Tabla Festiva // POTC Original :: Lado A :: \\06.-Fascinación//
Autor:
mizuhi_chan
Fandom: Pirates of the Caribbean
Claim: William James III Turner & Rebecca Sparrow
Tabla: Festiva (Lado A)
Tema: #06.- Fascinación
Título: "Miradas"
Resumen: "Era el pensamiento mas extraño, absurdo e ironico que se pudiera formular..."
Advertencia: Ninguna.
Disclaimer: Derechos Reservados a Disney.
Nota: Esta historia es continuación de " Mounstro" de vejibra.
Jack Sparrow no esperaba que Elizabeth lo recibiera con los brazos abiertos después de su última visita, tampoco esperaba que él la recibiera en sus brazos abiertos apenas empezará a entrar a la casa. Tampoco esperaba que esa misma tarde, minutos después de que la peligrosa damisela, cayera en sus brazos, salvándose así de una peligrosa situación, como ya era costumbre; él, Jack Sparrow, tuviera que lidiar con la extraña realidad que por mas de siete meses había intentado evadir.
Era... padre, o al menos el pensamiento le cruzó un leve instante; porque era el pensamiento más extraño, absurdo e irónico que se pudiera formular, pero era verdad; era padre de una creatura pequeñita y frágil, fruto de la inmensa curiosidad que Lizzie y él se demostraban en cada visita que le ofrecía a su rey.
Y aun así, permaneció incapaz de moverse de su lugar, observando desde la puerta como el pequeño James miraba al “duende” (como él mismo lo había llamado) con infinita admiración.
-“¿Jack?”- se sobresaltó unos segundos, cuando la suave voz femenina llegó hasta sus oídos; deleitado por el tono con que Elizabeth pronunciaba su nombre. Aunque no sabía muy bien como reaccionar, pues siendo honestos tenía miedo a que ella le pidiera lo que seguramente le pediría, y estaba seguro que si la miraba directamente a los ojos, no se resistiría a cumplir uno de sus caprichos.
Pero ella repitió su llamado con voz más anhelante y no pudo evitar alzar la mirada, encontrándose con sus hermosos ojos castaños, brillando por alguna extraña razón, pese al cansancio que una mujer debería sentir tras haber dado a luz de nuevo.
-“acércate”- pidió con voz cansada Elizabeth, demostrado así que estaba luchando contra que sueño que quería apoderarse de ella.
Jack reaccionó en ese instante y su mente divagó en cuantas veces en su vida se había sentido tan nervioso como en ese momento, y se dio cuenta, que nunca antes se había sentido así. Ni siquiera lo noche que había nacido James, y es que, incluso en aquella ocasión parte de él, rehusaba acercarse al bebé, sabiendo que este era la mayor barrera ente su mas grande deseo y él. Sin embargo, la situación actual, no era la misma, pues pensar en la pequeña posibilidad de ver a un ser creado junto con Lizzie, sentía, como nunca antes, un miedo terrible, algo que ni siquiera cuando el Kraken lo devoró había sentido.
Sea como sea, sus pasos lentos, lo habían situado, inesperadamente, junto a la joven, quien expectante lo miraba sonriendo, en espera de algún comentario de su parte.
-“es demasiado chiquito… esperemos que no sea eun…”- aquella broma cruzó por su cabeza, porque recordaba perfectamente la mirada furiosa de Elizabeth, ante el ridículo comentario que estuvo a punto de completar en aquella noche, pero las cosas eran así, antes, bromas, insultos, algún coqueteo ocasional… Antes era más sencillo.
