Se quedaron un instante callados, apoyados el uno sobre el otro. Estaban tan sumamente agotados y adoloridos que ni siquiera se dieron cuenta de en qué momento cerraron los ojos, con la única intención de descansar unos instantes, ni de cómo en apenas un par de minutos y contra su voluntad, ambos se quedaban profundamente dormidos, hasta que dos horas más tarde, Jensen se despertaba completamente sobresaltado al encontrarse a menos de medio metro de distancia con un rostro camuflado en medio de una poblada barba y largos mechones de pelo cayendo por delante de unos ojos que los observaban con absoluta curiosidad.
- ¡Joder! - trató de incorporarse de golpe en un intento inútil de alejarse de ese rostro desconocido. Pero tuvo que desistir así como la zona abdominal le recordó que estaba hecho un asco. Sin embargo, el movimiento fue lo suficientemente brusco como para que Jared se despertase prácticamente al instante.
- ¿Qué cojones?..... ¡joder!
Sin cambiar la expresión de su cara, el desconocido se dirigió a ambos en un inglés que dejaba claro que no era su lengua materna, pero que al menos se dejaba entender bastante bien.
- Yo si fuera vosotros evitaría que cualquiera de los de ahí fuera os encontrase en una situación así… si no queréis tener en un futuro algún que otro problema.
Por la posición en la que se despertaron, era evidente que el rubio se había acabado recostando contra el pecho del castaño, quien de un modo totalmente inconsciente lo había acabado rodeando con el brazo, lo que sin duda alguna y dadas las circunstancias era una situación de lo más comprometida para ambos.
-¿Quién….. quién coño eres tú?
- ¡Vaya!..... tenéis un vocabulario de lo más fluido por lo que veo
El hombre se dio cuenta de la cara de desconcierto de ambos y decidió presentarse
- Me llamo Carlos….. Carlos Dacosta - les extendió la mano pero ambos chicos estaban todavía demasiado en shock como para poder hacer algo más que presentarse -…. A lo mejor todo es más fácil si me decís vuestros nombres
- Ehmm….. s… sí….. ehmm… Jensen
- Y yo soy…. Soy Jared
- Eso está mejor……. - se alejó un poco al darse cuenta de que los chicos se encontraban un poco intimidados, sentándose con las piernas cruzadas en frente de ambos- … Así que americanos… ¿Hace cuantos días que os capturaron?.... ¿Sabéis que día es hoy?.... Uno acaba perdiendo la cuenta - hizo ese comentario en voz alta, pero en realidad no era su intención.
Cómo para no acordarse pensaron ambos a la vez
- El dos de julio…. Hace quince días…
- Dos de julio…..
La voz y la expresión del hombre les hizo dudar durante un instante sobre si debían de hacerle la siguiente pregunta. Finalmente fue Jared quien se atrevió.
- ¿Cuánto….?..... ¿Hace cuánto que estás aquí?
Les contestó casi como un autómata, mientras su cerebro lo llevaba a un pasado que con toda seguridad había sido mejor.
- Un año….- ambos chicos sintieron como si la sangre dejase de circular por sus venas y a continuación los invadió una sensación de vértigo -…. Dentro de una semana llevaré aquí todo un maldito año.
- Un…. ¿un año?...... pero….. ¿cómo….?... ¿No han pedido un rescate?... - Jensen trataba de entender cómo era posible que hubiese pasado tanto tiempo.
- Créeme chico…. Un año no es nada en la vida de esta gente…. - se encogió de hombros -…. no tengo ni idea de cuál es vuestro caso…., pero nunca es fácil llegar a un acuerdo.
Por la cara de ambos, estaba claro que esa información los había hundido un poco más de lo que ya podían estar tras esos primeros quince días de cautiverio.
Carlos trató de recordar cómo se había sentido él un año atrás, durante el penoso viaje desde la región de Guariño. Inmediatamente se quedó viendo para los pies de los chicos.
