[QAF] Temporada 6 - 6x04 (Primera parte) (Traducción)

Mar 23, 2009 02:00

Título: QAF Temporada 6 Capítulo 604 parte 1 de 2
Autora: qaffangyrl
Beta: amcnh
Traducción al español: arkady_
Rating: NC-17
Disclaimer: No me pertenece nada, si no a Cowlip y Showtime.
Nota de la autora: En este capítulo menciono una organización llamada Lambda Legal. Para aprender más sobre el trabajo que hacen luchando por la igualdad GLBT visitad www.lambdalegal.org



Nueva York
Galería de Pierre Poirot

Justin se quedó de pie en una esquina de la galería en la que no molestaba mientras miraba a Pierre trabajarse la sala. Embelesaba a sus clientes con lo que Justin estaba seguro de que serían anécdotas mortificantes sobre la lucha de Justin como un prometedor artista gay y físicamente discapacitado. Aparte de sobradamente más de un centenar de los clientes habituales de Pierre, la madre de Justin, Tucker, Daphne y la mayoría de su familia de Liberty Avenue estaban presentes en su primera exposició en Nueva York.

Brian apareció al lado de Justin de la nada. “¿Qué haces?”

“Necesitaba un momento para mí, para dejar que las mejillas de mi ‘hermoso rostro’ se recuperaran de los pellizcos que he recibido de todas las viejas reinas que hay aquí.”

“Ya veo.” Contestó Brian, y esperó a que Justin continuara.

Justin se rascó el lado de la cabeza y entonces preguntó, “¿Brian?”

“¿Mmm?”

“¿Por qué es mucho más fácil follarse a extraños que hablar con ellos?”

“Una vieja pregunta para hombres más sabios que tú o yo…” contestó Brian con una sonrisa tranquila.

“¿Hay hombres más sabios que tú?” preguntó Justin con una sonrisa traviesa.

“Eso es un secreto que espero que te lleves a la tumba.” Contestó Brian con la ceja alzada.

“Lo juro.”

“Toma,” dijo Brian pasándole a Justin su vaso de whisky. “Es un buen lubricante social. Ayudará a hacer la conversación menos dolorosa.”

“Tienes tal don con las palabras.” dijo Justin antes de bajar el whisky de un trago y devolverle el vaso a Brian. Justin suspiró y continuó con un más que perceptible desdén, “Bueno, mis adoradores fans me esperan. ¿Nos vemos luego?”

“Cuenta con ello.” Observó a Justin reunirse con Pierre y sus clientes. Justin les dedicó su mejor sonrisa de club country y le dio la mano a la gente que Pierre había estado trabajando para impresionar. Entonces Brian inspeccionó la habitación y alguien que se movía entre la multitud le llamó la atención. “Jesús” se dijo a sí mismo. “¿Quién coño trae un bebé a una galería?” Entonces el hombre se dio la vuelta y Brian pudo verle la cara. Sus labios se curvaron en una sonrisa indecente mientras daba unas pocas zancadas a través de la habitación.

“¿Quién es tu decorador?”

Ethan se volvió y dijo, “¿Pardon? Ah, Brian, eres tú.”

“En carne,” contestó Brian ladeando la cabeza, con la lengua plantada firmemente en la mejilla. Entonces preguntó de nuevo, “Entonces, tu decorador. ¿A quién contrataste?”

Ethan frunció el ceño, descolocado. “¿Para qué?”

“El armario. He oído que estás viviendo ahí a tiempo completo ahora así que me figuré que habrías contratado a alguien para ayudarte a arreglar el lugar un poco.”

Ethan dejó salir una risa sarcástica. “Veo que eres el mismo *viejo* Brian Kinney.”

“Mientras tú has rendido la fama y la fortuna para poder jugar a ser Mr. Mamá.” disparó Brian en respuesta. Disfrutaba tanto las ocasionales disputas de boxeo verbal.

Los ojos de Ethan se estrecharon al contestar, “La fama y la fortuna pueden esperar por el bien de mi hija. Además, mi música siempre estará ahí pero Allegra sólo será una niña durante un tiempo. Ahora, si la memoria no me falla, tú tienes un hijo. Dime, Brian, ¿merecen la pena todas tus riquezas por nunca saber cómo es arroparle en la cama por las noches?”

