ella… había complementado mi vida.

Y cada mañana al despertar me preguntaba qué hubiera pasado si no hubiera dejado que se fuera de mi lado ese día... Y me recriminaba todo el resto del día el no haber salido detrás de ella como me ordenaba en ese momento mi corazón en vez de haberme quedado discutiendo con Joon. Había sido tan tonto.

Pero de pronto una mañana de invierno, a casi un año de no haberla visto otra vez, entendí que no ganaba nada con todas mis preguntas, porque ninguna de las respuestas me la traería de vuelta... Y entonces, como por arte de magia, encontré la solución a mi estado permanente de culpa y arrepentimiento.

Y durante estas malditas quince horas de viaje torturante, tuve tiempo suficiente para pensar en todo lo que haría y diría cuando la encontrara. Y que cómo pensaba dar con ella en un país que ni siquiera conocía? Fácil... Primero tuve que arreglar todo con mi mejor amigo, no era sano para ninguno de los cinco seguir así con Joon. Una vez que las cosas volvieron a la normalidad entre nosotros, sonsaqué a la mamá de Joon para que me diera la dirección de su amiga, la madre de Sofía. Lo demás fue cosa de pedirles ayuda a los chicos y esperar por mis ansiadas vacaciones anuales.

Y aquí estoy pisando suelo Mexicano por primera vez en mi vida, caminando con miedo entre personas a las que ni siquiera entiendo y buscando la salida para tomar un taxi que me llevé hasta ese lugar marcado con rojo en mi GPS del celular.

Sí, hubiera sido muy lindo contar que al llegar a su casa me abrió la puerta con su más hermosa sonrisa y que se tiró a mis brazos llorando de felicidad por tenerme ahí y que sellé sus labios con un beso... Pero ya vimos que las cosas no funcionan así en mi vida, verdad? Así que no me extrañó en lo absoluto que nadie me abriera la puerta cuando por fin di con la dirección, ni que su vecina que no sabía ni jota de coreano se me acercara para decirme quién sabe qué tantas cosas mientras gesticulaba graciosa y exageradamente al hablar. Mucho menos me sorprendió darme cuenta de que había perdido mi celular en alguna parte (seguramente lo había dejado en el taxi cuando saqué la cartera para pagar), ni que en ese momento me hubiera empezado a sentir mal por la diferencia de presión atmosférica y que no había comido desde hacía varias horas. En conclusión: podría asegurar que ese era el peor día de toda mi vida.

Pero no. Eso no era suficiente. Por si todo aquello no fuera bastante, lo peor vino cuando la vi bajar de un coche, con su más radiante sonrisa, acompañada de un chico que de inmediato la tomó de la mano para ayudarla a salir y la despidió con un beso en la mejilla. Ahí fue cuando de verdad supe que era la más horrible pesadilla que recordara haber tenido.
-Mir...- Su sonrisa desapareció en cuanto nuestras miradas se cruzaron.
-Lo siento... No debí venir...- Traté de sostener la sonrisa, pero estaba seguro de que si no me largaba de ahí enseguida, terminaría llorando frente a ella y no quería aquello, así que sólo di media vuelta y comencé a correr tan rápido como podía sujetando con fuerza los tirantes de mi mochila, como buscando aferrarme a algo seguro en medio de toda esa confusión.

Y hubiera sido bonito que en ese momento me parara en seco y que sus delicados brazos atraparan mi cintura y de su dulce voz salieran bellas palabras de amor y que por fin pudiera darle un beso y empezar así nuestro cuento de hadas... Iluso de mí, cierto?

