May 17, 2010 16:28
Mis tíos sonreían, mis abuelos sonreían y parecía que habían hablado en entre ellos para sólo sonreír y decirme “Felicidades, queda poco para tu día”. Había un pastel enorme y todas las frases de “Ya es un hombre” y “Qué rápido crecen”. Mis padres trajeron una piñata y oí: “Lleva desde que nació preparando este día”. Me dieron el palo y me vendaron los ojos. Dos vueltas y empujón. Me costó cinco intentos oír el sonido del cartón romperse. Me quité la venda y miré hacia arriba. Primero me llegó el olor, luego miré al suelo y vi los envoltorios oxidados y los caramelos podridos. Miré a mi alrededor, a alguien le caían unas lágrimas de emoción, otro cara decía “Toda su vida preparando este regalo” y otro tenía cara de ir a silbar. El resto seguía mirándome, sonriendo y esperando.