Las palabras de Ethan le llegaron a Brian como un gancho de derecha, pero fue capaz de sacudirse el dolor ardiente preguntando “Es bastante increíble, ¿no crees?”

“¿El qué?”

Brian curvó los labios antes de lanzar directamente un fuerte golpe con un comentario final. “Que hayas sido capaz de permanecer *tan* más-feliz-que-tú aún a pesar de que estás viviendo una mentira.” Entonces pasó tranquilamente al lado de Ethan sin una mirada atrás.

Justin se había perdido toda la conversación. Había escapado de Pierre y estaba echando un vistazo a las ventas de la tarde con Callista. Casi todas las placas que estaban puestas al lado de cada una de las pinturas de Justin tenían un pequeño punto azul pegado, señalando que la pieza había sido vendida.

“Creo que vamos a tener otro todo vendido,” afirmó Callista felizmente señalando con el pulgar los marcadores adjuntos a su ficha.

“Sin ti, mi primera exposición solo en Nueva York habría sido seguramente en el Café Soho Hut.” Contestó Justin sincero.

“Es mi trabajo. Soy un marcador de estrellas,” sonrió radiante.

“Y, ei, siendo haber sobrereaccionado el otro día por teléfono. A veces, el artista que hay en mí me hace ser un poco demasiado dramático.”

Calista se puso el pelo tras el hombro y contestó, “No te preocupes. Recuerda, vivo con Ethan. Estoy más que acostumbrada al drama. Aunque en su caso, creo que viene más del hecho de que es gay más que de ser un músico.” Cuando vio la expresión de la cara de Justin continuó. “Oh, venga, vivo en Nueva York y trabajo en el mundo del arte. Tendría que ser bastante densa para no haber desarrollado un gaydar bien afinado a estas alturas.”

“Pero Ethan dijo…” empezó Justin con tono confundido.

“Ethan dice… lo que dice Ethan. El hecho es que estamos juntos y funciona.” Sacudió la cabeza y continuó. “Le le contado que no necesitamos darnos excusas o pedir permiso porque lo que tenemos es, bueno, poco convencional.”

“Guau. No sé qué decir.” contestó Justin. Estaba empezando a preguntarse cuánto exactamente sabía ella sobre su pasado con Ethan cuando Callista le dio la respuesta.

“Pero ya que es la hora de las confesiones, supongo que debería de ser sincera.”

“¿Sobre qué?”

“La pintura tuya que tenemos es verdaderamente mi favorita, pero no es por eso por lo que te busqué cuando leí que tenías trabajos colgados en las exposiciones EVACO.”

“¿No lo es?” Justin tenía miedo de a dónde se dirigía la conversación.

“Después de casarnos, le pillaba mirando la pintura a veces. Sólo puedo describir la expresión de su cara como de un completo y absoluto arrepentimiento. Entonces le pregunté quién era el artista. Él sólo dijo que eras uno de ‘sus chicos’ de sus días de universidad, pero yo sabía que definitivamente había algo más en la historia.”

Justin dijo suavemente, “Callista…” con la esperanza de que la hiciera dejar de hablar. No funcionó.

“Al principio teníamos una especie de acuerdo pero cuando empezamos a hablar de tener un bebé acepté hacerlo sólo con la condición de que ambos fuéramos completamente monógamos. Eso significaba ningún otro hombre para ninguno de los dos.”

“Ajá.” Sí. Esto era definitivamente más información de la que Justin habría querido.

“Quiero confiar en Ethan, pero ahora tenemos una familia así que tenía que estar segura. Me figuré que si alguna vez me iba a traicionar sería contigo. Pero después de veros a ambos juntos supe que nada pasaría nunca. Incluso si es más por ti que por él.”

Justin no podía creer lo que estaba oyendo. Se pasó los dedos por el pelo y entonces gesticuló hacia la habitación con desesperación. “Entonces todo esto, mi exposición, ¿era para que pudieras ver si tu marido marica te era fiel?”

“Oh, Dios, Justin. Eso no es, para nada, lo que quería decir. Sólo estoy intentando…”

Justin puso las manos delante de sí como para pararla, “Ei, ¿sabes qué? Está bien. He hecho un montón de dinero esta noche y he recibido una buena cantidad de reconocimiento. Así que supongo que estamos en paz.” Empezó a alejarse caminando pero entonces se dio la vuelta y dijo “Dale las gracias por todo a Pierre.”

