May 03, 2007 19:38
Hace unos días murió un poeta peruano muy reconocido, que además era amigo de mis padres (aunque yo sólo lo recuerdo de cuando era pequeña), José Watanabe.
A raíz de eso, llegaron correos en cadena y su poesía apareció en muchos medios (y es terrible que haga falta una muerte para llenar tres días de poesía). Este me fascinó. Y aquí lo traigo.
El guardián del hielo
Y coincidimos en el terral
el heladero con su carretilla averiada
y yo
que corría tras los pájaros huidos del fuego
de la zafra.
También coincidió el sol.
En esa situación cómo negarse a un favor llano:
el heladero me pidió cuidar su efímero hielo.
Oh cuidar lo fugaz bajo el sol...
El hielo empezó a derretirse
bajo mi sombra, tan desesperada
como inútil
Diluyéndose
dibujaba seres esbeltos y primordiales
que sólo un instante tenían firmeza
de cristal de cuarzo
y enseguida eran formas puras
como de montaña o planeta
que se devasta.
No se puede amar lo que tan rápido fuga.
Ama rápido, me dijo el sol.
Y así aprendí, en su ardiente y perverso reino,
a cumplir con la vida:
Yo soy el guardián del hielo.
de los viajes por el laberinto