Raindrops on roses...

Dec 28, 2010 12:24

nowhere1girl  hace una entrada sobre recordar a los que se han ido, y sobre razones para vivir.

En navidad, inevitablemente, recuerdo a Chinese. 

Chinese era una loca encubierta, que andaba con botas crema de taco aguja, se reía muy alto y sangraba a sus amigos hasta dónde podía. En las reuniones siempre era el punto. Se tiraba en el sillón con las botas en alto, pedía que le sirvan, y retransmitía los pormenores de su vida sexual.  Uno de sus cumpleaños, usamos todo ese conocimiento en su contra para emborracharla en media hora jugando "yo nunca". Se buscaba las peores parejas del mundo (pero la verdad ella tampoco era muy amable con ninguno, así que no nos preocupábamos a menos que pasara a mayores). Tenía un novio que se llevaba al hotel todos los sábados por la noche, dándonos a Marauder y a mí la excusa perfecta para hacer sonar su celular cada 5 minutos xDD (el novio nos detestaba, pero yo me sigo riendo cada vez que me acuerdo). Mentía con un descaro impresionante, y pretendía que la apoyáramos en público (la apoyábamos, por supuesto, y luego nos burlábamos en privado). Todavía nos debe una botella de tequila. Chinese murió de cáncer hace algunos años. Al año siguiente, sus padres hicieron una fiesta por su cumpleaños. Los amigos nos reunimos, brindamos, reímos, nos burlamos unos de otros (y de ella). Fue una gran fiesta.

Ya lo dice el Sirius de Alfonso (que es también el Sirius de Gary), aquellos que amamos nunca nos dejan realmente.

Y en el espírtu de las cosas por las que vale la pena vivir, esto es algo que escribí hace mucho (y que crece de vez en cuando), saliendo de una noche muy negra:

 
 Lo que me queda sin ti
(saliendo de la noche oscura)

El viento en la cara,
la lluvia,
los abrazos de Anaís por las noches,
los abrazos de Anaís por las mañanas,
los besos con amor
-y quizá “enamorada”,-
las risas,
las tardes infinitas en “la sala”,
los momentos de iluminación,
los besos de Anaís por todos lados,
los proyectos a medio construir,
el olor de la lluvia en la tierra,
caminar descalza sobre el pasto,
la música
-siempre la música,-
también la biología
-cada vez más fascinante,-
América Latina y El Caribe,
el mar,
la terraformación de Marte,
viajar con la venta abierta,
caminar de noche…

El recuerdo de tus ojos a lo lejos
-y saber que fui realmente amada,-
Emiliano y Armando,
Karen y Jackie,
Coco y Danilo,
Ale y Andrea,
-y Ada y Sol y Lucía y Daniela...-
Mi madre, mi padre,
José, a su manera,
Anaís, por supuesto,
por sobre todos ellos
-saber que no estoy sola.-

El eterno resplandor
        de una mente sin recuerdos,
The Clash y U2,
Bowie y Bob Marley,
Zeppelin -en el camino-,
Cavafis,
Benedetti,
Los Merodeadores
        y el Ainulindalë.

Los martes de cine…
un pucho en la puerta…
bailar sola…
los cuentos y chinventos…
los brownies de sol veinte…

Me quedan tantas cosas,
aún,
sin ti,
que siento poco a poco
que las nubes se abren,
y este vacío inmenso
que hace poco me atrapaba,
se va haciendo más pequeño
en tamaño relativo
-y que tal vez mi universo
sea tan grande y brillante
que este agujero negro
pase desapercibido.-

No es lo mejor que haya escrito, pero es un poco más mantra que poesía de todos modos (y es que la verdad los bigotes de los gatitos no me emocionan u///u).

la ciudad flotante, de los viajes por el laberinto

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