Revisaba mi archivo. Vaya que hay fics inconclusos, inacabados, abandonados, hay de todo. Y fics concluidos y no publicados.
Y me pregunto, realmente yo he escrito eso? Porque en muchas cosas no me suena a mí, no sé, es raro. Y este fic en especial, en verdad yo lo escribí hace medio año? Porque me parece como si alguien más hubiese escrito esto para mí hace un par de semanas (al menos, varias cachitos). En serio yo lo hice? No puedo evitar dejar de preguntarmelo.
Ni siquera recordaba que esto existiera.
Fuego en el fuego.
No soy un libro abierto, jamás lo he sido y nunca lo seré, menos para alguien como tú. Más bien, especialmente para ti. Lo sabes, sabes que trato de ser indescifrable y que para ti es casi imposible comprenderme, entonces, por qué sigues con esto. Fracasarás, no tengo duda de ello. Alguien así nunca terminará de acercarse a alguien como yo.
Porqué de pronto te importo, ¿acaso pretendes cerciorarte que el mortífago malo ya no lo es? Me agradaría creer eso, me evitaría muchos dolores de cabeza, pero sé que esa no es la razón, aunque eres un estúpido no eres tan idiota como para pensar eso.
Pero, más importante que averiguar la razón por la que tu mirada me sigue tan insistentemente, quisiera saber porqué cada vez que me ves quiero morir, porqué cada mirada tuya hace que me incendie, que haya algo que lanza chispas cuando siento tu presencia cerca y porqué cuando nuestros ojos chocan parece que nada más importa y que la misma emoción, la cual aún no sé cuál es, nos invada. Que se establezca un vínculo. Un vínculo que no debe existir, me niego a que una hoguera nos una por un instante siquiera.
Me sacas de quicio, aún no sé lo qué quieres y este pensamiento comienza a obsesionarme. Así, sin darme cuenta, hasta que ya es demasiado tarde, comienzo a pensar en ti siempre. No comprendo que pasa. Qué sucede, por qué estás en mi cabeza, qué haces en mi mente y por qué no puedo alejarte de mis sueños.
Una ola de pasión nos invade, se lleva lejos cualquier pensamiento racional y sólo queda una mezcla de realidad con fantasía. De vagos pensamientos y secretas ilusiones. Sin darme cuenta, noche a noche soy yo quien ahora busca tu silueta, quién te mira fijamente tratando de llamarte, de invocarte cerca de mí. Y tú, tan pronto como te das cuenta de mi presencia volteas y me sonríes como instintivamente. Y una vez más, las miradas se conectan y el juego inicia… un juego que no tengo idea ni cómo ni cuándo comenzó, no sé sus reglas y no tengo idea de cómo vaya a concluir… o sí realmente quiero que concluya. Un juego que realmente no me molesta jugar, uno en donde he caído como un estúpido y donde absurdamente creí que ambos éramos jugadores que seguían las reglas que tú habías establecido. Reglas que, naturalmente, quise derrocar y establecer yo… reglas que en realidad ninguno puso. Porque no somos jugadores, somos el juguete de algo más.
Esto se convierte rápidamente en una montaña rusa, mis emociones no se estabilizan, al parecer las tuyas tampoco. Ahora, sé que yo también busco algo, aunque no tengo idea del qué, pero probablemente sea lo mismo que tú quieres encontrar en mí.
¿Qué es? ¿Qué pretendo? ¿Qué buscamos?
Las llamas hacen un círculo mágico a nuestro alrededor, uno que es impenetrable para el resto de las personas. Estamos juntos y la cercanía es de pronto insoportable, pero alejarse no es ni siquiera una opción. El fuego hace que nuestro alrededor arda, que la habitación brille. Tus ojos reflejen las chispas que hay alrededor y el fuego cambia de rojo a verde con tu mirada. ¿Qué ves tú en la mía?
Intentas transmitir cosas que no entiendo, cosas que aparentemente tú tampoco comprendes. Yo sólo reflejo la excitación del momento y mi propia expectación. Cualquier otro pensamiento o sentimiento se ha convertido en cenizas.
Por alguna razón que me es desconocida, siento la necesidad de mirar nuestro alrededor. Lo hago. No hay llamas, no hay círculo de fuego. El incendio está en nuestro interior. ¿Qué significa esto?
Ardemos, las llamas hace mucho dejaron de ser rojas, ahora son verdes y se combinan con unas grises. Se produce un choque metálico y nuestras pieles explotan.
Es un remolino de acontecimientos, todo se ha vuelto borroso a nuestro alrededor y no puedo comprender bien lo que sucede. No sé si quiera hacerlo.
Parece que esto durará más allá de la eternidad, pero olvidamos que somos fuego en este momento. Y el fuego se consume, nos funde a ambos en uno y hace que todo sea perfecto. Pero es sólo por un momento efímero…
¿Has encontrado eso que buscabas con tanta insistencia?
Yo sí lo he hecho. Eso está ahí dentro, en un punto que con sólo rozarlo hace que tú explotes y me lleves a mí al mismo punto sin retorno.
Te entiendo, ahora comprendo. Sé que tú también lo haces.
Nos alejamos, pero nuestras huellas en la arena son visibles. Y, no sé cómo explicarlo, pero sé que esas huellas no se las llevará el viento, borrarlas será imposible.