Nov 11, 2011 21:22
Rehaciendo la felicidad
Entrevista con los recuerdos: Capítulo 11
Ojos vemos, maldades no vemos
En la revista había una gran tempestad, sin explicación alguna las fotos de la portada de la edición de ese mes habían desaparecido de la laptop de Azumi, claro estaba que aquella situación estaba provocada por alguien de malas intenciones, que quería provocar el caos y más de alguno que otro problema, pero en términos prácticos no estaba claro qué era realmente, ni mucho menos se sabía quién podría haber estado implicado en el asunto. Azumi se encontraba muy complicada con aquello, la situación sin menos palabras significaba despido, con los ánimos alterados intentaba darle una explicación a la Sra. Ogawa, quien le dejaba en claro que aquello era una falta que no dejaría pasar por alto.
Sra. Ogawa: No puedo creer que hayas sido tan irresponsable, Azumi
Azu: Lo siento Sra. Ogawa-sama, la verdad no tengo una explicación, las fotos estaban ahí, las vi hace un par de horas
Sra. Ogawa: Pero las cosas no desaparecen porque sí, llevo años en esto y jamás habíamos tenido una situación parecida
Izu: Pero madre, tú mejor que nadie sabes que Azumi-chan puede ser muy despistada, pero jamás ha dejado de cumplir con su trabajo, estoy segura que de alguna forma podemos solucionar este problema
Sra. Ogawa: Eso espero… Azumi, yo no reniego de tú capacidad profesional, eres una excelente fotógrafa y tus trabajos siempre son excelentes, pero no puedo dejar pasar esto, quiero una solución para mañana, sino lamentablemente tendré que despedirte
Azu: -Con algunas lágrimas corriendo por su rostro hace una reverencia- Gracias, Ogawa-sama, le prometo solucionaré esto
Izu: Bueno, llamaré de inmediato a los chicos, para ver si es que hay una posibilidad de que puedan venir y sacar las fotos de nuevo… ¿Vamos, Azumi-chan?
Azu: -Asiente sin emitir palabras-
Ya fuera de la oficina de la Sra. Ogawa, Azumi rompe en llanto, sin dejar de lamentarse por lo sucedido, estaba desesperada, jamás le había pasado algo así, aquello rompió con su orgullo profesional, también así con su orgullo personal.
Izu: Azumi, no llores más, no es el momento, ahora debemos hallar una solución, podremos hacerlo, confía en que esto se solucionará
Azu: Gracias, Izu-chan -seca sus lágrimas- sin ti, no sé qué podría haber hecho
Izu: Hay que comenzar a movernos y preparar todo de nuevo… llamaré a Hiroki-san y a Oguri-san
Azu: Está bien, yo iré a preparar las cámaras, el escenario y al equipo
Izu: Ok, nos vemos en media en el estudio
Azu: Hey, no se te olvide avisarles a los chicos que no podremos ir hoy a la cita
Izu: Está bien, adiós -desaparece del lugar, Azumi también lo hace-
Después de la media hora acordada para encontrarse, Izumi llega al estudio, el cual ya estaba preparado tal cual como la sesión perdida. Azumi aún no paraba de lamentarse, se encontraba pálida, ya que aquello le había quitado hasta el apetito.
Azu: ¿Y los chicos?
Izu: En diez minutos más, Dan los está preparando, suerte que estaban desocupados
Azu: Como si Hiroki-san te fuese a decir que no
Izu: Sólo espero que no me traiga problemas
Azu: Me lo dices a mí, si ya de por sí fue desagradable trabajar con Oguri, y ahora de nuevo… simplemente I hate my life
Izu: Azu-chan, estás muy pálida, por qué no vas a comer algo
Azu: No quiero, no tengo hambre
Izu: No te lo estoy preguntando…
Azu: Ya, vale, vale, ya voy
Izu: Gracias… -emite una sarcástica sonrisa-
-Llegan los chicos arreglados de la misma manera que la sesión anterior, Dan por detrás moldeándole el cabello a Hiroki, Izumi que no paraba de dirigir al equipo, Azumi que preparaba las cámaras con una barra de chocolate en su boca y Oguri que miraba fijamente a la chica-
Izu: Bueno, bueno, Dan, ¿listo?
Dan: Sí, sí, Ay niña, la perfección no se apura
Azu: Hiroki-san, por favor, pasa al escenario
Hiroki: Ok, ¿lo mismo que antes?
Azu: Sí, por favor
-Después de unas cuantas fotos-
Azu: Una más y terminamos… listo, gracias Hiroki-san -hace una reverencia-… tú turno Oguri-san
Oguri: Hiciste todo esto para que volviéramos a trabajar juntos ¿cierto?
Azu: Sí, sí, ahora ¿puedes volver a la realidad?
-Hiroki aprovecha la oportunidad para acercarse a Izumi, mientras en una esquina, alguien pone en marcha el plan de Oguri, envía un mensaje de texto a Sho-
Hiroki: Izumi-san, es bueno volver a verte
Izu: Gracias nuevamente, no sé qué hubiéramos hecho si ustedes no hubiesen podido venir
Hiroki: No hay problema, ayudarte siempre es un placer
Izu: -Evita el comentario de Hiroki, sólo agradeciéndole nuevamente- Te debo una
Hiroki: Porque no después de la sesión me acompañas a beber una copa
Izu: Con gusto, Azumi-chan también podría acompañarnos, ella es la que más lo necesitaría después de esto, la pobre es quien más mal lo ha pasado
Azu: Bueno, terminamos, gracias Oguri-san -hace una reverencia-
Oguri: ¿No te trae recuerdos?
Azu: ¿De qué?
Oguri: Cuando tú y yo salíamos, y sacábamos fotos a los lugares que visitábamos, son lindos recuerdos juntos
Azu: ¿En serio?, ya casi los olvidé
Oguri: Vamos, no tienes que ser así ¿acaso no podemos ser amigos?
Azu: ¿Amigos?... no creo que sea buena idea, yo de ti no quiero nada
Oguri: Y de Sho quieres todo…
Azu: Eso es distinto, porque él es mi novio, pero sabes, no creo que sean temas que deba tratar contigo la verdad
Oguri: Por cierto tu noviecito ese ¿sabe que estás trabajando conmigo hasta éstas altas horas de la noche?
Azu: Sabe que estoy trabajando hasta tarde, pero ya sea contigo o con otro no habría inconveniente, el confía en mi
Oguri: Pero en la confianza está el peligro -Se intenta acercar, acariciándole el rostro-
Azu: -Quita la mano de el- ¿Por quién me tratas? , no soy de la misma calaña tuya, yo soy leal, no como tú, déjame en paz -se va ofuscada hacia el pasillo, allí se encontraba Hiroki e Izumi, con una buena propuesta-
Izu: Hey, azu-chan ¿Qué tal si nos vamos a tomar unas copas?
Azu: Es lo que más necesito -Camina por el pasillo en alta velocidad-
Izu: ¿Ves? te lo dije…
Hiroki: -Sonríe- ¿Vamos?
