De los viajes por el laberinto

Jan 29, 2013 19:51

5.20pm. Llevo todo el día intentando avanzar con los materiales de dos cursos en línea en los que me inscribí ayer, Aprendizaje electrónico y culturas digitales Astrobiología y la búsqueda de vida extraterrestre. Los dos suenan fascinantes. Lamentablemente, el taladro de la construcción de la esquina suena más fuerte. Cierro la compu y el taladro se calla (debí adivinarlo, Murphy era un genio). Supongo que se van a casa (me consta que le han dado sin descanso todo el día). Abro "Historia de la Astrobiología".

6.10pm. Cuando estaba en la universidad, vivía con la boca abierta y los ojos más abiertos, fascinada por la vida y sus secretos, soñando con la biorremediación del mundo y la terraformación de Marte. En noviembre renuncié al equipo forense (o algo así, todavía trabajo con ellos algunas cosas puntuales). Llevaba 7 años allí. No era un mal trabajo, pasé buenos momentos, conocí a personas que ahora son como mi familia, aprendí cosas que nadie quisiera saber sobre la historia de su país y puse mi granito de arena para que nunca se repitan, viajé a lugares maravillosos que no hubiera conocido de otra manera. Aprendí y aprendí y, por dios, aprendí tanto... Pero llega un momento en el que te detienes en el camino y empiezas a pensar, no en los caminos que no seguiste (los AUs los guardo para el fandom), sino en esos caminos (cientos y cientos de caminos brillantes) que podrías seguir. 6.10pm. Me brillan los ojos con las posibilidades infinitas de vida en la Tierra, fuera de la Tierra, la que conocemos, la que imaginamos, la que no llegamos a imaginar. No recuerdo cuando fue la última vez que algo no ficticio me emocionó tanto.

Octubre de 2012. Estoy triste. No triste-triste, como cuando nada tiene sentido y lloras todo el día y la gente te mira raro en la calle. Esa otra tristeza, sutil y devastadora, de no encontrar algo que te haga feliz. No sé si renunciar o divorciarme, no sé exactamente qué es lo que no camina (me quejo de todo, como hace uno cuando no sabe por qué se siente mal), pero sé que algo importante necesita cambiar. Leliel me dice que renuncie, que me dedique a escribir un tiempo, que cuando escribo soy feliz. No es falso, pero no sé si es cierto... da tanto miedo saltar y estrellarse...

Noviembre de 2012. Viajo a Filipinas a dictar un taller. Filipinas es un país maravilloso, lleno de playas paradisíacas y gente amable, con una historia riquísima que nunca te cansas de descubrir, profundamente familiar aunque nadie hable tu idioma, un país de amigos entrañables a los que siempre quieres volver. Paso tres semanas trabajando duro y viendo los frutos, emocionada con los resultados, contenta con mi trabajo. ¿La conclusión? Quiero renunciar de todos modos. Y es así como sabes que has tomado una decisión, supongo. Cuando no son los malos momentos, ni las peleas, ni los proyectos que no caminan, sino esta cosa, dentro de ti, que te dice que es hora de cambiar de rumbo.

6.30pm. Hola, elejota. Cuánto tiempo sin verte. Algunos detalles han cambiado en mi vida, pero yo sigo siendo la misma (o tal vez, pienso a veces, he vuelto a ser la misma). Dejé el trabajo y no estoy buscando otro (no por ahora). Me metí al yoga. No soy particularmente constante, pero me está gustando; tu cuerpo se estira y tu mente lo sigue con hilos invisibles que te jalan desde el cielo, respiras profundo y sientes tu centro alinearse con el universo. No, en serio (a mí también me sorprendió). Estoy escribiendo a paso muy lento acerca de mis mundos paralelos (esos que llamamos "originales", a falta de mejor término y no porque las historias que construimos sobre mundos "ajenos" lo sean menos). Había pensado dejar el fanfiction por un tiempo para concentrarme en eso, pero estoy un poco bloqueada y se me ocurre que los fics pueden ayudarme a coger ritmo. Hay un par de pendientes que me estoy muriendo por escribir ^^. Me inscribí en dos cursos en línea que me llamaron la atención, porque en estos meses me he ido dando cuenta de que el fin de renunciar no era escribir (como pensaba originalmente), sino crecer. Estirarme y estirarme y dejar que el aire llene mi cuerpo, que abra los caminos que la falta de ilusión ha ido cerrando. La vida productiva sigue (por ahora escribiendo y con encargos puntuales para el equipo, puede que pronto por otros rumbos), pero ya se siente como "vida productiva" y no como "trabajo".

¿Adónde lleva este nuevo camino? ¿Es un camino o estoy parada en el cruce, observando el paisaje? No lo tengo muy claro. Pero creo que a veces es bueno no tenerlo claro. Que a veces es incluso necesario. 

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