- ¿Cómo tenéis los pies?
- ¿Los…. Pies? - Llevaban tantos días sufriendo aquellos malditos cólicos que sus pies destrozados habían pasado a ser un mal menor -…. N….. no lo sé… - respondió Jensen con sinceridad.
- ¿Os habéis podido descalzar durante el viaje?
Ambos negaron con la cabeza
- Mal hecho….. aunque me lo imaginaba…. - A continuación se fue hasta una esquina del galpón, volviendo al momento con un cubo de madera y una pastilla de jabón en la mano -…. los pies son una vía de entrada perfecta para cualquier infección…. - vio como ambos miraban casi ensimismados hacia la pastilla que tenía en su mano -… y creedme que una infección en medio del amazonas puede ser fatal,…. Por mínima que esta sea.
- No nos dieron muchas opciones - Jared sabía que era una tontería excusarse, porque realmente, qué más habrían querido ellos que poder cuidar ciertos aspectos durante el trayecto.
La barba de dos semanas combinada con el exceso de humedad era un auténtico suplicio. De acuerdo que una vez que terminaban de rodar, ambos…, aunque sobre todo Jensen, tenían la costumbre de dejarse crecer algo la barba y el pelo, en parte por dejadez, pero también para desconectar un poco de sus personajes.
Pero en esas dos semanas habían pasado a tener una barba con la que podrían competir con cualquier sin techo y no veían el momento de poder librarse de ella. Aunque por otro lado y siendo sinceros, dudaban mucho que nadie de la guerrilla se fuese a prestar a dejarles ninguna cuchilla, navaja o cualquier otro elemento cortante, y para muestra no tenían que más que ver el aspecto de ese hombre, que al parecer iba a ser su nuevo y a la vez forzado compañero de cautiverio.
- ¡Venga!.... quitaos ese calzado…… - empezó a mojar la pastilla de jabón en el cubo -… con mucho cuidado si no queréis despellejaros vivos.
En el caso de Jensen, las converse estaban tan destrozadas que de no ser por la advertencia de ese hombre, habría tratado de quitárselas de un tirón. Pero con lo que no contaba el rubio era que, a pesar de haber estado moviéndose por el río toda esa mañana, tenía tal cantidad de costras de llagas mal curadas pegadas a la tela, que así como tiró un poco notó como efectivamente la piel se le comenzaba a desgarrar.
Se mordió los labios con fuerza para evitar que de su boca se escapase el más mínimo quejido de dolor que pudiese preocupar a Jared, quien por su parte estaba librando su propia batalla personal con sus camperas, que a pesar de tener la piel y la suela comida por bastantes sitios, se habían adherido casi como una ventosa, ya no solo a la piel de los pies, sino a la de las pantorrillas, que por otro lado estaban inusualmente hinchadas por culpa del calor y de la mala circulación de sus piernas, por haber estado con ellas puestas durante tanto tiempo.
Viendo la situación, Carlos no tardó en intervenir, asistiendo primero a Jared.
- Lo siento chico, pero esto no va a ser agradable
- El no poder quitarse las botas tampoco lo es….. así que haz lo que tengas que hacer.
El hombre se humedeció las manos ligeramente y luego se las enjabonó con fuerza. Sin aclarárselas y con los dedos completamente resbaladizos se acercó a las piernas del castaño y tras pasarle la pastilla de jabón a la altura de donde finalizaban sus botas, una y otra vez y ayudándose de sus dedos, consiguió ir haciéndose hueco entre el calzado y la piel hasta tener espacio suficiente para encharcarle el interior de la bota con agua jabonosa.
Le llevó más de mediar hora quitarle ambas botas. Para entonces, Jared ya había decidido que era una tontería tratar de contener las lágrimas. Lo que había empezado siendo una sensación de quemazón al contacto del jabón con la piel, se había convertido en un sinfín de pinchazos profundos y continuos, como si lo estuviesen atravesando con agujas de calcetar.