Justin se esforzó por contener su rabia al acercarse a Brian y el grupo. Todavía no se podía creer lo que Calista le había dicho. Y lo único que le había hecho capaz de soportar las técnicas de venta de Pierre era el hecho de sentir que realmente había sido *descubierto* en tan poco tiempo tras mudarse a Nueva York. Había conseguido su propia exposición. Lo había hecho sin la ayuda de nadie y por el mérito de su trabajo. Calista le acababa de quitar todo eso. Justin se sentía como si no fuera mejor que cualquier de los miles de artistas que luchaban por simplemente sobrevivir en la ciudad. Dejar Pittsburgh había sido por nada.

Justin cogió aliento y se pegó la sonrisa de sunshine al acercarse hasta Brian y los otros, diciendo “Tengo hambre.”

“Bueno, aquí tenemos una noticia,” contestó Melanie riéndose.

“Si todos estáis preparados,” empezó Justin mientras cogía la mano de Brian en la suya, “Brian nos consiguió reserva en Chelsea en el Morimoto.”

El grupo salió hasta el aparcamiento donde dos limusinas - una estándar y otra larga - les esperaban. Mientras el grupo se metía en el vehículo más largo, Brian se despidió con la mano del conductor para poder abrir la puerta al asiento trasero de la limusina de talla estándar para Justin.

Mientras la limusina salía a la calle, Brian se inclinó y empezó a chupar el cuello de Justin.

“Brian,” dijo Justin suavemente, “no me apetece.”

Brian posó una mano en la entrepierna de Justin y dijo, “no te sientes como si no te apeteciera.”

Justin dejó escapar una pequeña risa, “Eso no quiere decir nada. Estoy duro siempre que estás a menos de cincuenta metros de mí, sólo estoy cansado, ¿vale?”

“Bueno, entonces apóyate atrás y déjame hacer el trabajo.” Contestó Brian mientras abría la cremallera de los pantalones de Justin y liberaba su dura polla de debajo de los calzoncillos. A pesar de las protestas de Justin, Brian empezó a acariciarle. Trabajó con su mano desde la base del vello de Justin hasta la cabeza de su polla mientras se aseguraba de trazar suavemente su abertura con el pulgar. Cuando Justin dejó escapar un suspiro, Brian lo tomó como una señal para continuar, así que se volvió en el asiento y se inclinó para tomar a Justin entre sus cálidos labios.

Justin dejó descansar su mano en la nuca de Brian. Cuando sintió una suave presión viniendo de los dedos de Justin supo que estaba pidiendo más así que volvió a moverse para poder tomar toda la longitud de Justin. Siempre había sido capaz de leer los movimientos de Justin. Brian sabía exactamente cómo, qué y cuándo darle a Justin lo que quería y necesitaba durante el sexo. Leer la mente de Justin, sin embargo, era una historia completamente diferente. Eso era principalmente porque Justin rara vez se quedaba sin palabras. Siempre había sido capaz de expresar sus sentimientos de una forma articulada, si no charlatana. Una cosa que Brian sabía era que cuando Justin estaba callado, nunca era buena señal.

Brian frotó su nariz hacia atrás y adelante en el pubis de Justin y se recreó en su olor y sabor. Justin se esforzó por mantener sus gemidos en un mínimo para no atraer la atención del conductor. Brian, siendo Brian, no se había preocupado por alzar el divididor entre el asiento trasero y el delantero del coche. Intentó dejar la húmeda y caliente sensación de la boca y lengua de Brian lavarle pero, a diferencia de Brian, Justin nunca había sido capaz de usar el sexo como un anestésico. Si acaso, joder sólo le hacía hiper-consciente de todos sus sentimientos y emociones. Justin acarició con los dedos el pelo castaño y suave de Brian mientras luchaba contra el sentimiento urgente de que mudarse a Nueva York había sido un error de proporciones épicas.