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En un momento paralelo Rika, iba saliendo del estudio en plena sesión fotográfica, hacia la recepción de la revista, encontrándose con un personaje, que en esos momentos, era muy conveniente.
Rika: ¿Aiba-san? ¿A éstas horas?, acaso ¿Izumi no te avisó que trabajaba hasta tarde?
Aiba: Sí, me avisó, pero vine a buscarla, porque no me gusta que se vaya a casa sola
Rika: Yo vengo de allí, creo que tienen para un largo rato con Hiroki y Shun ¿te parece si nos tomamos unas copas?, digo, mientras esperas
Aiba: -Al escuchar el nombre de Hiroki, Aiba cambió su semblante- Está bien, vamos a tomar algo, sólo espérame un momento -Saca su teléfono y envía un mensaje a Izumi “Estaré esperándote en el bar de en frente, te quiero, nos vemos”- Bueno, vamos…
Rika: Esa es la actitud…
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Iban cruzando la calle, Izumi se encontraría allí con Aiba, le había mandado un mensaje, eso la ponía feliz, el chico se preocupaba por ella, pero lo que no sabía era que aquel encuentro iba a ser ingrato.
-Entran al lugar y se acercan a la mesa en la que se encontraba Aiba-
Izu: ¡Masaki-chan! -Lo besa en los labios-
Azu: Hola, Masaki-san… ¿Eh? ¿Rika?
Rika: Buenas noches, mis estimados… Hiroki-san, qué sorpresa
Hiroki: Hola a todos -Hace un gesto de saludo con la mano- Ah, Rika, Oguri no pudo venir, tenía cosas que hacer dijo
Rika: Ah, qué bueno, no esperaba encontrarme con él -haciendo un gesto de indiferencia ante lo que dijo Hiroki-
Azu: -Mira recelosa- ¿Hace mucho tiempo que están acá? -Se sienta-
Aiba: No hace mucho, nos encontramos en la recepción y como ustedes estaban ocupadas, Rika gentilmente me invitó a tomar un trago
Izu: Ya veo -Se sienta a lado de Aiba-
Rika: Izumi-san, supongo que no te pondrás celosa, ¿cierto?, Aiba y yo… sólo somos amigos -Mira a Aiba de una manera muy coqueta e insinuante-
Izu: -Toma el brazo de Aiba- ¿Celosa? ¿Yo?, para nada, me alegro muuuucho de que sean amigos -Le pega una mirada asesina a Rika-
Aiba: -Se encontraba molesto por la presencia de Hiroki, por esto mismo no le daba importancia a el choque de comentarios de Izumi y Rika- No sabía que nuevamente estaban trabajando juntos
Azu: Lo siento, Masaki-san, es que no tuvimos tiempo casi de nada, fue todo por mi culpa -pone un rostro apenado-
Rika: ¿Por qué? ¿Qué pasó? -Diciendo esto en un tono sarcástico, pero impredecible al mismo tiempo-
Hiroki: Tuvimos que repetir la sesión… se perdieron las fotos de la portada
Rika: Pero esas fotos están a cargo de Azumi-san, ¿cierto?
Hiroki: De todas maneras no hay de qué preocuparse, Aiba-san, se notaba en Izumi-san que quería terminar rápido para juntarse contigo
Rika: Se nota que se tienen confianza
Izu: -Tratando de disimular su enojo y sus ganas de asesinar a Rika, decide ir al baño a calmar un poco los ánimos- Con permiso
Azu: ¿Quieres que te acompañe?
Izu: No, no te preocupes, quédate -se va-
Rika: Ah, sí, Azu, quédate, yo la acompaño -Sigue a Izumi-
-Una vez en el baño, Izumi se moja la frente, como esperando que en el agua encontrara un sosiego por aquel mal rato, entra Rika al servicio-
Rika: Ay, Izumi-san, ¿te pasa algo?
Izu: ¿Qué pretendes?
Rika: ¿Yo?, ¿Por qué pensarías que tramo algo?
Izu: Porque eres una víbora arrastrada y siempre lo has sido
Rika: Me ofendes, yo jamás tramaría nada contra ti
Izu: Lo hiciste una vez… Ahora quieres a Aiba ¿cierto?
Rika: En la confianza está el peligro, ¿estás segura de que Aiba-san, ha sido cien por ciento honesto contigo?
Izu: ¿A qué te refieres?
Rika: Aunque me encantaría decirte, no creo que sea yo quien deba hacerlo, ¿por qué no le preguntas a él cuan buenos amigos éramos en el pasado?
Izu: Eres una… ni siquiera te mereces mis ofensas, ya no quiero escucharte, yo confío en él y por lo mismo haré como si esto no lo hubiese escuchado
Rika: Has lo que quieras, tan sólo quise ayudarte -Camina hacia la puerta- no lo olvides, Izumi-san, en la confianza está el peligro
Izu: No necesito tú ayuda… -Rika sale del baño- perra
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Después de volver del baño, Izu se encuentra con los chicos, sin Rika, quien había desaparecido una vez que tuvieron esa especie de discusión, cada uno iba a sus casas, Izumi se iría a la casa de Aiba, mientras que Azumi iría a la casa que compartía con su amiga, allí la estaría esperando Sho.
Luego de conducir un rato, Azumi llega al departamento, agotada por aquel día tan ajetreado, en donde puso en juego su puesto de trabajo, sólo quería relajarse junto a la compañía de Sho, viendo quizás unas películas, o tal vez simplemente recostada junto a él.
Azu: Hola, estoy en casa…
Sho: -Se encontraba serio frente a su laptop- Hola…
Azu: Amor, tuve un día horrible, yo… ¿Y esas rosas?, ¿Son para mí? -Toma un ramo de rosas que se encontraba en el sillón- Sho-chan, no debiste molestarte
Sho: Lee la tarjeta…
Azu: ¿Eh? -en la tarjeta decía “Espero que aún recuerdes los buenos momentos, con cariño, Shun”- Pero qué de…
Sho: ¿Por qué no me dijiste que estarías con él?
Azu: -Tira el ramo hacia cualquier lugar- ¿Estás enojado?
Sho: Más que enojado estoy sorprendido de que no me hayas dicho que trabajarías hasta tarde con él
Azu: Yo… no creí que fuese importante, por lo demás no era la única que trabajaba con él… todos estaban allí, Izumi, Hiroki, el equipo… hasta Aiba apareció después…
Sho: ¿Y eso debería reconfortarme? ¿Después del buen trabajo te envía un ramo de rosas tú ex novio? ¿No es extraño?