- Esos pinchazos son por culpa de las llagas
- Por lo que más quieras….. - habló con la cabeza escondida entre sus brazos, mientras trataba de controlar la sensación de mareo que ese dolor le estaba provocando -…. acaba de una vez.
El panorama con el que se encontraron una vez conseguido su objetivo fue el de unos pies en los que era difícil distinguir dónde dedos, empeines y tobillos estaban tan hinchados, amoratados y enllagados que costaba saber dónde empezaba una parte y donde la siguiente.
- Sé que te duele a rayos…. Pero trata de moverlos, aunque sea un poco… tienes que reactivar cuanto antes la circulación en esos pies.
A continuación se acercó a Jensen, que había cesado en su intento por descalzarse así como Carlos había comenzado su maniobra con Jared y el rostro de este último, a pesar de lo quemado que estaba de tantos días a pleno sol, se tornaba completamente pálido.
- Ahora vamos contigo… - le levantó con cuidado la lengüeta de los tenis para ver el estado de la piel en sus empeines y a continuación le aflojó le quitó por completo los cordones tratar de abrir la horma al máximo. Pero al hacerlo notó nuevamente como la piel pegada oponía resistencia, así que finalmente tuvo que proceder de una forma parecida a como había hecho con el castaño.
Cuando por fin consiguió que los tenis se despegasen de la piel, la fotografía que tuvo delante fue la de unos pies completamente llenos de llagas y cortes, no tan hinchados como los del castaño, pero sí completamente llenos de tierra que amenazaba con infectar algunas de las heridas con los bordes más enrojecidos de lo normal, por lo que no le quedaron dudas de con quien tenía que empezar el lavado en profundidad y las posteriores curas.
Tratar de limpiar unos pies que están llenos de cortes, llagas y ampollas todavía sin reventar nunca es fácil, sobre todo cuando no dispones más que de una pastilla de jabón y un cubo de agua. Decir que durante algunos momentos Jensen deseó que el dolor fuese lo suficientemente intenso como para hacerle perder la consciencia, pero por desgracia para él, nunca llegaba a superar ese maldito umbral de dolor.
Una vez limpios ambos vieron como el hombre salía del barracón con el cubo y al poco tiempo regresaba con otro con el agua completamente renovada.
- Ventajas que te da el ser un “secuestrado veterano” - bromeó el hombre antes de ponerse a lavar los pies de Jared.
Cuando los pies de ambos estuvieron limpios y secos, éste se volvió a dirigir a la misma esquina de donde había traído la pastilla de jabón y el cubo, pero en esta ocasión con un bote que contenía una especie de gel de color rojizo, que sin más preámbulos empezó a extender con cuidado sobre cada zona de piel lesionada de Jensen.
- ¿Qué es eso?... - preguntó Jared con curiosidad mientras comprobaba como los gestos iniciales de dolor de Jensen iban desapareciendo.
- Es sangre de grado
- ¿Sangre de qué? - Claramente, la palabra “sangre” a Jensen no le había hecho demasiada gracia
- Sangre de grado… - hizo una mueca al darse cuenta de que esa combinación de palabras había creado una pequeña confusión -…. Es una resina de un árbol que se llama así y tiene muchas propiedades medicinales, como por ejemplo ser cicatrizante.
Tras esa sencilla explicación, el rubio pareció relajarse un poco y volvió a dejarse hacer. Cuando terminó con él repitió la misma operación con Jared, quien con su curiosidad habitual, no había dudado en preguntarle como sabía todas esas cosas.
Fue así como se enteró que Carlos había viajado a varios puntos de Colombia para trabajar con Médicos sin fronteras en un proyecto humanitario. El problema había surgido cuando alguien, probablemente infiltrado de algún modo en el proyecto, se había enterado de que Carlos además de médico pediatra era un ciudadano español de familia adinerada.
