May 14, 2008 21:05
Abro el grifo de la bañera. Me quedo unos instantes mirando el subir del agua y su ronroneo. Rum-rum. Rum-rum. Cinco centímetros ya. Si me asomo podré verme reflejada en la superficie. La idea me causa nauseas. Me alejo rápidamente. Cierro la puerta del baño.
Mis pasos por el pasillo, la cabeza en las nubes. Vacío en la casa. Silencio a mí alrededor. Tap-tap. Tap-tap. Paso frente a la nevera y mis ojos se detienen en una notita que hay colgada en un post-it amarillo. Un solo nombre. Él. Su número de teléfono. Nuestra cita. En dos horas vendrá a recogerme. Qué bien.
Me acuerdo de la bañera. Regreso al baño a regañadientes.
El agua me repulsa. Es demasiado pura. Demasiado ajena a mí. ¿Lo ves? Si me asomo un poco puedo verme reflejada. Ahí estoy yo. Hola.
Una chica debilucha me devuelve la mirada. Ojos hundidos, enfermizas ojeras. Cabello rubio de pote, ondulado, sucio. Sucio, sucio, sucio. Estoy hecha un asco. Soy un asco.
Me desvisto con unas prisas que no tengo. Me sumerjo en la bañera aún más rápido.
El agua está demasiado caliente. Me quema. Auch.
Hay agua por todos sitios. Agua en mi piel. Agua en mi pelo, que se me pega a la nuca -reprimo un estremecimiento de repulsión-. Agua en mis manos juntadas en forma de cuenco. Cadavéricas, delgadas, blancas. Vuelvo a estar en el reflejo. Impacto la cara contra él.
Me dejo caer hacia tras hasta que mi nuca topa contra el borde de la bañera. Hay vapor en el aire. El agua aún gotea del grifo. Plop-plop.
Silencio.
Plop-plop.
Me hundo hasta la barbilla. Un poco de agua me entra en la boca. Tiene un sabor dulzón, a azúcar. A cursilería. A mentiras.
Suspiro. Él vendrá a buscarme. Lo dijo. Lo hará. ¿Qué hora es? Ah, sí, mi reloj de muñeca. Ocho y media. Sólo media hora. Treinta minutos. Eternos segundos.
Cierro los ojos. Puedo verle. En la puerta de casa, apoyado contra su coche negro y brillante. Él, alto y guapo, como siempre. Su sonrisa pícara. Sus brazos musculosos. Sus labios morenos. Balanceándose entre lo real y lo imaginario, unas llaves plateadas cuelgan de sus dedos. Mostrándomelas. Nos largamos de aquí, preciosa. Sí. Eso es lo que quiero. Olvidarme de todo y seguirte a dónde sea.
Me hundo completamente. Sonrío.
Él.
Él, él, él.
Asomo un poco la cabeza de nuevo a la superficie, lo justo para poder respirar. No puedo ahogarme todavía. Él es una buena excusa para no suicidarme. Aún.
claim: nina,
fandom: original,
comu: crack and roll,
tema: het