Título: Dos en uno
Autor:
arkady_Universo: Stargate SG-1
Personajes: Carter/O’Neill, Jolinar/Kanan
Spoilers: 6x06 Abyss
Rating: PG
Palabras: 295
Resumen: Carter se acerca a ver cómo está el coronel después de lo que pasó.
- El general Hammond dijo que le podría encontrar aquí, señor.
Jack no dejó de tirar la pelota contra la pared, provocando un sonido continuo que retumbaba hasta llegar a la puerta.
- Sólo quería comprobar cómo se encontraba. Señor.
- ¡Genial! Estoy esperando a ver si aparece por aquí Jonas, quería preguntarle sobre los efectos de tener una serpiente en... Ups. - Se dio cuenta demasiado tarde.
Carter asintió, condescendiente.
- ¿Así que, qué querías?
- ¿Quiere hablar sobre ello, señor? Aún no hemos tenido la oportunidad de charlar desde que volvió de la base de Baal. - Se acercó a la mesa hasta sentarse al otro lado de ella.
- Me das escalofríos, Carter. - Empujó su silla con el pie alejándose un palmo de la mesa.
- ¡¿Qué?! ¿Señor? Yo... ¿Prefiere que me vaya? Lo siento, no pretendía molestarle, yo sólo...
- ¡Para! No me pasa nada contigo, no me empieces a hablar con tu mente de científica, sólo... - Alzó la vista. - Es que Kanan la quería, ¿sabes?
- ¿A la lo’tar?
- No. A Jolinar. ¿No lo recuerdas?
Ella parpadeó, con la vista fija en la madera y las imágenes salieron de ningún lugar.
- Sí. - Le miró. - Sí, lo recuerdo. ¿Nadie lo sabía?
- Eso parece.
- ¿Cómo...? Es decir, ¿Kanan te lo contó? Creí que no recordabas casi nada de él.
- Me ha empezado a venir todo. - Jack ahora jugaba con la bola entre sus manos.
- ¿Y por eso los escalofríos?
- Carter.
- No, señor, lo siento, pero creo que tengo derecho a saberlo.
- Está bien, ¡Dios! ¿Cuándo aprenderéis a tener vuestra bocaza cerrada? - Ella le miró atónita. - La siento en ti, ¿vale? Y es como si... Él todavía estuviera en mí.
Un escalofrío le recorrió la espalda.
Título: En el que Kanan y Jolinar eran amantes
Autor:
arkady_Universo: Stargate SG-1
Personajes: Carter/O’Neill, Jolinar/Kanan
Spoilers: 6x06 Abyss
Rating: PG
Palabras: 1.356
Resumen: Con Jolinar y Kanan a su lado, a Sam y a Jack les cuesta más hacer como que no pasa nada.
Oyó el grito del coronel y vio un destello fugaz en su pecho. Corrió hasta su posición sin dejar de disparar y se agachó a su lado.
- Señor, ¿está bien?
- ¡Dios!, les dije a los niños que hoy no era un buen día para salir a jugar.
- No se preocupe, señor, no tardaremos en llegar a la base y allí le curarán.
Teal’c llegó por la retaguardia y mató a tres jaffas a la primera. El que quedaba salió corriendo pero le persiguió y poco después se oyó un grito de dolor al otro lado de las dunas. Carter lo entendió como una señal de vía libre y ayudó al coronel a ponerse de pie y caminar, aunque tuviera que llevarle casi a rastras, pero antes de llegar a los anillos Teal’c les alcanzó y la ayudó a cargar con su peso.
Se transportaron bajo tierra y, para cuando llegaron a la sala que hacía de enfermería, ya había allí un tok’ra esperando para intentar curarle. Cayó sobre la mesa con quejidos contenidos.
- La herida interna es demasiado grave. - El artefacto se apagó y las manos del tok’ra bajaron a reposar al lado de sus caderas. - Su única posibilidad es una unión.
Jack tosió y murmuró “por encima de mi cadáver” antes de llevarse las manos al estómago y encogerse dolorido.
- Señor, por favor. - Carter se acercó a su lado y le miró a los ojos. - Por favor.
- No quiero una serpiente en mi cabeza, Carter. - Ella no dijo nada, sólo le siguió mirando. - Oh, ¡por todos los cielos! Está bien. - Sam sonrió.
Miraba desconfiado el tarro de cristal donde nadaba el gusano.
- Hemos tenido suerte: Kanan acaba de volver de una misión pero las heridas de su anfitrión eran demasiado graves, habría sido incapaz de curarle en su estado. Tiene información vital sobre los goa’uld pero no le dio tiempo a contárnoslo todo antes de la separación. Esta será una oportunidad perfecta para recuperar esa información. Una vez se haya recuperado, le dejará lo más pronto posible.
- Espera, ¿lo más pronto posible? Creí que esto sólo sería temporal, es decir: me metéis la serpiente, me cura y la volvéis a sacar.
- Señor, sería justo darles un tiempo para encontrar a un nuevo anfitrión; después de todo, Kanan le va a salvar la vida. Y su información es muy importante, nos ayudará en la lucha contra los goa’uld.
- Si después de un tiempo prudencial no fuéramos capaces de encontrar un anfitrión dispuesto, estoy seguro de que Kanan preferiría morir a vivir en el cuerpo de alguien que no le quiere allí.
Jack frunció el ceño, asintió con un gruñido y prepararon al simbionte para el transplante.