Azu: Lo único extraño aquí, es que tú no confíes en mí, yo no puedo controlar las acciones de Oguri
Sho: Lo sé, pero me podrías haber dicho que el estaría allí, por lo menos me hubieses dado la oportunidad de estar contigo… me llegó un mensaje de texto diciéndome que tú estabas con Oguri
Azu: -Se acerca- Amor… alguien nos quieres perjudicar, yo quiero que confíes en mí, como yo confío en ti
Sho: No es que no confíe en ti… es que no confío en él…
Azu: Jamás te traicionaría, yo… elegí estar contigo
Sho: Yo también lo elegí así, pero sólo quiero pedirte una cosa, quiero que seas sincera, no omitas estas cosas, siento como si me faltases el respeto, y lo siento, pero entiéndeme tú a mí, yo te quiero, pero hay gente mal intencionada, que abusa de éstas cosas para hacernos daño…
Azu: Te lo prometo -Sonríe y le da un pequeño beso en los labios- Te quiero mucho, Sho-chan
Sho: -La mira detenidamente, toma su mentón para besarla suavemente-
Azu: -Comienza a levantarse y toma a Sho de la camisa para dirigirlo hacia la habitación-
El momento era candente, en el tránsito hacia la habitación comienzan a tener un extraño baile de contoneos entre ellos, él cierra la puerta, mientras ella desabotona la camisa de él, él comienza a besar su cuello, mientras recorre su espalda por debajo de la blusa de ella, y comienza quitársela lentamente, ella también comienza a besar el cuello de él, y le muerde el lóbulo de la oreja izquierda, mientras que el comienza a bajar el cierre de la falda; la falda cae, Azumi comienza a abrir el pantalón de él, ella muerde sus labios, él saca su camisa y quita su pantalón, ella se quita el sostén y se lanza sobre él para caer juntos en la cama, ellos ríen en un momento, mientras que las caricias recorren el cuerpo de ambos, ella sobre él comienza a besar su torso desnudo, baja lentamente hasta llegar a su miembro donde comienza a masajearlo, para después introducirlo en su boca juagando y lamiéndolo, entonces se escucha un gemido de placer que proviene de él, invitándola a continuar, él la levanta posicionándose sobre ella, comenzando a masajear sus pechos, mientras una de sus manos comienza a bajar a la entrepiernas de ella acariciando su femineidad, bajando así también su pequeño calzón, introduciendo uno de sus dedos, cuando el ya siente que ella está lista, abre sus piernas para que pueda recibirlo dentro de sí misma, comenzando con movimientos agitados, ella comienza a gemir y a arquear su espalda de placer, él respira agitadamente en el oído de ella, susurrando su nombre, entrelazan sus manos fuertemente para recibir juntos el clímax. Quedan así un momento abrazados, él besa suavemente su frente.
Azu: -Mirando a Sho a los ojos- Te amo, Sho-chan
Sho: Yo también te amo, Azumi-chan
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Aiba iba conduciendo un tanto reservado refiriéndose al encuentro en el bar, Izumi iba callada, pero en su expresión demostraba molestia, aquello que le había dicho Rika, sin intención le rondaba fuerte en la cabeza, qué era aquello sobre el pasado de Aiba, acaso Rika alguna vez tuvo algo con él, aquello de sólo pensarlo le revolvía la mente, los pensamientos y la tormenta nuevamente volvía a aparecer.
Sin mayores pesares llegan hasta el departamento de Aiba, que muy por el contario con el de Izumi, se encontraba bastante más ordenado. Izumi no podía aguantar más, no podía disimular y menos compartir un espacio en la cama de él, ante una duda.
Aiba: ¿Quieres algo?
Izu: Sí… quiero que me respondas una pregunta
Aiba: Pues dime…
Izu: Entre Rika y tú… ¿pasó algo?
Aiba: -Mira hacia el piso- sabía que tarde o temprano lo ibas a saber, ¿te lo dijo ella?
Izu: No me lo dijo claramente, sólo me lo insinúo
Aiba: Vaya… no sabía que pudiera llegar tan lejos
Izu: Se nota que no la conoces, ella puede llegar a hacer muchas cosas, pero ese no es el punto
Aiba: ¿Y cuál sería el punto? -la mira algo serio-
Izu: El punto es que no me lo contaste, con esto me demostraste que confías muy poco en mí
Aiba: No es eso, es sólo que fue algo sin mayor importancia y pasó hace ya tanto tiempo…
Izu: Pero a mí me importa, Rika es capaz ir tras de ti, sólo para molestarme
Aiba: ¿Por qué me crees tan capaz de traicionarte?
Izu: Ella es una arpía, y es capaz de usar trucos muy sucios, más de los que te imaginas…
Aiba: ¿Me estás comparando nuevamente con Kenji?
Izu: No… esto es diferente, porque tú y ella tuvieron algo en el pasado, y eso marca una diferencia grande… como ya te dije antes, sé de lo que ella es capaz
Aiba: Ella es parte de un pasado, olvidado…
Izu: Masaki… entiende, sé que puede ser un pasado para ti, pero para ella tú no estás en su pasado, sino en su presente
Aiba: ¿Y qué pretendes que haga? ¿Que no la mire? ¿No la salude? ¿No le hable? ¿Así estarás contenta?
Izu: Sí, lo estaré, pero supongo que no es lo que harás
Aiba: ¿Cómo hago para darte en el gusto?, siempre hay un pero, eres demasiado exigente
Izu: No necesito que seas tan cruel
Aiba: Es lo que siento, no puedo evitarlo, pretendo ser sincero, no esperes controlarlo todo, el mundo no está en tus manos
Izu: No es que quiera ser controladora, sólo no puedo evitar cuestionármelo todo
Aiba: ¿Qué quieres decir? ¿Cuestionas el amor que siento?
Izu: No lo sé ¿debería?
Aiba: Izu, estoy comenzando a cansarme de ésta situación, ya no sé hasta cuándo la podré soportar
Izu: ¿Entonces ya no se trata de amor, sino que se trata de aguante?
Aiba: Izumi, deja de poner palabras en mí boca que no he dicho, te amo, amo quien eres, pero detesto que seas así, dijiste que yo no fuese un celoso, pero ya vemos quién es ahora la que se muerde la lengua
Izu: En mí corazón sé que tienes razón, pero no puedo evitar sentirme así
Aiba: Ya no sé qué más decirte… el cambio sólo recae en ti… estoy cansado, me iré a dormir
Izu: Antes de que te vayas necesito decirte que por asuntos de trabajo, me debo ir a Korea por una semana a hacerme cargo de una nueva sucursal que se abrió allá
Aiba: ¿Cuándo te vas?
Izu: Pasado mañana…
Aiba: Será un buen momento para que pienses, si quieres un cambio, como siempre te estaré esperando, pero si no es así, será mejor que sigas tú camino…-se da media vuelta y se dirige hacia su habitación-
Izu: -Aquellas palabras se sentían como una daga en el corazón, no pudo evitar soltar unas lágrimas, se había quedado sin palabras y con una sensación de amargura en su boca, aquello la hacía sentir culpable, se iba a ir sintiendo que Aiba estaba distanciado, aquello lo sintió aún más cuando llegó a la cama a dormir, viendo el cuerpo de Aiba alejado en el otro extremo, yacía inerte, la distancia se sentía fría, así se acostó una vez más junto a él, pero claro, en el fondo sabía que él no estaba allí-
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Palabras que no se dicen, palabras que no se sienten
Al otro día en la pastelería de Nana, Nino la va a visitar, sabía que su nueva amiga tenía una tristeza en su corazón, él era listo, y sabía más o menos de qué trataba el pesar de Nana, pero más allá de ello, es razonable mencionar la conexión de ellos dos, yendo más lejos de los videojuegos, compartían mucho tiempo juntos, juntos también reían y trataban de ayudarse mutuamente.
