Aug 31, 2024 23:21
Estoy en el peso más alto que he tenido en toda mi vida.
No tengo trabajo.
No tengo proyectos.
Lo que tengo es una pastilla que no quiero tomarme. Dos, en realidad. Una que se supone debería hacerme feliz, y otra que se supone que debería hacerme dormir.
Y funcionan. Maravillosamente.
Mientras tomé la primera, el mundo se sentía honestamente más brillante y ligero. Como si alguien me hubiese mostrado que la vida se podía poner en 4K y yo era la única que la veía en 480px.
La segunda pastilla me quita las pesadillas. ¿No es curioso como pastilla y pesadilla lucen tan parecidas al leerlas?
Me quita las pesadillas, pero también me bota a la cama sin retorno. Si me la tomo, luego debo dormir... y hay algo en esa dinámica que me saca de quicio. Quizás sea la planificación, quizás sea la compulsión, pero eso de "haré esto que tendrá consecuencias irrevocables" simplemente pugna mi naturaleza metamórfica.
Desde hace varios días, quizás incluso semanas que no he tomado mi medicación. Y sería absolutamente charlatanesco de mi parte si intento aludirlo a un falso sentimiento de rebelión; la mayoría de las veces es simplemente porque olvido tomarlos, y otras tantas porque me da pereza. Ahá. Me da pereza buscar la cajita, servirme agua y beber una pastilla. A fuerza me tomo el antihistamínico y es porque Emi también debe tomarlo, de forma que es una suerte de ritualidad familiar.
¿Entonces? ¿Qué hago?
Me siento en una pausa incómoda. La vida sigue avanzando y veo como la cinta transportadora me lleva al horno. Adelante y atrás algunos moldeadores hacen lo suyo, y aunque no lucho contra ellos no logro mantener la forma por más que unos días. Y la cinta avanza. Y otro moldeador. Y tengo forma uno, dos, tres días. Y luego no.
Soy de gelatina. Un slime. Tarde o temprano me desparramo por la cinta transportadora, desencantado del camino y del paisaje. Y allá está el horno, un poco más adelante. Y me digo: ¿que seré en el horno? ¿dejaré de ser agua?
Quizás, una parte de mi, no lucha más porque espera con ansias que mi naturaleza cambie en forma definitiva y nefasta.
Ansío, dentro de mis entrañas, volverme vapor y librarme del mundo.