Durante el tiempo que había podido trabajar de voluntario había podido conocer un número importante de remedios curativos a base de plantas medicinales empleados por los habitantes de cada región, entre ellas la del amazonas. Y si bien cuando se fue a trabajar a la región de Guariño nunca pensó que estos remedios podrían hacerle falta en un futuro. En más de una ocasión le habían valido durante su cautiverio para tratarse algún que otro problema de salud.
- Algún día os explicaré para que vale cada planta y cómo localizarlas
- ¿Te dejan moverte con tanta libertad por aquí? - Jensen preguntó lleno de escepticismo.
- No…. siempre me tienen bien marcado…. - les explicó -…. Pero me dejan hacer esas salidas porque a ellos mismos les conviene que les prepare algunas cosas. Las medicinas de las grandes farmacéuticas son un bien escaso en plena selva…, pero los recursos de esta tierra son increíbles…. Y ahora quitaos esa ropa mugrienta.
- ¿Qué? - ambos se miraron totalmente desconcertados
- Esos pantalones y esas camisetas son un cúmulo de bacterias…., en otras circunstancias os diría que las tiraseis, pero creo que lo mejor es que os los lave a conciencia.
- Ehmmm…. Te lo agradecemos…. Carlos… - realmente se lo agradecían, al igual que las curas de los pies -… pero lo que llevamos puesto es todo lo que tenemos.
- Hacedme caso y dadme vuestra ropa…. mientras os laváis un poco…. - Se volvió a levantar y los miró a ambos encogiéndose de hombros -… ¿no me diréis que os da vergüenza veros desnudos, porque no me lo creo?
- P…. pero…. -trató de replicar el rubio
- Soy un hombre de recursos…… confiad en mi
Extendió las manos hacia ellos esperando que ambos empezasen a quitarse la ropa.
Sin tenerlas todas con ellos, se quitaron la ropa y se la entregaron, mientras él les pasaba algo parecido a un par de paños con los que poder asearse y secarse.
- Procurad que no mojaros los pies…. - sonó casi como una orden que da un padre a sus hijos -….luego os echaré un vistazo a esas muñecas
Se quedaron nuevamente solos, en la situación más extraña que en su vida se habrían imaginado, hasta tal punto que el verse desnudos en medio de ese galpón los hizo sentirse, por unos instantes, completamente cohibidos.
Sólo pensar que pudiese entrar alguno de esos soldados, empezando por el tal Carmona, les creaba una sensación de nerviosismo difícil de explicar, por lo que empezaron a lavarse tan rápido como el dolor generalizado de su cuerpo les permitía.
No era una ducha de agua caliente, ni un baño lleno de espuma, pero en esos momentos, poder quitarse parte de la porquería que llevaban encima a base, no de aguas pantanosas, sino de agua limpia y jabón era para ambos una sensación increíble.
- ¿Te imaginas poder hacer esto mismo con el pelo?
- No me hagas soñar, Jay….. porque ahora mismo si pudiese, directamente me afeitaría la cabeza
- Yo con afeitarme la barba ya me daba con un canto en los dientes
- Pues….. - Jensen hizo una mueca -…. Ese médico será capaz de conseguir muchas cosas…., pero mucho me temo viendo su pelo y su barba que sea capaz de conseguir unas maquinillas.
Jared se quedó un momento callado antes de decir continuar con un - “¡Año y medio!... lleva aquí año y medio!
- No lo pienses Jay….. nosotros no vamos a estar tanto tiempo….. antes… antes te juro que intento escapar.
Continuaron limpiándose la espalda el uno al otro hasta que el agua pasó a estar tan negra que ya era imposible limpiarse con ella.
Estaban secándose lo mejor que podían con esa especie de trapos cuando la puerta se abrió lentamente y tras el primer momento de tensión, vieron aparecer al medico cargado con una pila de cosas.
- Así me gusta….. rapidez ante todo…, en este sitio es importante.
