El fandom como activismo
Hola. Mi nombre es Mullu. Tal vez me conozcas de rants como "cosas que me hubiera gustado que alguien me diga cuando tenía la edad de mi hija" o "por qué toda la gente con la que trabajo debería ver La Red Social." Nunca hablo de política formal, pero hablo de política un montón. Acerca de cómo el origen de la violencia es la intolerancia y no Slytherin (como parece creer JK), por ejemplo, o de cómo es imposible ganar una guerra civil con un enfrentamiento militar. Tengo unas discusiones épicas con Sam y Dean acerca de esa idea que tienen de que hay que matar todo lo que es peligroso, slasheo porque me niego a creer en la orientación sexual como una sentencia inamovible, y una de las cosas que me fascina de Fandomium es la cantidad de gente que entiende que la monogamia no es la única maldita forma de amor.
Hace tiempo, cuando todavía esperaba que alguna religión pudiera convencerme, leí un artículo de Starhawk sobre espiritualidad y activismo y cómo todo en nuestras vidas está enlazado a lo que creemos. Cada palabra que decimos en defensa de nuestras creencias, cada decisión consecuente con nuestros ideales, cada personaje cuyas acciones defendemos y hasta la manera en que interpretamos el Epílogo de Mal.
Como Jenkins (que es un friki de lo más interesante), estoy convencida de que fangirlear es mucho más que gritar y emocionarse. Es ese proceso maravilloso por el que los fans recibimos lo que la cultura de masas nos ofrece y lo analizamos, lo discutimos, lo cuestionamos, lo reinterpretamos, lo transformamos en algo propio. Lo que mueve Fandomium no son las series, las películas ni los libros, es nuestra manera de interpretarlos. Y como decía arriba, nuestra manera de interpretarlos va de la mano de nuestros ideales.
El fandom se convierte en activismo.
El otro día escribí un artículo, no como Mullu sino como Marcela Lumbreras (que es el nombre por el que me conocen las personas que no me conocen), llamando la atención sobre el problema de los desaparecidos a partir de uno de los arcos de una serie muy popular por aquí. Me gustaría que lo leyeran, sobretodo porque se me hace muy raro compartirlo con extraños que se sorprenden de que alguien haya hecho el análisis de un problema real a partir de una serie cómica y no aquí, donde darle la vuelta al (sub)texto de las cosas más triviales es algo así como respirar.
Y más o menos a eso viene el rant de hoy. El fandom puede ser activismo. El activismo puede ser fandom. No nos olvidemos de meter entre nuestros mundos paralelos ese otro mundo que es posible. Y la cultura de masas, a la que tantos le atribuyen poder sobre nuestras mentes, es nuestra bitch plastilina en nuestras manos.
Buenas noches, Fandomium. You RULE SO MUCH.
Hace tiempo, cuando todavía esperaba que alguna religión pudiera convencerme, leí un artículo de Starhawk sobre espiritualidad y activismo y cómo todo en nuestras vidas está enlazado a lo que creemos. Cada palabra que decimos en defensa de nuestras creencias, cada decisión consecuente con nuestros ideales, cada personaje cuyas acciones defendemos y hasta la manera en que interpretamos el Epílogo de Mal.
Como Jenkins (que es un friki de lo más interesante), estoy convencida de que fangirlear es mucho más que gritar y emocionarse. Es ese proceso maravilloso por el que los fans recibimos lo que la cultura de masas nos ofrece y lo analizamos, lo discutimos, lo cuestionamos, lo reinterpretamos, lo transformamos en algo propio. Lo que mueve Fandomium no son las series, las películas ni los libros, es nuestra manera de interpretarlos. Y como decía arriba, nuestra manera de interpretarlos va de la mano de nuestros ideales.
El fandom se convierte en activismo.
El otro día escribí un artículo, no como Mullu sino como Marcela Lumbreras (que es el nombre por el que me conocen las personas que no me conocen), llamando la atención sobre el problema de los desaparecidos a partir de uno de los arcos de una serie muy popular por aquí. Me gustaría que lo leyeran, sobretodo porque se me hace muy raro compartirlo con extraños que se sorprenden de que alguien haya hecho el análisis de un problema real a partir de una serie cómica y no aquí, donde darle la vuelta al (sub)texto de las cosas más triviales es algo así como respirar.
Y más o menos a eso viene el rant de hoy. El fandom puede ser activismo. El activismo puede ser fandom. No nos olvidemos de meter entre nuestros mundos paralelos ese otro mundo que es posible. Y la cultura de masas, a la que tantos le atribuyen poder sobre nuestras mentes, es nuestra bitch plastilina en nuestras manos.
Buenas noches, Fandomium. You RULE SO MUCH.