La realidad es que sí me detuve, porque de pronto reparé en un pequeño detalle: estaba corriendo sin rumbo en una ciudad que no conocía de nada y ahora estaba completa y absolutamente perdido. De inmediato alejé de mi mente todo pensamiento pesimista. Con la suertecita que me cargaba, seguro que me asaltaban, secuestraban o hasta me atropellaban... Preferí pensar en cosas buenas... Pero sólo venía a mi cabeza la imagen de ese sujeto sujetando la mano de mi chica y profanando su virgen piel con sus asquerosos labios. Me agaché hasta quedar de cuclillas en la banqueta sujetando mi cabeza con ambas manos y aguantando las enormes ganas que tenía de gritar.
-Estás bien?- Una suave voz me sacó de mis pensamientos. Y no, no era precisamente la voz que esperaba escuchar. Y aún cuando no entendí lo que me preguntaba, por su expresión preocupada deduje que era por mi estado emocional, así que sólo atiné a negar y muchas cosas salieron de mi boca como si necesitara sacarlas antes de explotar. Y por algo que ni siquiera entendí, empecé a maldecir en todos los dialectos que conocía de mi país. Su risita me hizo callar. -Era coreano?... Pensé que era japonés...- Murmuró en voz baja en japonés como si realmente no me lo estuviera diciendo a mí sino a sí misma.
-Hablas japonés?- Pregunté en el idioma haciendo que me mirara. Asintió ligeramente sonrojada. Por fin una cosa buena en mi vida: alguien que podía entenderme.
-Estás perdido? Puedo ayudarte en algo?- Me levanté en el acto un poco más esperanzado.
-Perdí mi celular y ahí está toda la información que tenía sobre tu país...-
-Cuál es tu número?- Sacó su móvil. Después de una larga  conversación de la cual nada entendí, cuando colgó me sonrió. -Vamos... La persona que encontró tu teléfono está en un centro comercial cerca de aquí...- Echó a andar sin esperar a que yo la siquiera.
-Gracias...- De pronto una duda vino a mí. -Cómo supiste que era coreano? Entendiste lo que dije hace un momento?!- Aquello si hubiera sido bochornoso.
-No entendí todo lo que dijiste, pero sí algunas cosas...- Volvió a reír por lo bajo cubriéndose la boca con el dorso de la mano. Ahora era yo quien se había sonrojado.
-Oh...- Bueno, al menos era bueno haberla encontrado. -Cómo te llamas?-
-Lilith... mucho gusto-
-Soy CheolYong... Gracias por ayudarme.-

Recuperar mi celular fue pan comido gracias a mi nueva amiga, por desgracia la batería se agotó pronto porque había estado escuchando música mientras llegaba a casa de Sofía. Pero ya luego me preocuparía por eso, gracias al cielo por fin pude comer y la mayoría de los malestares físicos que sentía desaparecieron. Así que a pesar de todo lo malo, estaba de mejor humor. Pero una simple pregunta suya me hizo darme cuenta de cuán loco había actuado cuando decidí venir.
-Y dónde te estás hospedando?... Se hace tarde, puedo llevarte si quieres...-
-Eh... yo...- Muchas cosas se trabaron en mi cabeza cuando intenté responderle.
-No lo sabes o no tienes dónde quedarte?-
-Iba a quedarme con alguien pero mis planes se arruinaron hace rato...- Admití un poco apenado.
-Mmm... eso es malo... Ahora qué vas a hacer?- Lucía preocupada.
-Supongo que buscar un hotel... Igual creo que mañana volveré a Corea...- No pude evitar volver a ponerme triste. Nada estaba saliendo como lo había planeado.
-Mmm... pues entonces, si no te importa, podrías quedarte en mi casa, mi hermano tiene una cama extra en su habitación... No pienses nada malo!- Negaba con ambas manos. -...es sólo que estaría preocupada si te quedas solo sin poderte comunicar...- Bajó la mirada y jugaba con sus dedos. -...además, así no tendrías que gastar.-
-No! Cómo crees?! No quiero ser una molestia...-
-No te preocupes, es normal en mi familia... no serías ninguna molestia.-
-En serio?...- Afirmó con la cabeza. -Gracias...-

Al día siguiente me despertó un rico olor. Al bajar las escaleras me encontré con un par de rostros que apenas si recordaba pero que me sonreían amablemente como la noche anterior que fui presentado.
-Oh! Ohayou! El desayuno está listo...- La vi aparecer desde lo que supuse que sería la cocina.

