Deslurkeando (y con esperanzas de convertir la práctica en algo constante ^^)

Sep 05, 2007 21:01

Las cosas se van calmando en el trabajo, gracias a la nueva y flamante Asistente Contable-Administrativa, que debería ser fangirl para poder expresarle eterna devoción por la simplificación de mi vida como se la merece (oh yes, babe... nunca sabrás qué significa esto, pero te quiero casi tanto como Dean al Impala).

Todavía no tengo tiempo de conectarme a diario, pero ya tengo sábados (¡y domingos!), y este fin terminé la primera temporada de QaF, y me dio tiempo de escribir un drabble de SPN y todo xDD. (El drabble se los muestro mañana o pasado, que hay algo que le falta y no sé cómo ponerlo.)

Además de OMG sábados y domingos, la liberación parcial de mis ex-tareas administrativas (y comprenderás, oh fandom, que de administración entiendo bastante menos que de física cuántica) me está permitiendo meterme a ver cosas de las que efectivamente entiendo, como *yay* nuevos proyectos y *so exciting* un caso. Sigo tired as hell, pero Sammy está de lo más lindo conmigo, la china ya está en casa (y recuperándose)... and life is good ^^.

Y el sábado me voy de fiesta xDD.

Resulta que mi hermano, que siempre fue muy serio (y dijo que yo estaba loca), y estudió una carrera seria, y tuvo una novia en serio, y un día decidió que su vocación era el arte y no quería casarse nunca (y entonces yo lo quise más todavía, a pesar de que sigue pensando que estoy como una cabra), ahora hace teatro. Y si no llega a necesitar dinero para montar una obra, yo no me entero ni en la prensa (cosas de hermanos, ya ven). Pero necesita dinero... y entonces me llega un mail comunitario que dice "fiesta pro-fondos", y es de mi hermano, que está montando una obra de Adrianzén sobre la vida de Pier Paolo Pasolini que se llama "Demonios en la Piel" (y ese nombre se le ocurrió a una fangirl o yo me como el libreto).

Publicidad descarada (que si bien yo no saqué a mi hermano de una casa en llamas a los cuatro años, también lo quiero mucho):

Si me lee alguien de Lima (que lo dudo), la fiesta es este sábado 8, desde las 10 pm, en La Capilla (Boulevard de Barranco 181, a un par de locales de La Noche). Está costando 10 soles, pero con la entrada se pueden pagar 5 soles para ver la obra cuando la estrenen (octubre-noviembre, en el Teatro de la Muni de San Isidro, que queda en El Olivar). Parece que han conseguido una pantalla gigante y van a pasar escenas de pelis de Pasolini y todo (y en general, suena GENIAL).

Also... no sé si lo habrás leido, pero los padres de
truchita se casaron en un Impala (ya sé que no tiene nada que ver... pero ¿tú te lo hubieras callado?).

Te he extrañado, oh f-list. Y siento muchísimo no haber tenido tiempo de responder todos los comentarios de la última entrada (la del fic de las casas de Hogwarts), que fueron preciosísimos y me alegraron la semana, y me presentaron gente nueva y genial, y quisiera tanto haber respondido. Rilly. Pero a estas alturas, ya me da hasta vergüenza responder... y de todos modos, siempre será mejor actualizar ^^.

Finalmente, no quiero que esto suene a 'pago de impuestos por ausencia' ni a 'sólo actualizo cuando tengo que publicar'... pero traigo un vicio. Esta vez sin spoilers (cause you know I love you).

Gryffindor
Vicio #17 - Límite

Algunas leyendas cuentan que el fin del mundo está en el océano. Que el agua cae al vacío, y que cuatro tortugas sostienen la tierra. Otras dicen que es posible llegar andando. Una vez que hayas gastado tres pares de zapatos de hierro, hayas roto tres bastones de hierro, y tres sombreros de hierro se te hayan desfondado, dicen. Que en el fin del mundo, está la entrada al inframundo, el palacio de la Reina de las Nieves, la casa de Baba Yaga.

Todas están equivocadas.

*

- Black, Sirius.

Es alto para sus once años, y avanza ocupando demasiado espacio. Un Black es un Black en Hogwarts como en cualquier parte, pero la elegancia de su sangre adquiere un sesgo peligroso con esa energía que emana de cada movimiento. Incluso el viejo sombrero parece a la moda, cuando lo luce con esa pose de rebelde incurable.

Este chico va a traer problemas, piensa Minerva en cuanto lo ve.

- Grita 'Slytherin' y acabemos con esto,- susurra.

- Tienes la astucia, sin duda, -responde una voz en su cabeza.- Una mente brillante, sí... -los ojos grises vagan por el Gran Comedor, aburridos.- Tristemente, no es ella quien guía tus acciones.

Los ojos se congelan en un punto.

No.

- ¿No? ¿No qué? No he dicho nada aún.

Pero Sirius lo sabe. Lo supo siempre. Que había algo en él que no funcionaba, algo diferente.

- Es normal que tengas miedo de enfrentar...

