CHALLENGE MITOLÓGICO #039 - AVALON, by @vejibra
Autora: vejibra momiji
Título: Hijos de Camelot/Leyendas Artúricas
Personajes: Morgana/Arturo y Mordred.
Palabras Elegidas: Belleza y vacío.
Palabras: 520
Rating: PG-16. Leve referencia a una relación incestuosa.
ÚLTIMO RELATO DEL CHALLENGE MITOLÓGICO 2011, CON ESTO DAMOS POR CERRADO EL FESTIVAL. EL PRÓXIMO SÁBADO, LAS PREMIACIONES Y LA SUBIDA DEL LIBRO RECOPILATORIO :)
El campo de batalla, cubierto de sangre, era un paraíso eterno de belleza trágica para los ojos de la hechicera, pero al final, no era más que el resultado de lo que durante años había planeado.
Morgana había anhelado con ahínco la muerte del rey Arturo, en venganza por todo lo que había perdido en su infancia. No obstante cuando había alcanzado su meta, descubrió que no quedaba más deseos por lo que luchar, y había una inquietante paz que penetraba en su corazón como una espada y que no podía permitirse sentir, no en ese momento.
Minutos antes, mientras susurraba dulces memorias al moribundo medio hermano entre sus brazos, había visto en sus intensos ojos azules, el deseo y la traición. Sus descomedidos actos pecaminosos, llenos de pasión hacia ella, los había llevado a aquel momento de condena.
Ahora muerto Arturo. La mujer podía darse el placer de mirar en la distancia, el cuerpo caído del hijo que tuvo pero nunca estuvo segura de amar. Mordred había sido su instrumento, un rey cruel nacido de una reina rota, fruto prohibido de la sangre de Arturo, y la suya.
El hijo incestuoso que había matado a su propio padre, y ahora yacía olvidado entre los cuerpos caídos, mientras Arturo, en su regazo, descansaba buscando la paz que nunca tuvo.
Era extraño. Morgana pensó, finalmente había cumplido su venganza, pero sus sentimientos, antes en control, eran ahora, como la niebla que cubre la ciudad secreta de Avalon, nada más que un eterno vacío.
Y ella, llena de pureza, era tan solo una incordiada mujer, donde alguna vez hubo una gran soberana. Con duda, y dolor, cerró los ojos de Arturo y lo abandonó. Tal vez, en alguna parte del planeta, Merlín estaría vivo, esperando por ella y su última batalla. Ahora que Camelot dejaría de existir. Sus vidas, no eran necesarias.
La magia moriría con ellos, y entre la petulante necesidad de sentir que podía ser feliz, vino la desgracia de lo que había cometido; traición a su alma al sentirse enamorada de su propia sangre.
Arturo había sido su medio hermano y también su segundo amante, con quién en actos de inocencia carnal, había sido feliz.
Cerrando los ojos, la hechicera dejo que la brisa helada del norte, como una caricia le recordará que en su juventud, cuando lo engaño, lo había amado, como una mujer puede amar a un hombre que utiliza para vivir, pero amor era amor, no importaba las circunstancias del hecho o los inicios del mismo.
Era así como la vida de ambos se cruzaban, y terminaban. Hijos de Camelot, hijas de Avalon, todos traidores de la vida y condenados a ella. Simples juguetes del destino, encarnados en los patrones que habían tejido años atrás en harás de venganza.
Tristemente, arrodillada frente a los cuerpos de sus muertos, Morgana Le Fay, se dio el lujo de llorar como nunca lo había hecho, por los amantes y amados que había perdido, y por su propia debilidad. Al final, no había quedado nada, ni siquiera el placer de la venganza, y eso era la mayor tortura.
Estaba sola.