Después de tomar una ducha y cambiarme, me pareció buena idea salir con Lilith y su madre a conocer un poco la ciudad, ellas tenían razón, no sabía cuándo volvería, así que sería una lastima haber viajado tanto y no conocer nada. Lo confieso, me divertí tanto que me olvidé de todo lo demás por un día. Por la noche revisé mi celular, tenía muchas llamadas perdidas de los chicos, incluso de Sofía. Y ahí estaba de nuevo pensando en mi chica cuando llamaron a la puerta.
-Pasa...-
-Mis hermanos quieren ir al cine, la película es americana, no sé si sepas inglés, igual no entenderás mucho si no, pero… quieres ir?...- Justo en ese momento, mi celular empezó a sonar.
-Yeobose yo?- Y ahí estaban, todos histéricos preguntando cosas todos al mismo tiempo. Me tenían en altavoz.
-Creo que mejor les diré que se vayan ellos...- Sonrió y caminó fuera de la habitación.
-Sí, lo siento...-
-No pasa nada…- Cerró la puerta al salir. Y de inmediato llovieron las preguntas sobre quién era esa chica y dónde estaba Sofía, así que les conté lo que había pasado
-Eres tonto o qué?!- Joon se escuchaba bastante molesto.
-Eh? Por qué? Yo qué hice?-
-Saldremos en el vuelo de las 9:00pm, iremos por ti, ok? Vas a estar bien.-
-Hyung...- G.O de seguro estaba muy preocupado por mí.

Y así, Lilith me acompañó al aeropuerto al día siguiente para esperar por mis amigos. En cuanto los vi corrí a abrazarlos, nunca me había dado tanto gusto verlos.
-Chicos...- Todos nos abrazábamos como si hiciera años que no nos veíamos.
-Estás bien?- G.O fue el primero en hablar.
-Estábamos muertos de preocupación por ti desde ayer... Cuando te llamamos nos contestó una mujer y ni le entendíamos ni nos entendía, eso terminó con los nervios de SeungHo-hyung que casi hizo una zanja en la sala...- Comentaba CheonDung divertido mientras SeungHo se reía nervioso y negaba todo. Joon era el único que no decía nada y sólo estaba ahí detrás de ellos con un gesto serio.
-Joonie?...- Me acerqué hasta mi mejor amigo.
-Eres un estúpido!...- Pero sólo me gané a cambio un puñetazo que me destanteó y casi me hizo caer. Lo miré sin saber qué demonios pasaba ahora para que se pusiera así. -Me hice a un lado porque dijiste que ibas a hacerla feliz, pero sólo la hiciste llorar toda la noche, la pobre estaba muerta de miedo y sintiéndose culpable de que te pudiera haber pasado algo! Ni siquiera la dejaste hablar! Sólo te fuíste y te autonombraste víctima de la situación!- Ya me había resignado a recibir un segundo golpe. Pero nunca sentí el dolor.
-Ya basta!...-
-Tú no te metas! Esto no tiene nada que ver contigo!- Le dijo molesto en inglés a mi amiga que estaba frente a mí casi colgándosele del brazo a Joon para que su puño no fuera a dar de nuevo contra mi cara.
-Pues por lo que entendí, tampoco tiene nada que ver contigo, así que no tienes ningún derecho a echarle nada en cara a CheolYong porque todo parece haber sido un malentendido que sólo ELLOS dos pueden resolver!- Dijo todo aquello de corrido en inglés. Joon se quedó boquiabierto parpadeando como tonto. Los demás apenas dábamos crédito a lo que pasaba: ChangSun se había topado con alguien capaz de ponerlo en su lugar y dejarlo sin palabras con un solo argumento, bueno, alguien más aparte del Jefe.
-Ahm...- Esos dos seguían echándose chispas por los ojos mirándose en silencio. CheonDung trató de calmar aquella tensa atmósfera, pero sólo recibió una mirada asesina por partida doble.
-Odio este país! Las chicas son tan odiosas!- Dijo Joon en coreano haciendo uno de sus típicos berrinches, al tiempo que se cruzaba de brazos y se volteaba a otro lado dándole la espalda.
-Pues tú eres un estúpido!- Le respondió ella también en coreano propinándole una patada en la espinilla con sus botines que lo hizo doblarse en el piso de dolor. Todos soltamos una sonora carcajada por el tierno puchero con que Joon la volteara a ver, pero ella sólo se acomodó el cabello detrás de la oreja (que era donde estaba antes del ataque) como si no hubiera pasado nada e ignorándolo por completo.
-Entonces hablas coreano?- Preguntó SeungHo.
-No, japonés... pero sé algunas cosas en coreano y en taiwanés...- Y ahí estaba de nuevo su actitud tímida de niña buena.
-Ah! Entonces se han estado comunicando en japonés, cierto?!- Ambos asentimos. -Qué suerte tuviste, Mir...- Decía todo sonrisas G.O. Mientras Joon se levantaba aún adolorido. -Gracias por haber cuidado de nuestro Mir...-
-No fue nada...- Ambos se hicieron una respetuosa reverencia. -Entonces volverán a Corea hoy?- Preguntó ella dirigiéndose a los mayores.
-No lo sabemos... Mir debe arreglar algunas cosas primero...-
-Con su novia, ne?- Todos la volteamos a ver. -No es tu novia?...- Mi miró apenada. Se sonrojó al saberse el centro de todas las miradas.
-No aún... pero, cómo supiste?-
-Te veías muy triste y no dejabas de suspirar desde ayer, y "éso" te reclamó por una chica... Sólo había que atar cabos...- No pudimos evitar carcajearnos de nuevo por la cara que puso Joon cuando fue señalado como "eso".
-Sí, supongo...- Admití avergonzado. -Sé que ya he abusado mucho de tu amabilidad, pero… Puedes hacerme otro favor?-
-Seguro... Quieres que te ayude a localizarla, cierto?-
-Sí...- Ahora me caía mejor, era fácil tratar con ella.

