May 15, 2010 17:02
Las cosas son así, la vida tiene sus altos y sus bajos y parece que ahora, paradójicamente, me ha tocado el bajo. Sabía que la época de felicidad tenía que pasar, y tenía que pasar pronto. Esto me pasa por buscarlo, y por buscarlo bien. Cansada yo misma de mi yo interno, que ultimamente afloraba sin compasión, le de dado la vuelta a la tortilla. Odio esta situación, la odio, pero en realidad es en estas situaciones en donde me doy cuenta de que la vida es una pura pantomina. Hoy aquí y mañana allí, sonriendo como si nada, dando un puntapié a los malos rollos. Así es y así será, ¿por qué? Porque la vida me lo ha enseñado. Jugamos con la apariencia, si parece que está bien debe de estar bien aunque esté podrido por dentro. Todo el mundo sonríe si tú sonríes, nadie llora si lo haces. Es ley de vida, es la ley de mi vida, así como es amargo el chocolate.
The show must go on
Y yo con él. Si en realidad es lo que siempre pasa, es lo que siempre he hecho. ¡Qué malas son las graduaciones! Hacen que te lo plantées todo. Espero que esta graduación no sea como del colegio. Esa si que fue un Show MUST go on. La noche anterior rasgando la almohada de mi querida amiga, aguantando las lágrimas que se quedaron en la camiseta de mi alma mater. Espero que este año no sea así y tenga que ahorrarme un santo disgusto. Yo... no sé... me plantéo ciertas cosas llegados a este punto como me las planteé cuando llegué a esa espiral sin salida que fue la pescadilla que se muerde la cola de mi relación.
Sí, hablo de las ventajas y los inconvenientes que tiene esto. De este agujero en el pecho que últimamente, poco a poco, se ha hecho un poco más constante. De las idas y venidas de mi cabeza. De la concentración en cosas que no son mías, de las ansias de volar. Por eso Shana es como es, por eso Richie es inalcanzable. Este fin de semana se me han abierto los ojos, una extraña coincidencia que ocurre a altas horas de la madrugada cuando estás sola enfrente de una jarra de lo que sea y observas la vida que pasa ante tí. Observas las coincidencias y te das cuenta de que eres tan sumamente previsible que llegas a ser patética. Te das cuenta de que, cíclicamente, sigues a la perfección la regla y, de pronto, encajan las excepciones. Excepciones que se plantaron un día delante tuya y que no supiste aprovechar.
Save tonight
No sé si me arrepiento de no haber aprovechado la excepción. De lo único de lo que me arrepiento es de no haber dicho lo que sentía y de haberme quedado de brazos cruzados mientras corrías detrás mía. Mientras veías cómo se te escapaba el tiempo y yo con él. Hay cosas que me hacen gracia. Hay tres tipos de caminos,: el que debe ser, el que normalmente es y el que me gustaría que fuese. No se pueden cambiar estos caminos, no se deben, porque al final, quieras o no, siempre terminas escogiendo el que debe ser porque en el fondo sabes que es el camino con el que estarás más agusto. Sin embargo, siempre te estás cuestionando si por el que caminas es el que debe ser o es el que normalmente es y la estás cagando tratando de cambiar algo o a alguien que no puede cambiar. Si es así, no debe cambiar, pues su camino no es el tuyo, es otro diferente.
Por supuesto, hablo de personas. Por supuesto, hablo de caras conocidas, hablo de caras presentes y ausentes, hablo de gente que está y que me gustaría que estuviese. Hablo de cosas que suceden, una noche a las tantas de la madrugada y que cambia todo tu mundo replanteándote una situación que días atrás era cotidiana. ¿Tan extraño sería echarlo todo por la borda por un sueño, por una inquietud, por la excepción? Si no supiera que está, si fuese sólo un sueño, no perdería el tiempo buscando Peter Panes en el mar, sin embargo... la excepción está ahí... ¿por qué no va a estar el que debe? ¿O no es acaso el que tengo?
Piensa en frío
La noche se oscurece, la adrenalina eclipsa todos los poros de mi cuerpo y lo deja cálido, envarado, si moverse simplemente centrado en una cosa, algo que esta noche no puede ser. Siempre me pasa siempre. Deseo algo que no puedo tener. Sea lo que sea. Miento si digo que las cosas son fáciles, que es preferible seguir estando al 50% que intentar buscar un 100% imaginario, irreal... ¿pero y si fuese real y lo estuviese palpando?
Nothing matters to me
Pero, sin embargo, aún hay algo que no puedo evitar. Te miro de soslayo y me estremezco. ¿Será verdad que alguien así puede llegar a ser tan adorable? No me culpo, de hecho, sabiendo como soy es algo normal en mí, pero... ¿de verdad algo como eso puede llegar a ser tan adorable? Ojitos tiernos de cordero degollado, mirada perdida entre las sombras de la incertidumbre, un leve roce, una brisa fugaz. ¿Por qué siempre me pasa lo mismo en momentos tan concretos? ¿De verdad algo así puede llegar a ser tan adorable? Cántame una nana antes de dormir, quiero sentir que me estás mimando. Cántame una nana antes de dormir que quiero sentir que me estás deseando.
Wilder Wein
Hay cosas que no cambian, la primera de ellas, yo.
psycoself