Nino: ¿Estás tristes no?, no puedes ocultar lo que sientes sólo bajo una sonrisa superficial, se te nota, y se nota más en el sabor de tus pasteles
Nana: Creo que por más que lo intente, no puedo ser una chica fuerte
Nino: No se trata de fortaleza, sino de un sentimiento, estás enamorada
Nana: Enamorada de un imposible
Nino: ¿De un imposible?, él aún no se ha casado
Nana: ¿Pero qué puedo hacer?, acaso ¿debo ir y decirle que no se case, que se quede conmigo?
Nino: ¿Y por qué no?
Nana: No sé si tenga el valor para separar una pareja, no es correcto
Nino: ¿Pero sí es correcto que te mueras de amor?, ah, entonces bien, sigue sufriendo
Nana: -Lo mira sorprendida- Quizás tienes razón
Nino: Y claro que la tengo, ¿con quién crees que hablas?
Nana: -Ríe- pero ¿cómo lo hago?, no sé cómo ubicarlo, ni siquiera tengo su móvil
Nino: Ah, de eso me puedo encargar yo, pero lo demás corre por tú cuenta
Nana: ¿En serio harías eso por mí?
Nino: Pero claro, pero me debes unos diez pasteles -sonríe-
Nana: Que sean veinte -ríen-
Nino: Te aseguro que te irá bien -Le guiña el ojo-
Así parten en una carrera hacia la casa de Ohno, al salir de la pastelería, ella cierra rápidamente el lugar, Nino intenta ayudarla a bajar las cortinas, tomando sin querer su cintura, pero esto no importaba realmente, al menos no entre ellos, pero había alguien a quien sí le importaba, alguien que había seguido a Nino durante el día. Suben al auto de Nino, y toman una carrera acelerada, como si no quedase más tiempo, como si Ohno ya estuviese esperando en el altar.
Nino: Será mejor que valga la pena
Nana: Te lo prometo
-Llegan al edificio de Ohno-
Nino: Como te dije, lo demás te lo dejo a ti, piso ocho, departamento sesenta y siete
Nana: ¿Pero qué le diré?
Nino: Oh, vamos… ¡CORRE!
Nana: -Sale disparada corriendo, como si eso hubiese sido la orden de un general del ejército, y ella obediente emprendía la carrera. Llega al lobby, toma el ascensor y con la mano temblando aprieta el botón número ocho, después de unos minutos se abren las compuertas del ascensor, casi como turista en otro país sale del lugar, prosiguiendo a encontrar el número de departamento. Muy en el fondo se encontraba, tambaleante se pone frente a la puerta, y aprieta el timbre, pasan unos minutos y la puerta se abre-
Ohno: ¿Nana-chan? -Sorprendido al verla- ¿Cómo llegaste aquí?
Nana: -Algo nerviosa- Eh… bueno es una larga historia
Ohno: Pasa, pasa -Ya adentro- Bueno, ¿qué te trae por ac…
Nana: -Sin esperar ni un segundo más, ella se avalancha contra él, y lo besa, dejando que las palabras fuesen inútiles por unos instantes- Te amo, Satoshi-chan, lo siento, no podía esperar más, quiero pedirte que no te cases con Saori-san, y sí lo haces no importa, seguiré amándote, podría hasta ser la otra, no me importaría, si puedo estar contigo -brotan unas lágrimas en los ojos de ella-
Ohno: -Él la mira gentil y comienza a secar las lágrimas de ella- No puedo… -Ella lo mira algo resignada- No puedo pedirte que seas la otra, porque te amo demasiado como para dejarte atrás, eres lo más importante para mí -La besa- Así si tengo que irme a América, para poder amarte, lo haré
Nana: ¿Te quedarás junto a mí?
Ohno: Para siempre -se conservan abrazados-
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Ella lo siguió sigilosa durante todo el día, no podía sacar de su mente que el chico tenía a otra, aquella idea le enojaba enormemente, y por qué no decirlo, le producía celos enfermos, pero le costaba reconocerlo, y lo peor de todo, es que todas sus sospechas caían en su amiga. Así fue cuando su vigilia lo llevó hasta la pastelería, en donde veía in fraganti, la escena, el chico tomando la cintura de su amiga, subiendo al auto y alejándose, ella no perdió el tiempo y los sigue nuevamente, pero no se dio cuenta cuando ya los había perdido de vista, y como si fuera poco, el auto se detenía, en medio de la ciudad, sola y en una desenfrenada búsqueda que debía continuar a pié.
Airi: ¡Demonios! -baja del auto y comienza a caminar- Para que esto parezca un dorama, lo único que falta es que comience a llover -Y así sucedió, las gotas comenzaron a caer sobre ella, lento, pero después con la intensidad propia de una tempestad, Esto es mal augurio, pensaba, pero estaba decidida, no iba a permitir que Nana estuviera con Nino, se los imaginaba en esos momentos, juntos en la habitación de él, revolviendo las sábanas tal cual lo hacía ella, al pensar en eso no aguantó más y comenzó una carrera desenfrenada, que ya a ésas alturas, no tenía vuelta atrás, quebró uno de sus tacones, claro, era Airi, era normal que los llevara. Aquello hizo que perdiera el equilibrio y cayera, hiriendo una de sus rodillas, sangrando, mal herida, pero aun así continuó, intentando correr a medias coja. Llegó después de varios minutos al departamento de Nino, no dudó ningún segundo en golpear la puerta como una loca- ¡Enano!, ábreme la puerta
Nino: Ya va, ya va -Abre la puerta- ¿Y a ti qué rayos te pasó? -Viéndola agitada, desalineada, mojada y mal herida-
Ai: ¿Dónde está? -Ella observa que el chico se encontraba con la camisa abierta, pasa al departamento- Sé que está aquí, te vi con ella
Nino: Sí, pasa, estás en tú casa -cierra la puerta-
Ai: ¿Estabas con ella?, por eso ya no querías estar conmigo -Entra la habitación de Nino-
Nino: ¿Y a ti qué bicho te picó, vieja loca?
Ai: Pasa que mí auto se averió, se puso a llover, se me ha roto un tacón, herí mí rodilla, perdí mi dignidad, y estoy aquí frente a ti, porque te amo, eso pasa -se echa al piso-
Nino: ¿Tuviste que pasar todo esto, sólo para darte cuenta de que me amabas? -ríe-
Ai: Ahora sólo te ríes de mí… eres un enano maldito -Se levanta y comienza a golpearle en el pecho-
Nino: -La detiene tomándole ambos brazos- Hey, hey, cálmate
Ai: ¿Cómo quieres que me calme si sé que amas a otra?
Nino: ¿Y se podría saber a quién amo? Ya que al parecer tú me conoces mejor que yo
Ai: A Nana-chan, por supuesto
Nino: -Suelta una carcajada-
Ai: ¿De qué te ríes?, no me parece gracioso -comienza de nuevo a forcejear-
Nino: ¡Para!-sostiene nuevamente sus brazos- ¿De dónde sacaste eso?