Después de unos minutos, Brian agarró de nuevo la lanza de Justin y acarició firmemente la base mientras su cabeza se movía hacia arriba y abajo para chupar hambrienta la polla de Justin. Brian sintió los muslos de Justin tensarse de repente bajo su pecho y en el siguiente segundo la corrida de Justin se disparó dentro de la boca de Brian. Él tragó, pero mantuvo parte en su lengua y se alzó a besar a Justin para que él se pudiera saborear a sí mismo.

Brian apoyó su frente contra la de Justin mientras su respiración se empezaba a calmar. “¿Todavía cansado?”

Justin frotó su nariz con la de Brian y contestó, “Nunca me cansaré de ti.”

Nueva York
Chelsea
Morimoto

Brian y Justin pasaron por la enorme alfombra roja que cubría la entrada al restaurante, guiando a todo el mundo al comedor principal. Una larga hilera de mesas estaba alineada en el lado izquierdo de la habitación mientras una barra contemporánea y moderna ocupaba el lado izquierdo del espacio. El hall estaba iluminado con suaves luces blancas y azul frío.

“¿Ya está abierto?” Preguntó Debbie examinando la habitación vacía.

“Brian, pensé que sólo ibas a alquilar una de las habitaciones privadas. ¿Compraste el restaurante entero para esta noche?” preguntó Justin dándole una palmada a Brian en el hombro.

Brian inclinó su frente contra la sien de Justin y susurró en su oreja. “Pensé que después de estar en la galería toda la tarde estarías cansado de multitudes.”

Eran los gestos inesperados como este los que siempre calentaban el corazón de Justin, pillándole verdaderamente por sorpresa.

Por supuesto, Brian nunca lo podía dejar así así que añadió “Además, así podemos tomarnos todo el tiempo que queramos cuando te lleve al lavabo de Caballeros para que me la chupes.”

“Ah. Tenía que haberlo adivinado.” Sonrió Justin.

Entonces, un apuesto asiático de treinta y pocos con un uniforme de chef nuevo y blanco se les acercó y saludó a Justin directamente, aunque nunca se habían visto antes.

“Sr. Taylor, gracias por venir a Morimoto a celebrar su triunfante noche con todos sus amigos. Por favor, todo el mundo, pónganse cómodos. Lo está disponible en la barra para tomarle los pedidos de bebida. Su Cena Omakase será servida en aproximadamente veinte minutos.”

“¿Omaqué?” preguntó Debbie.

“Omakase,” contestó Emmett. Él era su cita por esa noche. “Es un plato múltiple de cocina fusión asiática. Es absolutamente divino.”

“Jesús. ¿No tiene pescado crudo? Yo no me voy a comer nada que todavía esté respirando.”

“Probablemente traigan sushi como entrante pero estoy sguro de que después los platos estarán cocinados.” Emmett le palmeó a Debbie el brazo para asegurárselo.

Mientras Lindsay y Melanie charlaban con Jennifer y Daphne sobre la vida en Toronto, Brian y Justin pedían bebidas en el bar.

Justin tomó unos generosos tragos de su Mai Tai mientras Brian sorbía su Sake y decía, “Puede que quieras tomártelo con calma con esa bebida, Justin. Sabes que el ron tiene el mismo efecto en ti que el champán en mí.”

Justin simplemente puso los ojos en blanco en respuesta cuando Tucker se acercaba a ellos.

“Brian, ¿te importa si hablo con Justin un minuto?” preguntó Tucker.

Brian miró a Justin. Él asintió así que Brian deslizó su mano por la espina de Justin y dio unos pasos alejándose, asegurándose de permanecer donde pudiera escucharles. Brian fingió interés en las quejas de Melanie sobre tener que estudiar tanto para el Derecho de Ontario mientras escuchaba la conversación de Tucker y Justin.

“Entonces, tuviste una buena noche,” comentó Tucker.

“Fue definitivamente memorable,” contestó Justin. Aunque estaba esforzándose por ser agradable con Tucker esos días, todavía era duro para él. Tucker tenía la habilidad de irritar a Justin. Y aunque sabía que era totalmente un doble estándar, la diferencia de edad entre Tucker y su madre todavía le molestaba.

“Tu madre está muy orgullosa de ti y todo lo que has conseguido tan rápido.”

Justin sacudió la cabeza. “Sólo estaba en el lugar correcto en el momento adecuado. Pero estoy realmente contento de que todos pudieran venir a la exposición. Significa mucho.”

