¡Hola! *Misu limpiando su LJ* tengo este sitio bien abandonado, no volvera a pasar solo me ausente... ¡Cuatro meses! Bien, bien... debo hacer tantas cosas ahora ya que estoy en la uni... resumiendo lo que hice en lista:
1- Entrar en la uni u.u
2- Estudiar como loca (Aunque mi madre revocaria esta)
3- Conocer dos personas muy importantes para mi *-* esas personas saben quienes son, y si llegan a leer esto, sepan que les quiero mucho ^^
4- Por las dos personas importantes que dije antes, volvi a una de mis obesiones yaoisticas de cuando tenia 12 años, el ZADR, con que conozcan Invasor Zim es suficiente, sino buscad en el google vagos XD
5- Descubri que de esta caricatura, Dib es mi personaje favorito LOL xD (aunque los demas me gustan, pero Dib es mas como yo ^^)
6- Como ya me obsesione al ZADR de nuevo, estoy empezando a escribir de ellos (Los 30 vicios Alan/Alex que me faltan... pues no puedo encontrar el archivo original, ni la carpeta donde tenia las hojas... asi que me queda darme de baja por ahora... ya vere cuando lo hago)
7- Dejare un trozo de ZADR para aquellos interesados y mas porque escribi mi primera violacion con ellos ^^ (espero cualquier cosa, ya sean criticas o flames gracias ^^)
Y antes de que siquiera pudiera darse cuenta, el ex-invasor lo había empujado hacia la cama y puesto su cuerpo sobre el suyo evitando cualquier movimiento por parte del humano, el cual aun así hizo movimientos para liberarse y maldiciendo mentalmente el que en esos años aun siguiera teniendo poca fuerza y que inclusive Zim habiendo llegado a ser de sus misma estatura se hubiera entrenado haciendo que para él fuera difícil apartarse del alíen.
Su cerebro envío alarmas en su cuerpo al sentir que una mano enguantada de Zim tomaba sus muñecas mientras las ataba con unas telas intento resistirse al agarre pero este era firme y eso al humano le disgustaba, aunque el amarre fue fuerte ya que sentía el dolor en sus muñecas por lo fuerte que había atado el alíen las cintas.
Dib a pesar de eso intento desatarse, maldiciendo mentalmente su contextura delgada y su anemia lo cual le hacía sentirse indefenso dio un leve sonido de sorpresa al sentir un pinchazo en su brazo derecho viendo que Zim tenía una jeringa ya vacía en su mano la cual arrojo dentro de un cajón, Dib pensó en parte aterrado que lo que sea que tuviera esa jeringa y que ahora recorría su sangre iba a hacer que el no la pasara bien.
Y si que no se la iba a pasar bien.
Su cuerpo repentinamente empezó a sentirse demasiado relajado, a pesar de que no estaba enfermo o tenia sueño… y al parecer Zim vio esto como una oportunidad para atacar, como había hecho antes de llegar, el cuello de Dib, el cual por el estado de pesadez de su cuerpo inútilmente intento resistirse.
¡Era una maldita droga! ¡Ese… ese… maldito irken le había drogado! ¡Y no estaba malditamente feliz! ¡No señor!
Se mordió con fuerza el labio al sentir la lengua húmeda del irken lamer lentamente su cuello evitando hacer que de su boca salieran los jadeos por aquella acción y más cuando los dientes de este se unieron dejando chupetones en su cuello. El humano arqueo su cabeza hacia atrás mientras trataba de mover sus manos de sus ataduras para liberarse sabiendo en parte que era inútil, pero se imaginaba lo que vendría después y NO quería eso.
Maldijo nuevamente en su mente su falta de fuerza, ya que sus ataduras estaban tan bien atadas que sus muñecas quedarían marcadas después de que se las quitara. No pudo reprimir los estremecimientos de su cuerpo al sentir las manos ya desnudas de Zim recorrer su pecho por debajo de su camisa, arqueo espalda aun mordiéndose el labio hasta que este sangro callando los jadeos y gemidos que siguieron cuando esa misma lengua recorría con rapidez su pecho y entreteniéndose en sus tetillas, haciendo que sin quererlo su miembro se levantara mostrándose en sus pantalones exigiendo atención.
Zim sonrío con malicia al ver como el miembro del humano se mostraba en sus pantalones queriendo atención debido a sus toques y eso al alíen le gustaba, ya que él y solo él podía ver así de sumiso al humano.
Gimiendo para él y solo para él, suplicando por más, tener su miembro dentro de su esclavo.
El irken se relamió los labios con perversión en su mirada rojiza, mientras quitaba rápidamente los pantalones del humano arrojándolos lejos de la habitación, y este obviamente sin éxito trataba de resistirse al acto, pero la droga que le había inyectado antes hacia sus movimientos más lentos hacia que el humano se moviera con mucha más lentitud, como si estuviera medio dormido, cuando no lo estaba.
Después de deshacerse también de los bóxers, llevo la hombría de Dib a su boca, haciendo que este no pudiera reprimir el gemido de sorpresa ante la acción y arqueando mas su espalda, cuando Zim empezó a chupar con fuerza, mordisqueando la punta de aquel miembro con sus dientes, sacando gemidos ahogados del humano por lo que estaba sintiendo.
