Esta vez vengo con dos películas, porque... no podía decidirme. Simplemente no. Primero, Ponyo en el acantilado, Gake No Ue No Ponyo, una película de Hayao Miyazaki (El viaje de Chihiro).
Sosuke, un niño de cinco años se encuentra junto al mar un pez (que, realmente a mí no me pareció un pez, pero en el anime todo es posible), al que cuida y llama Ponyo. Su amistad crece, tanto que Ponyo desea convertirse en humana al igual que Sosuke.
Pues mas que nada, la película me pareció para el público infantil, pero me encantan las películas para niños, y ya no las hacen como antes, pero de Miyazaki no podía esperar menos. Los colores son hermosos, la historia es muy tierna, y las voces me encantaron, la vi en Japonés, por supuesto. Y pues más que nada, me encantan las criaturas del mar (aunque, debo aceptarlo, el mar me da muchísimo miedo), así que disfruté cada segundo de la película.
El Increíble castillo vagabundo, también de Miyazaki. Fue la primera película de él que tuve oportunidad de ver, y me fascinó. Y la verdad es que no me gusta ver películas dobladas, pero como la vi en clase, tuve que verla en español, y bueno, no está nada mal.
Sophie, una chica de dieciocho años que se dedica a vender sombreros es presa de un embrujo que le es imposible revelar, y al intentar deshacerse de él busca al mago Howl, quien vive en un castillo encantado, bastante peculiar, que tiene la habilidad de moverse. Allí, conoce a varios personajes interesantes, entre ellos, un demonio. Sophie vive grandes aventuras al lado de Howl y los habitantes del castillo.
Sin palabras, es una película bastante compleja para ser de animación, pero es Miyazaki. Es preciosa, no aburre para nada, demasiado original y la recomiendo completamente. En serio. Veánla. Es una orden.