No entendieron muy bien a que se estaba refiriendo y de hecho se olvidaron del comentario en el momento en el que éste les entregó unos pantalones cortos de deportes y un par de camisetas viejas. Pero… “¿qué más daba?”..., porque lo único importante es que se trataba de ropa limpia, así que no necesitaban nada más.
- ¿Cómo haces para conseguir estas cosas? - Jared estaba sorprendido de que le hubiese conseguido una camiseta que no le demasiado pequeña.
- A pesar de los hombres de la guerrilla…. - empezó a estrujar las hojas de una planta en un pequeño recipiente en el que empezó a rezumar un líquido amarillo claro - …. Con los que nunca es fácil tratar…, sus familias sí son agradecidas - Trató de explicarse, consciente de que podía parecer algo paradójico - No los justifico, ni mucho menos…., pero la mayor parte de esta gente nunca ha tenido la posibilidad de elegir otra forma de vida…, esta vida es la única que conocen….
- Ya… pero…. ¿eso qué tiene que ver con que tú puedas conseguir cosas como éstas? - Jensen se llevó los dedos a la camiseta de una forma totalmente inconsciente mientras le hacía esa pregunta
- En este año y medio he asistido unos cuantos partos…, alguno complicado - Sonrió al recordar sabe dios qué situación -… Sé como hacer bajar la fiebre cuando alguno de los niños tiene un absceso febril por culpa de la maldita malaria - siguió enumerando situaciones que le habían tocado vivir - He tenido que curar heridas de metralla, suturar heridas…. y un centenar de cosas más en todo este tiempo. Por eso no me hacen preguntas si necesito un par de camiseta, unas mantas o una pastilla de jabón…
Terminó de preparar lo que fuese que estaba preparando y vertió el contenido en dos pequeños vasos de aluminio que acto seguido entregó a la pareja.
- ¿Qué es?... - al parecer esa pregunta se había convertido ese día en la frase favorita de Jared.
- Algo para los cólicos
- ¿Cómo sabes que….? - el médico se empezó a reír viendo como los ojos verdes del tal Jensen se hacían enormes mientras que en su rostro se formaba una vez más, una expresión de desconcierto total.
- No hacéis más que llevaros inconscientemente la mano al estómago…, y por experiencia sé lo jodido que puede llegar a ser estar todo el día con la ropa empapada…. - hizo una pausa mientras en su cabeza se agolpaban todas las posibles causas que podían provocar este tipo de cólicos y prefirió pensar que las razones tenían que ser esas y no otras -…. así que beberos esto de una vez y en nada podréis descansar.
“Descansar”…, esa palabra sonaba jodidamente bien. De hecho, el tiempo que se habían quedado dormidos apenas les había servido para descansar algo y no veían el momento de poder desconectar de la realidad el tiempo suficiente como para poder volver a ser un cuarto de persona.
Se tomaron ese brebaje de sabor amargo y a continuación dejaron que Carlos les aplicase la misma resina que había usado para los pies, en las zonas quemadas de sus muñecas, mientras les seguían contando algunos detalles más de cómo era el día a día de su cautiverio, aunque sin entrar en demasiados detalles, ya que era consciente del estado en el que se encontraban ambos chicos y que por tanto no era conveniente bloquearlos con excesiva información.
Mientras tanto, a medida que eso último que se habían tomado les iba haciendo efecto, hasta el punto de mitigarles el dolor hasta sentirlo como algo prácticamente residual, el cansancio iba haciendo cada vez más mella en ambos, hasta el punto de costarles mantener medianamente abiertos los párpados.
- Aquella zona de allí….- les señaló hacia una especie de catre en el que el colchón estaba construido a base de hojas y juncos -… es mi cama…. - esperó a ver la reacción de ambos -… no es una King size del Hilton, pero aísla de la dureza y la humedad del suelo…. Hoy es toda vuestra.
