Baby Bang 2011: Drenched in fear - Capítulo 5-1

Sep 30, 2011 18:53










Si el camino recorrido a través de la montaña les había resultado duro, el adentrarse en la selva amazónica colombiana se había convertido para ellos en una auténtica tortura. Tras una semana entera soportando los cambios de temperatura extremos en su trayecto por la Serranía Occidental, habían comenzado su descenso hacia la región del Caquetá, hasta adentrarse en plena selva amazónica, donde los 30 grados de temperatura serían perfectos, si a estos no los acompañase una humedad de casi el 100% que les hacía insoportable una vez más respirar con normalidad.

A ese detalle se sumaba el hecho de que, con el fin de no dejar ni rastro, gran parte del trayecto realizado en los últimos 5 días lo habían hecho por zonas pantanosas y ríos poco profundos, donde lo mejor que te podía pasar era que los mosquitos te comiesen vivo, tal y como les estaba ocurriendo a ambos.

Caminaban sin parar, siguiendo las mismas pautas de la semana anterior, pero con la principal diferencia de que aprovechaban casi hasta el último momento para moverse a través del río, hasta que una vez más, la oscuridad amenazaba con echárseles encima.

Desde luego, si habían tenido la esperanza de que alguien del grupo se preocupase lo más mínimo por el hecho de que su ropa permaneciese empapada durante horas tras salir del agua, ésta se había disipado al segundo día, cuando asumieron que lo máximo a lo que podían aspirar era que la ropa no tardase demasiado en secarse les encima, o que al menos no les impidiese descansar esas apenas cinco horas de las que disponían en todo el día.

A partir del tercer día por la selva, ambos habían empezado a sufrir los primeros calambres abdominales, provocados fundamentalmente por el contacto de la ropa mojada, durante prácticamente todo el día, contra el estómago. Claro que a esa situación, tampoco ayudaba que la base de su alimentación durante todos esos días fuese comida enlatada y agua hervida de dudosa potabilidad. Pero en esos momentos, se trataba de alimentarse con lo que tenían o directamente desfallecer de hambre y aunque la primera opción no era ni mucho menos buena, de ambas opciones era la menos descartabl.

El problema era que lo que en el tercer día habían empezado siendo algunos calambres esporádicos, el quinto habían pasado a ser fuertes cólicos que por momentos los dejaban completamente doblados, mientras trataban de controlar tanto el dolor irradiando de su estómago, como la corriente de calambres que se extendía desde éste hacia sus piernas y su espalda. Un dolor que, además, era totalmente indiferente al resto , que únicamente se dirigían a ellos para darles una orden que, tras casi dos semanas de cautiverio, entendían perfectamente.

-  ¡SIN PARAD, GRINGOS….CAMINAD!

Y tras esa orden a la que por desgracia no se podían negar, ambos trataban de recomponerse como malamente podían hasta que llegado un momento de esa tarde, Jensen notó como se le doblaban las rodillas y como no podía hacer nada para evitar caerse al suelo ante la mirada asustada de Jared, quien a pesar de sus propias limitaciones intentó a toda costa que el rubio se levantase.

-  Vamos Jen,…. arriba…..no les des el gusto de verte así

-  No puedo más….. - por el esfuerzo al hablar era evidente que se encontraba al límite de sus fuerzas, si es que no lo había sobrepasado ya -…. te juro que no puedo seguir, Jay.

Jared vio como Mayra se aproximaba hacia ellos con paso ágil para hablarles en voz baja

-  Gringos… no… no os podéis parar…. ahora no

Jared se dirigió a la chica con una mirada llena de incredulidad

-  No…. no puede mantenerse en pie,… ¡joder!.... ¿Acaso es tan difícil de ver?

La chica vio como el rubio se doblaba sobre su estómago y por su boca salió algo parecido a un reproche antes de dar un grito a los que iban más adelantados

-  ¡Pabloooooo!.... Uno de los gringos está “regular, tres cuartos” y el otro más o menos le va a la par.

-  ¡No jodas, Mayra!….. ahora no nos vamos a detener….. - Se paró en dirección a ellos pero en esta ocasión ni siquiera se molestó en acercarse para ver su estado - … Encárgate de que alguien lo ate y que tire de él.