- No tengo miedo,- susurra, con una mirada a sus primas en la mesa de Slytherin.

- ... a tu familia. Es larga la tradición de los Black en Slytherin, y la rivalidad entre casas es legendaria. Tu lugar es claro. Pero si...

- No tengo miedo,- repite. El maldito sombrero sí que sabe qué cuerda pulsar.

Siente la sonrisa sobre su cabeza.

- No esperaba menos de un... ¡GRYFFINDOR!

Hay aplausos sorprendidos en la mesa roja, y un silencio mortal en la verde.

*

El fin del mundo queda en Escocia.

*

- Lupin, Remus.

Avanza, delgado y aparentemente frágil. Sin atraer demasiada atención, incluso en éste, el momento en el que todas las miradas debieran posarse en él. Casi parece que lo hace adrede.

El Sombrero Seleccionador aparenta los mil años que tiene, y Remus se siente cómodo con él. A veces siente que tiene mil años también.

- Interesante...

Se encoge un poco en la silla. ¿Habrá conocido el sombrero a otras criaturas oscuras? ¿O es él la primera? ¿Es ahora cuando gritan su secreto y es expulsado de Hogwarts antes de la primera clase? (¿Y significaría eso que lo que tuvo anoche fue un sueño premonitorio?)

- ... tienes el potencial para pertenecer a cualquiera de las casas.- continúa el sombrero, como si nada.- Es una elección difícil.

¿Potencial?

- Ravenclaw... sí. Pero también Slytherin...

No...

- ¿No? Ya veo... los Ravenclaw son inquisitivos, y los Slytherin astutos. Te descubrirían. Astuto camino, buscar el lugar más conveniente para mantenerte a salvo.

Por favor...

- ¿Hufflepuff, dices? Sin duda un buen lugar para pasar desapercibido. No tienes miedo del trabajo duro. No buscas la gloria. -Remus respira, sólo un segundo.- No subestimes a tus compañeros, Remus Lupin. Puedes encontrar sorpresas bajo cualquier bandera.

- Lo siento,- susurra Remus, en un hilo de voz.

- Tienes miedo de estar aquí,- la voz es amable.- Pero aquí estás. Tu valor es tu fuerza motora. Sí... ése es tu lugar.

¿Mi...

- ¡GRYFFINDOR!

... valor?

Entre los aplausos de la mesa de Gryffindor, reconoce un par de ojos grises tan confundidos como los suyos. Y de pronto se siente menos solo.

*

Se llega en un gran tren rojo, que cruza Bretaña sobre rieles ocultos.

*

- Pettigrew, Peter.

Es un niño bajito, de cabello claro. Con las mejillas rosadas de los niños a los que su madre les ha repetido 250 veces que se abriguen durante el viaje. Avanza ansioso, y tiembla cuando el Sombrero Seleccionador le tapa los ojos, porque está en Hogwarts, y no termina de creérselo.

- Mmm... Sí... -dice el sombrero.

¿Hufflepuff? Piensa, algo decepcionado.

- ¡GRYFFINDOR! -grita el sombrero.- Ningún Hufflepuff se decepcionaría tan fácilmente, -murmura, mientras Minerva lo levanta.- Un poco más de confianza, muchacho.

Pero los ojos azules brillan enormes, y Peter no escucha una palabra. Camina hacia la mesa de Gryffindor con una sonrisa brillante. Y es que esto es demasiado bueno. No termina de creérselo.

*

Atravesando un lago en el que habita un calamar gigante.

*

- Potter, James.

Se acomoda las gafas y avanza confiado. Tanta gente nueva. Bromas nuevas, pasillos nuevos, nuevas oportunidades. Las historias que ha oído sobre Hogwarts son increíbles... y ahora le toca escribir la historia.

- ¡GRYFFINDOR! -grita el sombrero, casi sin tocar su cabeza. Nadie, excepto James, oye el mensaje susurrado.- Tienes el potencial para ser un héroe, Potter, si eliges el camino correcto. Que dios nos ampare si no lo haces.

Una sonrisa brillante se dibuja en el rostro de once años. Avanza hacia sus nuevos compañeros, escondiendo el brillo de los ojos tras las gafas.

Esto va a ser genial.

*

Las puertas de roble de Hogwarts marcan el fin del mundo. El límite entre lo que fuiste y lo que puedes ser, si te arriesgas. Afuera queda el padre Muggle que maltrata a tu madre porque no entiende la magia. La hermana que se aleja porque no eres 'normal'. La ideología impuesta por una familia demasiado preocupada por 'la reputación'. El odio por esa carga que no mereces. La protección del seno materno. La burbuja que no te deja probar tus propios límites.

Las puertas de roble de Hogwarts marcan el fin del mundo que llamamos 'real'. Al cruzarlas, se abre un mundo distinto, con reglas propias.

Un mundo para reinventarte, construirte, descubrirte.

Una semana para mi cumpleaños xDDD (no pretendo sugerir que me tengan que darme nada *silba y mira al cielo*).

30 vicios-hp, de los viajes por el laberinto

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