Antes…
Y era esa palabra que por un momento, trajo a Jack un leve pensamiento, regresando a la cubierta del Perla, donde, mitad serio y mitad en broma, le propuso matrimonio a Elizabeth, claro, ella había sugerido la idea primero; sin embargo, hubo un instante que tuvo la falsa esperanza de que si le hubiera prestado atención, solo tal vez, tal vez… sería un poco mas cómodo llevar al entendimiento de muchos el porque se encontraba con este dilema; aunque en general no dejaba de pensar, que debería haber sido lo suficientemente cuidadoso en ciertos aspectos para evitar ese dilema; claro esta que cuando un hombre se encuentra en la tierra de difusa entre el placer, vagamente se piensan en consecuencias como... la del pequeño bultito en los brazos de Elizabeth.
Sin embargo al, acercarse un poco más y cuando Jamie se retiró lo suficiente de su vista, pudo... admirar con mayor detalle a la pequeña niña en los brazos de su madre; viendo, atentamente, detalle a detalle, sus mejillas sonrojadas, sus bracitos regordetes, sus rosáceos labios que chupaban con avidez su manita; un bebé con cabello oscuro rizado coronando su blanda cabecita, no fue hasta que la niñita abrió sus ojos que por unos segundos contuvo, inesperadamente, el aire. Se inclinó un poco para verla mejor, mientras aquellos ojos oscuros, que no negaban que era suya pues eran sus ojos, buscaban algo familiar. En ese momento, Jack, sintió con furia latir su corazón, similar a como lo sintió en el instante que vio por primera vez a William James, pero el sentimiento era... distinto; pues aun sabiendo que los recién nacidos no ven completamente, la mirada oscura de aquella nena, se encontró con la suya, y se vio sumergido en una sensación inexplicable, mientras aturdido como si estuviera bajo un hechizo, posó sus dedos en la mejilla suave de la bebé, quién se agitó ante su contacto, moviendo su manecita para atrapar su dedo en ella. En ese instante, mientras su mente conectaba los cabos sueltos, sintióuna extraña fascinación, pues jamás se pensaría que alguien como él, pudiera, de alguna forma, traer al mundo a una persona tan frágil y fuerte; porque Jack Sparrow, estaba seguro de que esa niña era suya e incluso en aquella mirada inocente, llevaba lo que él podría llamar, una curiosidad natural.
mizuhi_chan
Fandom: Pirates of the Caribbean
Claim: William James III Turner & Rebecca Sparrow
Tabla: Festiva (Lado A)
Tema: #06.- Fascinación
Título: "Miradas"
Resumen: "Era el pensamiento mas extraño, absurdo e ironico que se pudiera formular..."
Advertencia: Ninguna.
Disclaimer: Derechos Reservados a Disney.
Nota: Esta historia es continuación de " Mounstro" de vejibra.
Jack Sparrow no esperaba que Elizabeth lo recibiera con los brazos abiertos después de su última visita, tampoco esperaba que él la recibiera en sus brazos abiertos apenas empezará a entrar a la casa. Tampoco esperaba que esa misma tarde, minutos después de que la peligrosa damisela, cayera en sus brazos, salvándose así de una peligrosa situación, como ya era costumbre; él, Jack Sparrow, tuviera que lidiar con la extraña realidad que por mas de siete meses había intentado evadir.
Era... padre, o al menos el pensamiento le cruzó un leve instante; porque era el pensamiento más extraño, absurdo e irónico que se pudiera formular, pero era verdad; era padre de una creatura pequeñita y frágil, fruto de la inmensa curiosidad que Lizzie y él se demostraban en cada visita que le ofrecía a su rey.
Y aun así, permaneció incapaz de moverse de su lugar, observando desde la puerta como el pequeño James miraba al “duende” (como él mismo lo había llamado) con infinita admiración.
-“¿Jack?”- se sobresaltó unos segundos, cuando la suave voz femenina llegó hasta sus oídos; deleitado por el tono con que Elizabeth pronunciaba su nombre. Aunque no sabía muy bien como reaccionar, pues siendo honestos tenía miedo a que ella le pidiera lo que seguramente le pediría, y estaba seguro que si la miraba directamente a los ojos, no se resistiría a cumplir uno de sus caprichos.
