Hay una campaña a favor de la Unión Civil que anda dando vueltas por las calles de Lima.
Lo curioso no es la imagen. ¿Dos hombres en actitud romántica con un slogan que dice "amar no es un delito" como campaña por la Unión Civil? Lo más obvio del mundo. No. Lo curioso está (como de costumbre) en las letras pequeñas. Carlos Galdós (showman/locutor) y Jason Day (actor) son dos tipos, hasta donde se sabe, heterosexuales, que apoyan la causa mostrándose como una de las (aquí viene lo bueno) "parejas imaginarias" de la campaña.
RPS, people.
RPS en vallas publicitarias por toda la ciudad.
RPS en una campaña pública a favor de los derechos humanos. (Nop, no voy a decirles "derechos LGTB". Por lo menos no hoy. Hace poco releí un fic brillante en el que la prensa le pregunta al Capitán América qué opina de los "derechos gay" y él responde "¿te refieres a los derechos humanos?" Grande, Fandomium ^^.)
La campaña me ha puesto a pensar de nuevo en aquello del fandom volviéndose tan, pero tan mainstream. Es raro, ¿verdad? Rico. Bueno. Lleno de posibilidades. Pero raro. Me emociona un montón, pero también me deja pensando ¿en qué momento la revolución que planeábamos en reuniones secretas detrás del café salió a las calles y me dejó sentada en la trastienda?
Desde que subí la entrada sobre el fandom y la educación he estado investigando sobre el tema. Hay tanta, pero tanta información, que a veces siento que me ahogo. Es maravilloso y aterrador. Y luego está el tema del activismo. ¿Sabías que
Superman es un inmigrante? ¿Y que hay gente que en lugar de comprarse todo el merchandising de los Juegos del Hambre,
los está usando como medio para hablar de la inequidad en el mundo? Claro, las campañas organizadas no son la única forma de activismo. El fandom es activismo desde su misma naturaleza, desde que tomamos los contenidos de la cultura popular, los masticamos y los escupimos transformados en mensajes propios, empapados de nuestra saliva y nuestra esencia. Pero igual me pregunto... ¿dónde estamos como fandom hispano en esta explosión de contenidos que llueven de colores desde el cielo? ¿Cuántas cosas se están haciendo de las que no sé nada? ¿Cuántas podrían hacerse que no se nos han ocurrido aún? ¿Cuánto más podríamos explorar, hurgar, deshacer, meter en una TARDIS y disparar al universo?
Veo por ahí que algunas se quejan de la inactividad en el fandom hispano y algunas otras de lo repetitivo que se ha vuelto. El otro día, un amigo que anda metido en la organización de eventos frikis (algo relativamente nuevo y todavía "¡wow! ¿en serio?" en la escena limeña) me contaba que le preocupa que los eventos se estén enfocando tanto al consumo, sin promover "fandom", la actividad transformativa desde los fans. ¿Será que todo ha crecido tanto que nos ha dejado aturdidas? ¿Qué de pronto hay tanto, pero tanto que consumir que no podemos detenernos a procesar y producir?
¿Será cosa de sacudirnos un poco y estirar los brazos para alcanzar el mundo?