Por el tono de voz de Ayala, Jared comprendió rápidamente lo que iba a ocurrir y por nada del mundo iba a permitirlo, así que…, a pesar de que él mismo apenas podía con el dolor, sacó fuerzas para gritar un contundente - ¡No!..... Por favor…. dejad que yo me encargue….. por favor - Ese último por favor fue casi una súplica dirigida a Mayra.

-  Yo…. yo me encargo de que camine…. - volvió a mirar a la chica para que intercediera por él -…. Si me desatáis las muñecas… yo me encargo….. Por favor, Mayra…… ¿a dónde podríamos ir?..... díselo a tu hermano,……. por favor.

Con gesto escéptico acompañado de un chasqueo de dientes, Mayra se adelantó hasta donde estaba su hermano.

Jared no podía dejar de alternar su mirada hacia donde Ayala y su hermana conversaban haciendo todo tipo de aspavientos y hacia Jensen, que parecía estar intentando levantarse por su cuenta, aunque sin éxito.

Instantes después la chica volvía con una expresión totalmente neutra en la cara y tras acercarse a Jared, ella misma se encargó de quitarle las cuerdas con las que lo tenían maniatado.

-  No hagan tonterías gringos…. Y por el bien de ambos…, mejor que no nos vuelvan a retrasar.

Jared tuvo que ahogar un grito de dolor al tratar de mover las muñecas, en un intento porque la circulación volviese a fluir con normalidad a través de ellas.

-  Gracias…… de verdad Mayra…. muchas gracias

-  Déjense de gracias y limítense a caminar

Sin perder más tiempo, Jared pasó uno de sus brazos, todavía entumecido a causa de tantos días si poder utilizar todas sus músculos con normalidad, por debajo de la espalda y axila de Jensen y luego tiró con fuerza de él hacia arriba.

A continuación y sabiendo lo mucho que le molestaba al rubio que lo retasen se dirigió a él casi en un tono desafiante.

-  ¿Vas a darles el gusto de que alguno de estos hijos de puta te arrastre Jen?....  Porque si a ti no te importa… créeme que yo no estoy por la labor.

-  ¿Vas a…. vas a cargar conmigo, Jay?

-  ¿Estás poniendo en duda que pueda?

Jensen trató de sonreír, pero la sonrisa resultó de lo más escéptica

-   ¿Te…. te cabrearía mucho si te dijese que sí?…. porque yo no soy el único que está hecho una mierda

Jared hizo un último esfuerzo para conseguir levantarlo del todo y poder agarrarlo con mayor firmeza.

-  Pues….. - a su vez tuvo que agarrarse el estómago, para poder controlar esa sensación intensa de dolor que se resistía a desparecer -….. siento desilusionarte…., pero te voy a demostrar que te equivocas por completo.

Jensen le habría replicado y se habría dejado caer de nuevo en el suelo si no fuese porque así como Jared empezó a caminar, ambos oyeron a sus espaldas la más que repulsiva voz de Carmona, dirigiéndose a ellos.

-  Mira la princesita gringa que ya ni puede con sus pelotas…. - dejó salir una carcajada antes de continuar - … ¡Oye gringo!,…. si no puedes con él, déjame a la princesa de mi mano que yo le puedo dar la cuerda que necesita.

Y aunque una vez más no tenían ni idea de lo que les había dicho…, la simple forma en la que éste se había dirigido a ellos, fue suficiente para que el rubio emplease las pocas fuerzas que había conseguido recuperar minutos antes y que tras un casi imperceptible… - Maldito hijo de puta….. te vas a quedar con las ganas -… empezase a caminar, aunque eso sí…, cargando casi todo su peso sobre el cuerpo del castaño.

Aún tuvo que pasar casi una hora más para que finalmente y tras dos semanas completas sin ver ni una sola casa, el grupo llegaba a una especie de poblacho perdido en medio de ninguna parte, en el que apenas se podía contar una docena de casuchas de adobe, y que de no ser por el grupo de personas que había salido a recibirlos, habría podido pasar perfectamente por un pueblo fantasma. Pero tras dos semanas completas moviéndose en medio de la nada, esas casas de aspecto tan pobre, pasaban a tener un valor incalculable.