En los ojos de Dib, se reflejaba la humillación y el enojo por dejarse hacer por el alíen mientras este chupaba su miembro con fuerza, haciendo que se mordiera el labio sacando gemidos ahogados de placer y seguía maldiciéndose a sí mismo por el que su cuerpo le traicionara así dejándose dominar por él, ese irken… justamente EL.
El sentimiento de humillación y de odio aumento con más fuerza en su corazón y en su cabeza cuando se corrió con un gemido sonoro en la boca del irken, no se guardo sus sentimientos mirando a Zim mostrándole el odio que le tenía con toda su fuerza, este le miro con burla tragándose la esencia del humano y relamiéndose sus labios con lentitud haciendo aumentar aún más si se podía el sentimiento de odio y repulsión que tenia hacia este.
Zim seguía sonriéndole con burla al humano pensando con completa satisfacción en que tal vez ahora la cara del humano era de odio hacia él, pero sabía que pronto seria de sumisión hacia él y ansiando que lo poseyera.
Dib sabía que no tenía tiempo de relajarse o de al menos intentar resistirse, esa maldita droga tenía a su cuerpo hecho gelatina, cuando el irken le abrió con rapidez las piernas, mientras este se quitaba sus pantalones con una de sus manos.
El humano abrió sus ojos, ya fuera sorprendido o horrorizado porque sabía lo que seguía, y si que no quería eso, ¡Por dios! Estaba aterrado, en su mente lo estaba, pero no lo mostraría, le demostraría a Zim tal y como le había dicho que jamás seria sumiso ante él.
Primero lucharía por eso.
El irken ya se había deshecho de sus pantalones, contemplando con expresión malévola, la obvia mirada de odio y de desafío del humano; diciéndole por ella que aunque lo violara hoy el seguiría siendo una fiera salvaje que no aceptaba estar encerrada y no un gatito domesticado por su amo.
Y eso excito mas las ganas de Zim por hacer que Dib sucumbiera ante él, siendo una fiera ante todos y que a él se le mostrara como lo que era. Una mascota sumisa. Lamio uno de sus dedos con su lengua para luego insertarlo con rapidez dentro del humano, haciendo que este diera un gemido de dolor, mientras arqueaba su espalda en dolor y su cuerpo sufría leves espasmos por este.
Zim metió más su dedo y empezó a moverlo con rapidez, excitado por el dolor que sabia el humano debía estar sufriendo, unos minutos después lo saco y lo relamió con una obvia expresión de maldad en su rostro.
Dib no tuvo ni tiempo de resistirse, sabiendo lo inútil que era, o de relajarse y que una muy pequeña parte de su mente, estaba esperanzada en que el irken se fuera, lo dejara en paz y que finalmente le matara.
Era improbable, ya que se imaginaba que Zim no lo mataría, pero prefería consolarse en eso. Aunque lo que hizo el irken fue otra cosa que él no había esperado.
No pudo reprimir el gemido de dolor de su boca al sentir una gran presión en su entrada, arqueo su espalda hacia atrás por los espasmos de dolor que estaban recorriendo su cuerpo entumecido. Cerro sus ojos con fuerza, esperando que las lagrimas ni se atrevieran a salir de sus ojos no quería que Zim las viera, ya después podría derrumbarse en su soledad y no antes.
De alguna manera, Zim sonrío de manera retorcida, percibiendo como el mismo demonio, el dolor del humano y sin importarle realmente si este sufría más dolor entro más en su interior, comenzando a embestirle con fuerza, sintiendo algo cálido bajar por su hombría pero no le importo ya que le hizo excitarse más, mientras que Dib daba sonidos de dolor ahogados al morderse con fuerza el labio hasta hacerlo sangrar y una alarma se encendió en su cabeza al sentir algo cálido entre sus piernas.
Varios sentimientos asaltaron la cabeza de Dib en aquel momento, ira, humillación, odio, vergüenza y… placer. Lo negó con todas sus fuerzas, pero sabía que estaba empezando a sentirlo… y eso le hacía frustrarse mas mientras cerraba sus ojos y sus manos se cerraban en puños sabiendo que no podía hacer nada más que o dejarse llevar o simplemente esperar que pasara el momento.
Luego varios gemidos salieron de su boca, aun no se creía que eran suyos, pero no podía ocultarlos más, la humillación era demasiada, lo sabía; Zim seguía moviéndose con fuerza, su cuerpo se estremeció por las embestidas y un gemido ronco de su boca al percibir que el irken había tocado algo dentro que lo había hecho ver estrellas.
Zim sonrío ampliamente con malicia y perversión en sus ojos rojos, mientras seguía embistiendo el humano escuchando los gemidos del humano y más aquel ultimo que había dado tocando en el mismo lugar escuchando mas gemidos ahogados de este al morderse los labios tratando de contenerlos sabiendo que era inevitable.
Siguió embistiendo con fuerza el interior de Dib, hasta que se corrió con un ronco gruñido en su interior, mientras el humano se corría penosamente entre sus vientres; el alíen salió del interior del humano, mientras este hacia una leve mueca de dolor al momento en que dejo de sentir esa presión en su entrada y ahora sentía un horrible ardor en la misma. Zim vio con retorcido placer, el cómo su semilla salía del interior de Dib junto con hilos rojos, indicando que era la sangre de este.