Aprovechando mi vuelta a casa, mi madre decidió que debía ir a hacerme una revisión dental. Así pues, a cuatro días de volverme a Madrid, he ido a hacer una visita a Rita (¡mira como rima!) mi querida dentista de toda la vida. Rita es una dentista de niños pero sigue siendo ella quien se encarga de mi boca (¡mira que mal suena esta frase fuera de contexto!). Quizás por eso, me sigue tratando como cuando tenía 7 años, pero sin regalarme cepillitos de dientes o pegatinas al final de nuestro encuentro, lo cual es una gran lástima.
Además de su candoroso comportamiento, Rita destaca por se
r una de esas personas a las que les encanta preguntar y mantener una conversación con sus pacientes. Lo cual estaría muy bien si fuera podóloga, pero se complica considerablemente teniendo en cuenta que se empeña una y otra vez en hacerme hablar teniendo yo la boca abierta y llena de artilugios (ya veo que este escrito va a estar inevitablemente plagado de dobles sentidos). Fragmento de una conversación nuestra de hoy:
Rita: Bueno, cuéntame, ¿qué tal por Madrid?
Yo: UEEE EOOOY AUUUSOOOO = Bien, estoy agusto
Rita: Y las clases del máster, ¿son interesantes?
Yo: HIIII UUUUYYY IIEEESSSAAAAAEEE = Si, muy interesantes
Rita: Y como sueles ir, ¿en tren?
Yo: III OOOJJJJOO EEE EEEHHH OOOJJEE OOH SOOH EEJ OAAASSS EE IAJEE(levantando tres dedos de la mano) = Si, cojo el tren porque son solo tres horas de viaje
Quitando estos incómodos momentos, la verdad es que para mí nunca ha sido traumático ir al dentista. Por eso no entendía tanto humor popular sobre lo terrible que era ir al dentista, y la mala fama de éstos profesionales (hábilmente explotada incluso en el cine de terror, con obras como "El dentista 2" LOL). Bien es cierto que de pequeña no tenía problemas dentales y sólo iba a hacerme limpiezas bucales, pasándome pincelitos con fluor por los colmillos. Quizás si hubiese tenido que ir a ajustarme el aparato o cosas más dolorosas tendría otro concepto distinto. Es más, de pequeña, entre otras aspiraciones (siendo las más motivantes ser bailarina y poeta) estaba mi sueño de ser Dentista. Me parecía una profesión muy chachi, con todos esos artilugios, esa silla de tortura tan sofisticada y esos posters tan chulos de bocas sonrientes.
Con la boca abierta (literalmente), y bajo la luz del flexo especial que me daba en toda la jeta, observaba fascinada como Rita utilizaba esos espejitos alargados, el taladro fino, la cucharilla, el cepillo giratorio, y los pincelitos de fluor entre otros, pero sin duda mi chisme favorito era... ¡el genuino aspirador de babas! XDDD si tuviera en mi poder ese tubito que aspira la saliva estoy segura de que lo usaria distraidamente mientras veo la tele shhhs shshhssshsh aspira que te aspira. Aunque el uso del aspirador era tarea de la ayudante de Rita, que se encargaba de aspirar en los engorrosos momentos en que te dejan mordiendo el cilindro de algodon (GGGHHH DENTERA), y esos momentos aspirador eran un gran alivio en ese trance en que se humedecia paulatinamente el algodoncito (GGGGGGHHHH DENTERA).
Eso si, siempre he pensado que una magnifica idea para la consulta habría sido poner unos comics gigantes en el techo, para que esos ratos en los que el paciente se tira tumbado boca arriba fueran más entretenidos. Hoy dia, una pantalla de plasma no sería una mala opción XD. Pero Rita no ha optado por ese acondicionamiento en su consulta, así que nada, ¡seguiremos contemplando el techo mientras hablamos con la boca abierta y sin vocalizar!
En honor a la verdad debo confesar que no siempre he tenido la boca perfectamente. Hace un par de años empece a tener una serie de caries que fui encadenando una detrás de otra, ampliando mi colección de empastes plateados. Lástima que no quedara pasta dorada, siempre he querido tener dientes de rapero (GGT, golden gangsta teeth). Pero el peor trance fue con mi semimuela. Mi semimuela es una muela de la que solo me queda la mitad, la otra mitad la tuvo que recomponer mi querida Rita, así que es una muela falsa con la que tengo que tener mucho cuidadin, porque si mastico por ahi corro el riesgo de arrancar esa parte de mentirijillas y quedarme sin diente (suceso que me ocurrió en dos ocasiones: una mascando chicle y otra comiendo Fritos matutano sabor a ketchup XD).
Todo sucedio cuando yo notaba que cada vez me dolia más masticar por ese lado de la boca. Fui a la consulta de Rita y se pego diez minutos analizando mi muela con EL CEÑO FRUNCIDO en un gesto de terrible preocupación, como si aquello fuera lo más tremebundo que hubiera visto en sus años de ejercicio profesional, y comentando frases del estilo de "Ufffff madre mia que caries tienes ahiii", "Es que es increible, la tienes tooooda afectada", "uuuuy que socavon tienes" "¡si casi no te queda muela!". De esa forma, me quede ya totalmente tranquila, pensando que ese dolorcillo no era más que una nimiedad. Pero no todo sería negativo, no. Mi semimuela me permitió conocer ¡la maravillosa Anestesia bucal! ¡innumerables horas de diversión con solo un pinchacito! ¿Quién necesita drogas duras teniendo anestesiada la boca durante unas cuantas horas? Admito que cuando Rita me dijo que me pincharía me entró un acojono total, y más cuando me dijo que la aguja era muy larga e impresionante. Le dije que no quería verla, así que tuve que cerrar los ojos mientras me ponía la anestesia, y entonces.... un hormigueo me recorría todas las mejillas, el paladar y hasta la lengua. Después se me quedaba toda la boca dormida y, desoyendo los consejos de mi dentista, me tiraba toda la tarde mordisqueandome las paredes bucales y maravillandome ante el hecho de no sentir ni tortas XD Ah, y las veces en las que más anestesia me ha puesto eran la bomba, luego no podía silbar porque mis labios no me obedecían y era incapaz de cerrarlos haciendo la U. Y hubo una vez en la que tenía media boca dormida, y se me quedaba la comisura izquierda de los labios paralizada, de modo que parecía mema al hablar con la sonrisa de medio lado XD Ah, si, que buenos ratos me ha proporcionado la anestesia. Luego Rita debia flipar cuando me decía con tacto (creyendo que me daba yuyu) que si no sentía la boca suficientemente dormida tendria que doblar la dosis, y yo "¡Si, si, ponme más!" X_D
Y como despedida, una canción. Bueno, la canción es lo de menos en realidad, pero quiero que conozcais a... SIMON MATTHEWS, que no es otro que ¡MI DOBLE DE DIENTES!
http://www.youtube.com/watch?v=B1sR9uFuV0A Y qué cojones dice esta tia, os preguntaréis. Pues bien, el caso es que estaba yo tranquilamente viendo Eurovisión el año pasado, cuando sale al escenario este tío danés, y me fijo que tiene ¡exactamente la misma forma de dentadura que yo! ¡La forma de los colmillos y de las palas y todo! Os lo digo en serio. Quizás algun dia conozcais a vuestro doble dental y vereis que ilusión os hace ^_^u
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