CHALLENGE MITOLÓGICO #033 - AUDACIA Y BELLEZA, by @SOWELU_26
Autora: sowelu_26 (Livejournal); Sowelu (ff.net)
Personajes: Morfeo. Dios Griego de los sueños. Una de las mil personificaciones de los Oniros. Tras revelar secretos a los humanos mediante los sueños, fue fulminado por Zeus. Cuando se presentan pesadillas, Fobetor, su hermano, siempre está presente.
Palabras Elegidas: Audacia-Belleza
Palabras: 629
Rating: PG
“La noche es muda cuando las estrellas no aparecen.”
Los sueños se revelan como manto en la noche, la única condición es cerrar los ojos y se tendrá un suspiro de Morfeo. Pero sueño tras sueño, la realidad nunca debe surgir por ningún motivo.
Esta noche una doncella duerme intranquila. Con sus trapos vaporosos dignos del caluroso verano. Se gira y jadea pero no deja de tener esas imágenes que la atormentan y quizás, se deba a la alta temperatura con la que ha ido a dormir, o quizás sea el resultado de las malas noticias que le ha traído el médico de la zona.
De igual forma, tal vez hoy sea su última noche.
Se despierta con sudor frío recorriéndole la frente. Divaga por su habitación tratando de encontrar algo en qué entretenerse, lo cual es poco con la escasa luz que brindan las velas. Y es cuando decide hablar con la luna, presumirle su belleza por última vez y recibir sus rayos plateados.
Pero la luna no está. No ha querido venir a su último encuentro y eso no la deja satisfecha. La luna se esconde y ella se queda sin habla.
Pero si voltease en ese momento, se daría cuenta de la sombra de humo que invade su habitación. De lo pesado que siente sus ojos, recarga su cabeza contra el marco de la ventana.
Porque hoy la curiosidad ha sacado lo mejor de uno de los hijos de Hipnos y quiere descubrir hasta donde es capaz de hablar con un humano, atreverse a contarle un secreto a resguardo de que por la mañana, este ya se habrá esfumado con la noche.
La temeridad con que ha dejado el resguardo de las cavernas del Érebo, habla de su decisión a pasar los límites mientras se escabulle entre la oscuridad para susurrarle al oído a la hermosa doncella. Un perfecto baile entre inocencia y audacia. Entre realidad y el sueño.
Y así la doncella ve pasar dormida un sinfín de imágenes sin color. Primero recordando su risueño rostro de niña, sus suaves facciones de años más grandes para llegar a los tiernos dieciséis que cumplió hace dos meses. Pero las imágenes no terminan ahí ya que Morfeo ha planeado bien su fiesta.
Esta noche prevé presentarse también dentro de los sueños, darle un nuevo rostro que recordar aunque sea por escasas horas. Distraído con las visiones, el dios sucumbe al encanto de la doncella cuando esta comienza a suspirar profundamente. Se encuentra observando el vaivén con el que su pecho se entrega a él.
Y se siente poderoso. Tanto que no ha escuchado el portazo que han dado en el cuarto contiguo. Sólo cuando la mano del otro humano se posa sobre la manilla, él es capaz de despertar de su propio ensueño. Ironía escrita con letras grandes.
El sueño se apaga, él regresa a las sombras y la doncella comienza a gritar a todo pulmón. Fobetor se ha hecho presente en forma de advertencia. Quiere llevarse a su hermano antes de que sea tarde y su único método de distracción, han sido las crudas imágenes que ahora inundan la mente femenina a unos metros de distancia. Pero Morfeo no es fácil de convencer y con un ademán, despide a Fobetor y libra a la joven.
Ella calla y abre los ojos. Su padre ha venido a aliviar su dolor a modo de abrazos y Morfeo los mira intrigado. Ese trato entre humanos del que tanto ha escuchado le fascina, y tenerlo de primera mano es el extra en el banquete.
Padre e hija se quedan largo rato juntos, y él se preocupa. No le gustaría que le echaran a perder sus planes justo ahora que su experiencia con un mortal ha ido tan bien.