Ai: Lo sé, porque los vi, muy acaramelados te encontrabas con ella en las pastelería, ¿cierto?, ¿disfrutaron su primera noche juntos?
Nino: -Suspira- En primer lugar, no me he acostado con ella, segundo es mi amiga, tercero ¿Por qué diablos me estás siguiendo?, y cuarto estoy enamorado de otra chica
Ai: ¿Y de quién si se podría saber?
Nino: De ti, tonta
Ai: -Lo mira estupefacta- ¿De mí?... de mí… ¡DE MÍ!
Nino: Siempre te he querido, pero estabas muy concentrada jugando a ser moderna
Ai: Yo, lo siento mucho, no es que estaba jugando a ser moderno, es sólo que me cuesta mucho confiar en los hombres… pero cuando te vi con Nana en la cabaña, y después en la pastelería… uff… no pude seguir negando mis sentimientos
Nino: -Él le sonríe y le agarra la cabeza con ambas manos- Digamos que el juego ya ha terminado -la besa y luego la abraza- Ya, ven acá, te curaré esa herida…
Rehaciendo la felicidad
Entrevista con los recuerdos: Capítulo 12
Un cielo nublado
Era un día nublado, de esos que no se presagiaban, ni el más expertos de los meteorólogos lo podía predecir, pero aquello no imposibilitaba en lo más mínimo a que Japón siguiera el mismo ritmo de vida, de todos los días. Era un día más, en donde la gente asistía a sus trabajos, u otros más ventajosos que se disponían relajarse visitando el centro de Tokio. Este era el caso de Jun, quien había invitado a Miu a dar un paseo, por lo demás guardaba una sorpresa para ella.
Llegaron a un salón de moda, taller de trabajo de uno de los diseñadores más prodigiosos de Japón, Yohji Yamamoto, quien había hecho un espacio especial para atender a Jun. Miu entra al lugar con los ojos vendados, escuchando la voz de Jun, y de un desconocido para ella, en todos los sentidos.
Jun: Bien, un, dos, tres… -saca la venda- ¡sorpresa!
Miu: -Abre los ojos impresionada, aquello no podía creerlo, era una tienda de moda, y por lo que se veía, era de muy alta costura- Pero Jun, ¿qué es esto?, ¿por qué me trajiste aquí?
Jun: Quería darte una sorpresa, y darte algo lindo
Yohji: Estaré encantado de vestir una linda dama como usted, es hora de que te saques esa ropa, y te luzcas como lo hermosa que eres
Miu: -Mira a Jun, desconcertada, y por qué no decirlo, estaba molesta- ¿Acaso te molesta como soy?
Jun: No, me gustas como eres, pero sólo pensaba en darte algo lindo, es algo que siempre quise hacer por alguien que amara
Miu: Sí, me amas tanto como dices, no debería importarte cómo visto
Jun: No es que me importe cómo vistes, sólo quiero mostrarle al mundo lo hermosa que eres, eso puede ser representado en un vestido, ¿por qué no?
Miu: Entonces necesitas que la gente reafirme lo hermosa que soy… pensé que tú me amabas por lo que soy, y no por lo que esperan ellos que yo sea -comienzan a brotar unas lágrimas- lo siento, no puedo ser parte de esto -se dirige a Yohji- señor, lo lamento, respeto su trabajo -hace una reverencia- pero no creo que esto sea algo necesario para mí -se va-
Jun: -intenta detenerla, pero la chica ya había desaparecido, ante sus ojos, y ante el gentil gesto que él esperaba darle- realmente quería darte esto…
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Miu: ¡Estoy en casa!
Madre: Miu-chan, volviste, te han llegado unos paquetes de ese joven Jun… ¡qué romántico!
Miu: ¿Eh?, ¿paquete?
Madre: Sí, ve, los dejé en tú habitación
Miu: -Algo sorprendida, sube a su habitación. Al entrar ve que encima de la cama habían tres grandes paquetes, finamente envueltos. Abre el primero, el que parecía ser el más grande, dentro de él, había un vestido hermoso, digno de una princesa, de un color rosa pálido, ceñido, pero muy elegante. En el otro habían zapatos, del mismo color del vestido, no eran muy altos, pero sí muy finos. Y por último, en el paquete más pequeños habían unos pendientes, y un collar, joyas de oro, ambas con unas lindas piedrecillas, color blanco. Junto a todo aquello, había una nota, “Te espero a las diez en el Conrad Tokyo, 1-9-1 Higashi-Shinbashi, Minato-ku, pregunta por mí en la recepción, Te amo, Jun”. Con los ojos dilatados por aquellos regalos, debía tomar una decisión, así comienza un extraño monólogo con ella misma- ¿Debo ir?, Izumi no está para ayudarme a tomar una decisión, ¿qué hago?, no, la que debe decidir soy yo, y quiero ir, pero no puedo ir así, no tengo maquillaje, y aunque los tuviera no sé cómo hacerlo… ¿qué hago?, necesito ayuda… ya sé,¡ Ai-chan! -Toma todos los paquetes, y se dirige hacia donde su amiga. Baja corriendo las escaleras de la casa, y cruza la puerta, en una veloz carrera, eran las seis, y tenía poco tiempo- Adiós, madre, no me esperes-
Madre: ¡Vaya!, adiós, Miu-chan
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En casa de Airi, los juegos iban más allá de las atenciones, así era, pues Nino, no despegaba los ojos de la partida de Mario Bros en su DS, Airi estaba frustrada, haciendo de todo para que él se fijara en ella, pero aquellos esfuerzos no se veían recompensados. Tirado en el sillón, Nino estaba muy concentrado en su juego, mientras que Airi se le intentaba colar por el frente.
Ai: N-i-n-o-chan -comienza a acercarse a su cuello-
Nino: Espera, espera, ya casi termino
Ai: Pero mira, hoy me compré algo para ti -comienza a desabotonar su camisa, dejando ver el sostén nuevo de Airi- es muy lindo, ¿no crees?
Nino: Sí, sí, muy lindo… ¡Rayos!, maldito bowser, ¡que te jodan!
Ai: -Pone la mano en la pierna de Nino, mientras que con la otra le quita el DS de las manos- Ahora puedes jugar a otra cosa -Deja el DS a un lado y se sienta sobre él, comienza a besarlo-
-Todo esto se veía en un ritual conocido por ellos dos, pero el inoportuno sonido del timbre, termina el acto-
Ai: ¡Rayos!, ¿y ahora qué?
Nino: No abras, debe ser algún vendedor -suena de nuevo el timbre-
Ai: No crea que sea eso, debe ser algo importante -Se abotona la camisa y se dirige hacia la puerta-
Nino: Y para esto dejé el juego -Se mantiene frustrado echado en el sillón-
Ai: ¡Miu-chan!, ¡qué sorpresa!... pasa, pasa…
Miu: Disculpa, Ai-chan, ¿interrumpí?