“Nosotros planeábamos venir a Nueva York, así que el momento fue perfecto,” Tucker hizo una pausa y después continuó, “De hecho, de eso es de lo que te quería hablar.”

“¿Eh?” respondió Justin. A pesar de haber acabado de recibir una de las mamadas expertas de Brian, un fuerte dolor de cabeza se empezó a formar tras los ojos de Justin. No sabía si podría tomar otra bomba esa noche.

“Sí. Más tarde, esta noche, le voy a proponer matrimonio a Jennifer.”

“… Y supongo que quieres mi aprobación” contestó Justin fríamente.

“No. Sólo quería decírtelo a ti antes para que tengas la oportunidad de hacerte a la idea antes de que Jennifer te lo diga. No quiero que te tome por sorpresa y digas algo que la vaya a molestar.”

Justin suspiró y después preguntó, “¿Realmente crees que la puedes hacer feliz?”

“Nadie puede hacer a otra persona feliz. Todos somos responsables de nuestra propia felicidad. Además, tampoco creo que eso sea de lo que va el matrimonio.”

“Ah. Por favor, ilumíname. ¿De qué va el matrimonio?”

“Es sobre compartir cada día con la persona a la que amas. Es sobre estar ahí para simplemente contemplar la vida del otro. Es sobre saber que no importa lo difícil que las cosas se pongan, siempre habrá alguien ahí que te cubrirá las espaldas.” Contestó Tucker en el tono calmado que de-hecho siempre volvía loco a Justin.

Justin se quedó de pie en silencio y dejó que las palabras de Tucker le impregnaran.

Cuando Brian notó que Justin no estaba diciendo nada, caminó hacia él y dijo, “Justin, ven a mirar las fotos de Gus que Lindsay trajo con ella. Parece que no tardaremos tanto en ir a una de sus exposiciones de arte.”

“Cierto,” dijo Justin pasándose una mano por la cara. Cuando Brian envolvió el brazo alrededor del hombro de Justin y empezó a alejarle, Justin se volvió a Tucker y le dijo, “Espero que consigas lo que quieres.”

Nueva York
EVACO
Habitación de Justin

Justin se apoyó en el lateral de Brian como un peso muerto mientras Brian metía la llave en la cerradura y abría la puerta.

“Está bien, sunshine, estamos aquí.”

Los ojos de Justin se abrieron rápidamente. Había sobrepasado la mera intoxicación y ahora estaba completamente agotado por los varios Mai Tais que se había bajado durante la cena.

Sentía los pies como si llevara ladrillos en lugar de zapatos mientras daba uno y luego dos pasos hacia su habitación. Brian cogió a Justin y entonces le posó en la cama.

“Quédate aquí. Voy a hacer un pis y después te ayudaré a desvestirte,” dijo Brian antes de ir hacia el pequeño baño oxidado y descolorido. Se alivió y entonces miró el espejo mientras se lavaba las manos. Brian no podía recordar haber visto a Justin así de borracho antes. Claro que las bebidas de ron siempre le daban una resaca fea. Una vez, poco después de conocerse, realmente se sobrepasó después de que Brian dejara Babylon con un ligue. Llegó a casa para encontrar a Justin vomitando en el retrete. Después de esa noche, sacó a Justin de los ron-y-coca-cola y le metió en un buen simple whisky de malta.

Pero ahora Justin estaba apenas consciente. Había estado deprimido desde que dejaron la galería. Primero, Brian pensó que era la irritación de Justin por tener que conversar de nada toda la tarde, pero ahora estaba seguro de que era algo más. La noticia de Tucker tampoco había ayudado, de cualquier forma…

Los pensamientos de Brian fueron interrumpidos cuando escuchó un sonido fuerte. Se volvió y salió del baño para encontrar a Justin tirado en el suelo de la habitación con los pantalones abajo alrededor de sus tobillos. Brian se rio y dijo “Jesus, te dije que te ayudaría a quitarte la ropa.”

Justin se sentó y giró para mirar a Brian. Se estaba sujetando el brazo derecho contra el pecho.

Brian pudo ver por la expresión de Justin que algo iba realmente mal. “¿Qué?” preguntó.

“Mi muñeca.”

***

Podéis encontrar el resto de capítulos traducidos y los extras por aquí.

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