Casanova

Apr 18, 2008 17:21


Emiliano no es fin ni principio, ni destino.
Emiliano es camino que voy andando.

Pues resulta que existe esta teoría de que Don Juan Tenorio era gay. Pero no cualquier gay. Gay reprimido y misógino de los graves. Que odiaba a las mujeres (porque quería ser una) y las seducía para hacerles daño. Que era frío y sistemático. Que le gustaba verlas romper sus principios, pero mucho más que eso, le gustaba verlas romperse.

La teoría salta entonces a la otra orilla, y cuenta que a Casanova, en cambio, las mujeres le fascinaban (y más de un hombre, sospecho... porque con esa inclinación por la seducción, convenciones como la orientación sexual tienen por fuerza que ser transgredidas). Que su fuerza seductora no tenía que ver con la técnica o la lógica. Que todas morían por él, porque él moría por todas. Que le creían hasta la última palabra, porque el fresco, encima, decía la verdad. Que se enamoraba, se desangraba y se perdía... por todas y cada una.

Me lo contó un amigo anoche.

Justo después de decirme "es que tú eres como Casanova".

xDDD.

***
- (...) Dicho lo cual y solo porque admito que una parte de mí cree que el pobre desgraciado te hace feliz, hay una cosa que necesitas saber. - Remus no podría escuchar con más atención. - Y es que Sirius Black no te toca.

(...)

- ¿Y eso exactamente por qué debería hacerme más feliz que desgraciado?

Entorna los ojos exageradamente, pero cuando habla Lily es demasiado dulce para su propio bien.

- Santo cielo, Remus, despierta. ¿En seis años de colegio cuántas veces me has visto tocar a ese idiota de James Potter?

Hace memoria. No recuerda ninguna.

- Irati, Marauder!Crack.

Está este chico, del que he hablado antes. El que me besa y luego no me habla. O me habla con esa voz que se me cuela en las venas, y luego no me besa. El que me intriga permanentemente. El que se acerca y no se acerca. El que nunca responde una pregunta directa. El que invade mi espacio personal, pero no me toca.

No me toca. Y hay algo en la forma en que no me toca que me lleva inevitablemente a la reflexión citada. Algo que me hace pensar, contra todos los dictados del buen juicio, que tal vez a este chico le está pasando conmigo (y a mí con él, obviamente) algo que ninguno de los dos esperaba.

(Es curioso. Tampoco yo lo toco. No es nada normal en mí, que me paso el día trepada en todo el mundo. Pero no lo toco. Me pica la mano por coger la suya, pero no lo toco. Cuando vamos juntos, caminamos en paralelo, mirando la calle. A veces, cruzamos miradas. Y, por dios, cómo quisiera tener el valor de tocarlo en esos momentos.)

Quiero llegar a la escena del baño. ¿Cuándo llegamos a la escena del baño? Quiero desarmarme contra la pared sin tener idea de cómo me sostengo. Quiero calor, y rabia, y dientes. Quiero desarmarlo.

la vida es fandom, de los viajes por el laberinto

Previous post Next post
Up