CHALLENGE MITOLÓGICO 2011 #037 - REYES Y REINAS, BY @VEJIBRA
Autora: vejibra momiji (vejibra)
Título: Hijos de Camelot/Leyendas Artúricas
Personajes: Morgana/Merlín, leve Uther/Igraine, y Arturo.
Palabras Elegidas: Embarazo y destino.
Palabras: 843
Rating: PG16
Cuando Morgana era pequeña, su amado padre fue asesinado y su madre, fruto del engaño, quedo embarazada de un hombre a quién la niña temía, y odiaba profundamente. Pese a aquellas crueles circunstancias, Morgana decidió callar lo que sabía, por el bien de todos, especialmente el suyo.
Tal vez en el fondo de su ser, lo único que deseaba era destruir la casa real, y al hombre, que había destruido lo más preciado que algunas vez poseyó; su familia.
No obstante, durante aquellos meses, mientras el abultado vientre de su madre crecía, su odio, lentamente, se transformó en una inquietante paz, especialmente cuando veía en lo ojos de Igraine brillar un sentimiento oculto que solo una madre podía poseer para el hijo no nato que no era de su difunto esposo. Después de todo su hermano, era el secreto a voces que todos conocían y que a la vez, ella hacía suyo.
Pronto, una nueva era comenzaría, con un nuevo rey nacido de la casa de los Pendragon y sin duda cambiaría al mundo, o eso era lo algunos pobres sirvientes murmuraban en sus más alocadas fantasías, mientras el infante, al que esperaban con ansías, permanecía quieto en las entrañas de la madre que tanto abominaba la niña, pues aunque la concepción había sido un engaño, podía leer en los ojos cansados de su progenitora, el amor que le dedicaba al asesino de su padre.
Algunas veces, pese a su corta edad, esa realidad la desquiciaba, propiciando actos de rabia incontrolada que los sirvientes llamaban “demonios”; nadie realmente la comprendía, ni siquiera aquel extraño hechicero, a quién todos llamaban Merlín, y que en varias ocasiones, la miraba, con ojos azules intensos, desde la distancia como si conociera lo que ella pensaba.
Ella lo ignoraba, era joven y estaba confundida, con tantas emociones mientras la soledad marchitaba su quietud y provocaba que el deseo de venganza, tan poderoso como el amor de su madre o la magia prohibida que practicaba Merlín, creciera y perforará su alma. Incluso tras el nacimiento de su hermano, el adorado niño rubio de ojos, la idea de destrucción nunca dejo su mente.
Aún cuando sostenía entre sus brazos al recién nacido, pretendiendo que lo amaba y haciéndose responsable de su crianza como era su deber, en el fondo deseaba acabar con aquella frágil vida, en son de odio hacia la madre que tanto daño le había hecho. Sabía que su hermano no era el culpable, pero los niños, bastados o no, eran nacidos de reinas, y estaban hechos para gobernar. Frustrada, durante años dejo que la idea misma se alejara de su mente, conciliando su pasión en otras actividades.
Actividades que la llevaron en varias ocasiones a frecuentar la habitación de Merlín. Era extraño que durante su adolescencia, la fijación que tenía por alejarse de la mirada penetrante del hechicero le permitiera eventualmente acercarse a él y dominarlo.
Era como siempre lo había sospechado, el mundo estaba gobernado por hombres, pero el hombre, en su estado natural, desnudo bajo sus piernas, no era más que un esclavo de sus entrañas. Era un anhelo oculto, e inconsciente, que los hombres desearán engendrar un hijo con una mujer hermosa o incluso poderosa. Pero Morgana era sabía y nunca se lo permitió, su único anhelo era que Merlín ser convirtiera en su maestro.
Después de algunos meses, presa de la pasión desmedida que profesaba a la joven doncella, el sabio y desdichado mago, le otorgo su deseo. La magia y todo el poder que conllevaba, le dio la autoridad y la oportunidad de avanzar un paso en su más anhelada venganza, así como el poder de convertirse en reina, algo que desde pequeña había anhelado.
Un rey nace, pero los reyes, como todos los hombres nacen de las entrañas de las mujeres, y ninguna mujer es débil, cuando tiene en sus manos el poder de dominar a los hombres, especialmente cuando no existe nadie quién las detenga. Sin embargo para Morgana la felicidad no duro mucho tiempo pues su poder le fue arrebatado cuando apenas cumplió los dieciocho años, soltera sin deseos de casarse, su madre le reclamo las viejas ausencias y descubrió sus oscuros secretos. En un acto de furia desmedida, asesinó a su deplorable madre y fue encerrada en la vieja torre de un convento, lejos de la casa Pendragon, de su magia y de su venganza.
Pasarían años antes de que un visitante inoportuno, le diera la oportunidad de recobrar el poder que había perdido, jurándose a si misma que nunca más volvería a descuidarlo. Mientras, el hechicero que le había enseñado todo, arrepentido de sus bajos deseos carnales, le dedico el resto de su vida a enseñar y proteger a un futuro rey.
Cuando Uther murió asesinado, la gente sabía que un día, los dragones que habitaban dormidos en la vieja casa real, despertarían para gobernar, después de todo, los reyes nacen, pero entre los brazos de las reinas siempre se deploran y es así como los seres humanos, hechos de sangre y carne, cumplen su anhelado destino.