La premonición : Epilogo EL Apocalipsis

Sep 12, 2011 19:21

Chuck volvió de sus vacaciones y se sentó en el ordenador para descargar las fotos de la convención. Becky se había ido a su casa y se alegraba. Desde el momento en el que había sabido que se había olvidado su fanfic no había hecho más que protestar durante todo el viaje.

Se estiró en la silla al sentir un cosquilleo en la yema de los dedos. Esa solía ser la señal aunque a veces era un estornudo o un picor en la entrepierna.  Puso los dedos sobre el teclado y cerró los ojos dejando que le invadiera la premonición.

Sam permaneció inmóvil como si estuviera esperando el siguiente movimiento. No era del tipo pasivo y aun así espero curioso por saber que haría a continuación. Aceptó cada una de sus caricias sin resistirse ni asumir ningún papel de líder, al menos hasta que Dean se quitó la última prenda. Sam lo llevó hasta la cama y lo tumbó antes de echarse sobre él sintiendo su cuerpo desnudo sobre la piel. Sam aún llevaba los pantalones. Los dientes de Sam pasaron arañando con suavidad la piel de Dean lamiendo el cuello le dejó más espacio para que tuviera mejor acceso. Sintió su lengua moverse sobre sus venas y no pudo contener un jadeo. Los dientes de Sam lo rozaron como si fueran a cerrase contra su piel, pero se apartó bruscamente.

- ¿Qué sucede, Sam?

-Nada. -Entre su voz excitada y su mandíbula apretada sus palabras sonaron como un gruñido.

-Sólo dame un segundo. - Dean lo miró con los codos apoyados sobre el colchón. Su hermano se metió en el baño llevando su mochila con él. Dean pensó que habría ido a por un preservativo. Estaba tan excitado como un colegial que se le había olvidado por completo.

Cuando Sam regresó junto a él vino con una cajita de metal del tamaño de una zapatilla. Aquello sorprendió tanto a Dean que la frase se le escapó: - ¿Y los preservativos?

- ¿Los?-Preguntó Sam alzando una ceja. Sonrió. -Si quieres hacerlo varias veces no hay problema. -Metiendo su mano en el pequeño bolsillo trasero sacó una tira de condones.

Los dos se rieron hasta que de los ojos de Dean cayeron lágrimas por el esfuerzo. Sujetándole por los hombros Sam retiró las gotas con la legua.

-En tu punto de sal-Pronunció con voz ronca.

Sin mediar palabra Dean lo agarró de la cinturilla del pantalón haciéndole caer sobre él. Con una llave consiguió darle la vuelta sentándose a horcajadas sobre Sam.

Con una urgencia animal sus manos forcejearon para desabotonar el pantalón y retirar la última prenda de su amante. Ahora, ambos en igualdad de condiciones, ambos desnudos.

Dean le prestó especial atención al amplió pecho del Sam que se deshacía bajó él. Lamió sus pezones y sopló despertando aun más a la fiera que Sam llevaba dentro.

Sam pasó ambas manos por los brazos de Dean y luego por su espalda. Sam trató de incorporarse, pero le detuvo.

-Dean…-Jadeó mientras sentía como el otro hombre le lamía el cuello y la oreja. -Dame un segundo… Por favor. - Aquellas palabras le sonaron a Dean casi a suplica… a sumisión y por algún extraño motivo le encendieron aún más. Con el tiempo ambos habían probado los dos roles y Dean tenía clarísimo que fuera cual fuera su rol su sitio estaba con Sam. Aunque le costó la misma vida apartarse de él dejó que se alzara un poco. Alcanzó la caja de metal y la abrió mostrándole el contenido. Dentro había un collar de cuero negro y rojo y algunas tachuelas de metal. Para lo que era, no le pareció muy recargado.

Realmente no entendió el motivo de aquel collar, pero aceptó que se lo colocara en el cuello dócilmente. ¿A caso quería jugar a algún tipo de juego?

La temperatura en aquella habitación subía por momentos.

Sam volvió a colocarlo bajo su cuerpo. La nariz del su hermano menor comenzó a descender desde mejilla de su amante, pasando sobre su cuello, donde tuvo que hacer un esfuerzo sobre humano para no detenerse, y prosiguió sobre su pecho y abdomen.

Dean  se echó hacia atrás dejando que tomara todo lo que quisiera de él. Se sentía en tal estado de éxtasis que no notaba ni oía nada más. Cerrando los ojos con fuerza se estremeció al sentir unos suaves mordiscos sobre el abdomen. Notaba como la presión de sus dientes iba aumentando con cada una de los trazos, cuando llegó a la ultima Dean dio un respigo. La lengua del Sam descendió sinuosa. En el momento en el que alcanzó  el muslo Sam también tuvo dificultades para no morderle, pero no podía cubrir todo su cuerpo de cuero para no atravesar su carne… ¿O sí? El simple pensamiento sobre ello hizo que se le pusiera más dura.

Sam le abrió las piernas. Usó el lubricante e Introdujo su miembro despacio. Complacido dejó pasar unos segundos viendo como el rostro de su compañero se contraía en una mueca de dolor y placer. No quería hacerle daño, no quería tener que salir de él. Lentamente, al principio, comenzó a moverse dentro y fuera de Dean mientras escuchaba cada uno de sus gemidos.

El cuerpo de Sam estaba empapado en sudor al igual que el de él. Tenía parte de la piel roja por el esfuerzo y las fuertes caricias de Dean.

Dean fue el primero en terminar después de que Sam le diera permiso para correrse. Fijándose en Sam vio un gesto de placer en su rostro que no podría olvidar. Mientras lo recibía en su interior acarició la perfección de sus pechos y aquellos brazos enormes.

Chuck sentía la boca seca y ganas de vomitar en la papelera más cercana. Sentía que su vida si que había tenido sentido hasta ahora y que tal vez el fin del mundo no era tan mala idea. Se arrancaría los ojos si no fuera tan cobarde.

-¡Quiero el apocalipsis! Eso es. ¡Quiero que se acabe el mundo! -Gritó mientras corría por la habitación con las manos en la cabeza. Chuck comenzó a tirar todos sus papeles al suelo como si hubiera perdido el juicio y es que si volvía a tener una visión así ayudaría a Lucifer a destruir la tierra y cinco planetas adyacentes.

-Nooooooooooooooo. Quiero el apocalipsis.

Prologo 1.Negación 2.Ira 3.Negociación 4.Depresión 5.Aceptación Epilogo

baby bang, sam/dean, dominacion, baby bang 2011, dean/sam, La premonición

Previous post Next post
Up