Sólo fue cosa de que Joon le dijera el número de Sofía, luego Lilith la llamó, estuvieron hablando largo rato (obvio ninguno entendimos nada porque la conversación fue en español) y luego decidimos rentar un coche que G.O condujo durante una o dos horas siguiendo las instrucciones de Lilith, que iba sentada en medio de Joon y de mí, SeungHo como copiloto y CheonDung detrás de él en el otro extremo del asiento trasero junto con nosotros tres. El viaje era ameno para todos, pero yo iba devanándome los sesos pensando en todo lo que quería decirle a Sofía. Cuando menos pensé ya habíamos llegado, reconocí de inmediato la calle.
-Hyung... Estaciónate aquí...- Sería más fresco si se quedaban debajo de ese árbol cerca de la esquina ya que era plena tarde y hacía calor, al menos para nosotros porque en Corea había estado nevando desde hacía unas semanas.
-Suerte...- Fue lo único que dijo Lilith asomándose por la puerta del coche cuando bajé. CheonDung volvió a subir tras darme una palmada en la espalda. Les agradecí con una sonrisa.

Temblaba como gelatina cuando toqué el timbre y aquello fue peor cuando escuché su voz del otro lado y vi su silueta dibujarse detrás del cristal de la puerta.
-Mir...- Sus ojos se llenaron de lágrimas en cuanto me vio. -Menos mal que estás bien... No te encontré por ningún lado y no podía contactarte al celular...- Me abrazó con fuerza. Recordaba esa sensación. Era por demás agradable. La abracé también. Ah... volver a percibir su particular olor dulce me hizo sonreír mientras miles de maripositas flotaban en mi estómago.
-Sofía... lo siento... Ayer yo... Es que los vi de la mano y...- Pero no pude decir más, porque en ese momento sólo pude sentir sus labios sobre los míos obligándome a callar.
-Yeeeey! Ya era hora!- Los comentarios "atinados" de mis amigos y sus risas no se hicieron esperar.
-Venimos por ti más tarde... Nuestra adorable guía nos llevará a conocer la ciudad.- Anunciaba G.O asomándose por un costado de SeungHo.
-No hagan nada que yo no haría!- Fue el comentario de Joon antes de que los perdiéramos de vista cuando dieron vuelta en la esquina. Los dos nos pusimos colorados hasta las orejas. Ya me las pagarían mis amigos después. En ese momento sólo me importaba la chica que tenía entre mis brazos... MI chica.
-Quieres pasar?...- Se hizo a un lado dejando libre la puerta.
-Sí, hace mucho que no veo a tus papás...- Tomé su mano y le di un corto beso.
-No hay nadie....- Sus mejillas se tiñeron de rojo al decir aquello y ni que decir de mi rostro, pero no, tenía que ser un caballero.
-Sofía...- Se sentó a mi lado en el sofá.
-Mmm?...-
-Perdóname...- La expresión de sus ojos me dijo que no tenía ni idea de lo que yo hablaba. -Yo... no tenía ni idea de lo que sentías por mí... Ni siquiera me di cuenta a tiempo... Nunca fue mi intención hacerte daño... Y no sabes cómo me arrepiento de no haber respondido esa llamada aquel día...-
-No digas nada... Los dos somos culpables entonces... Yo tampoco debí haber salido corriendo así y menos sabiendo que tendría que volver a México y que tal vez no volvería a Corea... Debí haber hablado contigo desde que me di cuenta de que me había enamorado de ti...- Se veía tan bella sonriendo de ese modo con sus mejillas teñidas ligeramente de rojo que no pude evitar acercarme hasta alcanzar sus labios con los míos. -Además… aunque no fue mi intención… terminé robándote tu pijama… aún lo uso para dormir- Susurró contra mis labios antes de volver a unir los suyos en otro beso.