Nino: No, para nada, sólo estábamos aquí, y tú sabes… el DS, y esas cosas
Ai: -Le pega una mirada asesina a Nino- No, por supuesto que no… ¿y esos paquetes?
Miu: Son regalos de Jun-chan…
Nino: ¿Y viniste sólo a mostrarlos?
Ai: -Le pega otra mirada asesina a Nino- ¿qué son?
Miu: Un vestido, zapatos y joyas
Ai: ¡Vaya!, qué romántico, es lindo que tú novio compre cosas así, no como otros -mira a Nino, quien parecía ignorar la situación-
Miu: Me invitó a cenar, pero…
Ai: ¡Necesitas ayuda!, yo te puedo ayudar, un poco de maquillaje en los ojos, un poco en los labios, un peinado lindo, y quedarás hermosa, Matsumoto-san no te quitará la mirada de encima, ¡aaay!, te verás como una princesa, a ver, quiero ver ese vestido
Miu: -Le muestra el vestido-
Ai: ¡Hermoso!, ese chico sí que tiene buenos gustos, bueno, comencemos…
Así fue, maquillaje en los ojos, y en los labios, un peinado hermoso, aquellos cabellos largos eran fáciles de manejar, algunos retoques en el flequillo, los zapatos, las joyas, y claro, el hermoso vestido, que le quedaba perfecto, y se lucía muy bien en ella.
Ai: No deberías usar esos lentes
Miu: Lo sé, traje esos lentes de contacto que me regalaste
Ai: Perfectos, póntelos…
Nino: -Desvía su mirada hacia Miu- ¡Vaya!, te ves hermosa
Ai: -Le pega una mirada a Nino- Sí, sí, muy hermosa, ahora vete que ya es la hora, toma un taxi y conquista a ese hombre
Miu: Gracias, Ai-chan -hace una reverencia- me voy, Nino-san -Él le hace un gesto con la mano y le sonríe- Adiós, chicos -Sale del lugar-
Ai: -Cierra la puerta- Bueno, ¿Y en qué juego estábamos?
Nino: -Toma el DS- Mario bros y el nivel quince
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Él estaba en su mesa esperando, una velada que anhelaba que fuera mágica, junto a un whisky, la hora avanzaba y su amada no llegaba, era un lugar precioso, con vista la bahía, todo parecía perfecto, pero allí comenzaban las inseguridades de por medio, sí, sufría al pensar que quizás ella no llegara, la hora seguía avanzando, será que la chica ya no quería continuar, la hora, ya había avanzado lo suficiente, pidió la cuenta, se disponía a irse, cuando una mano le tocó el hombro.
Miu: Lamento la demora -mira hacia el piso-
Jun: -Queda perplejo unos segundos, luego sonríe- No importa, estoy muy feliz de que vinieras -se levanta para correr la silla y así permitir que la chica se sentara, una vez frente a frente, se acerca el mozo para llevarles la carta, hacen sus pedidos, y conversan- Debo decirte que te ves hermosa
Miu: -Se sonroja- Tú también te ves muy bien
Jun: -Le sonríe- ¿Te ha gustado mí regalo?
Miu: Sí, me encanta, aunque no dejo de sentir como si estuviese desnuda, ¿me entiendes?
Jun: -Asiente- Quizás sea porque por primera vez te muestras como realmente eres
Miu: Sobre lo que pasó hoy, quiero pedirte disculpas… lo entendí, hasta que me puse el vestido, allí pude comprender tus intenciones, y gracias, gracias por todo
Jun: No, debo darte gracias a ti, por darme este privilegio
Continúan aquella cena, con los platillos ya servidos, y un buen vino como acompañamiento. Aprovecharon el lugar, vieron la bahía de Tokio en su máximo esplendor, era como un cuento de hadas.
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Aiba había salido con unos amigos a un bar, en el mismo lugar, “casualmente”, se encontraba Rika, quien notó de inmediato la presencia de él, y obviamente se acercó a “saludar”.
Rika: -Se acerca por la espalda y lo saluda- ¡A-i-b-a-chan!, no esperaba encontrarte por acá
Aiba: Rika-chan, qué sorpresa
Rika: Estás aprovechando de salir, ahora que Izumi no está
Aiba: Más que aprovechando su ausencia, quería distraerme un rato -diciendo esto con un tono triste-
Rika: -Ella nota el tono de Aiba- ¿Estás teniendo problemas con Izumi?, si es así aquí tienes una amiga, te invito a tomar unos tragos conmigo
Aiba: -Algo dudoso, él acepta- Está bien, vamos, adiós, chicos
Chicos: Adiós, Masaki-chan
-Después de todo, en el subconsciente de Aiba, seguía persistiendo la idea de una amistad con Rika, aún no se convencía del mal que aparentemente ella podía causar. Así pasaron varias copas, hartas horas, y hartas confesiones y desahogos por parte de Aiba, pero claro, las intenciones de Rika no eran sólo esas, así, aprovechando el grave estado de ebriedad de Aiba, lo convence de llevarlo hasta el departamento de él. Llegando al departamento, las cosas eran muy diferentes a las estimadas -
Rika: ¡Vamos!, intenta caminar, aunque sea hasta tú cama -riendo de la situación-
Aiba: -Muy ebrio y tambaleante- Sí, sí, ya, ya
Rika: -Lo deja en la cama, perdiendo el equilibrio, cae sobre él- Vaya, Aiba-chan, eres muy atrevido
Aiba: ¿Ah sí? -Intenta abrir los ojos-
Rika: Sí, ¿quieres recordar viejos tiempos?
Aiba: Lo que sea, lo que sea
-Comienza a besarlo, pero Aiba yacía muerto en aquella cama, sin manifestar movimiento alguno, pero aquello no era más que los trazos de un plan de Rika, continuó desnudándolo, se desnudó ella, y posteriormente saca una foto con su celular, una foto de ambos, acostados en la cama, desnudos y con dobles interpretaciones, sin nada más que hacer, se acuesta junto a él, dejando que la noche pase hacia el amanecer, era cosa de tiempo, sólo cosa del tiempo-
Shun se encontraba en un restaurante, junto a la compañía de una bella joven, aquella junta no era más que para la preparación de un plan siniestro, tan siniestro que ni siquiera era obra de él; aquel plan sólo se originaba en la mente perversa de Rika, quien en lujo de detalles había fabricado aquel encuentro.
Shun: Ha pasado mucho tiempo ¿no, Keiko-san?
Keiko: -Mirando la carta- es cierto, mucho tiempo, pero aún tengo mis dudas, ¿por qué así tan de repente?
Shun: No es nada tan especial, sólo quería ver a una vieja amiga
Keiko: Pensé que ya no nos veríamos, después de que terminé con él
Shun: Pero cómo crees, si nos hicimos tan buenos amigos… por cierto, ¿los has vuelto a ver?
Keiko: No… después de todo, dudo que me quiera volver a ver
Shun: Yo no estaría tan seguro…
Keiko: ¿Por qué lo dices?