- Ehmmm….n…..no creo que…. - el rubio no pudo evitar que se le formase un nudo en la garganta -…..ya has hecho bastante por nosotros hoy….. no me parece justo que…
- Déjate de tonterías tío,….. - les guiñó un ojo -…. Encima que por fin tengo a alguien para qué me cuente cómo están las cosas por ahí fuera - ambos perfilaron una ligera pero cansada sonrisa -…. En serio… cuando estéis algo mejor para caminar y os consiga algo de calzado, me ayudaréis a hacerme una cama nueva.
- De verdad…. muchas gracias por todo… - puntualizó Jared -…. De no ser por ti no habría sido capaz ni de quitarme las botas.
- ¡Va!.... - quiso quitarle importancia a esos detalles -…. Ya sabéis…. Hoy por ti y mañana por mi…. - le alargó el brazo primero a Jared y después a Jensen para ayudarlos a levantarse, no sin antes insistir en un pequeño detalle -…. Procurad no apoyar demasiado las plantas de los pies por el momento.
Llegaron al catre apoyados prácticamente sobre sus talones, que no estaban especialmente bien, pero al menos no estaban enllagados y se dejaron caer con cuidado en la cama, que de acuerdo que no era una King Size, pero para tratarse una invención casera resultaba ser bastante amplia.
Intentad dormir….. - hacía bastante calor por lo que no consideró necesario dejarles nada para que se tapasen - …..en unas horas os traeré algo de caldo….Mientras, tengo una pequeña huerta que recoger.
Se acurrucaron en su nueva y pintoresca cama, tratando de buscar una postura en la que pudiesen notar sus cuerpos pero siguiendo las recomendaciones de español en cuanto a cuidar el contacto físico. Sin embargo, si algo necesitaban ambos en ese momento era sentir el calor del uno contra el otro, o algo tan tonto como poder abrazarse.
Permanecieron unos instantes quietos y totalmente en silencio hasta que esa necesidad los pudo.
- Jay…
- Qué
- Que me da igual lo que alguno de esos hijos de puta nos puedan ver, pero necesito abrazarte…, joder!
- Y yo me muero porque lo hagas…… - sintió los brazos del rubio rodeándolo con fuerza, mientras que con las manos le acariciaba suavemente el pecho -…. ¡Dios…. cómo he echado de menos esto!
Podía parecer una tontería, pero llevaban quince días sin poder hacer algo tan básico como darse un abrazo…, quince malditos días en los que su contacto físico se había limitado a algunos furtivos roces y caricias y si algo necesitaban ambos en ese momento era sentirse cerca, de un modo totalmente intenso. Como si cada uno necesitara asegurarse de que el otro estaba realmente allí con él.
Jared se giró despacio para poder robar de los labios de Jensen un beso, al que el rubio respondió lentamente, buscando saborearlo al máximo y siendo totalmente consciente de las pocas ocasiones que tendrían para poder estar como en ese momento.
Cuando finalmente sus bocas se separaron, Jensen recorrió con la mano la mejilla del castaño.
- Gracias por ayudarme a llegar hasta aquí
- ¿Qué…?.... ¿Cómo no te iba a ayudar?..... a veces se te ocurre cada cosa - iba a replicarle que era un idiota por pensar en algún momento que no iba a intentar por todos los medios que esos hijos de puta lo llevaran arrastrándolo, pero la siguiente frase de Jensen lo hizo cesar en la idea.
- Te quiero mucho…. - se detuvo al llegar con los dedos a uno de los hoyuelos -…. Lo sabes…. ¿verdad?
- Claro que los sé…. - le devolvió la caricia -…. ¿cómo no me ibas a querer si soy irresistible?.... - luego se puso algo más serio -….yo también a ti…. y doy por hecho que también lo sabes.
Si esperaba obtener alguna respuesta, dicha esperanza se frustró por completo desde el momento en que el preparado del médico terminó de hacerles el efecto esperado y ambos se quedaron una vez más completamente dormidos.