Y ese beso dulce e inocente fue seguido por otros más confiados y entregados hasta que pronto se volvieron besos más apasionados que nos hacían respirar agitadamente. Me separé de su boca para recuperar el aliento, pero sólo lo suficiente, dejando nuestras frentes apoyadas una contra la otra al tiempo que acariciaba sus mejillas. Nuestras miradas se cruzaron. Un beso corto. Otro. Otro. Y ya estábamos nuevamente perdidos en esa embriagante danza de besos y ligeras caricias que poco a poco empezaron a subir de intensidad. Y justo cuando pensé que ya no podría parar, la tomé con delicadeza por los hombros y la separé de mí.
-Sof... Yo...- Estaba tratando de controlar lo que sentía, debía lograr que mis neuronas retomaran el control sobre mis hormonas.
-No te detengas... No quiero que te detengas...- Murmuró sobre mis labios antes de perdernos por milésima vez en aquella adictiva sensación que nos provocaban los labios ajenos.

Tomó mi mano y me condujo escaleras arriba hasta su habitación. Sentía que el corazón me iba a explotar en cualquier momento a medida que nuestros besos y caricias subían de intensidad y terminábamos cayendo sobre una suave cama llena de cojines y muñecos de peluche. Sostuve mi peso sobre mis manos para mirarla a los ojos.
-Estás segura?...- No era que no quisiera. Tan sólo no quería que nuestra primera vez fuera un momento provocado por la calentura. Sabía que para las chicas era algo importante y especial, mi hermana siempre lo ha dicho, así que quería que fuera así para ella.
-Sí... No hay nadie más a quien ame excepto a ti... Quiero que seas el primero y el último…-
-Niña tonta... Debiste decirlo antes, nos hubiéramos ahorrado tantas lágrimas...-

Y entonces entendí, que si no hubiera pasado por todo ese camino llenó de rosas y espinas, jamás hubiera encontrado al amor verdadero. Y todo lo que había pasado tomó sentido en el preciso instante en que nuestras bocas volvieron a unirse libres de temores y preocupaciones para cubrir de besos cada centímetro de piel que iba descubriendo bajo mis dedos y que llenaba mis oídos con una nueva y adictiva melodía. Porque a medida que probaba cada centímetro de su cuerpo, sus suspiros fueron adquiriendo nuevos colores hasta volverse gemidos que tímidamente trataban de ser ocultados con el dorso de su mano a medida que mi lengua, mis labios y mis manos se deshacían de todo estorbo que se interponía entre nosotros y se perdían cuesta abajo sobre ese cuerpo que a cada segundo me hacía perder más la razón y me mostraba el camino hacia la gloria. Porque no fue otra cosa sino el paraíso, lo que alcancé cuando mi propia pasión llegó al límite y nuestro primer orgasmo juntos nos hizo sentir uno sólo, nuestras manos entrelazadas, un beso recordándonos que no era sólo sexo sino hacer el amor con la persona amada, nuestros corazones latiendo al unísono y la calidez de su cuerpo acurrucado entre el mío, ese brillo enamorado en sus ojos que no dejaban de decirme tantas cosas, y esa sonrisa llena de dulzura que me dejaba en claro que ahora todo estaba bien. Porque ella estaba a mi lado. Y nunca la volvería a perder.
-Sofi?...-
-Mmm?...-
-Te amo.-

Y entonces lo supe: si no hubiera conocido a Sofía jamás hubiera sabido lo que era realmente el amor y nunca hubiera encontrado a la mujer con la que quería pasar el resto de mi vida y a quien quería para ser la madre de mis hijos.

fanfic, shoujo, mblaq

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