En ese momento ni siquiera pensaban en qué condiciones los tendrían como prisioneros, ni tampoco cuánto tiempo permanecerían allí. Lo único importante para ellos en ese momento era saber que mientras estuviesen en ese pueblo se librarían de las dolorosas y agotadoras caminatas y que podrían descansar al menos bajo el amparo de un techo y unas paredes que los aislarían de esa maldita climatología a la que parecía que jamás se iban acostumbrar.

Antes de que un par de hombres de la guerrilla se hicieran cargo de ellos y los llevasen, bajo la atenta mirada de algunas mujeres y la mirada curiosa de unos niños, a lo que en las sucesivas semanas se convertiría en su celda y a su vez en su lugar de cobijo, Jared no pudo evitar que le llamase la atención ver como precisamente esas mujeres y niños se acercaban presurosos a abrazar y besar a algunos de los recién llegados, preguntándose cómo era posible que esa gente aceptase vivir en un sitio tan recóndito y precario como aquel.

-  ¡Montoya…., Morales!.... - Ayala se digirió a ambos hombres mientras cargaba en brazos a Pedro, su hijo pequeño de apenas 3 años -… llevad a los gringos al segundo barracón.

-  ¿Dónde el español, mi teniente? - respondió el tal Montoya

-  Pues a no ser que hayan pagado su rescate y yo no me haya enterado, con ese mismo….. ¿con quién va a ser si no, huevones?.... Ya tardan….. muévanse.

Mientras Jared era prácticamente empujado por Montoya a la orden constante de “Camina gringo”, Jensen por su parte era medio arrastrado por Morales, lo cual si no fuese por las circunstancias en las que el rubio se encontraba, no dejaría de ser curioso teniendo en cuenta que éste le sacaba  al primero más de una cabeza y como mínimo unos diez kilos más de peso.

Los condujeron hasta el interior de una especie de barraca de adobe y madera de caucho, con una densa cubierta a base de hojas de plantas y árboles diversos y una vez allí los dejaron, literalmente caer al suelo. A continuación y sin tan siquiera molestarse en volver a atar al castaño, ambos hombres salieron hablando entre ellos por la puerta.

Jared se incorporó de inmediato y se fue en dirección a Jensen, al que habían dejado tirado tan sólo un par de metros atrás.

Al verlo doblado sobre si mismo y con los ojos cerrados por un momento pensó que había pedido el conocimiento, sin embargo el rubio abrió los ojos así como sintió que el castaño comenzaba a desatarle las manos.

-  Hey….. - fue lo único que atinó a decir el rubio en un principio, por lo que Jared tuvo dudas de si realmente era consciente de dónde estaban.

-  Hey…. - le sonrió como cada vez que, tras despertarse primero, permanecía en cama en silencio y viéndolo dormir hasta que finalmente Jensen decidía despertarse -…  Parece que una vez aquí no tienen mucho miedo a que nos podamos escapar.

-  Como…, como si antes pudiésemos hacerlo - a pesar de la debilidad de su voz, a causa del extremo cansancio, Jared pudo entrever una pizca de ironía en ese comentario.

-  Ayúdame a incorporarte y vamos hasta allí… - señaló la pared opuesta a la puerta antes de proseguir con un -…. ¿a la de tres?

El rubio asintió con la cabeza y tras el esfuerzo inicial y a pesar del incesante dolor ambos consiguieron alcanzar su objetivo.

Jared lo ayudó a sentarse con cuidado e inmediatamente llegó la pregunta de rigor - ¿Cómo estás, Jen?

-  ¿Yo?..., como si estos cabronazos hubiesen utilizado mi estómago como saco de boxeo…

Teniendo en cuenta que Jensen era bastante dado a mentir en relación a cuando por alguna cosa u otra se encontraba mal, el hecho de que contestase con tanta sinceridad era la evidencia más clara de que se encontraba hecho una auténtica piltrafa humana.

-  …. Pero no te preocupes….. - apretó los labios en un claro signo de dolor - ya sabes lo que dicen de la mala hierba…. - trató de sonreír para no preocuparlo más -… ¿y tú…?

-  Algo mejor que tú…. - se llevó la mano al estómago con un gesto completamente instintivo -… aunque creo que mi estómago se está devorando a si mismo, porque si no, no puedo entender por qué me duele tanto.

-  ¿Crees..., crees que nos quedaremos aquí? - La pregunta de Jensen casi sonaba a súplica por ser así.

-  No…. no lo sé…., pero la familia de Ayala vive aquí….., así que tal vez

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