Shun: Hace poco supe que aún no se ha olvidado de ti
Keiko: ¿En serio?, y tú crees que…
Shun: Por supuesto, te aseguro que estaría encantado de verte
Keiko: ¿Y cómo lo podría encontrar?
Shun: Bueno… un pajarito me contó que estaría hoy en un restaurante, quizás estará esperándote…
Keiko: ¿En serio?, ¿dónde?
Shun: Digamos que en algo llamado “The pink cow”
Keiko: Ah sí, ese lugar está muy de moda…
Shun: A las nueve sería una buena hora…
Keiko: Vaya, éstas sí que son buenas noticias
Shun: Para qué están los amigos -bebe dichoso una copa de brandi- bueno, ¿pedimos?
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Eran casi las nueve, Azumi corría por las calle a encontrarse con su amado, claro, iba retrasada, algo muy propio de ella, sin eso Azumi no sería ella misma.
Él la esperaba acostumbrado a los retrasos, mientras esperaba, él había pedido la cena, sabía los gustos de ella, era paciente, y sobre todo, precavido. Estaba esperando, cuando de pronto, alguien le tapa los ojos.
Sho: Sabía que llegarías retrasada, ya te conozco…
Keiko: -Le destapa los ojos- Después de tanto tiempo, aún te acuerdas de esas cosas
Sho: -Mira impactado-
Keiko: ¡Sho-chan, tanto tiempo, amor mío! -Lo abraza y lo besa-
-Azumi llega al umbral de la puerta, y una escena la paraliza, su amado, que se supone la estaba esperando, estaba con otra mujer, besándolo, y lo que era peor, él no la rechazaba. No dijo nada, y sólo se fue, estaba en shock, su confianza, se veía nuevamente destruida, no tenía nada más qué hacer, estaba herida, caminó, caminó y caminó, no pudiendo comprender nada.
Él chico, sorprendido no logra rechazarla de manera instantánea, su ex novia, a quién había amado con alevosía, volvía a aparecer, era un encuentro incomprensible, inexplicable, aquella escena, había hecho que olvidara hasta la misma cena-
Sho: -La aleja- ¡Kei-chan!, ¿qué haces aquí?
Keiko: ¿No te agrada verme?
Sho: No, no es eso, es sólo que no esperaba… ¡Azu-chan! -Mira hacia la puerta de restaurante, pero la figura de Azumi no figuraba en ella-
Keiko: ¿Pasó algo?
Sho: Lo siento, no me puedo quedar… -Se levanta, y sale del lugar, comienza a llamar por teléfono a Azumi, pero ella no contestaba-
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Ella había vuelto a su casa, en un deterioro perceptible para cualquiera, no estaba ni siquiera su amiga para consolarla, estaba deshecha, y por primera vez sintió que la soledad se apoderaba de ella, decidió llamar a Shun.
Shun: ¿Aló?, ¿Azumi-chan?
Azu: ¿Shun?
Shun: ¿Te pasa algo?, te oyes terrible
Azu: Lo siento, lo siento mucho, tenías razón, debí quedarme contigo -Ella llora de manera desconsolada-
Shun: ¿Estás bien?... ¿qué pasó?
Azu: Me siento terrible… no quiero estar así… no quiero
Shun: Espera, iré a verte…
Azu: -Corta el teléfono y continúa llorando-
-Pasan unos minutos y suena la puerta-
Shun: Azu… ¿qué pasó?
Azu: Shun… -se lanza a los brazos de él, comienza nuevamente a llorar-
Shun: Ven, sentémonos… -se sientan en el sofá de la sala- ¿me puede explicar qué pasó?, ¿fue él, no es cierto?
Azu: Él estaba con otra… lo vi, con mis propios ojos… -se lanza nuevamente a los brazos de él-
Shun: -No puede evitar pegar una sonrisa- tranquila, ya pasará… -suena la puerta- espera, iré a abrir yo -se dirige hacia la puerta-
Sho: -Mira a Shun, quien lo miraba desafiante, no necesitó nada más para comprender la escena, sólo se dio media vuelta, y se fue-
Shun: -Lo mira desde el umbral, reflejando en su rostro una sonrisa ganadora-
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Ella estaba en la habitación de él, acariciando suavemente su rostro, no paraba de mirarlo. Él comienza a besarla, tomando su mano, uniendo sus cuerpos sin que quedara ninguna distancia. Comienza a recorrer con sus manos el cuerpo de ella, conociéndola completamente, a través de las caricias, la respiración comenzó a agitarse, lo besa con el mayor de los cariños, ocultos bajo las sábanas y la oscuridad de la habitación, ella comienza a estremecerse, al sentir que las caricias ya bajaban hacia su entre piernas, así era, el calor comenzaba a apoderarse de ambos, y las ropas comenzaban a desaparecer de los cuerpos de cada uno, las palabras ya no era necesarias, todo era expresado en continuos movimientos de vaivén, y en choque de la respiración al estar frente a frente, ella sobre él, él podía sentir los cabellos de ella sobre su rostro, se besaban, se abrazaban, y nuevamente se volvían a besar, era un momento sólo de ellos, el sonido de los gemidos, y la respiraciones, eran la melodía más bellamente interpretada en aquel momento, y los movimientos, el vals mejor bailado en el mundo, era el amor, y así también el deseo de permanecer juntos para siempre, es por esto que permanecen abrazados, aún después del climax, con las manos entrelazadas, y tomadas fuertemente, acordaron sellar un pacto.
Ohno: Lo prometo, no te dejaré ir nunca más -la abraza fuertemente y besa su frente-
Nana: Quieres decir que…
Ohno: Sí, mañana lo diré, no voy a continuar con esto
Nana: -Lo mira- espero que no hagas algo de lo cual te puedas arrepentir
Ohno: Si hay algo de lo cual me deba arrepentir, ese de no haber hecho esto antes
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En otro horizonte, estaba Dan e Izumi, era el último día en Corea, Izumi, estaba deseosa de volver, la distancia con Aiba, más allá de los kilómetros, le había hecho pensar sobre sus sentimientos, sobre cuánto lo amaba, y sobre cuánto lo extrañaba, esperaba volver luego, para darle una gran sorpresa, quería verlo y decirle que deseaba con toda su alma estar a su lado, y que nada los volvería a separar.
Hiroki los esperaba a las afueras del hotel, era tarde, y él se encontraba borracho, Dan se adelantó para llegar a la recepción y pedir una habitación para su amigo, mientras que Izumi intentaba entender por qué Hiroki estaba en aquellas condiciones.
Izu: Hiroki-chan, ¿Por qué estás así?, y sobre todo, ¿qué haces acá?
Hiroki: ¿Yo?… etooo, se supone que éstas son mis vacaciones… y… Dan me dijo que estaban acá… entonces pensé, ¿y por qué no voy a ver a mis amigos?... ya me ves, aquí estoy, y ustedes también -sonríe de la manera que sólo un borracho puede hacer-
Izu: Pues me alegro, pero ¿por qué no mejor entramos?
Hiroki: Oye… ¿te habían dicho lo linda que te ves bajo la luz de la luna? ¡hip!
