((Yeah, another fic. Because I have nothing better to do. XD
Based off of this song: ( I finally remembered what it was called after about 7 years of wondering....)
http://www.youtube.com/watch?v=i2B62eF8pxoAh, me gusta esta canción~ ))
Venga un poquito más cerca.
En una pequeña café sólo el otro lado de la frontera, Alfredo había sufrido un colapso en una silla en la esquina, agarrando una bebida fría a su frente, sintiendo el goteo de condensación helado abajo su piel. Ah seguro, él estuvo acostumbrado al calor del Sur, pero este era peor que él había experimentado alguna vez. El sol lo había hecho enfermo de su viaje largo a la ciudad. Él era polvoriento y cansado y él tuvo miedo de pelar sus pies dolorosos de sus botas porque él estaba seguro que ellos sangrarían por todas partes del suelo bonito. Sería grosero.
Con un suspiro, Alfredo limpió sus gafas por dentro de su camisa (el exterior era demasiado sucio) y miró alrededor el cuarto. Él notó a una mujer hermosa que le contempla a él a través de la pista de baile. Ella le daba una sonrisa que hizo el cuarto parecer de repente aún más caliente. Con un retiro rápido de su sombrero, él cruzó el cuarto a la mesa de la mujer.
-Mucho gusto.- comenzó él como un señor apropiado debería, -Mi nombre es- Pero antes de que él pudiera terminar, la mujer se levantó en un movimiento liso, colocando un dedo en en los labios del hombre.
-Los nombres no son necesarios aquí. Baile conmigo.-
Antes de que él lo supiera, el cuarto giraba. Cada uno aplaudía y la mujer hermosa giraba alrededor de él como una ráfaga de cenizas en el viento. Alfredo miró cuando ella hizo girar sus faldas con cada paso y golpeó del tambor. Los ojos oscuros de la mujer lo siguieron cuando él bailó. Ella comenzó a decir palabras a las cuales su héroe interior no podía resistir.
-Eres mi clase del hombre, tan grande y tan fuerte,- ella dijo con una voz como la seda. -Venga un poquito más cerca...-
Alfredo abrazó a la mujer, pero una especie de instinto en él encendió cuando él vio al jugador de guitarra (anormalmente alto) fruncir el ceño al lado de la puerta. Alfredo dio una sonrisa amistosa. El otro hombre (con ojos violados estrechados) señaló a un cartel en la pared. "Hombre Malo José," el signo dijo. "Querido Muerto o Vivo."
-Venga un poquito más cerca,- la mujer cantó en el oído de Alfredo. -Soy absolutamente solo y la noche es tan larga.-
A pesar de él, Alfredo se inclinó en darle un beso a ella. Él hizo una pausa a mitad de camino cuando la música se paró. No un sonido podría ser oído, no hasta un aliento. Cuando Alfredo tenía el coraje para girar su cabeza, la café era vacía. Allí, en la puerta, puso a José, como una sombra negra enorme del dolor inminente.
-Sabe que este es un problema.- José cruzó sus brazos musculares. Incluso con un bigote que Alfredo por lo general pensaba era cómico, José intimidaba. El Hombre Malo rajó sus puños.
No era hasta que Alfredo hubiera evitado la ventana sin la mujer y estuviera sin peligro en su caballo que realizó algo.
-¡Oye, José pareció a España con un bigote falso!- Alfredo estuvo a punto de volverse atrás para otra mirada cuando él oyó otra cosa familiar.
-Venga un poquito más cerca. Eres mi clase del hombre, tan grande y tan fuerte...-
¿Bien, por qué riesgo su vida sobre una mujer? Con esta idea por conservar su dignidad, el gringo montó al Norte mientras el sol se puso.
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Translation:
In a little café just the other side of the border, Alfred had collapsed into a chair in the corner, clutching a cold drink to his forehead, feeling the icy condensation drip down his skin. Oh sure, he was used to the heat of the South, but this was worse than he had ever experienced. The sun had made him sick from his long journey into town. He was dusty and tired and he was afraid to peel his aching feet from his boots because he was sure they would bleed all over the nice floor. That would be rude.
With a sigh, Alfred wiped his glasses on the inside of his shirt (the outside was much too dirty) and looked around the room. He spotted a beautiful woman staring at across him from the dance floor. She was giving him a smile that made the room seem suddenly even hotter. With a quick removal of his hat, he crossed the room to the woman's table.
"Pleasure to meet you," he began as a gentleman should, "My name is-" Before he could finish, the woman stood up in one sleek move, placing a finger on his lips.
"Names are not necessary here. Dance with me."
Before he knew it, the room was spinning. Everyone was clapping and the beautiful woman was twirling around him like a flurry of ashes in the wind. Alfred watched as she spun her skirts with each step and beat of the drum. The woman's dark eyes followed him as he danced. She began to speak words that his inner hero could not resist.
"You're my kind of man, so big and so strong," she said with a voice like silk. "Come a little bit closer..."
Alfred embraced the woman, but some kind of instinct in him was lit when he saw the (abnormally tall) guitar player frowning next to the door. Alfred gave a friendly smile. The other man (with narrowed violet eyes) pointed to a poster on the wall. "Bad Man José," the sign said. "Wanted Dead or Alive."
"Come a little bit closer," the woman sang in Alfred's ear. "I'm all alone and the night is so long."
In spite of himself, Alfred leaned in to give her a kiss. He paused halfway when the music stopped. Not a sound could be heard, not even a breath. When Alfred had the courage to turn his head, the café was empty. There, in the door, stood José, like an enormous black shadow of impending pain.
"You know this is a problem." José crossed his muscular arms. Even with a moustache that Alfred usually found comical, José was intimidating. The Bad Man cracked his fists.
It wasn't until Alfred had escaped out the window without the woman and was safely on his horse that he realized something.
"Hey, José looked just like Spain with a fake moustache!" Alfred was about to turn back for another look when he heard something else familiar.
"Venga un poquito más cerca. Eres mi clase del hombre, tan grande y tan fuerte..."
Well, why risk his life over one woman? With this idea to preserve his dignity, the foreigner rode North as the sun set.