Cuando se recuperó lo suficiente como para andar solo, apareció en la sala donde estaban charlando los miembros de SG-1 con un tok’ra:
- Ey, Carter, ¿crees que en cosa de... - se miró la muñeca - 15 minutos podríamos salir a echar un vistazo al terreno?
- No estoy segura de que eso sea buena idea, señor. Acaba de recibir un simbionte y aún debería estar recuperándose.
- Oh, Kanan está aquí haciendo lo que puede, por eso digo en 15 minutos... O 16, calculo que para entonces ya podré dar un paseíllo. ¿No, colega? - Miró a varios lados de la habitación como escuchando. Su expresión fue mostrando distintos estados de mal humor y rabia, antes de bajar la cabeza. Cuando les volvió a mirar un brillo se dejó ver en sus ojos. - El coronel O’Neill resulta muy testarudo. Pero creo que en media hora o una hora podría salir a la superficie. - Volvió a bajar y subir la cabeza. - ¡Odio cuando hace eso! Eh, no le hagáis caso, venga, ¿media hora? Nahh, está siendo muy conservador, en 15... 10 minutos estaré como nuevo. - Sonrió como en un anuncio barato.
- Aunque su estado físico haya vuelto a la normalidad en ese tiempo, coronel, debe tener en cuenta que se encontrará más cansado de lo normal y probablemente aún tenga resentidos los órganos afectados por el ataque. No deberían de meterse en batalla en esas circunstancias.
- Lo tendremos en cuenta, Malek, gracias.
- ¿Carter...?
- Lo siento, señor, pero a falta de la Doctora Fraisier le debemos hacer caso a los tok’ra.
Demasiado tiempo después, según el coronel, Carter salía con él a reconocer el terreno por segunda vez. Teal’c había subido con ellos pero se quedó cerca de los anillos y Jonas permanecía bajo tierra estudiando unas escrituras que Selmak le había dejado. Los sensores no habían detectado actividad alguna sobre la superficie, así que no cabía esperar sorpresas inmediatas.
- ¿Qué, señor, ya se encuentra mejor?
Ambos caminaban por la arena en dirección al último punto de encuentro con los jaffas.
- Si llamas mejor a tener una serpiente enredada en tu espina dorsal susurrándote al oído lo que debes hacer o decir, ya sabes... ¡Estoy perfectamente! De hecho, estoy pensando en pedirme dos de repuesto cuando volvamos a casa, ya sabes, por si ésta *kjj*. - Hizo un gesto pasando la mano al nivel del cuello.
- Se debe de llevar bien con Kanan, señor.
- ¿Qué te hace pensar eso?
- Bueno, Jolinar cree que es su tipo. - Carter se rio. - Es decir, teniendo en cuenta lo... - O’Neill alzó una ceja, anticipando sus palabras. - Perseverantes que sois los dos en vuestras ideas...
- Perseverantes. Es una bonita forma de decirlo. Al menos no tenemos las conversaciones super-interesantes que debéis de mantener Jolinar y tú ahí adentro - señaló su cabeza y luego, confundido, su tripa.
Ella se rio de nuevo antes de apretar los labios para contenerse y continuar la conversación.
- Entonces, Carter, ¿no te irás a convertir en una cabeza de serpiente ahora, eh?
- No me importa compartir mi cuerpo con Jolinar hasta que le encontremos un nuevo anfitrión, señor. De hecho estoy aprendiendo cosas muy interesantes y resulta... Reveladora la experiencia.
- “Reveladora.” Sí, apuesto a que sé de qué estás hablando.
- Venga, señor. No es tan malo, ¿no?
- ¡Carter! ¿No lo pillas? No me gusta compartir mi cuerpo ni mis pensamientos con nadie. Cuando salga de aquí esta serpiente va a saberlo todo de mí. No me digas que eso no te pone los pelos de punta.
- Bueno, señor, usted también lo sabrá todo sobre él.
- ¡Eso es diferente! Es diferente.
- Kanan y Jolinar también tienen sus secretos, y confían en que nosotros se los guardemos, igual que nosotros debemos confiar en ellos cuando ya no estemos juntos.
- ¿Juntos...?
- Cuando ya no compartamos cuerpo con los simbiontes, señor.
- ¡Ahk!
Poco después estaban tirados en el suelo vigilando el horizonte con las armas preparadas para disparar. Les había parecido ver un brillo sospechoso unos cientos de metros más allá.
- ¡Maldita sea, esta es la última vez que dejo que me metan una serpiente en la cabeza!
- ¿No le molesta que no deje de referirse a él como “serpiente”?
- ¡No me importa si le molesta! No deja de susurrarme cosas al oído y me estoy hartando de escucharle. ¿No hay forma de apagar el sonido aquí?
Carter sonrió.
- No, señor. Pero quizás debería probar a escucharle. Puede que lo que tenga que decir nos sea útil y todo.
La miró, dispuesto a contestar, pero se lo pensó mejor y volvió la vista al horizonte, atento. Un rumor sordo en el pecho - o quizás en el estómago - le hacía sentirse más cerca de Carter, más que antes.
- ¿Jolinar nunca te molesta con lo que cree que deberías hacer? Ya sabes: no comas eso, vete a ver a Hammond, da una vuelta por la base haciendo el pino... Ese tipo de cosas.
- De hecho no, señor. Jolinar habla conmigo pero no hace nada más que aconsejarme cuando lo cree necesario. ¿Qué quiere Kanan que haga?
- Oh, nada, pequeñas cosas, ya te digo.
Ella no contestó, pero un escalofrío le subió por la espalda. No se movieron. Se quedaron a 15, 20 centímetros el uno del otro, oteando por encima de la duna.