Izu: Sí, sí, entremos, entremos -Lo lleva hacia adentro, él abrazado de ella, ya que apenas podía caminar-
Hiroki: Oye… yo te quiero… ¿te quiero?, no, yo te amo, Izumi-chan, sí, te amo, ¿me amas?
Izu: -Antes de que pudiera objetar alguna cosa, Hiroki se lanza sobre ella, y la besa- ¡Hiroki-san! -lo detiene-
Dan: -Toma el brazo de su amigo- Hey, hey, no comiences, borracho… no pude conseguir nada, no sé qué hacer, debo salir ahora… -dirigiéndose a Izu-
Izu: ¿Y dónde debes salir?
Dan: Tengo una reunión, con una firma, es por el desfile de modas, debo ir… es una buena oferta, pero Hiroki, no puedo dejarlo así…
Hiroki: ¿Amigo?... yo a ti también te amo, ¿lo sabías?... eres el mejor, no, el mejor no, eres el más súper increíble amigo del mundo, sí, eso sí…
Izu: Tienes razón -viendo a Hiroki, casi desplomarse en la recepción- se puede quedar en mí habitación, lo acomodo en el sofá, tú vete tranquilo, pero acompáñame hasta allá…
Dan: Está bien, gracias, amiga, te la debo
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Habían vuelto a Japón, Izumi tenía un plan para sorprender a Aiba, con ayuda de las niñas, iba poder lograrlo. Todas se habían alineado en el techo en donde Aiba vivía, esperaron pacientes hasta que el saliera, una vez que lo divisaron al salir, comenzó una lluvia de aviones de papel de muchas colores, él sorprendido veía como caían, ellas reían alegres, aquello les parecía muy divertido. Aiba se acerca a recoger uno de color rojo, este tenía un mensaje escrito, “Eres el único con quien quiero estar”, después otro de color azul, “Te amo, jamás lo dudes”, otro verde “¿aún me sigues amando?”, luego otro amarillo, “He vuelto, decidí amarte para siempre”, después de caer varios, cae el último, el único de color blanco, Aiba lo toma, era la última nota, “¿Quieres continuar?, te estaré esperando, en la azotea donde vivo, te amo, Izumi”. Él las mira sonriente, mientras arriba, las chicas se despedían de él, haciéndole señas con las manos, Aiba emprende una carrera hasta la casa de Izumi, así, prosigue a llegar a la azotea. Al llegar a allí, un lugar lleno de globos, serpentinas, era una fiesta, había un proyector y frente a él, Izumi, sentada en una banca, con un pastel en la mano que decía “¿me perdonas?”.
Aiba: ¡Claro que sí!
Izumi: -Deja el pastel a un lado y se lanza sobre él- Te extrañé tanto… -Lo besa- ven, ven, comamos pastel
Después del pastel se sientan a ver una película, pero bueno, no vieron demasiado, en realidad se dedicaron a besarse, acariciarse, a estar juntos, y reencontrarse, todos lo sabemos, no hay nada mejor que una reconciliación, pero no hay que olvidarnos, la vida, aún puede cambiar mucho más, y más cuando hay secretos que aún se mantienen ocultos, y que no esperan ser revelados.
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Izumi se había reincorporado una vez más a su rutina laboral, se encontraba bien anímicamente, después de su reconciliación con Aiba, era una mañana tranquila, o al menos eso aparentaba, pero la llegada inesperada de Azumi, cambiarían las cosas.
Azu: ¡Izumi-chan, Izumi-chan! -llega muy alterada a la oficina de su amiga, le sigue por detrás Dan y Airi-
Izu: ¿Qué pasa, qué pasa?, ¿por qué tanto escándalo?
Azu: Izumi-chan… -se queda congelada, con una revista en sus manos-
Dan: Ay, niña, entrégaselo de una vez por todas…
Ai: Izu-chan, hay algo que debes ver…
Azu: -Le entrega la revista-
Izu: ¿Qué pasó?, ¿Nos robaron algún artículo?
Dan: Peor, niña, esto es una desgracia
Izu: -Mira la revista con amplia preocupación, aquello no era el robo de ninguna propiedad intelectual, sino que era todo lo contrario; él artículo hablaba sobre una supuesta novia de Hiroki Narimiya, llamada Izumi Ogawa, una reconocida editora de revistas, junto al artículo, una secuencia de fotos que corroboraban la publicación, aquellas no eran más que fotos tomadas en Corea, en el hotel, ese día que se encontró con él muy borracho, y claro, las tomas estaban publicadas sólo con la intención de hacer parecer que Hiroki andaba de amoríos en sus vacaciones- Pero qué mier… -comenzaban unos deseos intensos de vomitar, por esto mismo tuvo que dirigirse lo más rápido posible al servicio-
-Los chicos la siguen al verla correr, después de varias expulsiones de vómitos sin motivos, Dan, desde el umbral de la puerta del servicio, con los brazos cruzados, comienza a interrogarla-
Dan: Y… ¿Desde cuándo que estás así?
Izu: -Se limpia la boca, mientras Airi le sostenían el cabello, y Azu le sobaba la espalda- Desde antes que volviéramos… debe ser algo que comí en el viaje…
Dan: Mmmh… y usualmente, ¿cuándo te sucede esto?
Izu: En las mañanas… no lo entiendo, no como nada, pero las náuseas y los mareos son constantes…
Dan: Ay, niña, comienza a comprar la cuna
-Airi y Azumi se miran sorprendidas-
Izu: A ver, Dan-chan, ¿qué es exactamente lo que quieres decir?
Dan: Yo que tú, me hago el test ahora mismo… Azumi, corre a la farmacia, y ya sabes qué más
-Azumi sin dejar de tener las pupilas dilatadas, corre hacia la farmacia más cercana-
Izu: ¿Estás loco?, esto debe ser por la noticia que acabo de recibir
Dan: Lo mismo decía mi madre, nueve meses después, nací yo, en gloria y majestad, lista para peinar cualquier muñeca
Ai: Oh my fucking god, ¡tuviste sexo con Aiba!
Dan: Y seguro tú jugarás Mario Bros todo el día…
Ai: Sí... -poniendo un gesto de inocencia en su rostro-
Izu: -Ríe- no me hagan reír, que más me dan ganas de… -explota nuevamente-
Azu: Aquí llegué, aquí llegue -Llega torpemente al baño, la chica estaba muy nerviosa-
Dan: -Se lo quita de las manos a Azu- Toma, háztelo ahora… -le entrega el dispositivo a Izumi-
Izu: Bien… aquí vamos…
-Sólo cinco minutos, los cinco minutos más largos que habían existido en la vida de aquel grupo de amigos, el final, el resultado ya estaba apareciendo, todos estaban expectantes, Izumi, con el test en la mano, y a ambos lados, los chicos con los ojos más que clavados, la primera línea ya había aparecido, aquella línea roja se notaba clara-
Ai: ¿Y la otra?
Azu: Ya se ve… es… roja…
Izu: Roja…
Dan: Positivo… soy una vieja loca muy sabia
Izu: ¡Diablos!