Pero ella repitió su llamado con voz más anhelante y no pudo evitar alzar la mirada, encontrándose con sus hermosos ojos castaños, brillando por alguna extraña razón, pese al cansancio que una mujer debería sentir tras haber dado a luz de nuevo.
-“acércate”- pidió con voz cansada Elizabeth, demostrado así que estaba luchando contra que sueño que quería apoderarse de ella.
Jack reaccionó en ese instante y su mente divagó en cuantas veces en su vida se había sentido tan nervioso como en ese momento, y se dio cuenta, que nunca antes se había sentido así. Ni siquiera lo noche que había nacido James, y es que, incluso en aquella ocasión parte de él, rehusaba acercarse al bebé, sabiendo que este era la mayor barrera ente su mas grande deseo y él. Sin embargo, la situación actual, no era la misma, pues pensar en la pequeña posibilidad de ver a un ser creado junto con Lizzie, sentía, como nunca antes, un miedo terrible, algo que ni siquiera cuando el Kraken lo devoró había sentido.
Sea como sea, sus pasos lentos, lo habían situado, inesperadamente, junto a la joven, quien expectante lo miraba sonriendo, en espera de algún comentario de su parte.
-“es demasiado chiquito… esperemos que no sea eun…”- aquella broma cruzó por su cabeza, porque recordaba perfectamente la mirada furiosa de Elizabeth, ante el ridículo comentario que estuvo a punto de completar en aquella noche, pero las cosas eran así, antes, bromas, insultos, algún coqueteo ocasional… Antes era más sencillo.
Antes…
Y era esa palabra que por un momento, trajo a Jack un leve pensamiento, regresando a la cubierta del Perla, donde, mitad serio y mitad en broma, le propuso matrimonio a Elizabeth, claro, ella había sugerido la idea primero; sin embargo, hubo un instante que tuvo la falsa esperanza de que si le hubiera prestado atención, solo tal vez, tal vez… sería un poco mas cómodo llevar al entendimiento de muchos el porque se encontraba con este dilema; aunque en general no dejaba de pensar, que debería haber sido lo suficientemente cuidadoso en ciertos aspectos para evitar ese dilema; claro esta que cuando un hombre se encuentra en la tierra de difusa entre el placer, vagamente se piensan en consecuencias como... la del pequeño bultito en los brazos de Elizabeth.
Sin embargo al, acercarse un poco más y cuando Jamie se retiró lo suficiente de su vista, pudo... admirar con mayor detalle a la pequeña niña en los brazos de su madre; viendo, atentamente, detalle a detalle, sus mejillas sonrojadas, sus bracitos regordetes, sus rosáceos labios que chupaban con avidez su manita; un bebé con cabello oscuro rizado coronando su blanda cabecita, no fue hasta que la niñita abrió sus ojos que por unos segundos contuvo, inesperadamente, el aire. Se inclinó un poco para verla mejor, mientras aquellos ojos oscuros, que no negaban que era suya pues eran sus ojos, buscaban algo familiar. En ese momento, Jack, sintió con furia latir su corazón, similar a como lo sintió en el instante que vio por primera vez a William James, pero el sentimiento era... distinto; pues aun sabiendo que los recién nacidos no ven completamente, la mirada oscura de aquella nena, se encontró con la suya, y se vio sumergido en una sensación inexplicable, mientras aturdido como si estuviera bajo un hechizo, posó sus dedos en la mejilla suave de la bebé, quién se agitó ante su contacto, moviendo su manecita para atrapar su dedo en ella. En ese instante, mientras su mente conectaba los cabos sueltos, sintióuna extraña fascinación, pues jamás se pensaría que alguien como él, pudiera, de alguna forma, traer al mundo a una persona tan frágil y fuerte; porque Jack Sparrow, estaba seguro de que esa niña era suya e incluso en aquella mirada inocente, llevaba lo que él podría llamar, una curiosidad natural.