Cosa que acabo de escribir para el Foro Drarry, el Fuh-Q-Fest. La verdad es que hay varias historias muy buenas ahí. Deberían de pasar a leerlas.
Aquí Personalmente, mi favorita es la que escribió Dios Garfield. Porque es un fic que se ve muy planeado y que es de lo más original. O cuántos fics de patinadores y Olimpiadas Mágicas han leído? Vale la pena que le echén un ojo. El Dios Garfield es la onda.
La soledad de la victoria. Fandom: Harry Potter
Personajes: Draco Malfoy y Harry Potter
Resumen: Reto de Estel Dunedain en el Fest del Foro Drarry.
"Draco es fotógrafo y a través del lente de su cámara descubre lo que los demas tratan de ocultar."
Género: Eh? Romance? xD
Clasificación: NC-17
Publicado en:
Fanfiction,
SH y
Drarry Notas: Escrito para el
Foro Drarry Prólogo: Mens Aperta.
¡Maldito Potter! ¿Qué haces en mi mente! ¿Por qué siempre tienes que ser tú quien arruina todo?
Miles de reclamos y pensamientos de este estilo rondaban por la mente de Draco, quién no sabía cómo explicarse el par de imágenes que tenía en las manos. Una era su propia fotografía que lo mostraba concentrado y atento a las pociones que debía verter, otra era una imagen que mostraba la forma salvaje en la que Potter y él mismo follaban.
No entendía como pudo haber pasado eso, realmente no.
Potter, la única constante en su vida que hacía que todo fuera más molesto de lo que debiera, que todos sus planes se arruinaran, que todo estuviera mal. Y, cuando por fin creía que ya se había librado de él, que podría seguir con su vida sin recordar que existía un jodido héroe, venía su mente a jugarle sendas bromitas.
De saber que se encontraría con una visión así de sí mismo, hubiese deseado nunca inventar aquella maldita poción. La poción que utilizaba en el revelado de las fotografías, la que le permitiría aprovecharse de los demás chantajeándolos con sus más oscuros secretos. Porque el punto de todo esto era chantajear a los demás, ver los secretos de los otros, no los suyos propios.
El objetivo no era ver lo que su mente ocultaba.
***
Cuatro años atrás, él nunca hubiera pensado que terminaría tomando fotografías, que de hecho le gustaría bastante y terminaría haciendo de ello un estilo de vida. Entre otras cosas porque aquello no era lo que se esperaría de un Malfoy y porque en el mundo mágico ser fotógrafo era algo muy subestimado.
Lo más que un fotógrafo podría llegar a ser era un profesional al servicio de algún periódico. Pasar sin reconocimiento alguno por su obra, en todo caso, más le valía ser un pintor o similar.
Cuando Draco comenzó a dedicarse a la fotografía, se hizo el firme propósito de no trabajar nunca para un periódico. Detestaría acompañar a una reportera como Rita Skeeter y su trabajo nunca sería reconocido. Él no quería eso.
Él quería que lo tomaran en serio, quería que lo voltearan a ver por sus fotos. Quería cambiar la percepción que el mundo mágico tenía sobre las fotografías y hacer que éstas fueran consideradas como algo más que un simple cuadro informativo o un recuerdo de un momento determinado. Quería más.
Por esta razón, los cuatro últimos años había estado trabajando en la construcción de un cuarto oscuro decente y adquiriendo, como es de esperarse, todo tipo de pociones e instrumentos necesarios. Y, más que comprar pociones, aprendiendo a hacerlas. Después de todo, el hecho de que el Ministerio le hubiese prohibido beneficiarse con las pociones no implicaba que él lo iba a seguir todo al pie de la letra.
Sabía que la calidad de una foto dependía del revelado. De las pociones, el tiempo y cantidad en la cual las utilizara.
Era realmente feliz con lo que hacía. Creaba sus propias pociones para el revelado de las fotos, fotografiaba solo lo que él quería y poco a poco estaba dando a conocer su trabajo y, con ello, cambiando la forma en la cual la fotografía era apreciada.
Con el tiempo, su técnica había mejorado. Podía hacer que los movimientos de las fotografías se ralentizaran o aceleraran, hacer zoom o alejarse. Hacer una fotografía oscura más clara y viceversa.
En el transcurso de este tiempo, había creado varias pociones que daban diversos efectos a las fotografías, pero ninguna como la mens aperta. Ésta surgió mientras él tenía un proyecto más inocente y totalmente destinado a hacer de sus fotos las mejores. El proyecto consistía en darle textura a las fotos. Él quería que se notara una diferencia entre cada fotografía, quería que alguna tuviera una textura parecida a un cuadro hecho al temple y que la textura de otra fuese la de un cuadro al fresco. Pero algo había fallado, en vez de poner arándanos y belladona había terminado por utilizar mandrágoras y plumas de Jobberknoll.
Cuando quiso probar la poción, en vez de obtener la fotografía de la danza de una hermosa jovencita francesa, había terminado con la imagen de la misma joven envenenando a un niño. Meses más tarde, la joven fue acusada de varios homicidios infantiles.
Sorprendido por lo que su poción revelaba, decidió hacer más pruebas, tanto para perfeccionarla como para ver que tanto provecho se podía obtener con ella.
Al cabo de un tiempo, podía obtener dos negativos. Uno con la fotografía original y otro más que mostraba los secretos.
***
Y ahora que tenía entre manos lo que su mente le escondía no podía hacer otra cosa que quedarse estático. Jamás hubiera pensado que ese era su secreto.